• Especialistas en materia eléctrica advierten que los cortes de energía que persisten en varias zonas de la capital son apenas algunos de los síntomas de un racionamiento en la ciudad principal de Venezuela

El caos se apoderó de Caracas, donde el servicio de Metro se interrumpió por una hora y los negocios cerraron sus santamarías para dar pie a una ciudad sumida en la penumbra. Aunque el suministro eléctrico comenzó a restablecerse en las primeras horas de la tarde, todavía continuaban fuera del aire muchas emisoras de radio del área metropolitana. Los atascos reinaban en el tránsito de vehículos.

Los cortes y apagones, programados o no, se han vuelto rutinarios en Venezuela. La grave crisis política y de gestión de servicios básicos que sufre el país se vio reflejada nuevamente en el colapso del sistema eléctrico. El lunes, en horas de la tarde, el territorio nacional volvió a quedarse sin luz con un patrón similar al de los cortes de luz registrados en marzo de este año, bajones de energía seguidos por un apagón masivo.

Poco después el servicio volvió a reanudarse parcialmente en Caracas y algunos estados. El régimen aseguró nuevamente que el problema se solucionó “en tiempo récord” atribuyendo la causa a un “ataque electromagnético”. Sin embargo, algunos sectores de Caracas continúan sufriendo interrupciones del servicio eléctrico en los últimos días.

Foto: AFP

Henry Tovar, ingeniero eléctrico, indicó para El Diario que en el país no se ha reparado ni se ha invertido en el área energética para recuperar el sistema eléctrico nacional, por lo que afirmó que una ligera falla en una línea de transmisión puede causar un apagón de gran magnitud.

Explicó que el sistema eléctrico no tiene generación térmica, por lo que la única manera de compensar esta situación e intentar mantener el servicio estable en Caracas es racionando en el interior del país. A pesar de esto, agrega que la capital corre el riesgo de quedarse a oscuras por operar el sistema eléctrico en condiciones extremas.

“Caracas solo tiene 600 MW de generación para una demanda de 1.600 MW, los otros 1.000 son tomados del sistema interconectado que abarca todo el país. Además de esto, la capacidad de transmisión está limitada debido al incendio que ocurrió en el patio de transformadores en el Guri, lo que produjo que desde ese día se limite poder sacar energía desde Guayana hasta Caracas”, explicó Tovar.

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El experto señaló que la represa hidroeléctrica Guri, ubicada en el estado Bolívar, fue construida para producir 18.000 MW, pero para transportar la energía se deben mantener todas las líneas de transmisión en un estado óptimo para trasladar el suministro hasta los diferentes centros de cargas en el territorio nacional.

“Puedes tener mucha capacidad para generar energía en Guri, pero no se puede sacar la energía debido al deterioro del sistema eléctrico en todo el país. Lo poco que se puede sacar, es destinado para Caracas y lo otro es enviado a las otras partes del país, lo cual es muy poco y no cubre la respectiva demanda nacional”, agregó el ingeniero.

Mantener la capital con energía, un riesgo que el gobierno está dispuesto a tomar

Caracas solo tiene la mitad de las líneas de transmisión eléctrica operativas. Tovar asegura que el material en la región ha sido hurtado, o en su defecto, se mantiene dañado debido a los altos voltajes que representa tener un sistema eléctrico inestable.

Winston Cabas, ingeniero eléctrico, denunció que cerca de 98% de las subestaciones de distribución están sobrecargadas, en condiciones de operación de riesgo y sin planes de corto plazo para solventar esta situación.

Agregó que los circuitos del sistema tienen más de 40 años de antigüedad, a pesar de que la vida útil de los conductores es de 30 años. Esto ocasiona que las fallas sean cada día más frecuentes, y la situación solo le permite a los técnicos hacer arreglos temporales.

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“Caracas en estos momentos está siendo beneficiada con megavatios que se le quitan al sistema interconectado nacional. De una capacidad de 34.000 MW solo disponemos de, aproximadamente, 10. 500 MW, por lo que un poco porcentaje va destinado a la capital”, afirmó el experto en una entrevista.

Henry Tovar explica que las subestaciones cuentan con varios transformadores. Luego de la explosión de uno de ellos, el resto de los que están en funcionamiento deben suplir la carga del que quedó fuera de servicio. Esto ocasiona que los otros transformadores estén más cargados de lo normal y, como están en las mismas condiciones de abandono, es posible que también presenten fallas.

Asimismo, indicó que cada subestación suministra electricidad a zonas específicas; sin embargo, existe la posibilidad de alimentar otras zonas modificando las conexiones de los transformadores, lo que generaría los cortes de energía en algunos municipios de Caracas.

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Tovar agrega que las subestaciones tienen dos líneas de transmisión, una que tiene la función de ser el respaldo en caso de una falla eléctrica. El sistema debería poder soportar una interrupción de energía, y trabajar con la segunda línea de transmisión para brindar luz, situación que no sucede en caso de una interrupción del servicio.

“Si tenemos la mitad de la capacidad que deberíamos, al registrarse una falla, el sistema no puede aguantar una segunda contingencia. Los sistemas eléctricos están diseñados para soportar una segunda falla, pero debido a que existe muchos equipos que han sido robados, se presentan estas situaciones y se va la luz inmediatamente”, sostiene el especialista.

Foto: Cortesía | Subestación La Ciudadela, en el municipio Baruta, explotó a causa de una sobrecarga de energía en marzo

Asimismo, los cortes del servicio eléctrico ocurridos en las últimas semanas en varias zonas de Caracas, además de bajones de voltaje son una advertencia de la amenaza de un nuevo apagón en el centro del país.

Baruta, El Hatillo y algunas zonas de Libertador como Coche y San Martín han sufrido los rigores de la falta de luz desde hace varias semanas. En este contexto, casi 90% de la capacidad de generar energía en los estados Miranda y Vargas, que constituyen su principal oferta de energía para Caracas, está inservible.

Aproximadamente 85% de los venezolanos han sido afectados debido a los cuatro apagones nacional que han abarcado más de 19 estados. La organización no gubernamental Comité Afectados por los Apagones difundió un informe en el que informa que se han registrado más de 13.140 de este tipo de fallas en lo que va de 2019, situación que se ha incrementado a partir de marzo cuando se produjo la interrupción en El Guri.

De acuerdo con el Banco Interamericano de Desarrollo (BID), 50% de la capacidad de generación eléctrica está paralizada. La pérdida de energía eléctrica es de 33%, el doble del promedio latinoamericano.

Foto: Cortesía

El sistema de transmisión de Caracas pasó de ser una red con un alto grado de confiabilidad a una que ante una falla simple deja sin servicio eléctrico a toda la ciudad y zonas aledañas.

Funcionarios oficialistas, en cambio, no han abandonado la teoría del sabotaje. El pasado 7 de marzo acusaron a Estados Unidos de liderar un ataque con el apoyo interno de la Asamblea Nacional.

“El sistema eléctrico nacional sufrió dos arteros ataques terroristas de manos de violentos que han hecho de la siembra de zozobra a la población su instrumento para lograr sus fines desestabilizadores y saciar sus ansias de poder”, aseguraron medios del gobierno.

Expertos coinciden en que la falta de repuestos, la ausencia de planes de mantenimiento y la falta de profesionales en el manejo de la emergencia han llevado a la quiebra a un sistema, que hace 12 años, fue elogiado en Latinoamérica por su potencial e innovación solo por detrás de Brasil. Los ingenieros agregan que ignorar las constantes advertencias sobre la crisis del sistema eléctrico lo conducirán hacia un deterioro aún más acelerado.

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