• La decadente situación en materia de salud de Venezuela y un debilitado Programa Regional de VIH motivan a los pacientes con recursos a salir del país en busca de un tratamiento

La crisis del sector de la salud en Venezuela empeora con cada día que pasa. Los hospitales que se hunden en la miseria, el aumento de las fallas de los servicios y la escasez de medicamentos en las farmacias han sido una constante durante los últimos años en el país, donde la mayoría de la población carece de recursos para poder costear los insumos básicos.

La situación ha provocado la reaparición de enfermedades que estaban erradicadas y el agravamiento de la condición de pacientes con enfermedades como el Virus de Inmunodeficiencia Humana (VIH), una afección que podría ser prevenida en gran medida con el uso de métodos de barrera.

Sin embargo, adquirir este tipo de mecanismos de protección también supone una dificultad para los venezolanos, lo que contribuye significativamente con la incidencia de esta enfermedad. En un informe publicado durante 2018 por Human Right Watch (HRW) se asegura que “en los hospitales públicos no hay disponibilidad de preservativos, pastillas anticonceptivas ni dispositivos intrauterinos desde 2015”.

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Johan León Reyes, director general de Azul Positivo, una organización que busca prevenir las infecciones de transmisión sexual en el estado Zulia, explicó para El Diario que también ha decaído el acceso a pruebas de despistaje que permitan conocer el número de personas con el virus.

“En estos momentos el sector público no cuenta con las pruebas. Los organismos públicos que las tienen, cuentan con pruebas de tercera generación que no son confiables, por lo que podrían dar un falso positivo o un falso negativo. Estas pruebas se pueden hacer, pero siempre habría que confirmarlas con una prueba de cuarta generación y una prueba que sea más confiable”, detalló.

El director de la organización, que busca prevenir las infecciones de transmisión sexual en el estado Zulia, señaló que cada semana se diagnostican entre 10 y 15 personas con VIH en Maracaibo, una cifra que considera podría ser tres veces mayor si se contaran con las pruebas necesarias para detectar la enfermedad.

Migrar para sobrevivir

La gran dificultad que tienen los pacientes con VIH para tratar su enfermedad en Venezuela es bien conocida por los doctores. León Reyes comenta que muchos profesionales de la salud han recomendado a sus pacientes que se vayan a un país que cuente con políticas amigables para personas con sida.

“Observamos que muchas personas se van a países como Colombia, donde el sistema de salud no es tan inclusivo como muchos piensan. Les toca enfrentar una situación bastante fuerte y luego regresan a Venezuela en condiciones de un desmejoramiento de salud bastante considerable”, dijo.

En noviembre de 2018 había 9.652 personas registradas en el sistema como pacientes activos con VIH, un número que se redujo a 5.236 en mayo de 2019 por la migración de los pacientes y la muerte de aquellos que no pudieron tratar la enfermedad.

Infografías cortesía de Azul Positivo

El informe de HRW anteriormente mencionado garantiza que “Venezuela es el único país del mundo donde numerosas personas con VIH se han visto obligadas a suspender el tratamiento debido a la falta de disponibilidad de medicamentos antirretrovirales”.

Además, estima que también pudiesen estar ocurriendo contagios del virus por transfusiones de sangre luego de que, para el momento de realizar el informe, ninguno de los bancos de sangre de Venezuela tuviese insumos para pruebas de detección del VIH.

Un problema creciente

La decadencia del sector de la salud en Venezuela no es reciente. El director de Azul Positivo indica que desde hace cuatro años se ha presentado una desmejora permanente de la situación en materia de VIH.

De la misma forma, indica que el Estado venezolano no cumple con su responsabilidad de suministrar y distribuir medicamentos retrovirales, debido a que no ha comprado desde hace dos años los insumos para las personas con sida.

León Reyes destaca que los medicamentos que pueden encontrarse en las farmacias no son adquiridos por el Ministerio de Salud, sino que fueron traídos por medio de convenios con la Organización Mundial de la Salud (OMS) y el apoyo de organismos internacionales como ONU Sida y Aid for Aids.

“Se llegó a un acuerdo con el Estado venezolano para que por lo menos contribuyera con la distribución de los medicamentos en las diferentes farmacias de Venezuela y se está negando también a esa posibilidad. Dice ‘no tenemos transporte, no tenemos combustible, no hay manera de distribuirlo’. Entonces, la Organización Panamericana de la Salud (OPS) tomó la iniciativa de también llevar los medicamentos”, explicó.

A la precaria situación en materia de sida en el país se le suma la desmejora del Programa Regional de VIH en Zulia. León Reyes explica que la iniciativa se desarrolla en el sótano de un edificio que carece de condiciones de salubridad.

Las fallas eléctricas también ha sido un factor que ha afectado al sector salud de Venezuela, siendo el estado Zulia uno de los más golpeados. Ante dicha situación, los trabajadores del Programa Regional de VIH en la entidad se ven obligados a trabajar a oscuras.

“Para entregar un medicamento tienen que mirar le récipe con la luz del celular”, detalla. “Dan consultas sin electricidad y a puertas abiertas. Tomemos en cuenta que eso es un sótano y esto pone en riesgo la salud de los pacientes y del personal. El VIH es una condición que está íntimamente relacionada con la tuberculosis; entonces, no deberían estar en espacios cerrados con humedad. Lamentablemente, esas son las condiciones que tenemos”, añadió.

Los recientes apagones registrados en el estado provocaron la pérdida de equipos de computación del programa regional, mientras que la falta de agua impide que las personas cuenten con las condiciones mínimas en el lugar, donde también hay un déficit de personal por la migración.

“Hace aproximadamente 15 años, cuando nosotros empezamos en este trabajo, el Programa Nacional de VIH Sida del Ministerio de Salud era una referencia en muchos países de Latinoamérica. Hoy día tenemos un programa que está sumamente debilitado y eso se refleja en la salud de los pacientes”, lamentó.

Una verdad que incomoda

León Reyes explica que la información que ha dado a conocer Azul Positivo sobre la situación referente al VIH en Venezuela los ha convertido en un blanco de amenazas.

“La gestión del gobierno es ineficaz. No ha tenido absolutamente ningún logro considerable en materia de salud y en materia de VIH menos aún. Les incomoda muchísimas veces tanto a nivel de gobernación como a nivel del Ejecutivo que las organizaciones sociales tengamos que decir esto, pero nos toca, es nuestra responsabilidad”, reiteró.

Señala que la organización obtiene los datos gracias a las constantes visitas que realiza en hospitales, servicios de salud y ambulatorios urbanos y rurales del estado Zulia. El contacto directo con pacientes, familiares y usuarios del programa regional también ha sido fundamental para recopilar la información.

La falta de políticas consistentes en materia de salud por parte del Estado y la posibilidad de que el VIH y otras enfermedades de transmisión sexual sean una epidemia en Venezuela preocupa a los integrantes de Azul Positivo. Mientras tanto, cada día diagnostican nuevos pacientes en un país donde enfermarse es una condena y conseguir un tratamiento es un lujo al que muchos no pueden acceder.

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