• Los medicamentos para paliar esta condición ocular desaparecieron de los anaqueles de las farmacias. Quienes padecen de esta enfermedad degenerativa han buscado soluciones alternativas con amigos y familiares que se encuentran fuera del país

La angustia de Vladimir Arias* aumenta mientras aguarda la consulta oftalmológica. Su hija espera un diagnóstico que de antemano él intuye, pero que se niega a aceptar, no por la gravedad del mismo, sino por lo difícil que resulta conseguir el tratamiento paliativo en Venezuela. La interminable espera llega a su fin y el atemorizado padre escucha el diagnóstico esperado: su hija de 20 años de edad padece glaucoma, una enfermedad degenerativa del nervio óptico.

En febrero del año 2016 a la hija de Vladimir Arias le recetaron un tratamiento preventivo para la tensión ocular que tenía que cumplir por seis meses, para luego evaluar el avance de la enfermedad. El temor que sintió Arias hace nueve años cuando fue diagnosticado ahora se agudiza porque su hija también padece glaucoma, una condición que — según la Organización Mundial para Salud (OMS) — ha causado que 4.500.000 de personas estén ciegas.

Luego de enterarse del diagnóstico, Arias recorrió la mayoría de las farmacias de Guatire, estado Miranda, donde le dijeron que no tenían lo que buscaba. Se dirigió a Caracas y en cada establecimiento que visitó la respuesta era la misma. La desesperación aumentaba, el miedo de no poder cumplir con el tratamiento de ambos lo invadía cada vez más.

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Francisco Millán, presidente de la Sociedad Oftalmológica Venezolana (SVO), explicó para El Diario que el glaucoma “es una enfermedad ocular que se produce por degeneración de las fibras del nervio óptico. Hay muchos factores que producen la enfermedad, y dentro de ellos está la presión intraocular, la cual ayuda a la destrucción de las fibras nerviosas”, dijo.

De acuerdo con Glaucoma Research Foundation, organización estadounidense dedicada a encontrar una cura para el glaucoma, si algún integrante de la familia inmediata presenta la enfermedad, hay un riesgo mayor de que el resto pueda padecer la condición. “La existencia de antecedentes familiares aumenta el riesgo de glaucoma de cuatro a nueve veces”, de acuerdo con la organización.

Foto cortesía

“Esta enfermedad tiene un componente hereditario importante, con una penetración de aproximadamente 55 a 60% en familias ciegas por glaucoma. Es una enfermedad irreversible y progresiva”, aseveró Millán.

Señaló que esta condición no presenta ningún síntoma por lo que es peligrosa, puesto que “el paciente no se da cuenta que pierde la visión progresiva y lentamente hasta quedar completamente ciego”.

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El presidente de la SVO aseguró que la condición ocular se puede controlar entre 70 y 80%, siendo esta la mayor causa de ceguera en el mundo. La OMS indicó que para el año 2020 al menos 80.000.000 de personas podrían padecer glaucoma y la cifra estimada para el año 2020 es de 111.500.000.

Han pasado cuatro años desde que Arias se enteró del caso de su hija — actualmente de 24 años de edad — y ambos siguen su tratamiento, a pesar de la dificultad para conseguir los medicamentos.

Durante dos años se encargó de visitar cada farmacia de Caracas para adquirir el tratamiento, llamó a amigos para que lo ayudaran en su búsqueda e intentó conseguirlo en otros estados del país a través de algunos familiares. Con el tiempo las gotas para la tensión ocular desaparecieron de los anaqueles, por lo que no podía cumplir con el tratamiento diario, poniendo en riesgo su salud visual.

Búsqueda sin resultados

En un recorrido realizado por El Diario diversas farmacias de la capital se constató que los medicamentos con los principios activos dorzolamida, timolol y latanoprost no llegan a la ciudad desde hace aproximadamente un año. Los farmacéuticos de los comercios visitados indicaron que los ciudadanos dejaron de preguntar por las gotas cuando la respuesta frecuente era: “¡No, hace mucho que no llegan!”.

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Arias comentó que gracias a algunos amigos y a sus otras hijas que se encuentran fuera del país ha podido continuar con su tratamiento, gracias a que le enviaron algunas cajas del fármaco. Un amigo se las envió desde España, mientras que una de sus hijas que vive en Ecuador envió varios frascos con una amiga.

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Poca disponibilidad

Freddy Ceballos, presidente de la Federación Farmacéutica Venezolana (Ferfaven), explicó que hay poca oferta de tratamientos para la cantidad de pacientes con esta condición, por lo que se han visto seriamente afectados por la situación. La última vez que las farmacias recibieron los medicamentos para la tensión ocular tenían un costo de 30.000 bolívares y se le dificultaba a los ciudadanos la compra del mismo.

Para inicios de 2019 Vladimir Arias fue operado de cataratas. Su doctora le indicó que quizá con la operación se podría disminuir la tensión ocular. Y así fue, pues luego de la cirugía acudió a la consulta y le explicaron que eliminarían una de las gotas (Gaap) de su tratamiento, pero debería seguir usando Dorzolamina y Timolol.

“Los pacientes que por alguna razón no puedan controlar la presión intraocular con gotas deben ser intervenidos, bien sea con tratamiento láser o quirúrgico. Sin embargo, no se asegura que sea una solución permanente”, indicó el oftalmólogo Millán.

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La pérdida de la visión se agudiza con el transcurso de los años si no se cumple con el tratamiento adecuado. En algunos casos los pacientes van perdiendo la vista periférica y perciben los objetos como si los observarán por un tubo negro.

Millán aseguró que la forma más efectiva para chequear síntomas de la enfermedad es acudiendo anualmente a control oftalmológico para una consulta preventiva, aunque la visión sea buena, pues se trata de una condición silenciosa.

“Las personas que tienen mayor riesgo para padecer glaucoma son: pacientes mayores de 40 años de edad, miopes altos, antecedentes familiares con glaucoma, diabéticos e hipertensos”, explicó.

Ante la realidad de un país en el que las instituciones encargadas de la salud pública han tenido un deficiente desempeño, la fe de Vladimir Arias pareciera ser la gran motivación para continuar adelante en la titánica labor de conseguir los medicamentos y así evitar que la salud visual de su hija sufra las consecuencias de una crisis que arropa a toda la población.

*Los nombres en esta nota no son reales, fueron usados para proteger la identidad de los entrevistados.

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