• Los espacios de co-trabajo llegaron a la ciudad para quedarse. En medio de las coyunturas sociales, económicas y políticas que atraviesa el país, aún hay quienes siguen apostando y creando espacios para el crecimiento laboral

En tiempos de crisis resurgen las ideas, se replantean los focos y se arraigan algunas tendencias mundiales. Una de ellas llegó a Caracas para quedarse: los coworking. Todos con visiones diferentes, pero con el objetivo común de conectar y ofrecer espacios de trabajo a quienes los necesiten.

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Hay quienes siguen apostando por el crecimiento laboral en una Venezuela convulsa y de escenarios confusos. Y el coworking se adapta a este panorama, por ser una alternativa que promueve la creatividad e innovación en un país donde 6 de cada 10 ciudadanos asegura tener fallas con el servicio de internet, de acuerdo con una investigación realizada por el Observatorio Venezolano de Servicios Públicos.

La comodidad de trabajar en espacios diseñados en función del alto rendimiento de las personas, la buena iluminación, un sistema de telecomunicaciones eficiente con bajo porcentaje de fallas, y la ventaja que genera que el cliente no deba preocuparse por la operatividad de los servicios, son un plus para quienes buscan una locación para desempeñar sus labores.

De acuerdo con diversos estudios, los espacios de co-trabajo aumentan la proactividad de las personas | Foto: Víctor Salazar

Un estudio de WeWork, Coworking estadounidense ubicado en 124 ciudades del mundo, reveló que estos espacios son 2,5% más eficaces que las oficinas convencionales. La investigación, realizada en 75 urbes, señala que esta modalidad de trabajo ayuda a las personas a prosperar, reactiva las zonas donde están ubicados, además de acelerar su crecimiento económico.

En Caracas hay alrededor de 15 espacios de co-trabajo. Y cada día son más. Uno de ellos es Impact Hub, donde los colores, el diseño y las frases motivacionales te conectan con el lugar. Ahí, la diversidad, la innovación y la creatividad se fomentan a diario. Tener un triple impacto (social, ambiental y financiero) se convierte en condición sine qua non a la hora de formar parte de él.

Sus espacios cuentan con cabina de meditación para quienes deseen tomar un respiro durante el día. También tienen cabinas para realizar videollamadas, comedor y sala de conferencias con capacidad para más de 200 personas, que utilizan para charlas y cursos de capacitación.

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Los espacios de Impact Hub, ubicados en Los Palos Grandes, están bordeados por una hilera de oficinas alquiladas por empresas y emprendedores, y en medio se ubican los escritorios personalizados y los mesones para freelancers. Se trata de espacios que permiten la interacción entre los clientes.

Impact Hub cuenta con una cabina de meditación para que los clientes puedan relajarse y despejar su mente | Foto: José Daniel Ramos

Claudia Valladares, CEO de Impact Hub, explica para El Diario que la empresa nació en medio de la crisis y logra sostenerse ante las coyunturas económicas y sociales que vive el país.

“Impact Hub Caracas nació en Venezuela en 2014. Ya tenemos cinco años funcionando y ofrecemos una comunidad para todos aquellos que crean que el inicio de nuevos proyectos puede ser un vehículo de desarrollo y transformación sostenible para nuestro país”, indicó Valladares, quien insistió en que la tendencia del co-trabajo es un espacio para el crecimiento.

En los últimos años, en Venezuela, y en el mundo, los coworking han tomado fuerza, y en Caracas la tendencia se hace notar. Algunos de estos han surgido con miras a expansiones nacionales o internacionales.

Claudia Valladares, CEO de Impact Hub | Foto: José Daniel Ramos

Tal es el caso de DPanel, ubicado en Bello Monte, que cuenta con ambiente familiar. La atención personalizada y los espacios acogedores hacen que visitar el lugar propicie una experiencia más cercana con los clientes. DPanel ofrece privacidad y cercanía a la vez. Es atendido por sus dueños y refleja la cordialidad propia del venezolano.

La empresa nació como un emprendimiento interno como una forma productiva de sortear la crisis que vive el país. Inicialmente se especializaba en el área de mobiliarios para oficinas, pero decidieron reinventarse y apostar por lo nuevo. “Vimos en su momento cómo aparece el coworking como una alternativa en todo el mundo y la oportunidad de desarrollarlo desde Venezuela hasta otros espacios”, explicó Néstor León, director de DPanel.

“Trabajar en crisis es muy difícil porque estás en un país en el que no tienes certeza de nada. La incertidumbre en Venezuela es demasiado amplia en muchos aspectos: la económica, la social y el suministro de los espacios. Una de las ventajas que ha adquirido el venezolano es aprender a ser recursivo”, añadió León.

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El director de DPanel considera que uno de los grandes retos a los que se enfrentan a diario es hablarles a los clientes de las limitaciones y problemas que afectan al país. “El tema de los costos influye porque yo pudiera, por ejemplo, poner una planta eléctrica, pero colocar esos valores en lo que debería ser el pago del precio mensual ya lo hace impagable para muchos de los usuarios, y hay que ir manejando esos aspectos”, detalló.

Los espacios agradables que brindan los coworking son propensos para que los clientes le den rienda suelta a su creatividad | Foto: Víctor Salazar

Mejores espacios, mayor productividad

Un estudio de la Universidad de Cornell, en Nueva York, señala que una iluminación adecuada incrementa hasta 15% la productividad de los trabajadores, pues influye en la disminución de los niveles de ansiedad y estrés.

Dos de los coworking visitados por El Diario de Caracas creen firmemente en la mencionada teoría, por lo que la iluminación de sus espacios es fundamental. Uno de ellos es We Code, que cuenta con una estructura que le otorga algunas ventajas como mayor entrada de luz natural — en caso de que falle el sistema eléctrico — y espacios distribuidos en una edificación de cuatro pisos.

Para Luis Miguel Bevilacqua, director de We Code, la infraestructura del lugar permite la separación por niveles: “En uno se llevan a cabo las charlas, otro es para las reuniones, otro para el esparcimiento, además de una terraza con toldo y tumbonas”.

We Code se caracteriza por el uso de colores llamativos | Foto: Víctor Salazar

Las sillas y las frases y estrategias escritas en los vidrios que sustituyen las paredes de concreto son características del lugar. El amarillo, el rojo, el verde y el azul son los colores que predominan. El buen ambiente y la colaboración están siempre presentes y son propicios para promover el networking — o red de contactos personales — , una de las principales ventajas de los coworking.

Con el eslogan “La nueva forma de trabajar en Venezuela”, We Code nació en el primer trimestre del año 2019, cuando el país vivía uno de los apagones más grandes de su historia, por lo que debieron esperar hasta el mes de abril para poder arrancar por completo. Hoy en día tienen 75% de ocupación.

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“Los retos en un país como Venezuela son mucho más complejos que en otras ciudades del mundo, donde arrancar un negocio como este quizá sea más fácil (…) Este emprendimiento surgió de un proyecto anterior con la ayuda de algunos accionistas que inyectaron algo de capital. Sí se pueden lograr negocios en Venezuela. Hay mucha gente que quiere emprender”, aseguró Bevilacqua.

Con miras al futuro, We Code espera abrir varias sedes en la capital y en otras ciudades del país, con la finalidad de que los clientes puedan disponer de sus espacios en cualquier parte.

Otro de los lugares que se une a esta tendencia es We Connect, un espacio premium para quienes buscan comodidad y exclusividad en un solo lugar. Una vista privilegiada de El Ávila permite la armonía entre el diseño y el lugar.

Los vidrios en We Code funcionan también como pizarra para que los clientes puedan plasmar sus ideas | Foto: Víctor Salazar

Erwin Miyasaka, presidente ejecutivo de We Connect, asegura que — junto a su equipo — están convencidos de que avanzarán los mercados de trabajo y los mercados flexibles, donde las personas puedan tener un espacio individual o una oficina adaptada con todos los servicios que un profesional pudiese necesitar.

“Queremos romper el paradigma del espacio asumido solamente para trabajar, deseamos entrelazar las oportunidades de negocio para cada uno de los que están acá. Tenemos 14 empresas más una serie de miembros individuales, profesionales o pequeñas empresas que tienen puestos individuales. En esa comunidad tenemos firmas de abogados, arquitectos, ingenieros, consultores. La mayoría de ellos, de una u otra manera, han intercambiado servicios, conocimientos y oportunidades. Nosotros no participamos en nada de esto, pero es precisamente el valor agregado que queremos transmitirles a cada uno de los miembros de We Connect”, expuso Miyasaka.

De igual forma, hizo énfasis en las ventajas que tienen los espacios de coworking, mientras resaltó que los niveles de productividad se incrementan muchísimo más que en las oficinas tradicionales con poca flexibilidad en los horarios.

“La absorción o la adaptación de este tipo de tendencias ha sido muy rápida, y eso es algo que nos caracteriza como cultura y como país joven’’, aseguró.

El reporte de Impacto Económico 2018, publicado por WeWork en conjunto con la consultora en desarrollo económico y políticas públicas HR&A Advisors, señaló que hasta 12% de nuevas empresas y emprendedores primerizos tienen más probabilidad de supervivencia gracias a factores como el ahorro de hasta 30% de costos fijos de back office (alquiler, limpieza, seguridad, electricidad, entre otros).

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En We Code hay espacios para liberar el estrés como mesas de ping-pong | Foto: Víctor Salazar

Entre los beneficios que expone la investigación, se suma que 45% de los entrevistados aseguraron que el crecimiento de sus empresas se vio acelerado desde que emigraron sus oficinas a estos espacios.

La experiencia del co-trabajo

A pesar de que mundialmente el coworking es una tendencia en crecimiento, en Venezuela aún se desconoce esta modalidad de trabajo. Sin embargo, sigue aumentando y tomando fuerzas.

En una encuesta realizada por El Diario en Twitter, de 134 encuestados, 83% de las personas consultadas reconoció desconocer qué eran los coworking, mientras que 5% recomendó la experiencia y 7% la catalogó como excelente. 5% de las personas que participaron en el sondeo no los recomendó.

Yohanna Blanco, de 38 años de edad, trabaja en el área de ventas, y decidió optar por un coworking debido a las constantes fallas en los servicios básicos que afectan su desempeño como freelancer para una empresa extranjera.

Para ella ha sido una experiencia que recomienda “al 100%” porque le ha permitido crear nuevas conexiones, que a su vez le han hecho mejorar su productividad e ingresos.

“Desde la casa, a pesar de que tengas la conectividad, hay varios factores que influyen, como la carencia en los servicios que no dejaba que mi trabajo fluyera. Eso creó en mí una alarma. Busqué los diferentes planes que ofrecen y conseguí uno que se adapta a mi sistema de trabajo”, señaló Blanco.

En cada piso de We Code los clientes cuentan con elementos de distracción que funcionan para incrementar la creatividad y aminorar el estrés | Foto: Víctor Salazar

La profesional considera que la parte emocional influye en el proceso de elección. Al trabajar desde su casa tiende a sentirse un poco más libre; sin embargo, es un espacio cerrado en el que no tiene conexiones con otras personas, lo que no permite que su trabajo fluya con naturalidad. “No es malo trabajar desde casa, pero el coworking te ofrece un equilibrio”, explica.

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