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- La Cámara de Representantes de Estados Unidos inició un impeachment contra el mandatario de ese país debido a la supuesta presión que habría ejercido sobre el mandatario de Ucrania, Volodimir Zelenski
Después casi tres años de acusaciones por supuesta conducta indebida del presidente Donald Trump, la oposición estadounidense ya inició el proceso legal para destituirlo. Este miércoles la Cámara votó casi en su totalidad para someter a juicio al presidente por abuso de poder y obstrucción al Congreso, para luego enviar el caso al Senado y así empezar un juicio de destitución en enero de 2020.
Los votos en la Cámara se dividieron entre 230-197 para acusar a Trump de abuso de poder, y 229-198 para acusarlo de obstrucción al Congreso. Y a su vez se repartieron en su mayoría de acuerdo a los partidos. Solo dos demócratas votaron en contra de ambos cargos: los representantes Collin Peterson de Minnesota y Jeff Van Drew de Nueva Jersey. Un tercero, el representante Jared Golden de Maine, votó por uno de los cargos. La representante demócrata Tulsi Gabbard de Hawái, que se postula para la nominación presidencial demócrata, votó presente (equivalente a abstención) por ambos cargos.
El representante independiente convertido en republicano Justin Amash de Michigan votó para acusar a Trump en ambos casos.
El disparador del impeachment, como es conocido el procedimiento, fue la denuncia realizada por un miembro de los servicios de inteligencia al Congreso federal el pasado 12 de agosto. El “soplón”, como lo han llamado, aseguró haber recibido información de que Trump solicitó la interferencia de Ucrania en los próximos comicios electorales de Estados Unidos que se celebrarán el próximo año. Ante la solicitud de la presidente de la Cámara de Representantes, Nancy Pelosi de abrir una investigación, la Dirección Nacional de Inteligencia tuvo que desclasificar el contenido del informe del denunciante.
El “soplón” sostuvo que el mandatario estadounidense presionó a su par ucraniano, Volodimir Zelenski, para que impulsara una investigación contra Hunter Biden, hijo del actual candidato y líder en las encuestas del Partido Demócrata Joe Biden, para así menoscabar sus posibilidades de ser electo presidente de Estados Unidos.
Hunter Biden fungió como directivo durante cinco años de una empresa de la industria del gas en Ucrania bajo investigación por corrupción, sin embargo, el hijo del también vicepresidente durante la Administración de Barack Obama, nunca fue acusado legalmente de nada.
El acta del Congreso enfatiza que la Casa Blanca quería bloquear la denuncia, así como restringir el acceso a la conversación entre Trump y Zelenski, hecho que también es considerado como una acción inconstitucional bajo las leyes estadounidenses. La Carta Magna de ese país establece que las conversaciones del presidente con otros jefes de Estado o de gobierno extranjero, deben se transcritas sin edición y nunca ser catalogadas como “top secret”.
Para Pelosi, Trump debe ser enjuiciado por “traición a su juramento”, así como traición a la seguridad nacional y a la integridad de las elecciones de ese país.
Lo que dijeron en la llamada
Ante la presión del Congreso de hacer pública la conversación, la Casa Blanca publicó una transcripción de la llamada. No obstante, reconocieron que la transcripción no es exacta, debido a que fue hecha con notas tomadas por el equipo del presidente de EE UU y con ayuda de un software de reconocimiento de voz. Aunque tanto Trump como Zelenski niegan que el mandatario estadounidense haya ejercido presión, la charla sugiere que Trump sí solicitó investigar a Hunter Biden.
“Se está hablando mucho del hijo de Biden, que Biden detuvo la investigación y mucha gente quiere saber sobre eso, así que lo que puedas hacer con el fiscal general (de EE UU) será genial”, comentó Trump a su homólogo. “Me gustaría que nos hiciesen un favor (…). Lo que quiera que pueda hacer, es muy importante que lo haga, si es posible”, añadió. Durante la charla, Trump también mencionó que pediría a Rudy Giuliani, su abogado y ex alcalde de Nueva York, que llamase al presidente ucraniano para suministrar más información.
Zelenski respondió que haría lo posible por colaborar en el caso y para ello pediría a su fiscal general que indagara en la situación. “El tema de la investigación del caso pasa en realidad por garantizar que se restablece la honestidad, de modo que nos encargaremos de eso, y trabajaré en la investigación del caso”, dijo.
Tras la publicación de la transcripción de la llamada, ambos mandatarios negaron que se tratara de presión y dijeron, en cambio, que era una sugerencia. “Creo que ya lo han leído ustedes todo, no quiero involucrarme en las elecciones de EE UU. Tuvimos una buena llamada telefónica, hablamos de muchas cosas (…). Nadie empujó”, sostuvo Zelenski en Nueva York y añadió que “a mí solo me puede presionar mi hijo de seis años”.
Por su parte, Trump aseguró que se trata de una “cacería de brujas” de los demócratas. “Sin empujar, sin presionar, sin nada”. “Todo es un engaño, amigos”, exclamó.
¿Ahora qué sigue?
Si bien es claro que el presidente estadounidense podría estar buscando una investigación que desprestigiase a su principal contrincante en la carrera presidencial del próximo año, el camino para el juicio político es largo y podría quedarse en el Senado, haciendo que no prospere la destitución de Trump.
El primer paso para conocer si habrá juicio político dependerá de la Comisión de Asuntos Jurídicos de la Cámara de Representantes, quienes son los responsables determinar si la investigación conduce a eso. Hasta ahora, seis comisiones de la cámara baja han investigado varios aspectos de la presunta falla por parte del presidente. No hay un lapso establecido para tener un veredicto.
De avalar los argumentos de juicio político, el asunto pasa al pleno de la cámara baja. Los demócratas son mayoría en la Cámara de Representantes y sus comités. Entre 218 y 219 congresistas (todos demócratas menos uno, que fue elegido como republicano y ahora es independiente) se han manifestado a favor de iniciar los trámites para el proceso de destitución.
De dar el voto favorable al impeachment, el asunto pasará a manos del Senado, ente responsable de llevar a cabo el juicio. Se necesitan dos tercios a favor del procedimiento en ese organismo para destituir a un presidente, un desafío enorme para los demócratas si las gestiones llegan hasta esa instancia, debido a que los republicanos tienen mayoría en la cámara alta.
El fantasma del impeachment
Prácticamente desde que llegó al poder, la sombra del juicio político amenaza al presidente Trump. Sin embargo, Pelosi había retenido el impeachment — hasta ahora — por considerar que faltaban elementos para un procedimiento contundente.
El primer gran desafió que sorteó Trump fue cuando evitó su culpabilidad en la investigación sobre Rusia. El presidente fue acusado por los demócratas de conspirar con Moscú para inclinar las elecciones de 2016 en contra de Hillary Clinton. Finalmente la pesquisa llegó a una conclusión poco clara, pero Trump fue absuelto de obstruir a la justicia o de participar en la intervención rusa.
Otros motivos que llevaron a los demócratas a plantearse un juicio político fue ante las acusaciones al presidente de pagar a una actriz porno, con quien habría mantenido una relación extramatrimonial, para asegurar su silencio antes de las pasadas elecciones presidenciales; o los aparentes beneficios económicos que tuvo la Organización Trump durante la campaña. La denuncia de un informante secreto fue la que cambió el panorama para los demócratas.
Además, el impeachment es un proceso que ya antes han enfrentado otros presidentes de ese país. El más reciente, en 1998 y 1999, fue Bill Clinton, quien fue procesado tras ser acusado de perjurio frente a un gran jurado y de obstrucción de la justicia, después de que mintiera sobre la naturaleza de su relación con la pasante Mónica Lewinsky. La Cámara de Representantes, de mayoría demócrata, aprobó el juicio. El caso se quedó en el Senado.
Trump deberá enfrentar el mayor reto de su Administración. Los demócratas parecen decididos a acabar con su presidencia, algo que de suceder, sería un hecho inédito en la historia estadounidense. De lo contrario, Trump tomaría fuerza de cara a las elecciones de 2020.
