- Desde 2019 la red de escuelas implementa un plan de emergencia en las aulas para seguir brindando educación de calidad a cientos de niños venezolanos de escasos recursos, esto pese a la crisis que atraviesa el sector
Más de 45 años de trayectoria en Fe y Alegría son suficientes para que la profesora Luisa Pernalete no titubee al asegurar que en la actualidad afrontan el peor momento del programa desde su formación, hace ya 65 años. Un panorama que es el denominador común en todo el sistema educativo venezolano que vive un colapso sin precedentes derivado principalmente por la crisis económica y social del país.
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estudiantes son atendidos en el territorio nacionalLa red de escuelas fundada en 1955 no se ha escapado de padecer dentro de sus aulas la crítica situación del sector: renuncia masiva de docentes, daños en las estructuras y deserción escolar, son solo algunas de las problemáticas que se han presentado.
Sin embargo, desde el periodo 2018-2019, el programa de formación construye un plan para tratar de contener la crisis y seguir haciendo la labor que tanto los caracteriza: brindar educación gratuita y de calidad a quienes tienen menos recursos.
Recientemente, por la celebración de sus 65 años, Fe y Alegría presentó en detalle cómo ha efectuado la implementación de su programa Educación en Emergencia, en el que han hecho especial énfasis en atender dos aristas, la ausencia de docentes y la alimentación balanceada de los alumnos con estado de desnutrición.
La red que teje Fe y Alegría
Desde mediados de 2017 la renuncia masiva de docentes producto de los bajos salarios fue un golpe duro para las escuelas de Fe y Alegría, especialmente las que hacen vida en la Gran Caracas. Ante esto, la organización tomó la decisión de brindar talleres de capacitación para padres que estuvieran dispuestos a asumir el rol de educadores de manera temporal
La fórmula fue exitosa. Actualmente muchos padres ocupan los puestos que dejaron vacantes maestros. El resultado es positivo, principalmente por la capacitación y seguimiento que hacen coordinadores del área. Los representantes cuentan con un asesoramiento continuo para brindar la mejor educación a los pequeños.
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Este método ha sido el que ha implementado la organización para solventar la falta de docentes y es parte de su programa para contener la emergencia educativa. Pero no es el único.
Preocupados por la situación nutricional de los alumnos, Fe y Alegría ha incrementado los programas de alimentación en las aulas en alianza con organizaciones nacionales e internacionales para garantizar así que los menores reciban un plato de comida en medio de la compleja crisis humanitaria.
Objetivos del programa Educación en Emergencia
-Disminuir las barreras que limitan la inclusión y permanencia educativa.n-Promover el bienestar psicoemocional de los estudiantes, maestros y representantes. n-Hacer seguimiento y monitoreo a los indicadores de permanencia escolar.n
Actualmente al menos 76 centros educativos de la organización tienen un programa de alimentación que beneficia a 45 % de la población, alrededor de 98.000 niños.
En cuanto al plan de estudio que ofrecen en las aulas, la red decidió ajustarlo al contexto de crisis actual por lo que se está haciendo especial énfasis en la escritura y lectura, procesos lógicos matemáticos, valores y ciudadanía.
La deserción es otro de las problemáticas que se ha propuesto erradicar el programa de formación. Para ello han hecho alianzas con asociaciones y ONGs para la entrega de útiles escolares.
Una de las más exitosas es la que trabaja con Unicef Venezuela llamada “Todos y todas a la escuela”, que consiste en la entrega de insumos escolares a miles de niños y niñas de escuelas públicas y subvencionadas en los estados de Miranda, Distrito Capital, Anzoátegui y Táchira.
Hasta ahora alrededor de 300.000 niños venezolanos se han visto beneficiados. En un año, planean llegar a un total de 1.200.000 de niños en escuelas públicas y subsidiadas de todo el país con suministros educativos.
La atención a los niños dejados atrás producto del éxodo también destaca en el planteamiento de esta red de escuelas. Noelbis Aguilar, directora del Programa Escuela de Fe y Alegría, comenta en exclusiva para El Diario que en el programa hay 7.459 menores cuyos padres emigraron producto de la crisis.
Para ellos se ha implementado un programa especial que incluye asesoramiento y atención psicológica para evitar que los pequeños sufran daños por la situación que afrontan.
“Trabajamos en lo socio emocional y además hay un acompañamiento frecuente del personal docente. Se establece además una relación con la persona que ha quedado a cargo de esos niños”, agrega Aguilar.
La atención de todo el personal (docente, administrativo y obrero) que hace vida en Fe y Alegría es parte fundamental en el programa que se está implementado. La organización brinda apoyo a sus trabajadores garantizando la alimentación en los horarios laborales, además del acceso a la salud y otros beneficios.
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En este sentido, la directora del Programa Escuela comenta que desarrollan un plan de acompañamiento al personal docente para incentivarlos a mantenerse en el trabajo. Sin embargo, en el último año han perdido a casi 1.600 empleados entre docentes, personal obrero y administrativo.
Las vacantes se han suplido de varias formas. No solo con padres que reciben capacitación (en el caso de los docentes) también se ha asignado a los especialistas que siguen en las aulas estos cargos.
Un pacto por la educación
Si hay un rostro reconocido por denunciar la crisis en el sector educativo, es el de Luisa Pernalete, coordinadora de Fe y Alegría con más de 45 años de experiencia en esta red de escuelas que se ha mantenido trabajando en pro de garantizar a los niños una educación de calidad.
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vacantes para docentes hay en la organizaciónPara Pernalete la educación venezolana vive hoy su momento más crítico y por ello requiere de respuestas urgentes de toda la sociedad. Es por eso que plantea un pacto por la educación que se enfoque principalmente en atender a los alumnos con programas de alimentación y dignificar la labor del personal docente que se mantiene exigiendo un reajuste salarial desde 2017.
En este sentido, el director del instituto de San José de Fe y Alegría, Rafael Peña, recordó que actualmente un profesor con 11 años de experiencia en el área educativa gana mensualmente 451.250 bolívares, lo que equivale a 6,16 dólares a la tasa de cambio del Banco Central de Venezuela (BCV).
“Sin educación no hay presente o futuro para los niños del país. Según Provea en el año 2018 hubo 1.275 planteles activos menos que en 2017. Si decimos que queremos proteger la educación debemos también proteger a los docentes”, detalló la profesora Pernalete en exclusiva para El Diario.
La coordinadora de Fe y Alegría es consciente de que ninguno de los problemas que afecta al sector educativo tiene solución a corto plazo. No obstante, cree que es necesario trabajar, en la medida de las posibilidades, en solventar algunas problemáticas. Tal y como ha venido haciendo la institución desde hace dos años con su plan de emergencia.
“No podemos esperar a que se arregle todo, por eso vamos ensayando y multiplicando. Estamos pensando aquí y más allá, capacitando a madres temporales, estamos todo el tiempo pensando en qué hacer a corto plazo”, asegura.
Aunque este programa que ejecuta la organización ha logrado mantener a flote las 176 escuelas que operan en el territorio nacional, los directivos de Fe y Alegría no tienen planes de llevar este proyecto al Ministerio de Educación para que estudie extenderlo a todo el sector, bastante golpeado por la crisis.
El programa para atender la emergencia se ha implementado en todas las escuelas de Fe y Alegría desde hace un año. En la actualidad continúan trabajando para perfeccionarlo, por ello todo el personal docente trabaja en sesión permanente a través de diferentes jornadas de consulta con diversos sectores. La finalidad es la misma que la de hace 65 años, seguir impartiendo educación a los más jóvenes, aún en medio de la adversidad.
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