- Una residente de pediatría confesó para El Diario que en el hospital donde trabaja las jornadas laborales han cambiado drásticamente y el miedo y la angustia de los padres puede percibirse en el área de hospitalización
Cuando Andrea Rojas*, de 27 años de edad, decidió seguir su sueño de convertirse en pediatra tuvo que dejar a su familia y su hogar en el estado Apure para viajar hacia Caracas e iniciar su posgrado. Aunque no se arrepiente de su decisión, le gustaría poder acompañar a sus padres e hijo durante la cuarentena por la pandemia del Covid-19.
Desde que inició su especialización, Andrea asistía al hospital de lunes a viernes, en el horario de 6:00 am a 4:00 pm (aunque su paso por centro de salud siempre termina una hora más tarde). Además, realizaba guardias de 16 horas cada cinco días para alternar con el resto de los residentes. Sin embargo, la llegada del coronavirus de Wuhan a Venezuela obligó al personal de salud a crear planes de contingencia y ahora solo acude tres veces por semana de 6:00 am a 1:00 pm. Las guardias continúan igual.
“Las actividades académicas están suspendidas y tampoco estamos pasando consulta, así que solo vemos las áreas de choque: triaje, emergencia y hospitalización”, indicó la médico residente en entrevista para El Diario.
El día a día de los médicos no ha sido el único que ha cambiado, pues Andrea nota la preocupación en los padres de los pacientes que continúan en el hospital. Cada vez que ingresa un nuevo paciente a la Emergencia se encienden las alertas de los familiares.
Aunque todavía no existen casos de coronavirus registrados en el centro de salud, la residente estima que solo es cuestión de tiempo para que ocurra, por lo que los niños con enfermedades crónicas y que necesitan ventilación mecánica estarían mucho más expuestos a contagiarse y presentar complicaciones.
153
casos confirmados52
recuperados7
fallecidos“Como médico sé que la epidemia puede avanzar más, como pasó con Estados Unidos e Italia, y que los hospitales centinela se van a abarrotar. Mi mayor preocupación es que la infección no se pueda controlar y no nos demos abasto con el poco personal de salud que hay”, expresó.
A pesar de sus preocupaciones, la médico está segura de que tanto ella como sus colegas responderán de la mejor manera ante el reto que representa este virus que ha afectado gran parte de mundo.
Agregó que una de las características que tiene el gremio médico venezolano es la valentía, pues es una carrera que implica mucho riesgos y quien la toma es consciente de ello.
La profesional de la salud resaltó la importancia de mantenerse con optimismo sin caer en la irresponsabilidad, pues asegura que el gremio podrá superar esta epidemia y comentarle a las futuras generaciones lo que aprendieron de esta crisis.
El aislamiento
Fuera del entorno laboral Andrea y sus compañeros deben mantener la mayor distancia social posible y procurar ir de el trabajo a sus casas directamente, pues la vida de muchas personas depende de que ellos se mantengan saludables.
Antes de entrar a su casa se quita la ropa y todo lo que trae del hospital, sigue su protocolo de higiene para evitar que cualquier virus se mantenga en su cuerpo o alguna de sus cosas.
Cuando ya se siente segura intenta comunicarse con su familia. En ocasiones no lo logra pues la señal en su vivienda “es pésima”, por lo que muchas veces recurre a las notas de voz de WhatsApp para escuchar a sus padres y su hijo.
Sin embargo, sigue intentando establecer una videollamada, que logra cada 48 a 72 horas aproximadamente.
El mensaje que siempre le repite a sus parientes es que no salgan, que cumplan la cuarentena y no permitan que nadie los visite pues es la única forma de protegerse.
Sus padres le sugieren que se cuide mucho. Nunca le han pedido que falta a sus responsabilidades pues saben que ir al hospital es parte de su vocación. También le recuerdan que coma bien, duerma y que se lave las manos constantemente.
Al terminar la conversación con su familia, Andrea extraña la sensación de abrazar y besar a su hijo, antes podía verlo cada 15 días, pero en esta situación no sabe cuándo podrá volver a hacerlo.
Como trabajadora de la salud es consciente de que sus medidas de prevención deben ser extremas para no perjudicar a quienes quiere. Agregó que le angustia mucho ver a personas por las calles de Caracas sin tomar ninguna previsión para evitar contagiarse.
“Siento que muchas personas no se están tomando esto en serio, que es un juego y están en la calle sin usar bien el tapaboca, sin medidas de higiene y circulando por ahí como si esta pandemia fuera cualquier cosa”, comentó.
La recomendación de la pediatra para la ciudadanía es acatar la medida de cuarentena, pues eso garantizará que la propagación del virus disminuya. Además recordó que la higiene de las manos es fundamental, incluso cuando se hace uso de guantes.
Al final del día, Andrea repasa todo aquello que aprendió en su jornada, porque su formación no ha terminado y quiere seguir dándole lo mejor a quienes dependen de ella. También pide a Dios porque la ciudadanía comprenda lo grave del Covid-19. Ella confía en que el sacrificio de los médicos deben complementarse con el aislamiento de los ciudadanos para vencer al virus.
*El nombre utilizado en el trabajo es ficticio, la médico pidió proteger su identidad para evitar represalias.
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