Hay quien tiene fe en la humanidad y hay quien no. Hay quienes a veces la perdemos y luego la recuperamos. Cuando hablamos de fe, debo confesar que solo rezo en los aviones y que soy más de ofrecer que de pedir. No me parece justo pedirle a un Dios algo que creo que me merezco, sin comprometerme de ninguna manera. Pero también es verdad que mi forma de fe ha cambiado en estos tiempos de coronavirus.

Cada quien con su fe

En el mundo de hoy, comprometernos con nuestra evolución y cambio no es opcional. Y esa posibilidad es también una fe, en la humanidad y su capacidad de reinventarse. Nunca estuvo tan claro como ahora que: o cambiamos o perdemos y creer que perderemos, no es una opción para mí. Comprender el nuevo mundo durante y post pandemia, pasa necesariamente por la voluntad de cambiar que tenga cada uno.

En ese camino, estoy comprometido con el cambio. A esa idea soy capaz de encenderle velas, pero además pienso todos los días: ¿qué puedo hacer diferente?, ¿cómo puedo contribuir? Para algo nos tocó a nosotros vivir este momento. Creo que las respuestas llegarán o al menos tengo fe.

Pero mientras eso pasa, también ahora estoy pidiendo:

—No solo que vuelva nuestra libertad y plena salud, quiero que vuelva cuando también seamos libres de los virus mentales que nos trajeron hasta aquí.

—No solo poder volver a abrazar a los míos, quiero que todos estemos comprometidos con nuestra evolución en ese momento.

—No solo quiero volver a la normalidad, quiero que construyamos una nueva normalidad, más justa y consciente.

—Una normalidad donde podamos salir a la calle con tranquilidad y los animales que hoy se sienten más libres, también puedan hacerlo.

Hay quienes esperan con mucha fe que pase algo, que llegue la vacuna, el remedio o simplemente la noticia de que todo se acabó. Esperan con fe que todo vuelva a “la normalidad”. Yo pido y ofrezco mi compromiso personal con el cambio, que empieza por cada uno. Mi fe está puesta en la idea de no regresar a la “normalidad” que causó todo esto. Creo que mientras más pronto lo entendamos, mejor. Cada quien con su fe.

Cada quien con su fe
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