Todos tenemos sueños. Esos sueños se tienen que transformar en metas para que así podamos cumplirlos. Ese es el primer paso para poder ser productivos, saber lo que queremos.

Hay varios sistemas para escribir las metas, pero todos incluyen el tema tiempo y que sea específica. Mientras lo usé me había funcionado, pero al estar en cuarentena la situación se complicó, comencé a pensar que mis metas no se iban a lograr y hasta pensé en cambiar de meta.

Pero resulta que una situación tiene muchos ángulos. Les enseño con un ejemplo: toma cualquier objeto que tengas cerca y obsérvalo, luego dale la vuelta a la derecha y pregúntate ¿veo lo mismo? Luego voltéalo a la izquierda y hazte la misma pregunta. Luego ve la parte de atrás. Y la respuesta va hacer que no es igual, que siempre verás algo diferente. Eso es lo que tenemos que hacer con nuestras metas.

El gran jugador: La mente

Realmente es sencillo, poder ver los diferentes lados de un objeto, pero cuando hablamos de algo intangible que deseamos con todo nuestro corazón, es un poco más complicado. Y ahí entra a jugar nuestra mente.

¿Pero nos jugará a favor o en contra? La respuesta será en función a que tan flexible o no sea.

Para explicar esto siempre pido que comenzamos por el principio, y este es que debemos entender que todos somos diferentes y que por mucho que intentemos ser iguales, no lo somos.

Lo segundo es que conozcamos características de la mente rígida y flexible, para saber que tanto porcentaje tenemos de cada una.

Mente rígida

No se permiten dudar de sí mismos.

Aborrecen las críticas.

No se autocritican.

Quieren tener siempre la razón.

Incapacidad de integrar información divergente.

Consideran el humor frívolo.

Suelen tener prejuicios.

Leer más  ¿El Sebin es el órgano de cobranzas de Cashea?

Son autoritarios.

Mente flexible

Avanzan y retroceden con facilidad.

Pueden ajustarse o modificarse sin conflicto.

Se caen y se levantan rápidamente.

Suelen revisarse.

No le tienen miedo a dudar.

Tienen gran capacidad a la crítica y la autocrítica.

Son capaces de utilizar toda la información relevante para comprender los hechos.

Aprenden a tomarse algunas cosas no muy en serio y son capaces de reírse de sí mismos.

Ejercen el derecho a la desobediencia razonada y razonable.

No discriminan a las personas.

Aceptan las diferencias.

Pero saben que todo tiene un lado positivo y es que podemos entrenar a nuestro cerebro para que sea un poco más flexible, para eso podemos hacer las siguientes actividades:

Hacerse análisis crítico (eso si sin darnos con el látigo, sino siendo realistas).

Buscar un hecho y ver toda la información, para luego escoger las más relevantes y así comprender los hechos.

Comenzar a reírse de uno mismo, eso no significa burlarse.

Ejercer el derecho de la desobediencia en algún punto, como decidir no entrenar hoy.

Conocer sobre religiones, personalidades, estilos de vida, puntos de vista que no aceptemos mucho para comprender un poco más.

Aprender un idioma.

Estudiar varias materias a la vez, esto con un sistema de estudio que te permita ser productivo.

Hacer ejercicios de análisis matemático.

NOTA: Podemos incluir a los niños.

Recuerden que esto es un paso a la vez y que debemos es de tener paciencia, pero se puede lograr.

De regreso a la meta

Después de trabajar nuestra mente y poder tener una visión de un ángulo diferente será más fácil escoger un sistema de metas que nos ayude a conseguir lo que deseamos, sin pararnos.

Les dejo mi ejemplo, mi meta laborar era muy específica, más que definir el tiempo, era medir los objetivos. Así que en esta cuarentena le di la vuelta y si bien no puedo lograrlos directamente, puedo dedicarme aprender y a estudiar mucho más sobre el tema, hacer algunas prácticas y así dar un paso hacia adelante.

Leer más  La Traviata: de la convención al riesgo

¿Ahora por donde comenzar?

Es este punto pensemos en lo macro, en el sueño. Ahí personas que lo llaman la gran roca o la semilla, el nombre es el que más te guste, lo importante es que entiendas en primer lugar que eres único y en segundo que es la base para generar metas.

Entonces para arrancar comencemos a escribir sin filtrar nada una lista de cosas que quieres lograr, recuerda que todo está bien, si para ti está bien.

Después de que tengas la listas, concéntrate en sentir y léela en voz alta, y ve puntuando del uno al cinco cada una y de ahí podrás sacar las 4 primeras (que son las que obtuvieron mayor puntaje.

Con ese cuadro de inicios, hazte las siguientes preguntas:

¿Qué es lo que realmente deseas lograr?

¿Si es tan importante para ti, cómo es que no lo estás viviendo ahora?

La idea es no tener muchas metas porque no te vas a enfocar, así que te recomiendo una meta familiar, una laboral y una personal.

Sin embargo, algunos consideran que fijarse metas no es el camino correcto, pues para lograr grandes cambios en nuestra vida, lo que tenemos que hacer es crear hábitos y desarrollar sistemas.

Lo que tienen en común estos conceptos es que ambos son repetibles. Y cuando se construyen hábitos o se desarrollan sistemas nos estamos enfocando en lo que debemos hacer cada día, no en lo que haremos en un futuro lejano.

Por ejemplo, si eres un escritor, tu objetivo es escribir un libro, pero tu sistema es el horario de escritura que sigues cada semana; si eres un corredor, tu objetivo es correr un maratón, pero tu sistema es tu horario de entrenamiento diario durante el mes.

Leer más  ¿El Sebin es el órgano de cobranzas de Cashea?

Lo que observamos es que dejar de pensar en el objetivo final (meta) y centrarnos únicamente en el proceso (sistema) nos hace disfrutar más del trabajo y obtener, incluso, mejores resultados. Hay quien afirma que esto se debe a que los hábitos y sistemas dan control. Si nos fijamos una meta que no podemos controlar, nos sentimos frustrados y decepcionados cuando no logramos concluir completamente ese objetivo. Y trabajar con objetivos que no podemos controlar, solo nos conducirá al fracaso.

No existe un número exacto de días para construir un hábito simplemente porque, no existe una persona igual a otra en el mundo. Así que como referencia yo uso 30 días. Pero es cierto que el tiempo que te llevará construir un nuevo hábito dependerá del hábito en sí mismo, de las circunstancias en que te encuentres y de tu propia personalidad. Lo ideal es comenzar con hábitos pequeños, tan ridículamente pequeños que sería tonto no hacerlos. Y la verdad es que funcionan porque construyen el hábito por sí mismos y nos ayudan en la parte más difícil: el arranque.

Un sistema no necesariamente te llevará al éxito todo el tiempo, lo bueno es que puedes perfeccionarlo hasta obtener los resultados que deseas, siempre y cuando exista compromiso de tu parte.

Esto es lo que he estado practicando en el periodo de cuarentena, y hasta ahora me mantiene enfocada. Los resultados los podré comenzar a final de año.

Ahora es importante generar, saber generar hábitos por eso te dejo una guía.

Los hábitos no son más que acciones que repites muchas veces, y se meten en tu cabeza, para realizarlas sin que te des cuenta, o como muchos decimos en automático.

Leer más  La Traviata: de la convención al riesgo

Y las formas de lograrlo son variadas, lo que tiene similitud en todas es que no se hace de un día para otro.

Le quiero dejar la que uso y me ha funcionado:

1) En primer lugar escoger el hábito a trabajar, recordando que es uno solo.

Pero la primera clave es que identifiques de manera especifica el ¿por qué? Eso es lo que te va a dar la motivación para conseguirlo

2) Diseñar el plan para realizarlo, aquí siempre pienso en las actividades más fáciles para mi. Ejemplo si el hábito es comenzar a tomar más agua busco un termo bonito y práctico de usar, para que el cargarlo no se convierta en una excusa.

3) Comienzo a generar recordatorios, por eso uso las alarma del teléfono y post it en lugares estratégico. Pero además hago una rutina, ejemplo cuando trabajaba el hábito para usar protector solar en la cara, mi rutina era hacerlo justo después de cepillarme los dientes y colocaba el protector justo al lado de la pasta de dientes.

4) Esto lo repetía por 21 días mínimo. Para eso diseñe una plantilla que me permite anotar los días que lo hago, además de el por qué para siempre tenerlo en mente, y si se me olvida el día 15, debo volver a comenzar.

5) Otra de las claves es el premio que conseguiré por haber generado el hábito. En el caso regresar a mi rutina de ejercicios el premio es hacer una merienda con mis amigas.

Generar un hábito no es tan difícil, lo importante es que realmente lo quieras hacer y el por qué. Comienza y cuéntame cuál es el hábito que deseas trabajar en @amaperaza.

Artículos relacionados del autor