• Mientras el país se prepara para la flexibilización de la cuarentena, el régimen trabaja en el nuevo esquema de comercialización del combustible. Analistas de mercado dijeron a El Diario que es el momento para que se produzca la privatización parcial de algunos segmentos del negocio; otros dudan de que Maduro cambie el actual esquema de trabajo. Foto principal: Reuters – referencial

En Venezuela ha surgido toda suerte de especulaciones en relación con el precio que tendrá el litro de gasolina en el contexto de “nueva normalidad” que se avecina, a propósito de la flexibilización de la cuarentena. La reapertura de la economía nacional será progresiva y controlada, según lo anunció Nicolás Maduro.

Lo que hasta hace algunos años era un tema prohibido, se terminó de confirmar el 27 de mayo: el precio del combustible va a subir. El país ahora no genera, sino que importa la gasolina, por lo que los venezolanos tendrán que pagar por un producto que durante décadas fue prácticamente regalado.

Sin filtros

u003c!u002du002d wp:paragraph u002du002du003enu003cpu003eMaduro anunció que la gasolina proveniente de Irán fue pagada en dólares y, por tal motivo “debemos cobrarla”.u0026nbsp;u003c/pu003enu003c!u002du002d /wp:paragraph u002du002du003ennu003c!u002du002d wp:paragraph u002du002du003enu003cpu003eEl dirigente agregó que, para determinar el nuevo precio de venta de la gasolina en el país, se realizará una consulta que se está evaluando con un “equipo capacitado” para avanzar en el denominado “plan de normalización y regularización del suministro” del combustible.u003c/pu003enu003c!u002du002d /wp:paragraph u002du002du003e

Uno de los paradigmas de la revolución, el subsidio al costo de la gasolina, se derrumbó en estos meses de pandemia. La escasez del producto generó un floreciente mercado negro en donde el esquema de precios lo fija el criterio del proveedor: 1.5, 2, 3 y hasta 4 dólares por cada litro. 

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Desde la cúpula gobernante se prepara un plan de distribución de combustible que se impondrá en un país diezmado por la crisis económica y por la paralización de la economía. Voceros del régimen comentan que habrá un sistema de subsidio al transporte público, trabajadores al servicio del Estado, cuerpos policiales y sanitarios y a sectores sociales de escasos recursos. 

A menos de media máquina. De las 1.670 estaciones de servicio que tiene el país están operativas menos de 300.

Antero Alvarado, director de la empresa Gas Energy Latin America, ha afirmado que el mercado interno de combustible ha tenido un disminución importante en los últimos años: del consumo de 320.000 en 2012 pasó a menos de 160.000 antes de la pandemia. 

Las refinerías de Amuay, Cardón y El Palito dejaron de producir hidrocarburos debido a las precarias condiciones de trabajo y de mantenimiento de las unidades.

Nuevo método de cobro de gasolina derrumba paradigma de la revolución
Buque iraní Fortune en costas venezolanas. Foto: AFP

Según Alvarado, el complejo refinador nacional apenas produce 20% de lo que se necesita en el país “Y el gobierno no ha sido constante en su esquema de importaciones. Un mes traen 220.000 barriles, el otro 70.000. Uno sube, otro baja”.

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Añade que este es el momento para permitir la privatización del sector productor y distribuidor de combustible “incluso las estaciones de servicio que hoy están abandonadas pueden pasar de manos estatales a empresas que las recuperen y las hagan rentables”.

Rompiendo esquemas

En el sector empresarial y profesional se hacen los cálculos de cuánto puede costar el litro de gasolina en la “nueva normalidad” si persisten las fallas y la poca producción en el sistema refinador nacional y si continúan las importaciones.

El ingeniero Emilio Herrera fue gerente de Centro Refinador Paraguaná (CRP) ubicado en el estado Falcón y conoce el negocio de los derivados del petróleo a fondo.

En conversación con El Diario aseguró que si el régimen de Nicolás Maduro sigue importando gasolina desde Irán, tiene que haber una sinceración de los precios del combustible. 

Una cosa es producir en el país y otra es importar. El galón de combustible comprado al antiguo imperio persa debería colocarse con un 20 o 25% por encima de los precios internacionales del combustible si el gobierno no quiere seguir perdiendo dinero y no puede correr el riesgo de arruinar al país. Estamos a la expectativa de cuánto puede costar el litro de gasolina bajo ese escenario; lo que se diga es especulación”, aseguró.

−¿Una norma de la revolución, el no aumentar el precio de la gasolina para evitar una explosión social como la del Caracazo de 1989, se derrumba entonces con Maduro?

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−A Maduro lo pueden acusar de traicionar los preceptos de Hugo Chávez, que siempre defendió que ninguna parte del sector petrolero podía estar en manos de privados ajenos a la República.

¿Es factible que se privatice y se permita la participación de capitales foráneos en las cadenas de valor del negocio del combustible?

−El régimen de Nicolás Maduro se encargó de informar a los cuatro puntos cardinales que ningún elemento del negocio petrolero puede ser sometido a una condición en el que la República pierda manejo y controlabilidad. Eso está instituido en la Ley de Hidrocarburos de la República que data de la presidencia de Hugo Chávez. Además, el texto constitucional prohíbe que elemento extranjero alguno tenga control sobre el bien sagrado de la república como es el negocio petróleo. Para que ellos den ese paso, será una condición sine qua non que modifiquen la Constitución.

Se profundizará el bachaqueo

El economista Benjamín Tripier considera que el Estado venezolano tiene control y participación de todos y cada uno de los segmentos del negocio petrolero. “Difícilmente se desprenderá del control de algunos de los eslabones de la cadena”.

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Estación de servicio en Venezuela en 2019. Foto: Cordon Press

En una conferencia vía Zoom, el también analista de entorno comentó que “el bachaqueo y el mercado negro de gasolina llegaron para quedarse por un tiempo, por las señales de que el Estado –dueño del negocio petrolero– ya no tiene capacidad de producirlo ni dinero suficiente para importarlo en bases continúas. Los barcos iraníes son solo un paliativo transitorio, con bajo impacto en la demanda, pues se anticipa que se destinarán solo a los mercados de privilegio como viene ocurriendo últimamente; y la posibilidad de reactivación de las refinerías… bueno, habría que esperar para verlo, pues no genera credibilidad”.

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Consideró que cualquier tipo de gasolina que entre al país, por vías legales o de contrabando, “recibirá la presión de los compradores de oportunidad, los cuales la guardarán para revenderla un corto tiempo después, cuando nuevamente vuelva a desaparecer”.

Estimó Tripier que “hasta que no haya una nueva expectativa de normalización –que podría estar en el manejo privado del negocio– la transaccionalidad se canalizará hacia los ‘caminos verdes’. Y del precio mejor no hablemos, pues será muy alto al principio y se estabilizará después”.

En todo caso, hay que esperar los anuncios oficiales en materia de aumento del precio del combustible y de la nueva política energética del régimen de Maduro.

Este artículo de El Diario fue editado por: Irelis Durand | José Silva

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