“Esta serie incluye descripciones gráficas de abuso sexual a menores, lo cual puede ser perturbador para algunas personas”, es la clara advertencia que deja Netflix antes de iniciar la docuserie Jeffrey Epstein: asquerosamente rico. El controversial documental reúne testimonios de periodistas, policías, psicólogos  y víctimas que fueron abusadas por el magnate Jeffrey Epstein durante varios años. 

La serie ha tenido diversas reacciones sobre su producción y la calidad del contenido, pero también ocasionó que surgieran opiniones arbitrarias sobre el papel de las víctimas en los abusos. 

El tema tomó relevancia en el entorno venezolano este sábado, luego de que Juan Carlos Sosa Azpurua, escritor y abogado, cuestionara la calidad del documental, porque los testimonios eran narrados por mujeres mayores de edad y no por adolescentes. Además, argumentó que el documental le quita responsabilidad a las jóvenes que aceptaron tener relaciones con el millonario.

Uno de los aspectos más cuestionados fue el de calificar a una joven de 14 años de edad como una mujer en lugar de una niña.

Las respuestas al comentario del escritor no se hicieron esperar pues la comunidad de Twitter reaccionó en contra de sus comentarios. 

“Una muchacha de 14 años es una niña. Yo jamás hubiese estado ‘ok’ con que algo así le ocurriera a mi hija y jamás podría culpabilizarla porque para un viejo de 50 años ella sabe lo que está haciendo”, respondió una usuaria.

Así como Sosa Azpúrua, todavía existen personas de poder e influenciadores que sostienen que las víctimas de abusos tienen una cuota de responsabilidad en esos hechos. Quienes emiten estas opiniones respecto a estos temas están cometiendo un error, pues con sus comentarios otorgan validez a acciones que están muy mal y que al mismo tiempo pueden invalidar la experiencia de millones de mujeres que han tenido que atravesar por situaciones parecidas, dejando entrever la errónea posibilidad de que lo que hayan enfrentado es su responsabilidad.

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Este es un problema sociocultural muy común en América y por el que organizaciones de defensa a los derechos de las mujeres y que luchan por la igualdad de género han alzado sus voces. 

En noviembre del año 2019, un grupo feminista chileno las Tesis realizó una manifestación creativa con el performance Un violador en tu camino, una canción que se convirtió en himno feminista durante varios meses y que lleva un mensaje claro: la víctima no es culpable del acoso, abuso, violencia o asesinato. 

“Y la culpa no era mía ni dónde estaba ni cómo vestía. El violador eres tú”, es uno de los versos que explica claramente que argumentos como que la vestimenta, la forma de hablar o el lugar donde se encontraba la persona no son una justificación de un abuso. 

Ariana González, coordinadora municipal de Voluntad Popular en El Hatillo y licenciada en educación, aclaró que la indignación que generaron los tuits de Sosa Azpúrua se debieron al comentario en el que indicó que una joven de 14 años de edad ya era una adulta, por lo que era considerada responsable de sus actos.

Los 14 años todavía forman parte del proceso de la adolescencia del ser humano, incluso ante la ley la edad mínima para ser tomado en cuenta como un adulto son los 18 años, hasta hay algunos países que lo consideran a los 21 años de edad”, indicó González en entrevista para El Diario.

La dirigente ve con preocupación este tipo de mensajes, pues asegura que defienden directamente al abusador y hace señalamientos contra los abusados.

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“De entrada este señor demuestra que es de los defensores de que si una mujer sale con minifalda a la calle y la violan es responsabilidad de ella y no del violador, esta es la principal muestra de una persona misógina que responsabiliza a menores de edad por ser abusadas”, añadió.

González considera irresponsable emitir comentarios de ese tipo sin conocer el contexto en el que se dieron los abusos. “No sabemos qué clase de violencia psicológica está detrás de los abusos, qué pudo ofrecerles para manipularlas, con qué pudo chantajearlas y si eso tuvo algunas consecuencias”.

El documental no solo aborda abusos sexuales, sino redes de manipulación que implicaban a menores que buscaban a otras para satisfacer los deseos de Epstein y otras personas. 

La dirigente insistió en que buscar justificaciones para estos hechos responsabilizando a los mas vulnerables es un error que debe erradicarse.

“Es importante que nosotros empecemos a entender que si una mujer es víctima de violencia por su pareja y sigue con él no es necesariamente porque le guste que la golpeen, es que detrás de esa agresión hay mucho más, esa es solo la punta del iceberg”, añadió.

¿Qué indica la psicología?

La psicóloga Skeilly Castellanos detalló en entrevista exclusiva para El Diario que en estos casos de abuso como el de Epstein, el comportamiento del abusador viene siempre acompañado de premeditación y casi siempre de manipulaciones que le permitan llevar a cabo el delito.

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“La mayoría de estas personas suelen ser selectivos con sus víctimas, construyen la oportunidad. Sus víctimas suelen ser niños muy pequeños o hasta los 14 años, es lo más frecuente”, detalla la especialista haciendo énfasis en que esa edad todavía se corresponde con la etapa de la niñez.

Asimismo, también explicó que los abusadores suelen entablar una relación de cercanía con la víctima, un vínculo de confidencialidad, una falsa amistad que les permite seguir manipulando la situación para que la víctima lo sienta familiar. Con este comportamiento también buscan no ser delatados.

¿Por qué la víctima, en este caso una niña, no es responsable de sufrir el abuso?

—En principio porque hay un tema de juicio crítico que no madura sino hasta la adolescencia o después de ella. Los niños y los preadolescentes todavía están formando una valoración de lo que es bueno y lo que es malo. La verdad es que incluso en la primera infancia, la valoración de las acciones suele ser en función de las consecuencias sobre los padres. Es decir, si los padres se ponen bravos, es que se hizo algo malo, y si están contentos, es que se hizo algo bueno. No hay una consciencia todavía, eso se va formando poco a poco, sobre lo positivo o lo negativo de la conducta.

La psicóloga Castellanos detalla que cuando se habla sobre estas conductas sexuales es importante considerar que el desarrollo sexual en los niños no suele ser erótico sino hasta entrada la adolescencia. Los niños en sus primeras etapas de desarrollo hacen una exploración, un descubrimiento de todo lo que es su zona genital, su sexualidad y su género para identificarse. Pero esta exploración no tiene un contenido erótico. No lo hacen por establecer una relación sexual como lo haría un adulto. Eso se empieza a establecer con el desarrollo durante la adolescencia.

Es muy poco probable, por no decir imposible, que sea un niño o un adolescente quien incite a una relación sexual con un adulto”, puntualiza la especialista.

De acuerdo con Castellanos, en medio de esta situación es el adulto quien posee el conocimiento pleno del acto sexual y sabe que un niño o un adolescente no va a poder defenderse. Saben cómo someterlo y manipularlo en una relación sexual y hace especial énfasis en que no es sino hasta los 18 o 20 años cuando la persona alcanza un completo uso de sus facultades cognitivas.

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Kathryn Stamoulis, psicóloga de sexualidad adolescente, señala en el documental que las mujeres que buscaban a las víctimas de Jeffrey Epstein fueron manipuladas de forma muy singular. 

Las hacía sentir especiales y también les ofreció oportunidades que podían sacarlas de sus circunstancias. Además de todo no tenían que hacer nada sexual con este hombre maduro. Así es como Jeffrey Epstein creó un esquema piramidal sexualu0022, explicó la psicóloga.

Virginija Langbakk, directora del Instituto Europeo de Igualdad de Género (EIGE), ha explicado en múltiples entrevistas que la violencia contra mujeres y niñas se debe en parte a la desigualdad de género, pues los hombres las ven como objetos de su propiedad y asumen que tienen el derecho de hacer con ellas lo que quieran. Ante esta realidad ha destacado las redes sociales como una ventana que funcionado para visibilizar esta problemática, a pesar de que también funcione como un espacio en el que se tiende a culpar a la víctima, como si de alguna manera ella se lo buscó.

Este escenario que describe Langbakk es justamente con el que nos encontramos hoy en día, frente a los comentarios emitidos por Sosa Azpúrua y quienes los validan; comentarios que en El Diario repudiamos completamente.

El perfil de Jeffrey Epstein, que fue revelado durante el documental, es el de un manipulador que utilizaba su dinero, contactos e influencias para controlar a las víctimas, los medios de comunicación y las instituciones de justicia estadounidenses. 

Entre algunas de las personalidad que se codeaban con Epstein estaban el ex presidente Bill Clinton y el actual presidente estadounidense Donald Trump. Los testimonios en la serie también revelan que las manipulaciones no se limitaron a los actos sexuales, sino que fueron clave en el encubrimiento de pruebas contundentes para las investigaciones periodistas y policiacas.

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