- El asesinato de mujeres por motivos de género no ha cesado durante la cuarentena. La cifra de estos crímenes supera las muertes por covid-19 en el país. En El Diario conversamos con especialistas que nos explicaron sobre el aumento de la vulnerabilidad durante el confinamiento
Keiderly Morán salió de su hogar el 20 de mayo de este año, pero nunca regresó. Su familia preocupada denunció la desaparición ante las autoridades competentes, pero no había rastro ni información sobre el paradero de la mujer de 29 años de edad y madre de un niño de cuatro. Con el transcurrir de los días la desesperación de la familia aumentaba. Fue el 26 de mayo cuando sus familiares descubrieron la aterradora verdad.
Durante las investigaciones del Cuerpo de Investigaciones, Científicas, Penales y Criminalísticas (Cicpc) las ambigüedades en la versión del esposo de la víctima generaron sospechas. La confesión del hombre destapó una dolorosa realidad: admitió haberla asfixiado y enterrado en el arenal que había detrás de su casa. ¿El motivo? El sujeto la acusó de mantener una relación extramarital, un señalamiento que acabó con la vida de la estudiante de la Universidad Marítima del Caribe. El hombre esperó que ella se durmiera y la asfixió hasta morir.
Desde 16 de marzo, cuando inició la cuarentena, hasta el 31 de mayo, se registraron 42 femicidios en Venezuela, de acuerdo con el subregistro recolectado por Utopix en su Monitor de Femicidios.
En el mes de mayo se reportaron 17 femicidios en el país, de los cuales cuatro ocurrieron en el Distrito Capital. En marzo, Utopix registró 21 femicidios, mientras que en abril la organización contabilizó 20 crímenes por motivos de género. De los 42 femicidios, cuya información fue recolectada de medios digitales de información, 16 ocurrieron a manos de parejas o exparejas de las víctimas.
El femicidio es el último eslabón en el ciclo de violencia contra la mujer. La antropóloga Aimee Zambrano, quien es la responsable de la recolección del subregistro de mujeres asesinadas en el país producto de la violencia de género, explica para El Diario que si bien el confinamiento ha servido para que en Venezuela se registren menos casos por covid-19, también ha acentuado este tipo de violencia, puesto que las víctimas pasan las 24 horas con su agresor.
La especialista refiere que los femicidios ocurren a manos de personas cercanas a las víctimas. En Venezuela, comenta, la mayoría de estos crímenes ocurren por peleas en una relación de pareja.
“Eso nos habla de una cultura machista en la que la mujer y las niñas son vistas como objetos que pertenecen a los hombres y por eso se llega a este extremo de violencia, hasta llegar a lo último que es el femicidio”, señala Zambrano.
La curva de casos se ubica en mujeres con edades reproductivas, entre 16 y 35 años. En este punto, la especialista precisa que existe una cultura que romantiza los celos en una relación, lo que puede desencadenar actitudes posesivas hacia la mujer. Resalta que los celos en la pareja son indicativos de falta de confianza y de violencia en la relación. “Eso va in crescendo y podría terminar en una relación que ocasione el femicidio”, señala.
El femicidio es un tipo de crimen que se puede prevenir con políticas dirigidas a atender la violencia contra la mujer, indica Zambrano, al tiempo que resalta la influencia que la violencia machista, incentivada desde el hogar, desencadena la muerte de las mujeres.
El objetivo del Monitor de Femicidio es lograr que los crímenes contra la mujer sean visibilizados.
A juicio de la especialista, es fundamental que las mujeres y niñas comprendan el significado de violencia machista y sepan identificar las señales de abuso dentro de las relaciones de pareja o incluso relaciones familiares, pues estas conductas podrían ocasionar el femicidio.
Las vulnerabilidades de las mujeres que sufren violencia de género se ve agudizada durante la cuarentena. La especialista indica que gran parte de los países del mundo han aumentado las cifras de femicidio durante el confinamiento.
Femicidios en la región
u003c!u002du002d wp:paragraph u002du002du003enu003cpu003eONU Mujeres informó que en América Latina se ubican 14 de los 25 países con los índices de femicidios más altos del mundo. Hasta noviembre de del año 2019 se registraron 3.800 femicidios en América Latina, según datos de la Comisión Económica para América Latina y el Caribe (Cepal) publicados en su informe del año 2019.u0026nbsp; El Salvador lidera la lista con una cifra de 6,8 femicidios por cada 100.000 habitantes.u0026nbsp;u0026nbsp;u003c/pu003enu003c!u002du002d /wp:paragraph u002du002du003ennu003c!u002du002d wp:paragraph u002du002du003enu003cpu003eEn el caso de Venezuela, la última cifra que la Cepal pudo recolectar fue en 2016. La data arroja 0,8 femicidios por cada 100.000 habitantes. Esto se debe a la falta de cifras oficiales sobre estos crímenes en el país, según lo denunciado por la antropóloga.u0026nbsp;u003c/pu003enu003c!u002du002d /wp:paragraph u002du002du003e
La inexistente cuantificación oficial de feminicidios en Venezuela es un aspecto que resalta Ariana González, coordinadora municipal de El Hatillo y del Movimiento de Mujeres del partido Voluntad Popular, al momento de evaluar el incremento o no del número de femicidios durante la cuarentena por la pandemia.
La falta de cifras oficiales por parte de instituciones del régimen de Nicolás Maduro llevaron a la Subcomisión de Género de la Asamblea Nacional (AN) a contabilizar los casos de femicidios en el país. El registro arrojó 40 casos de femicidios desde el 16 de marzo hasta el 31 de mayo de 2020, lo que refleja una variable de dos hechos con relación al informe presentado por Utopix en su Monitor de Femicidio.
Violencia de género y femicidio
González comentó para El Diario que el Ministerio para la Mujer emitió una comunicación en la que pone a disposición una línea telefónica para las mujeres que sean víctimas de violencia de género. Esto para González puede ser una medida, más no es una solución, puesto que generalmente las mujeres que sufren estas agresiones no se comunican personalmente con líneas de apoyo, sino que tercerizan el pedido de ayuda en otras personas.
Destaca que la cantidad de mujeres que denuncian y personas de su entorno que apoyan es muy baja. “Eso otro problema que también tenemos. Este tipo de delitos se manifiesta menos que un homicidio, o un robo o un hurto, porque este tipo de casos se manejan muy discretos y silentes”, explica.
La activista destaca la importancia de incentivar la denuncia y que las personas que se encuentran en el entorno de una mujer que es víctima de abuso la apoyen e incluso denuncien esta situación.
El femicidio deriva de un tipo de discriminación, explica González. Así como existe la discriminación por motivos raciales, que ha desatado protestas en varias ciudades de Estados Unidos, existe la discriminación por género, aunque esta última es mucho más silente. “Hoy puedo decir que en Venezuela ha aumentado muchísimo (la discriminación por género), aunque no lo podamos visibilizar bien. Esto es una situación mundial y particularmente en Venezuela ha aumentado muchísimo la violencia de género”.
Una vez que la mujer comprenda que es víctima de violencia, debe tomar la decisión de denunciar, sin importar que el país se encuentre en un decreto de cuarentena, explica González. Señala que lo importante es establecer un plan luego de tomar la decisión de alejarse de la relación abusiva. El primer paso debe ser denunciar al agresor, afirma.
“Nosotros sabemos que vivimos en un país que no tiene Estado de Derecho pero paradójicamente en algunos de los casos el régimen pareciera que presta un poco más de atención.Con eso no quiero decir que el régimen ayuda al 100% porque bastante impunidad que hay en temas de violencia de género”, señala.
Impacto psicológico
El femicidio es la culminación del ciclo de violencia, el cual inicia con pequeños indicadores de maltrato o abuso y crece como “bola de nieve” hasta poner en riesgo la vida de la mujer, explica para El Diario la psicóloga Antonella Fabiano.
La especialista señala que existe carencia de educación en materia de derechos e igualdad desde la familia y la escuela. “Por tanto, aún hay mucho camino que recorrer si se quiere disminuir la incidencia de casos de mujeres y niñas que son maltratadas y mueren en manos de sus agresores”, comenta.
En Venezuela este tipo de delitos no son tipificados como homicidios sino que entran, generalmente, en la categoría de homicidio, a pesar de que la Ley Orgánica sobre el Derecho a las Mujeres a una Vida Libre de Violencia contempla el femicidio como un delito desde el año 2014.
“Es la forma extrema de violencia de género, causada por odio o desprecio a su condición de mujer, que degenera en su muerte, producidos tanto en el ámbito público como privado”, reza el artículo de la Ley.
“Tanto la sociedad machista como las instituciones han, de alguna manera, normalizado este tipo de crímenes, revictimizando a las mujeres y exponiéndolas al abandono. Las autoridades competentes no son instruidas adecuadamentes para la recepción de denuncias y atención a las víctimas”.
La psicóloga destaca que las víctimas de violencia de género están sometidas a mucho más estrés y angustia durante la cuarentena porque están constantemente con su agresor. Además señala que estas mujeres se encuentran lejos de su “red de apoyo” como lo son sus familiares.
Fabiano asegura que una persona violenta responde a ciertas características que al conocerse pueden ayudar a identificar las señales de abuso. En primer lugar, destaca que el primer signo de violencia es el abuso psicológico en la pareja en la que el hombre agrede verbalmente, humilla, menosprecia o amenaza. También se manifiestan señales de control en las que el hombre pretende dominar cualquier aspecto de la vida de la mujer, desde la forma de vestir hasta con qué personas se relaciona.
La señales anteriormente descritas pueden exacerbarse durante el confinamiento por la pandemia. La psicóloga destaca que la cuarentena puede incidir negativamente sobre los niveles de ansiedad y agresividad del agresor.”Los posibles problemas económicos, pérdida de trabajo, cuidado de los hijos, abusos de droga o alcohol incrementarían las situaciones de violencia, con el agravante de que la víctima y el grupo familiar no tengan posibilidad de alejarse dando mayor sensación de poder y control al agresor”, explica.
Fabiano señala que la violencia machista se debe a un desequilibrio en la relación de poder del hombre sobre la mujer en la cual se utiliza la agresión como mecanismo para mantener el dominio. Es por ello que los valores masculinos han predominado en un modelo patriarcal que aún existe en la sociedad, precisa la especialista.
Visibilización del femicidio en Venezuela
La periodista y fundadora de la ONG Caleidoscopio Humano, Gabriela Buada, comentó para El Diario que a diferencia de otras épocas, en la actualidad existe una mayor y más consecuente cobertura de los femicidios en el país a través de los medios de comunicación y ONG.
“En medio de todas estas vulnerabilidades es más fácil que un medio o una organización de derechos humanos reciba muchas denuncias o que tenga conocimiento que esto esté ocurriendo. Por esa razón si hemos vistos que se visibiliza esta situación en lo que tiene que ver con el feminicidio y su incremento”, explica la fundadora de la ONG que se encarga de monitorear la cobertura de violencia de género.
Buada destaca que los medios de comunicación tienen una gran responsabilidad al momento de dar cobertura a los temas sobre violencia de género y femicidios en el país. La información que se difunda debe estar orientada a no discriminar, revictimizar o justificar al agresor, debido a que esto genera un aumento de las vulnerabilidades. Resalta que parte de la responsabilidad de los medios de comunicación es orientar y apoyar a las víctimas.
La violencia de género es una pandemia silente en Venezuela y el mundo. Durante la cuarentena, muchas mujeres se deben enfrentar al riesgo de convivir con su agresor. El miedo a denunciar o el hecho de ignorar el abuso de género ha ocasionado más muertes en Venezuela durante el confinamiento que el virus del covid-19, según reflejan las cifras. Conocer las características de un agresor y las consecuencias de permanecer en el ciclo de violencia puede contribuir a la preservación de la vida de las víctimas.
Formas de pedir ayuda
Las personas en redes sociales se han hecho eco de la importancia de denunciar la violencia contra la mujer. El miedo a la reacción del agresor puede mitigar el pedido de ayuda de las víctimas. Sin embargo, existen formas discretas de pedir ayuda y que se han hecho virales en las plataformas digitales.
En este primer video, la mujer de la izquierda es víctima de violencia de género. Mientras conversa con su amiga, le pide ayuda con un sencillo movimiento con la mano.
En la red social Tik Tok también se impulsó una campaña para que las mujeres víctimas de violencia pidan ayuda. Se trata de simular que ordenan una pizza pero en realidad llaman a las líneas de emergencia.
Este artículo de El Diario fue editado por: Irelis Durand | Yazmely Labrador | Génesis Herrera.
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2 comentarios
Excelente trabajo, hay mucha información útil, ojalá muchas mujeres logren frenar a tiempo a sus agresores y evitar desenlaces fatales.
Excelente Publicación.
Aunque la realidad es que las instituciones públicas venezolana y las leyes para el apoyo a la mujer no se están aplicando como deberían ser, se están quedando en pura burocracia y corrupción. Y lo digo con base en mi propio caso, a pesar que denuncié 2 veces (ya hace más de 16 meses), no ha servido de nada.
Se dañó la relación de ambas partes, además del desgaste propio de la matrimonio, parecía una crisis matrimonial pero le descubrí un romance con una tercera persona cercana, y le informé de mi decisión de divorcio y él no aceptaba que yo lo quería dejar, se metió en la cabeza que yo tenía otro, mal manejamos los problemas y la situación, caímos en peleas discusiones demasiado fuertes, y ya un par de semanas después yo caí en depresión y él se convirtió en un abusador, él comenzó a bajar más y más y mi autoestima y descubrió mi fragilidad, comenzó a manipularme, a acosarme y maltratarme
Cada día incrementaba más y más su nivel de acoso, yo aguantaba por los niños, porque lo que ganaba me daba para medicinas de mi mamá y medio aportar al hogar, yo quería escapar, pero poco a poco él me fue rescindiendo de económicamente, social-mente, me controlaba hasta el tiempo que veía a mi familia para que yo no tuviera libertad de irme, para que yo me sintiera sola y logró ponerme a dudar sobre mi capacidad de salir adelante sola, a pesar de que nunca (antes, durante el matrimonio y después) he dejado de trabajar
Dentro de la casa era una tortura, fuera de la casa él tapabas las apariencias, se volvió en mi controlador, me fui entregando al miedo, al pánico, intente buscar en quien contarle, en quien refugiarme pero él comenzó a revisar mi celular y a tergiversar las cosas, ya aquí era llamada “Pu..”, “Grandisima Pu…” muchas veces al día inclusive frente a mis hijos, una noche lo encontré llorándome como si me había muerto con un cuchillo en la mano, mi miedo incremento, ya yo era quien le mentía entonces, caí en su círculo toxico, yo cedía por miedo, diciéndole que se calmará que no lo dejaría porque tenía miedo de desatar su irá sobre mí, me sentía vulnerable, cada día él revisaba hasta mi cartera al llegar a casa, no me dejaba ni bañarme sola, los abusos psicológicos diarios a cualquier hora del día, hostigamiento, abusos sexual, me obligaba a dormir en la misma cama que él, me contaba los días de menstruación, quedarme a dormir bajo el mismo cada noche fue de terror durante meses. Me amenazaba con llevarse a los niños lejos y que no los volvería a ver, me rastreaba por GPS, etc, etc, etc… Nunca me golpeo físicamente, estaba muy bien asesorado…
Busque ayuda psicológica a escondidas de él cuando venía al trabajo así fue que identifique en el círculo toxico y peligroso donde me encontraba y en el que había envuelto a mis hijos, hasta que un día no aguante más el acoso, el hostigamiento, las torturas nocturnas y tuve que irme de la casa con solo con 2 maletas de ropa y mis hijos, dejar todo porque la paz que logré alcanzar no tenía ni tiene precio, mientras tanto hasta el sol de hoy él sigue disfrutando de todo lo trabajando juntos durante 1 década casados, juro verme regresar muriéndome de hambre, a pesar que lo denuncie 2 veces y aún un año después él sigue riéndose de lo que me hizo, mientras yo aquí saliendo adelante con mis hijos sola, desde cero y en esta situación país y de pandemia…
Tuve que ir a terapia durante meses, bueno las que pude costearme. Hasta la fecha legalmente no he podido solucionar nada, porque todos dicen que son $$$$ y miles de $$$, para mover las denuncias, abogado, para una demanda de divorcio, manutención, por daños y mil cosas más… ¿Dónde está la justicia venezolana?, ¿Donde están los derechos de mis hijos que son menores de edad y uno de ellos tiene una condición especial?, ¿La justicia se compra?, ¿Esperamos a que él se lo haga a otra y a otra? y ¿¿¿tal vez a que me mate o mate a otra???, ¿Por que huí y tiene doble caución, ya esa es toda la solución al problema?