• La mayoría de especies de tortugas marinas están en peligro de extinción. Desde hace varios años un biólogo oriundo de Caracas ha trabajado, junto con la comunidad en la costa de Choroní, en la conservación y preservación de estas especies en Venezuela

*Este reportaje de El Diario se publicó originalmente el 29 de septiembre de 2020

En las faldas de la costa de Choroní, en el estado Aragua, se pueden avistar los nidos de las embajadoras del mar. En el pueblo de estrechas calles, y los coloridos caseríos, su ubicación, escondida del mar, sirve de abrigo a las tortugas marinas en Venezuela.

De noche las olas dan la bienvenida a las visitantes. Las tortugas madres dejan a sus crías enterradas bajo la arena para volver al agua. Los lugareños de Choroní hallan los nidos en la playa atraídos por las huellas de estos reptiles. Posteriormente se cerca la zona, se corre la voz y comienza la espera del nacimiento de al menos 300 tortuguillos que emprenderán su viaje al mar.

Las tortugas marinas llegan desde hace cientos de años a Choroní. En el planeta llevan 110 millones de años aproximadamente, frente a los 100.000 de existencia de los seres humanos, explicó Marco Caputo, biólogo marino residenciado en el pueblo del estado Aragua. 

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Uno de los nidos de estos quelonios eclosionó el 24 de julio de 2020. Un ciclo que inició meses atrás había finalizado una vez que las crías llegan al océano.

“En Choroní tenemos voluntarios que están entrenados para reconocer los rastros y un aproximado de la especie de la tortuga que realizó la anidación. Una vez que la tortuga se va, se protege el nido y esperamos 45 días. En ese caso, la eclosión que ocurrió el viernes, fue una situación fuera de lo normal porque nacieron de día. Una vez que empieza a existir un hundimiento en la arena, esto quiere decir que los tortuguillos están listos para salir”, explicó el especialista. 

Caputo coordina junto con la comunidad de Choroní un proyecto de protección hacia las tortugas. La iniciativa consiste en demarcar los nidos y protegerlos, principalmente de los seres humanos. También realizan actividades didácticas con niños, charlas de identificación de rastros y especies y monitoreo de los nidos.

La idea es enamorar a los profesores y que ellos lleven ese encanto y amor por la naturaleza a las aulasu201d, dijo el experto para El Diario.

Entre enero y septiembre de 2020 se registraron tres nidos, todos ellos eclosionados. Caputo calcula que alrededor de 300 tortuguillos han llegado al mar. “Actualmente estamos en temporada de desove, esperamos que para agosto más de seis nidos hayan eclosionado”, agregó.

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Las arribadas no tienen fechas exactas, pues se trata de un fenómeno natural. Sin embargo, en desde algunos años, las tortugas pueden llegar a principios de mayo hasta octubre.

Un nuevo nido. Este miu00e9rcoles 29 de junio encontraron un nuevo nido en las orillas de Playa Grande, en Choronu00ed, estado Aragua.

“Hace seis años (2014) fue la última vez que pudimos avistar un nido de tortugas Cardón en Choroní”, sostuvo el biólogo.

Hay arribadas durante todo el año, pero la temporada alta con las llegadas más masivas de tortugas se dan entre agosto y diciembre. El proceso puede llegar a tardar hasta ocho días y se aprecia mejor durante la noche o madrugada, porque es el momento en que las tortugas encuentran menos depredadores y se sienten más seguras llegando a anidar.

Un proyecto conciencia

Cualquiera que haya sido testigo de tortuguillos marinos encontrando su camino hacia el océano sabe que estas pequeñas criaturas marinas enfrentan un enorme desafío.

No solo tienen que atravesar varios metros de arena para llegar al mar sin ninguna interferencia. Una vez que están en el océano, se encuentran con el riesgo de la contaminación, enredarse en artes de pesca, además de los depredadores naturales. 

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El proyecto detrás del nacimiento de tortugas marinas en Choroní
Foto cortesía

Si bien nacen independientes, son pequeñas y frágiles, con 3,5 cm o 4 cm de longitud. De cada 1.000 crías solo una o dos alcanzan la edad adulta, en promedio 30 años.

Desde 2014 se intensificaron los esfuerzos de conservaciu00f3n de las tortugas marinas enfocados en la comunidad, sobre todo tras la desapariciu00f3n de la tortuga Cardu00f3n hace seis au00f1os.

En primer lugar, los nidos de tortuga están marcados, protegidos y controlados. También se ha implementado un enfoque para la educación de los jóvenes sobre la importancia de preservar a estas especies. 

Las charlas se dan en las escuelas locales, así como en la propias playa, haciendo hincapié en la importancia de la biodiversidad en la zona. 

Los programas para concientizar sobre las tortugas, en el pueblo de Choroní, proporcionan conocimientos para que los jóvenes estén implicados directamente en un resultado positivo del proyecto de protección de la anidación. 

“A los niños se les enseñan los rastros y sobre las distintas especies que hay en venezuela y Choroní y ellos ayudan a marcar los nidos y pintar los letreros”, dijo Caputo.

El proyecto detrás del nacimiento de tortugas marinas en Choroní
Foto cortesía

De acuerdo con la organización no gubernamental (ONG) Fundación La Tortuga, el ser humano ha logrado extinguir casi en su totalidad a las tortugas marinas en Venezuela durante los últimos 50 años y mediante tres acciones específicas: saqueo de nidos y cacería furtiva para comercializar su carne y caparazón, destrucción y degradación del hábitat reproductiva y alimentaria de estos reptiles, y la contaminación ambiental con desechos sólidos. 

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Actualmente, de las siete especies de tortugas que se podían avistar en el territorio, todas se encuentran en peligro de extinción y están registradas en el Libro Rojo de la Fauna Venezolana, donde se recopilan las especies que corren el riesgo de desaparecer.

El impacto no va a ser inmediato y algunos hasta dudan de poder verlo alguna vez. Quizás lo vean sus hijos dentro de 30 años, cuando las tortugas que ellos cuidaron lleguen a desovar en cantidad a esta misma playa. 

Consideradas especies bandera por su belleza que llama la atención de la gente, pareciera que al apreciarlas se difunde el mensaje conservacionista. Quizás por eso es que se cree que son las embajadoras de los océanos.

Este artículo de El Diario fue editado por: Irelis Durand |José Gregorio Silva |Yazmely Labrador |Génesis Herrera.

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