Uno de los aspectos que me han comentado con más frecuencia últimamente es que se sienten agobiados con el encierro y cuando les toca hacer alguna actividad no se concentran, procrastinan y viven todo el tiempo cansados. ¿Cómo se ayudan? La respuesta es ordenar nuestra mente.

Ahora hay muchas formas de hacerlo, pero estando en cuarentena me ha funcionado ordenar mi casa para ordenar mi mente. Créanme que los resultados los pueden ver desde el día 1. La clave es hacerlo con total conciencia.

Esta estrategia no la inventé yo. Es parte de una filosofía zen que dice que un individuo no puede avanzar por los caminos de la iluminación si internamente no está en orden, tanto mentalmente como en espíritu. Pero más que un fin en sí mismo, el orden es un proceso infinito e intermitente que siempre convive con el caos y que se debe buscar, ya que jamás viene solo.

Eso es lo que propone el monje zen Shoukei Matsumoto en su libro A Monk’s Guide to a Clean House and Mind, el cual ya es un best seller en Japón. Para este peculiar monje, ordenar la casa o cualquier otro espacio vital de manera consciente y relajada quitando el polvo como si lo quitáramos de nuestro propio espíritu es un camino a la iluminación:

“Barremos el polvo para remover nuestros deseos terrenales. Fregamos la suciedad para liberarnos de nuestras ataduras. Vivimos simplemente y tomamos tiempo para contemplar al yo”.

Esto se pone en practica en los templos budistas y se conoce como “Soji” el momento en la mañana donde, recién levantados y antes de meditar o rezar, los monjes realizan alguna tarea específica de limpieza durante 20 minutos.

Ciencia práctica

Ahora el tema de ordenar la mente esta de moda en los estudios científicos y varios de estos han hablado de la limpieza de la mente y el hogar. Una de ellos es Margaret Moore, co-autora de Organiza tu mente, organiza tu vida, donde habla de los seis principios de la organización del cerebro, lo que también llama “las reglas del orden”. Aquí trabajaremos dos de sus reglas:

1. Domina tu frenesí

Antes de que puedas centrar tu atención, necesitas hacerte cargo de tu frenesí emocional negativo (la preocupación, la ira, la tristeza, la irritabilidad). Este frenesí afecta o abruma tu corteza prefrontal, la región del cerebro que realiza la función ejecutiva, por lo tanto no puedes “pensar bien”.

Demasiado estrés negativo afecta a tu capacidad de concentración, toma de decisiones y daña tu salud.

La buena noticia es que las mismas cosas que pueden mejorar tu salud, pueden mejorar tu capacidad para manejar el frenesí negativo. Duerme bien, ejercítate, haz un ejercicio de concentración o elige el carril lento ocasionalmente, incluso durante algunos minutos.

2. Mantén la concentración

Ahora que tu mente está calmada, identifica una tarea y solo una tarea.

El cerebro no está diseñado para enfocarse en más de una cosa a la vez.

Dile a tu cerebro la intención o meta que tienes con la sesión. Apaga el teléfono y el correo electrónico, cierra la puerta y como primer paso enciende un cronómetro durante 20 o 30 minutos. Trabaja seguido y luego te tomas un respiro de cinco minutos para que continúes.

Por otro lado tenemos a la japonesa Marie Kondo, quien se ha convertido en un fenómeno de superventas gracias a su revolucionario y eficaz sistema para mantener ese orden de forma definitiva. Analicé su libro La magia del orden, donde da herramientas para ordenar tu casa… ¡y tu vida! y esto es lo que les quiero compartir.

Cuando organizas tu espacio por completo transformas el escenario que te rodea y el cambio es tan profundo que sentirás que vives en un espacio distinto. Si guardamos las mismas cosas en varios lugares de la casa y nos ponemos a organizar cada lugar por separado, nunca podremos conocer el volumen total de cosas que poseemos y no terminaremos de organizarlas nunca. 

Para romper con esta espiral negativa, el método recomienda organizar por categorías, no por ubicaciones. Por lo tanto, debemos hacer una labor de investigación por toda la casa y juntar todo lo que tengamos de la misma categoría: primero la ropa, continuando con los libros, los papeles, objetos varios, a los que ella denomina komono, y terminando con los objetos sentimentales. Con cada categoría deberás hacer lo mismo: deja todos los objetos en un montón en el suelo para escoger uno a uno qué es lo que quieres conservar.

Esta es la clave del método ¿Te hace feliz?

Lejos de elegir a partir de un criterio de uso o función, para esta japonesa lo más importante es decidir según del grado de felicidad que nos produce cada objeto. Hay que coger cada prenda una a una para determinar qué sentimiento genera y, si la desechamos, agradecerle el servicio que nos ha proporcionado. De esta manera conseguiremos mantener nuestra conciencia más tranquila ante la ansiedad que produce el deshacernos de nuestras pertenencias.

Mi método

Una de las cosas que quita más tiempo en el día es limpiar, pero es completamente necesario porque te ayuda a mantener tu mente y cuerpo en equilibrio. Es por eso que en mi segundo libro Empecemos dedico un capitulo completo a este tema porque hace que mi mente se despeje.

Así que les comparto mi fórmula. Lo primero que hago es una limpieza muy profunda al estilo Marie Kondo y luego está el punto clave para ordenar mi faena diaria de limpieza: inicio de lo más sencillo a lo que más requiere tiempo. Eso siempre se hace con un calendario o agenda a la mano.

Hay varios cuadros en Internet o aplicaciones en celulares que te pueden funcionar, (Clean House es una aplicación de lista de tareas, orientada a recordarte las rutinas de limpieza de la casa) pero a mí me encanta escribir y ponerle colores a las cosas.

Mi método consiste en crear un cuadro semanal donde puedas colocar de dos a tres actividades diarias, esto si trabajas (fuera o en casa) ahora esas actividades son netamente de limpieza, pues hacer las comidas va a aparte.

Y te menciono que solo planifiques tres porque de lo contrario no te dará chance, y no cumplirlas te desmotivará. Además de que tendrás que invertir más energía y estarás agotada para las otras actividades. 

Recomiendo hacerlas a primera hora de la mañana, antes de que tu familia se levante. Será más rápido y más eficiente. Es sencillo, pero todo parte de tener la casa en orden.

Hábitos para mantener todo en orden 

Saben que soy fiel defensora de generar hábitos porque así fluyen mucho más las actividades. Además, la realidad es que el orden viene de crear hábitos y no dejar para después lo que puedes hacer ahora, como dicen las abuelas. Así que te presento una lista de actividades te harán más fácil tu jornada de limpieza y ordenarán tu mente:

  1. Haz tu cama por la mañana. Por las noches, antes de dormir, dedica unos minutos (poquitos) a ordenar o quitar cosas de en medio.
  2. Recoge la mesa y lava los platos justo después de comer.
  3. Limpia un poco el baño después de usarlo. Esta micro-limpieza (que no tiene que durar más de 5 minutos) ahorra tiempo cuando toque la “limpieza mayor”.
  4. Si algo se derrama o se rompe recogerlo de inmediato. 
  5. No guardes papeles que no uses (periódicos, revistas, folletos, etc.) 
  6. Tira lo que está roto, si no sabes en qué año lo vas a arreglar o si no vale la pena hacerlo.
  7. Hazte de estanterías, cajas, archivos o, en general, de las herramientas que necesites para organizarte y optimizar el espacio en casa. ¡Pero no las llenes de cosas inútiles!
  8. Etiqueta lo que requieras, para que sepas qué contiene cada “bulto” sin tener que abrirlo.

Para generar un habito tienes que tener una estructura, que te la dejo en este link.

Un plus adicional 

Recordemos a Margaret Moore, co-autora de Organiza tu mente, organiza tu vida, donde habla de los seis principios de la organización del cerebro, lo que también llama “las reglas del orden”. Las otras reglas son: 

3. Aprende a parar

El cerebro concentrado también necesita ser capaz de parar de una forma tan segura como lo hace un automóvil con unos buenos frenos frente a una señal de alto.

Las regiones de radar del cerebro examinan tu entorno interno y externo todo el tiempo, incluso cuando estás concentrado. Y si eres humano, las distracciones son inevitables. En lugar de sucumbir sin pensarlo ante una distracción mientras estás en medio de una tarea importante (incluyendo actividades saludables como el ejercicio, cocinar alimentos saludables o relajarte), detente, respira y considera si la distracción es lo suficientemente urgente como para que supere a la prioridad actual.

Eso lo puedes ejercitar cuando ordenas tu hogar, define un objetivo como ordenar un mueble, un cuarto… y enfócate y termina. Si en algún periodo decides hacer otra cosa, al estar consiente, puedes dejarlo y así culminar tu área.

4. Cambia los enfoques

Ahora es tiempo para mover tu concentración a una tarea nueva. Mueve toda tu atención completamente a la nueva tarea y dale tu total atención. Esta capacidad del cerebro, llamada “cambio de enfoque”, te permite dejar atrás una tarea y brincar a una nueva con un enfoque fresco y productivo.

El cambio de enfoque también se describe como agilidad o flexibilidad. A menudo nuestras ideas más creativas aparentemente surgen de la nada, cuando le damos un descanso al cerebro o estamos concentrados totalmente en otra cosa.

5. Une los puntos

Aprendiste a dominar tu frenesí y a centrar tu atención en una cosa a la vez. Ahora puedes manejar las distracciones. Tu mente de trabajo está lista para actuar cuando la necesites. Eres ágil, capaz de cambiar con destreza de una tarea a otra.

Técnicas adicionales

El libro Life At Home documenta muy bien el problema del desorden y nos da unas herramientas practicas:

  • Adopta la regla de los cinco: cada vez que te levantes de tu escritorio o camines por una habitación, guarda cinco cosas. O cada hora dedica cinco minutos a desordenar. Al final del día has limpiado durante una hora.
  • Ser despiadado sobre tu fregadero de cocina: comprométete a limpiar el fregadero de la cocina todos los días. Lleva un par de segundos más colocar un plato en el lavavajillas que tirarlo al fregadero. Un fregadero limpio elevará instantáneamente tu ánimo y disminuirá tu ansiedad.  
  • Pon las fotos a distancia: regresa al antaño cuando solo las fotos de antepasados ​​o bodas ganaban un lugar. Pon instantáneas en un álbum familiar, eso hará que las superficies se vacíen.
  • Descarga la puerta de tu refrigerador: Los investigadores encontraron una correlación entre la cantidad de artículos pegados a la puerta del refrigerador y la cantidad de desorden en toda la casa. 
    Así que mezcla imanes, archiva menús de restaurantes y coloca              calendarios en lugares menos visibles. 

El trabajo de organizar nuestra mente no es de la noche a la mañana ni pasando un suiche, pero con constancia y dedicación se puede lograr.

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