• El economista José Miguel Uzcátegui conversó con El Diario acerca del impacto que ha tenido el coronavirus en la empresa privada nacional  

La crisis económica que vivía Venezuela previo a la pandemia por el coronavirus obligó a las empresas a mantenerse en una permanente adaptación para poder continuar funcionando. La llegada del virus no ha mermado esta cualidad, sino que por el contrario parece haberla incrementado.

Muestra de ello son los comercios que “ingeniosamente” han decidido cambiarse de rubro y comenzar a vender alimentos. El motivo de ello es burlar la cuarentena decretada por el régimen de Nicolás Maduro y poder generar ingresos que les permitan poder continuar trabajando.

Esta situación a juicio del economista y profesor universitario José Miguel Uzcátegui puede ser vista como un aumento del comercio informal en el país, hecho que lamenta por considerarlo perjudicial para la economía.

“La pandemia y la cuarentena han venido a agravar la precaria situación en la que se encontraba la empresa privada debido, entre otros factores, a la hiperinflación”, comentó Uzcátegui en exclusiva para El Diario.

Comercios migran a la economía informal para abrir sus puertas

Apunta que uno de los motivos por los cuales los comercios han tenido que recurrir a este tipo de medidas es debido a que no cuentan con ningún financiamiento que les permita oxigenarse en estos momentos.

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Recuerda que en Venezuela los bancos no están otorgando préstamos y sin ese dinero fresco para paliar los efectos de la pandemia, los negocios tienen que recurrir a soluciones desesperadas.

Señala que esto podría resolverse si existiera desde el régimen la disposición de eliminar las trabas que impiden que las instituciones puedan ofrecer créditos a quienes lo necesiten. 

Uzcátegui indica que estas mismas trabas han ocasionado que el sector bancario nacional registrase una contracción de proporciones nunca antes vistas. Añade que al comparar la liquidez del sistema bancario venezolano con respecto al de cualquier país de Centroamérica es posible apreciar como este fácilmente puede verse duplicado en el mejor de los casos.

Comenta que otra razón por la que los empresarios se encuentran entre la espada y la pared es que estos tienen que asumir la carga de continuar pagando el salario de sus empleados. Esto en un contexto en el que no están generando ingresos por lo que se están descapitalizando.

En una economía como la venezolana donde no hay regulaciones de ninguna naturaleza para la economía informal es posible que sucedan hechos como los que estamos viendo” José Miguel Uzcátegui

Economía subterránea

Explica que esta necesidad de migrar a la informalidad, también conocida como economía subterránea, por parte del sector privado repercute de forma negativa en la economía del país. El motivo de ello es que al no estar sujeta a fiscalizaciones supone una pérdida en pérdida de ingresos en impuestos por parte del Estado.

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Dice que si bien la masificación de la informalidad, que ya alcanza el 70%, es una problemática que no es imposible de solucionar, si requiere de un arduo trabajo y de la aplicación de políticas públicas que en estos momentos es poco probable que se produzcan en Venezuela.

La informalidad supone que se realicen actividades que rayan en la ilegalidad, al no existir un órgano que las regule” José Miguel Uzcátegui

El economista comenta que actualmente no se puede hablar con precisión de la afectación que está teniendo la pandemia para el sector privado. El motivo de ello es que desde el Instituto Nacional de Estadística (INE) no se está publicando data alguna y las únicas que salen a la luz son aquellas realizadas por organizaciones como Fedecámaras y Consecomercio.

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Aclara que estas estadísticas al no contar con data oficial solo aportan una visión limitada del impacto que está teniendo en el sector privado la cuarentena y la pandemia.

Sostiene que actualmente es imposible pronosticar cuantas empresas tendrán que cerrar sus puertas debido a los estragos ocasionados por el coronavirus, entre otras cosas porque se desconoce cuándo cesará la afectación provocada por el virus.

Con el objetivo de evitar que dicho número se incremente Felipe Capozzolo, presidente de Consecomercio, ha venido solicitando que se comience a flexibilizar la apertura de locales y comercios. Todo esto bajo estrictos controles sanitarios que impidan la propagación del virus.

Argumenta que durante los últimos meses se ha podido evidenciar cómo pese a que un 90% de los comercios han permanecido cerrados, la curva continua en ascenso. 

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“Nosotros creemos que en Venezuela las condiciones están dadas para una desescalada paulatina, supervisada enfocada en el control de bioseguridad”, afirmó Capozzolo en días recientes al ser consultado por Unión Radio.

Los comentarios del presidente de Consecomercio se encuentran respaldados por cifras publicadas por la propia institución las cuales reflejan que 30% de los establecimientos comerciales se encuentra en riesgo de desaparecer.

Desde la institución advierten que de no producirse la flexibilización que permita abrir los comercios, los daños provocados por la paralización económica que ha registrado el país durante los últimos meses serían mayores a los ocasionados por el virus.

Hasta el momento no existe un pronunciamiento por parte del régimen de Nicolás Maduro que haga suponer que los comercios podrán abrir sus puertas. Esto aunado a los 795 nuevos contagiados anunciados este 8 de agosto hacen presumir que es poco probable que la solicitud del sector privado tenga una respuesta positiva.

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