• El depósito flotante tiene almacenados millones de litros de petróleo en su interior, los cuales están en riesgo de ser diseminados en el mar

El FSO Nabarima, buque de almacenaje de petróleo, se ha convertido en un riesgo para la biodiversidad del Golfo de Paria. Su posible hundimiento y el consecuente derrame de los casi 1.300.000 barriles de petróleo que tiene almacenados pueden suponer la muerte de miles de especies tanto animales como vegetales.

Eudis Girot, director de la Federación Unitaria de Trabajadores Petroleros de Venezuela (Futpv), explica en exclusiva para El Diario que el buque Nabarima es un depósito de petróleo en el mar, ubicado específicamente en la desembocadura del río Pedernales. Su función es la de recibir los casi 50.000 barriles de petróleo producidos por la empresa mixta Petrowarao, en el estado Delta Amacuro.

El Nabarima es un depósito de petróleo en el mar, donde llegaban los barcos del exterior a comprar petróleo. Se hacían las conexiones correspondientes y se procedía a trasladar el petróleo desde el Nabarima al barco comprador” Eudis Girot

El director de Futpv dice que actualmente su situación es crítica, pues su casco se encuentra escorado. La embarcación ha carecido de mantenimiento desde mediados del año 2014. Esto ha producido que el interior del Nabarima se encuentre sumamente deteriorado y anegado.

Debido a esto, casi la totalidad de los equipos se encuentran inoperativos sumergidos a unos tres metros de profundidad. Además, solo funciona uno de los cinco generadores con los que cuenta el barco, y presenta fallas.

“Las calderas y el sistema de bombeo están destruidos y las bombas de achique se encuentran dañadas”, dice Girot, al tiempo que explica que ese es el motivo por el que no han podido bombear fuera del barco el agua que está ingresando.

Girot comenta que un aspecto que dificulta cualquier tipo de operación para evitar el derrame del crudo es el hecho de que las válvulas neumáticas que permiten la apertura de los tanques quedaron abiertas, por lo que no hay forma de trasladar la carga a otro buque.

Sostiene que el hundimiento del Nabarima puede causar una “catástrofe” que afectaría a toda la región.

Impacto ambiental

Gustavo Carrasquel, presidente de la Fundación Azul Ambientalistas, señala en exclusiva para El Diario que, para dar una idea de la magnitud del derrame petrolero que podría ocurrir, es necesario tomar en cuenta que los 1.300.000 barriles de petróleo equivalen a poco más de 206.700.00 de litros de crudo.

Apunta que un desastre ambiental de estas proporciones podría ocasionar un daño enorme a una de las reservas de biosfera más importantes del mundo, como lo son las del Delta del Orinoco y la del Parque Nacional Península de Paria.

Además, resultarían afectadas dos especies, una de manglares y otra de manatíes, así como los miembros de la etnia Warao que habita en la zona.

No hay precedentes de tal magnitud en Venezuela. De suceder el derrame, sería uno de los más grandes ocurridos hasta la fecha” Gustavo Carrasquel

Sostiene que de llegar a concretarse el derrame del crudo este podría diseminarse por los 7.800 kilómetros cuadrados que comprenden el Golfo de Paria, hasta las costas de Trinidad y Tobago e incluso desembocar en el Mar Caribe. 

Asegura de forma categórica que su impacto sería considerablemente mayor al registrado recientemente en el Complejo Refinador de Paraguaná (Falcón) y en la Refinería de El Palito (Carabobo).

Consecuencias a largo plazo

Carrasquel explica que el tiempo necesario para poder recuperar la zona que eventualmente resulte afectada depende de múltiples factores. Algunos de ellos están vinculados al tipo de crudo derramado; sin embargo, otros están ligados a las condiciones ambientales que imperan en la zona afectada.

La permanencia del petróleo derramado varía según los ecosistemas. Diversos procesos relacionados con el clima contribuyen a la atenuación natural de descargas de petróleo en agua de mar, tales como evaporación, foto-oxidación, emulsión, dispersión y biodegradación” Gustavo Carrasquel

No obstante, aclara que en la mayoría de los derrames petroleros la capacidad de autodepuración del medio ambiente es insuficiente para poder hacer frente a la cantidad vertida.

Señala, además, que debido a la baja solubilidad en agua del petróleo, con el transcurso del tiempo, es usual que al derramarse en ambientes acuáticos el crudo se adhiera a los sedimentos de los lechos marinos o acuáticos.

En el caso de los manglares, su alta productividad y su abundante detritus orgánico, los hacen un sitio preferencial para la acumulación de hidrocarburos a largo plazo”, asegura.

Sostiene que la situación en la que se encuentra actualmente el buque Nabarima es la evidencia del abandono al que el régimen de Nicolas Maduro ha sometido a la industria petrolera nacional.

Afirma que esto puede observarse al apreciar cómo las costas venezolanas se encuentran a merced de los continuos derrames petroleros que se producen de forma reiterada en las diferentes refinerías del país.

Agrega que el estado de la industria petrolera es la demostración de la incapacidad, falta de atención y negligencia frente a los desastres.

“Simples jornadas de limpieza no bastan para remediar los daños. Una vez ocurrido el evento ya hay una afectación irreversible y su permanencia en el tiempo agrava los problemas”, concluye.

La biosfera del Golfo de Paria se encuentra en un riesgo nunca antes visto. De no aplicarse las medidas necesarias que permitan evitar el hundimiento del buque Nabarima y el derrame de centenares de millones de litros de petróleo al mar.

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