• La disposición emocional y hablar en positivo puede funcionar

“Todos los niños tienen un radar de autenticidad enorme y saben cuándo un padre/madre realmente está o no está. Aceptan nuestras mentiras por lealtad” André Stern.

Esa frase resonó en mí cuando la leí y me transportó a todas las opiniones que he escuchado últimamente por el tema del regreso a clases vía online. Algunos padres sienten miedo, otros rabia, otros están tratando de adaptarse y otros simplemente están en negativa frente al formato en que comenzarán las clases.

Al ver que más de la mitad de los padres que han expresado su opinión en mis redes sociales y web ven como algo negativo la situación, decidí hacer una investigación de cómo afectaría a nuestros hijos la falta de disponibilidad emocional. Sobre todo la forma en que lo enfrentamos ante una situación que esta viviendo el mundo entero. 

El momento del entusiasmo

Recuerdo cuando era niña que el primer día de clases era emocionante. Tenía mis útiles, mi bolso, mi uniforme e iba a reencontrarme con mis compañeros. Cuando veía que mis hijos regresaban al colegio ellos también se emocionaban. Este año en particular no siento esa vibra, pero resulta que ese vibra puede llamarse entusiasmo.

André Stern, director del Instituto Arno Stern, que es un laboratorio de observación y preservación de las disposiciones espontáneas del niño y de la iniciativa Hombres para mañana, impulsada por el neurobiólogo Gerald Hüther se ha tomado el tiempo de investigar a profundidad el tema del entusiasmo y cómo se mezcla en su aprendizaje. Por eso propone una filosofía educativa que respete la curiosidad y capacidades innatas de los niños para permitir el desarrollo de su potencial y autoaprendizaje.

Foto de Andrea Piacquadio en Pexels

“La neurociencia ha descubierto recientemente que el cerebro se desarrolla según el uso que le demos, pero cuando lo usamos con entusiasmo. Es extraordinario que la neurobiología nos dé la evidencia de lo que todos sabemos: el entusiasmo nos vuelve genios. Esa emoción hace crecer cada vez más nuestro conocimiento y, al final, somos extremadamente competentes. No intentemos introducir conceptos en nuestros hijos; veamos qué sale de ellos”, concluye. 

Entonces como padres deberíamos tomarnos el tiempo de generar ese entusiasmo por el regreso a clases, a pesar de que estemos en una situación diferente.

Es ahí donde entra mi principio de que como madres enseñamos con el ejemplo, más que con lo que decimos. Tomando eso en cuenta deberías prepararnos con mucho entusiasmo y una buena disponibilidad emocional ante el reto que tenemos en frente el regreso a clases vía online.

Disponibilidad emocional

Para que realmente el regreso a clases no sea estresante y podamos manejarlo de forma positiva he estado publicando artículos sobre el tema, para que así puedan tener una guía amplia de lo que necesitamos como padres y de esa manera apoyar a nuestros hijos.

“Eso no incluye hacerles las tareas al niño para evitar no perder tanto tiempo o evitar que como padre te incomodas. Eso a la larga perjudica al pequeño, pues no esta aprendiendo nada. Sin contar que si como padre dices que es un desastre, que todo está mal, que así no van a aprender, eso se traducirá en que les cueste mucho más a los niños” manifiesta la psicóloga Génesis Fuenmayor.

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Lo primero que debemos entender es que no es culpa de nadie la situación mundial y que por muy agobiados que nos sintamos, debemos tomarnos un momento para ver otros ángulos de la situación. Eso nos dará un panorama más amplio y además encontraremos aristas positivas.

Con ese mood lo primero que debemos hacer es ir creando la atmósfera para esa vuelta al colegio. Los hábitos y las rutinas son básicas porque nos dan seguridad, son como las paredes de una casa. Para iniciar ese proceso te dejo mi articulo sobre hábitos.

Lo segundo es tener un espacio físico especial para estudiar, para eso no necesitas invertir mucho dinero. Seguramente con cosas que tienes en casa lo puedes adaptar, así que te hice una guía sencilla.

Pero un punto especial es que aparte de tener ese espacio físico, en esta situación es importante que tengamos la conciencia de lo que significa tener que apoyar a nuestros hijos en la escuela.

Por eso contacté a la psicóloga Irene Ladrón De Guevara, para que nos diera herramientas para comenzar. “Lo principal es que como padres o el adulto significativo –llámese abuelo, cuidador o familiar- debemos asumir física y emocionalmente que debemos acompañar a nuestros hijos en el tema escolar. Ahora algunas personas se encuentran muy angustiadas porque no saben cómo hacerlo. La clave es reconocerlo y buscar herramientas” dijo.

Teniendo esa conciencia adulta es importante garantizarles a los niños menores de 12 años de edad una disponibilidad real. “No es sentarlos a hacer las actividades en la cocina mientras nosotros preparamos la comida, es realmente sentarnos con ellos y explicarles lo que deben hacer y apoyarlos”, acotó la especialista. Dejó como herramienta ser flexibles en el horario de estudio, tomando en cuenta que los pequeños no van a permanecer más de dos horas seguidas sentados, pues recalca que no estamos en el colegio.

Como otras recomendaciones la psicóloga Génesis Fuenmayor manifiesta que “tambien es importante que trabajemos en el tema de la independencia de los niños. Si es un niño pequeño, debemos dividir el tiempo en periodos cortos y no pretender que este pegado a la computadora durante cinco horas. Es seccionar tiempo con meriendas, descanso. Con los más grandes los periodos son más largos.  Lo que es vital es que se supervise, pero también se deje que el niño trabaje y se equivoque. La idea es que el niño aprenda a trabajar solo. Eso es un proceso progresivo. Cuando haya algo que le cueste más hay que apoyar y reforzar”, indicó.

¿Es un tema emocional?

Sentir emociones tanto positivas como negativas es algo normal en todo ser humano. Pero tener que expresarse con palabras negativas, descalificando el tema de estudiar desde casa, pone en evidencia el manejo de las distintas emociones y cómo esto puede influir en cada persona. 

Las emociones negativas nos alertan de las amenazas o los desafíos que debemos enfrentar. Se centran en nuestra conciencia. Nos ayudan a detectar un problema para poder enfrentarlo. Pero un exceso de emociones negativas puede hacer que nos sintamos abrumados, ansiosos, exhaustos o estresados. Cuando las emociones negativas se desequilibran, los problemas pueden parecer demasiado complejos como para manejarlos.

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Foto de Julia M Cameron en Pexels

Cuanto más tiempo le dediquemos a las emociones negativas, más emociones negativas comenzaremos a sentir. Si nos centramos en la negatividad, esta aumenta.

Las emociones positivas no solo contrarrestan las negativas, sino que también tienen otros beneficios importantes.

En lugar de estrechar nuestra mente como lo hacen las emociones negativas, las emociones positivas afectan a nuestro cerebro y aumentan nuestra conciencia, atención y memoria. Nos ayudan a absorber más información, tener varias ideas en mente al mismo tiempo y comprender la relación que existe entre diferentes ideas.

Cuando las emociones positivas nos abren a nuevas posibilidades, tenemos más capacidad para aprender y mejorar nuestras habilidades. Esto nos lleva a un mejor desempeño en las tareas y las evaluaciones. 

Por eso es que es importante que dejar que las emociones positivas sean más que las negativas, las situaciones difíciles son más fáciles de manejar. Las emociones positivas mejoran nuestra resiliencia (los recursos emocionales necesarios para hacer frente a distintas situaciones). Amplían nuestra conciencia y nos permiten ver más opciones para resolver problemas.

Los estudios demuestran que las personas se sienten mejor y dan lo mejor de sí mismas cuando tienen al menos tres veces más emociones positivas que negativas. 

Sin embargo, la tendencia positiva tiene una desventaja: puede hacernos pensar que un día ha sido malo aun cuando hayamos experimentado la misma cantidad de emociones positivas que negativas. Es necesario tener al menos tres veces más emociones positivas para inclinar la balanza y hacer que el día parezca un gran día.

Además, generar hábitos que nos animen a sentir más emociones positivas puede ayudarnos a estar más felices, a tener un mejor desempeño y reducir nuestras emociones negativas. Generar emociones positivas es especialmente importante si ya estamos enfrentando muchos sentimientos negativos como temor, tristeza, enojo, frustración o estrés. 

Entonces como padres podemos dar ese apoyo de generar emociones positivas con respecto a el estudio vía online, pero les vuelvo a recordar que enseñamos con el ejemplo. Debemos buscar opciones para nosotros mismos sentirnos así y enseñarlo, eso hará que nuestra energía mejore.

Entre palabras

El tema de las energías positivas, de la motivación, también va de la mano de lo que decimos. Y en la entrevista con la psicóloga Fuenmayor, quien es egresada de la Universidad Metropolitana, explicó que “hay padres que decían que cuando los niños estaban en el colegio no tenían tiempo porque iban y venían, ahora esos mismos padres dicen que no tienen tiempo trabajando desde casa. La pregunta que los niños se hacen: ¿No hay tiempo de que?”.

Con base en eso como padres debemos darnos cuenta de cómo hablamos y qué decimos ante esta situación. Eso me llevó a recordar el programa de Aprendamos juntos de BBVA, donde el doctor en filosofía e investigador Luis Castellano hablaba sobre lo importante del lenguaje positivo.

“El lenguaje positivo es cómo recogemos el poder de las palabras, diciendo que las palabras nos enseñan a ver y a encontrar el lado favorable de las cosas. Nos ayuda, de alguna manera, a protegernos de la vida que vamos a poder tener en un futuro con el propio lenguaje, que nos va a acompañar hasta el último día de nuestra vida. Nos ayuda también a entender nuestra propia historia, nuestra propia narración, porque las palabras construyen todos los días nuestros relatos. Forjan nuestra personalidad, forjan nuestra memoria, forjan nuestra capacidad de ver el mundo. Las palabras positivas lo que hacen es enseñarnos a ver el lado favorable de ese mundo”, dijo Castellano.

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En ese mismo programa, que les dejo el link para que lo puedan ver, habló sobre el lenguaje positivo en el campo de la educación. Dijo que, primero, ayuda muchísimo a construir la personalidad. “Es decir, nosotros construimos la personalidad palabra a palabra. Construimos nuestra memoria palabra a palabra. Construimos nuestros sueños palabra a palabra. Por tanto, lo que está aportando es que nuestra personalidad, aquello que nosotros vamos a ser en un presente y en un futuro, va a construirse con unas palabras que nos pueden ayudar. Aporta además otras herramientas más importantes todavía, la capacidad del cerebro de ser más rápido, de estar más atento, de estar más concentrado y energía. Además, aporta creatividad. Eso es lo que hace.

Lo más importante del lenguaje, y del lenguaje positivo y de las palabras positivas, es que te están dando una energía que antes no sabíamos que venía del lenguaje. Ahora sí sabemos que viene del lenguaje. Eso es muy importante para los chavales. Es decir, que se den cuenta de que su propio lenguaje activa la vida”. 

Entonces es importante que nos tomemos el tiempo como padres de observar lo que decimos. 

Y aprovecho de compartirles un ejercicio que el mismo Castellano recomienda. Dar tres agradecimientos diarios diferentes durante 21 días, eso va a hacer que el cerebro empiece a buscar la parte favorable.  La clave es que no puedes repetirlo. Por lo tanto, van a ser 63 agradecimientos diferentes durante 21 días. 

“Eso hace que cambie tu vida porque hacen que tu cerebro, de alguna manera, empiece a buscar el lado favorable de las cosas. Ese esfuerzo, al azar, de noche, de buscarlo. Lo puedes hacer individualmente, en familia, luego de las clases”.

El papel de los padres en la educación en casa
Foto: Pixabay

¿Cómo puedo ayudar? 

Como padres debemos entender que no todos somos iguales y debes tomar eso en cuenta a la hora de poner en práctica las herramientas. Pues es un pilar fundamental para mí que las adaptes a tu personalidad y estilo de vida.

Algunos Amatips:

1. Disminuye las distracciones 

Es inevitable que tu hijo se distraiga mientras está en casa. Lo que podemos hacer como padres es evitar las distracciones antes de que sucedan. Un ejemplo es que estudien en una zona especial para eso, donde tengas todos los juguetes, juegos y actividades guardados mientras es la hora escolar. Practica la mentalidad de “fuera de la vista, fuera de la mente”. Si tu hijo tiene problemas para concentrarse debido a otras distracciones en la casa, prueba con audífonos y música clásica a volumen muy bajo.

Aquí la clave es vivir el día a día. Si algo no funciona, ¡prueba algo nuevo! 

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2. Establece un horario 

Los chicos están acostumbrados al horario escolar, así que es importante generar un horario al estilo escolar en casa. Cosas como la hora de inicio, el almuerzo, el recreo y la hora de finalización del día escolar son buenos puntos de partida para establecer un horario.

Pero ese horario debe estar acompañado de una rutina. Aquí te cuento cómo establecer rutinas.

Sobre la hora de acostarse y la hora de despertar, tal como recomienda la psicóloga, Génesis Fuenmayor “es importante que se acueste a una hora para que logre descansar, se despierte, haga su aseo, desayune y pueda sentarse a estudiar. Y no porque esté en la casa va acostarse a las 3:00 am jugando videojuegos y se despierta a las 2:00 pm para hacer su tarea. Esa no es la forma en que se manejaría si le tocara ir al colegio. Así que hay que hacerlo bajo los parámetros de que van a estudiar, la diferencia es que será en casa”, dijo.

3. Comunicación 

La comunicación es clave cuando se trata de la educación a distancia. Asegúrate de mantener abiertas todas las líneas de comunicación tanto con tus hijos como con sus maestros o profesores.

¡Ayúdales a comprender lo que pueden mejorar para brindar la mejor experiencia educativa y diles cuando están haciendo un buen trabajo! 

4. Supervisión 

Supervisa constantemente, pero de forma positiva, el progreso tanto educativo como mental de tus hijos. Este puede ser un escenario difícil para los estudiantes que están acostumbrados a estar en entornos sociales. 

Asegúrate de que tu hijo se sienta empoderado y cómodo en todo momento. ¡Ve cómo va su jornada y ayúdale a mantenerse al día con sus tareas! La mayoría de los maestros le darán un cronograma de fechas de entrega de las tareas a realizar en el hogar. Si tu hijo se está quedando atrás o tiene dificultades, asegúrate de mantener líneas de comunicación abiertas con su maestro y administrador: ¡todos forman parte del mismo equipo! 

5. Hábitos positivos

Se puede trabajar en hábitos positivos diarios. Para generar un hábito te dejo esta guía y podemos hacer dos pasos sencillos que sirven para adultos y niños:

  • Detectar y ponerle nombre a tus emociones positivas. Comienza sencillamente por centrarte en tus sentimientos. Puedes conectarte con tus emociones en tiempo real, a medida que ocurren. O hacerlo al final del día, detectando cómo te sentiste en distintas situaciones. 
  • Escoger una emoción y hacer lo necesario para aumentarla. Supongamos que eliges la confianza: ¿qué cosas te ayudan a sentir confianza? ¿Cómo puedes hacer para aumentar ese sentimiento? Tal vez puedas repetirte “Puedo hacerlo” antes de una evaluación. 

Las emociones positivas, ser consciente de lo que decimos, organizar nuestro tiempo, contar con la disposición de apoyar a nuestros hijos hará un significativo cambio en este nuevo reto que nos enfrentamos con el regreso a clases. Ahora si como padre sientes que no puedes con eso, pedir ayuda no te hace mal padre, al contrario, le enseña a los niños y jóvenes que está bien necesitar apoyo de alguien y eso será muy beneficioso.

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