• 11 gobernaciones, 32 congresos estadales, la Cámara de Representantes, un tercio del Senado y decenas de reformas locales serán votadas el martes 3 de noviembre. Foto: Reuters

Las elecciones del 3 de noviembre en Estados Unidos son tan complejas como la nación y el sistema electoral en sí mismos. No solo está en juego la presidencia y vicepresidencia, también se vota por la reconfiguración del Congreso: los 435 escaños de la Cámara de Representantes y 35 de los 100 cargos del Senado. Adicionalmente, más de 30 estados tienen numerosos comicios locales y estadales.

A diferencia de las elecciones presidenciales, en las que se realiza una votación en segundo grado a través del Colegio Electoral para decidir quién será el próximo presidente, en las elecciones legislativas se utiliza el voto directo de los ciudadanos de cada estado para elegir a los ganadores.

Cada dos años se celebran elecciones legislativas en Estados Unidos, los votantes eligen a un tercio de los senadores, y a los 435 miembros de la Cámara de Representantes y seis delegados sin derecho a voto.

El mandato de los senadores dura seis años, por esta razón, un tercio de ellos se elige durante las elecciones de mitad del mandato así como en las elecciones presidenciales. El Senado está conformado por 100 escaños, dos por cada estado. Mientras que en la Cámara de Representantes, sus miembros cumplen mandatos de dos años. Estos legisladores son elegidos también en el medio término y en las presidenciales. El número de representantes por estado se basa en su cantidad de habitantes.

Estadounidenses redefinen la mayoría de los cargos políticos en noviembre
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Los seis miembros sin derecho a voto de la Cámara de Representantes representan a Washington DC, Puerto Rico, Samoa Americana, Guam, las Islas Marianas del Norte y las Islas Vírgenes. Estos miembros son conocidos como delegados y su mandato también dura dos años, excepto el de Puerto Rico que tiene el título de comisionado residente y es elegido cada cuatro años.

Redistribución de distritos

Un aspecto relevante de este año electoral es que ocurre durante el Censo de los Estados Unidos, lo que implica que será la última elección con dicha distribución. En el próximo ciclo electoral (2022) habrá una redistribución de distritos una vez se complete el registro de los habitantes dentro del país.

En los 50 estados y el Distrito de Columbia varios organismos volverán a trazar distritos legislativos estatales luego de que se muestren los resultados del Censo en marzo de 2021. Los estados a los que se les asigna más de un escaño también dibujarán nuevos distritos para ese cuerpo legislativo.

Aunque las reglas para la redistribución de distritos varían de un estado a otro, todos los estados dibujan nuevos mapas legislativos y del Congreso, ya sea en la legislatura estatal, en comisiones de redistribución de distritos o mediante alguna combinación de la legislatura estatal y una comisión de redistribución de distritos.

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De hecho, las delegaciones estatales y nacionales a la Cámara de Representantes se redistribuirán. En los estados sin comisiones de redistribución de distritos, los legisladores y gobernadores elegidos entre 2017 – 2020 dibujarán los nuevos distritos legislativos estatales y del Congreso que entrarán en vigor a partir de las elecciones de 2022.

Salvo órdenes judiciales o la redistribución de distritos a mediados de la década, los distritos trazados en el ciclo de redistribución de distritos permanecerán en su lugar hasta que comience la próxima ronda de redistribución de distritos en 2030.

Republicanos en riesgos de perder ambas cámaras del Congreso

En 2014, los republicanos ganaron nueve escaños de los demócratas y obtuvieron la mayoría en el Senado. Desde entonces han mantenido la mayoría en los ciclos electorales de 2016 y 2018 y ahora ocupan 53 de los 100 escaños en el Senado. Los demócratas, por su parte, retienen 45 escaños, y ocupan dos de los caucus independientes con el Partido Demócrata.

Del total de escaños, 35 están en disputada electoral en este ciclo: 21 pertenecen a senadores republicanos (19 senadores regulares y dos especiales: uno en Arizona para cubrir la vacante creada por la muerte del senador John McCain en 2018 y otra en Georgia tras la renuncia del legislador Johnny Isakson a fines de 2019) y 12 demócratas, ubicados estos escaños en 34 estados.

En la Cámara de Representantes actualmente los demócratas tienen la mayoría con 233 escaños, los republicanos controlan 198. Aunque las mayores expectativas surgen sobre el resultado del Senado, en la Cámara Baja se espera que los demócratas mantengan su poder, sin descartar que aumenten el número de escaños.

De acuerdo con las proyecciones que hace Nate Silver, editor en jefe del medio digital Five Thirty Eight, el partido demócrata tiene 71% de probabilidades de ganar la Trifecta nacional (presidencia con Joseph Biden y el control de ambas cámaras del Congreso); 16% de posibilidades de que Biden gané la presidencia y que los demócratas mantengan la Cámara de Representantes y los republicanos sigan en control del Senado; 2% de que Donald Trump sea reelecto con un Congreso demócrata; 7% de que Trump gane y se mantenga la correlación de fuerzas en el Congreso; y 3% de que los republicanos logren la Trifecta.

Una trifecta de gobierno es una situación política en la que el mismo partido político controla el poder Ejecutivo y el legislativo en países que tienen dos cámaras con una estricta separación de poderes. El término se usa principalmente en Estados Unidos.

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Con el control del Senado en juego, solo el 4% de los votantes registrados en los estados con una contienda en el Senado dicen que apoyarán a Trump o Biden y un candidato al Senado del partido contrario.

Al votar tanto por la Cámara alta, prevalece el partidismo. Aproximadamente ocho de cada diez de los votantes (78%) dicen que votarán (o ya han votado) por Biden y el candidato demócrata a la Cámara de Representantes (43% de los votantes) o por Trump y el candidato republicano (35% de los votantes) en su distrito congresional. Solo el 4% de los votantes registrados dicen que planean votar por Biden y el candidato republicano a la Cámara en su distrito o por Donald Trump y el candidato demócrata a la Cámara, advierte Pew Research Center.

16 trifectas en peligro

Los cambios en las prioridades políticas de un gobierno estatal ocurren cuando hay trifecta, este control le brinda al partido gobernante la oportunidad de avanzar en su agenda. Conseguir o romper trifectas, o en algunos casos, mantener un gobierno dividido, a menudo se convierte en una prioridad importante para un partido que se dirige a cada ciclo electoral.

“Pocos prestan atención a las contiendas [para gobernador y legislativo estatal], pero son importantes para [la redistribución de distritos] y las oleadas pueden aprovecharse para obtener grandes ganancias”, según el reportero de NBC News Alex Seitz-Wald. Entre 2010 y 2019, se rompieron o ganaron 70 trifectas del gobierno estatal.

11 gobernaciones están en disputa el próximo 3 de noviembre (Carolina del Norte, Carolina del Sur, Dakota del Norte, Delaware, Indiana, Missouri, Montana, New Hampshire, Utah, Vermont, Virginia del Oeste, Washington) y dos territorios estadounidenses (Samoa Americana y Puerto Rico). La mayoría de las elecciones serán por mandatos de cuatro años, pero los gobernadores de New Hampshire y Vermont cumplen mandatos de dos años cada uno. Salvo las vacantes y el cambio de partido, los republicanos defenderán siete gobernaciones, mientras que los demócratas defenderán seis.

Actualmente hay 36 trifectas regionales en Estados Unidos. Después de las elecciones de 2019, los demócratas obtuvieron 15, aunque los republicanos tienen la mayoría con 20. En los 14 estados restantes el gobierno está dividido.

En 15 estados existe una trifecta demócrata: California, Colorado, Connecticut, Delaware, Hawai, Illinois, Maine, Nevada, Nueva Jersey, Nueva York, Nuevo México, Oregon, Rhode Island, Virginia y Washington.

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Mientras que en 21 entidades los republicanos tienen una trifecta: Alabama, Arkansas, Arizona, Carolina del Sur, Dakota del Norte, Dakota del Sur, Florida, Georgia, Idaho, Indiana, Iowa, Mississippi, Missouri, Nebraska, Oklahoma, Ohio, Utah, Tennesse, Texas, Virginia Occidental, y Wyoming.

14 estados tienen equilibrio de poder entre gobernadores y sus Congresos: Alaska, Carolina de Norte, Kansas, Kentucky, Louisiana, Massachusetts, Maryland, Michigan, Minnesota, Montana, New Hampshire, Pennsylvania, Vermont y Wisconsin.

En el ciclo electoral 2020, las elecciones para uno o más cargos se están llevando a cabo en 19 de los 21 estados con trifectas republicanas pero son vulnerables de perder solo ocho (Arizona, Florida, Georgia, Iowa, Ohio, Carolina del Sur, Texas, Virginia Oeste); mientras que en 13 de los 15 estados con trifectas demócratas habrá comicios, y de éstos también hay vulnerabilidades de cambiar el control parlamentario en ocho entidades (Colorado, Connecticut, Delaware, Illinois, Maine, Nevada, Nuevo México y Oregon), explica Ballotpedia, una organización benéfica sin fines de lucro, que funge como enciclopedia digital de la política estadounidense.

Durante varias décadas, los republicanos han superado a los demócratas a nivel legislativo estatal con una organización y un gigante poderío político bien financiado, ganando la delantera en los problemas económicos y sociales durante los próximos años a nivel estatal. Por ello, el objetivo principal de los demócratas es obtener mayor control estatal.

En el ciclo electoral de 2010 hubo una “Ola Roja” donde los republicanos obtuvieron 675 escaños en la legislatura estatal en total y cambiaron el control de 15 cámaras estatales y seis Senados estatales, la mayor representación legislativa estatal del partido conservador desde 1928. Aunque los demócratas han recuperado más de 400 escaños legislativos estatales, más de media docena de cámaras legislativas estatales y nueve gobernaciones desde las elecciones de 2016, los republicanos aún dominan la política estatal. A nivel nacional, los republicanos controlan aproximadamente el 60% de las cámaras legislativas y el 52% de los escaños legislativos, de acuerdo con la Conferencia Nacional de Legislaturas Estatales.

Durante la administración de ocho años de Barack Obama, los demócratas perdieron casi 900 escaños legislativos estatales, lo que permitió a los republicanos en muchos estados recortar impuestos, restringir el acceso al aborto y endurecer las leyes de identificación de votantes con poca resistencia demócrata.

De concretarse una oleada del partido demócrata durante el ciclo electoral 2020, las legislaturas estatales y las oficinas de los gobernadores impulsarían agendas progresistas entre las que se incluye la atención médica, el gasto escolar, el control de armas, la protección ambiental y los derechos de voto.

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Durante este año, también están en juego 82 escaños de la Corte Suprema estatal en 35 estados. Esto constituye el 24% de todos los escaños de la corte suprema estatal en el país. Varios otros tribunales estatales también celebrarán elecciones, al igual que otros cargos ejecutivos estatales.

Veintena de estados votan por reformas estadales

En este ciclo electoral también se votará por una serie de referendos, iniciativas, medidas electorales y enmiendas constitucionales estatales que abarcan desde la expansión de Medicaid hasta la legalización de la marihuana y los derechos de voto.

Desde el asesinato de George Floyd en Minnesota por el oficial de policía Derek Chauvin, surgieron más de 20 medidas electorales en 10 ciudades y cuatro condados dentro de siete estados (California, Illinois, Ohio, Oregon, Pennsylvania, Texas y Washington) propuestas legales relacionadas con ciertas tácticas policiales.

Entre los cambios electorales, Alabama, Colorado y Florida votará enmiendas constitucionales que reducen el derecho al voto al reemplazar el lenguaje que establece que “todos los ciudadanos” tienen derecho a votar con “solo un ciudadano”. Alaska reemplazaría las primarias partidistas. Los votantes de Massachusetts considerarán implementar la votación por orden de preferencia.

Georgia tendrá dos propuestas de enmiendas constitucionales y un referéndum a nivel estatal sobre los impuestos, la impugnación al estado, las entidades locales y otras entidades públicas si una ley es inconstitucional.

Estadounidenses redefinen la mayoría de los cargos políticos en noviembre
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Los electores de Illinois votarán sobre el impuesto justo, una enmienda estatal propuesta que, si se aprueba, cambiaría el sistema de impuesto sobre la renta estatal de un impuesto fijo a un impuesto sobre la renta.

En Maine un referendo busca revocar una nueva ley que elimina las exenciones religiosas y filosóficas de las vacunas obligatorias para estudiantes K-12 y universitarios y empleados de centros de salud.

Una medida electoral de Maryland aprobaría las apuestas deportivas en el estado.

En Arizona, Montana y Nueva Jersey los votantes decidirán sobre el uso del cannabis recreativo. Por su parte, su legalización medicinal estará en la boleta electoral en Nebraska, Mississippi y Dakota del Sur (también vota por su uso recreativo).

Missouri y Oklahoma votarán iniciativas electorales para enmendar sus constituciones estatales, lo que permitiría expandir Medicaid bajo la Ley de Protección al Paciente y Cuidado de Salud Asequible, conocida como Obamacare.

En Nebraska y Utah los ciudadanos votarán sobre enmiendas constitucionales para eliminar las excepciones penales de las constituciones estatales.

Puerto Rico celebrará un referéndum no vinculante sobre la estadidad.

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