- Sandra Peñaranda, cacica mayor, indicó para El Diario que se sienten abandonados por el Estado venezolano
Al caer la noche de este miércoles 18 de noviembre, 300 yukpas -de todas las edades, desde niños a ancianos- marchan por Caracas. Más de 1.000 kilómetros recorrieron desde su hogar, en la Sierra de Perijá, estado Zulia, hasta la capital venezolana en busca de respuestas, de que se les escuche. Se sienten desamparados por el Estado venezolano, abandonados, eso es lo que declara Sandra Peñaranda, cacica mayor y lideresa del grupo, en exclusiva para El Diario.
“Vinimos a exponer lo que ocurrió en la Sierra de Perijá, donde ocurrió un deslave que se llevó a siete niños. Tenemos un año denunciando la situación y no hemos recibido respuestas. Ahora los uniformados nos están maltratando”, dice Sandra desde Puente Llaguno, donde hubo un enfrentamiento entre los peregrinos indígenas y los funcionarios de la Policía Nacional Bolivariana (PNB), quienes les prohibieron el paso.

De dicho encontronazo resultó una mujer herida cuya identidad es desconocida. Señala Peñaranda que ya fue llevada al hospital.

Su destino es el Palacio de Miraflores.

Los yukpas recorrieron el país montados en siete autobuses, viaje que organizaron con sus propios medios. Pero ahora se hallan atrapados en la ciudad. “Le rogamos a Dios que les devuelvan las llaves a los dueños de las busetas, pues la ley de aquí de Caracas les quitó las llaves”.
A las 11:50 pm, Peñaranda confirmó que de la represión por parte de los cuerpos de seguridad en Puente Llaguno resultaron heridos dos hombres y dos mujeres. Para esa hora, dirigentes yukpa estaban reunidos con funcionarios de la vicepresidencia del régimen para mediar.

Un antropólogo consultado por El Diario señaló que los yukpas tienden a movilizarse en familia. «Para las madres de esa etnia, estar con sus hijos en todo momento es lo tradicional», indicó en un reportaje previo. Por esa razón las madres ahora yacen con sus hijos en medio de la calle.
Una etnia golpeada
La situación de los yukpa, y de los indígenas en Venezuela, ha sido denunciada en varias ocasiones por la Organización de las Naciones Unidas (ONU).
En el reciente informe de la alta comisionada de la ONU para los Derechos Humanos, Michelle Bachelet, se señaló que la crisis humanitaria que padece Venezuela “perjudicó desproporcionadamente los derechos económicos y sociales de muchos pueblos indígenas”.
Desde hace ya más de tres décadas los yukpa han intentado recuperar las tierras que ocupaban hace siglos.

Con el gobierno del fallecido expresidente Hugo Chávez la etnia caribe pensaba que, por fin, se abriría una puerta a sus reivindicaciones. Sin embargo, las erradas políticas públicas implementadas por el chavismo para lograr la ansiada demarcación de terrenos, la violencia de los organismos de seguridad y la impunidad permitida por el régimen, los han dejado en una situación incluso peor.

Pese a que aún hay muchos yukpas que han decidido apoyar al régimen sin vacilaciones, otros han decidido huir por la frontera hacia Colombia en busca de un futuro mejor.
Los que no pueden irse han empezado a migrar forzosamente a Maracaibo, donde establecen asentamientos urbanos alrededor de hospitales para tener acceso rápido a la salud en caso de emergencia.
Mientras algunos son reclutados por la guerrilla y otros son vistos por el común como delincuentes y mendigos, también existen quienes sobreviven precariamente con el producto de la venta de sus artesanías en las esquinas marabinas.
El gran perdedor en este conflicto es el país, que cada día ve cómo se resquebraja una parte fundamental de su esencia e identidad.