• La científica de 37 años de edad imparte una clases de física y matemáticas en la Universidad Sergio Arboleda de Bogotá. Actualmente es coordinadora de un semillero de investigación que ha servido de inspiración para muchos jóvenes estudiantes colombianos

Cuando Adriana Araújo dejó Venezuela tenía un plan: ser profesora en Colombia. Ella forma parte de la llamada fuga de cerebros que ha generado la crisis del país y que ocasionó, además, la migración de docentes que dejan las universidades, pues el salario que reciben es inferior a dos dólares.

Se define como autodidacta, entregada y rigurosa como dice que su profesión lo requiere. Es física teórica con una maestría de físico-matemáticas en la Universidad Centroccidental Lisandro Alvarado de Barquisimeto, estado Lara. 

Arau00fajo empezu00f3 a interesarse por la ciencia cuando cursaba el bachillerato en su ciudad natal, Barinas.

Admite que sus intereses le valieron para ser una de las estudiantes más destacadas de su clase. La experiencia de ser alumna todavía la recuerda. Tenía grandes compensaciones con la resolución de problemas y sus dibujos con tizas de colores revelaban las maravillas de la matemática y física. Las clases fueron inolvidables y todavía podría recitar algunos conceptos que quedaron grabados en su mente. 

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Adriana Araújo, una astromatemática venezolana que enseña a jóvenes estudiantes en Bogotá
Foto: Adriana Araújo

Su papá, dice, le inculcó desde muy pequeña que aprender idiomas le abriría las puertas necesarias en su carrera. Y así fue. Luego de realizar un pregrado y maestría en física, obtuvo una beca para estudiar un doctorado en Brasil, en el Instituto de Física Teórica de la Universidad Estatal Paulista.

No sabía portugués, pero dominar el inglés y el francés le sirvió para desempeñarse y finalizar el programa en el año 2018. Momento en el que le avisaron que su madre, paciente oncológica, había recaído en su enfermedad.

Volvió a Venezuela, pero al regresar se encontró sin empleo y se dio cuenta de que no tendría aulas llenas para impartir lo que había aprendido. La venezolana decidió que lo mejor era migrar para ayudar a costear el tratamiento de su madre. Fue entonces, en mayo de 2018, cuando comenzó el proceso para ser profesora en la Universidad Sergio Arboleda, en Bogotá. 

Araújo recuerda el momento en que la llamaron para darle la noticia. Había vacantes para profesores de física.

Adriana Araújo, una astromatemática venezolana que enseña a jóvenes estudiantes en Bogotá
Foto: Adriana Araújo

Le preguntaron en qué mes podría desocuparse para llegar a ese país. Dijo que inmediatamente y fue el 7 de julio de ese año que llegó a Bogotá para firmar un contrato laboral que le permitiría cumplir sus dos objetivos. Enviar a Venezuela los medicamentos que su mamá necesitaba y enseñar lo que aprendió en su larga preparación como docente.

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Desde entonces, Araújo ha desarrollado una carrera sin dejarse seducir por los cantos de sirena que no dudaron en llamarla “joven promesa” por ser la única profesora mujer que enseña física en el departamento de Matemáticas de la Universidad Sergio Arboleda.

Actualmente, desde la parte de investigación, afirmó que estudia los modelos que permiten explicar la dinámica de galaxias y la cantidad de energía oscura de nuestro universo. 

En estos momentos estoy empezando a ver cu00f3mo, a travu00e9s de inteligencia artificial, especu00edficamente redes neuronales se realiza una clasificaciu00f3n mucho mu00e1s efectiva de galaxiasu201d, sostiene.

Por otra parte, sus conocimientos en Brasil le permitieron crear y coordinar un semillero de estudiantes. Una iniciativa enfocada en la investigación de temas y desarrollado por jóvenes estudiantes interesados en generar proyectos en la rama de astromatemática. 

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Adriana Araújo, una astromatemática venezolana que enseña a jóvenes estudiantes en Bogotá
Foto: Adriana Araújo

Explica que el semillero Saros busca abrir espacios que complementen el proceso de formación adquirido en las aulas y que, a su vez, generen interés y motivación por parte de los estudiantes y docentes. En este caso, en cinco líneas de investigación: radioastronomía, relatividad general, sistemas dinámicos, arqueoastronomía y aeroespacial.

Araújo añade que con el grupo de relatividad general logró enseñar cómo estudiar curvas de rotación de galaxias espirales. “Hemos llegado a clasificar al Encuentro Nacional de Semilleros de Colombia y estamos justo a punto de ir a participar en el encuentro de este año”, agregó.

Y es que ha ido desenvolviéndose de manera paulatina, paso a paso, hasta ser parte de la generación de profesores venezolanos que imparten clases en el extranjero. Sus aportes hablan de astronomía debido a que colabora con el Observatorio de la Universidad Sergio Arboleda.

Ante esto, ella ríe nuevamente y esta risa, más bien tímida, esconde una mente que ha traspasado fronteras; a través de su trabajo docente y de investigación, Araújo ha inspirado a varias generaciones de jóvenes matemáticos y físicos colombianos. 

Adriana Araújo, una astromatemática venezolana que enseña a jóvenes estudiantes en Bogotá
Foto: Adriana Araújo

En dos años su trabajo en el departamento de Matemáticas ha sido fundamental para comprender el entorno de la innovación de la ciencia; así como los retos a los que los investigadores se enfrentan en la actualidad.

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Se graduó de bachillerato a los 15 años de edad y hoy, con 37, se siente orgullosa de lo que ha logrado hasta ahora. Sobre todo porque ha podido dedicarse a lo que le gusta y también ayudar a su mamá a superar el cáncer.

Lamentablemente, dice, su mamá tuvo una nueva recaída en los últimos meses; pero a pesar del trasfondo familiar, nunca ha dejado de trabajar día y noche motivada por el bienestar de sus queridos. “Ha sido muy duro tenerlos tan lejos”, añade. Desde que migró ha viajado a Venezuela una vez, para Navidad, y opina que el contraste entre ambos países es “increíble”. Le anima saber que es parte del porcentaje de venezolanos que está contribuyendo con la ciencia en el país.

Estando lejos de casa, Adriana aspira poder retribuir a Venezuela, en algún momento, toda su experiencia a jóvenes estudiantes venezolanos; sobre todo, también espera volver a las aulas de clases del lugar donde comenzó su sueño.

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