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Esta es una traducción hecha por El Diario de la nota Venezuela is holding elections, without Guaidó, original de The Washington Post.
Cuando los venezolanos vayan a las urnas el domingo para elegir una nueva Asamblea Nacional , faltará un gran nombre en la boleta.
Juan Guaidó, el actual presidente del Parlamento, reconocido por Estados Unidos y más de 50 países como el líder legítimo de Venezuela, boicotea las elecciones. Guaidó y su oposición respaldada por Estados Unidos dicen que no hay forma de que el presidente autoritario Nicolás Maduro permita un voto libre y justo.
En cambio, Guaidó y otros legisladores de la oposición están promoviendo un referéndum de una semana para pedir a los venezolanos que rechacen la “usurpación de la presidencia” por Maduro y las elecciones del domingo.
Participar en la votación “solo beneficiará al régimen y sus cómplices”, ha tuiteado Guaidó.
“Lo mejor que podemos hacer es dejar el centro de votación en paz”. Pero en ausencia de la oposición, se espera que los leales a Maduro recuperen el control de la legislatura.
Guaidó basa su reclamo a la presidencia interina de Venezuela en su liderazgo de la Asamblea Nacional, considerada la última institución elegida democráticamente en esta nación suramericana. La administración Trump ha dicho que continuará reconociéndolo después de que se elija la nueva legislatura; los asesores del presidente electo Joe Biden dicen que él hará lo mismo.
Pero casi dos años después de que Guaidó surgió de la oscuridad para unificar gran parte de la oposición históricamente rebelde de Venezuela, el movimiento que lidera se ha detenido casi por completo, decepcionado por el fracaso en derrocar a Maduro, limitado por el coronavirus y acosado nuevamente por luchas internas de ese tipo. que condenó los esfuerzos previos para presentar un contraataque efectivo al gobierno socialista fundado por Hugo Chávez.
Los venezolanos de a pie, en tanto, siguen sufriendo la hiperinflación, el alto desempleo, la escasez crónica de bienes básicos y, este año, el coronavirus. Millones han huido, aunque algunos han regresado durante la pandemia.
“La oposición está en una situación desesperada”, dijo Geoff Ramsey, director para Venezuela de la Oficina de Washington para América Latina. “A menos que encuentren una manera de resolver disputas internas y reconectarse con las luchas cotidianas que enfrenta la población, será difícil que la coalición siga siendo relevante”.
Maduro, cuya reelección en 2018 es ampliamente considerada como fraudulenta, ha hecho campaña a favor de sus aliados. Entre ellos se encuentran el ex presidente de la asamblea, Diosdado Cabello, y el propio hijo de Maduro, Nicolás Maduro Guerra. “Llamo a mi gente a la batalla”, dijo Maduro el domingo en un discurso televisado a nivel nacional.
“Han sido cinco años [de la oposición] diciendo que destruirán a Maduro, pidiendo una intervención militar y una guerra para Venezuela… necesitamos recuperar la Asamblea Nacional”.
Si gana la oposición, dijo el martes, renunciará a la presidencia. Pero con poca competencia, hay pocas posibilidades de que eso suceda.
“Está muy claro que estas elecciones no son libres ni justas, y el resultado está casi garantizado”, dijo Ramsey. “Maduro está avanzando con esta votación no porque espere que la comunidad internacional reconozca los resultados, sino porque quiere pasar página en el capítulo de Guaidó”.
Guaidó y sus aliados han apoyado la línea dura de Estados Unidos contra Maduro. La administración Trump ha intensificado las sanciones destinadas a asfixiar al gobierno; El Departamento de Justicia ha acusado a Maduro y a varios miembros de su círculo íntimo por cargos de narcoterrorismo. El enfoque no ha logrado desalojar al presidente, pero ha dividido a la oposición.
“Hay una parte de la oposición que todavía cree en presionar al gobierno hasta que se rompa”, dijo Stalin González, un exaliado de Guaidó que se ha distanciado. “Pero esto significaría que alguien en el gobierno va a abrir, y ¿cómo van a hacer eso cuando pones un precio por encima de la cabeza de cada miembro fuerte?”.
“Las sanciones”, continuó, “no perjudican a los funcionarios de alto rango. Tienen suficiente dinero para comprar lo que quieran. Los ciudadanos, en cambio, están perdiendo. ¿Cómo podemos esperar que las personas protesten cuando luchan por sobrevivir?”.
El dos veces candidato presidencial Henrique Capriles rompió públicamente con Guaidó en septiembre, abriendo negociaciones con los representantes de Maduro para atraer a observadores de la Unión Europea para monitorear la votación del domingo . Las conversaciones terminaron sin un acuerdo y los candidatos aliados de Capriles se retiraron de las elecciones.
Los asesores de Biden dicen que no reconocerá ningún voto que no sea “libre y justo” y continuará reconociendo lo que uno llamó la “Asamblea Nacional elegida democráticamente”. Eso incluye a Guaidó como su líder, al menos mientras la oposición no encuentre una alternativa universalmente aceptada.
Los asesores, que hablaron bajo condición de anonimato para delinear la política de Biden antes de que asumiera el cargo, enfatizaron la necesidad de unidad de la oposición y la creencia de que son los venezolanos, y no los Estados Unidos, quienes deberían negociar con Maduro.
Si bien Biden tiene la intención de aliviar la grandilocuencia de la administración Trump y las advertencias veladas de una posible intervención militar, dijeron los asesores, planea mantener las sanciones existentes mientras se enfoca en generar más apoyo internacional para presionar a Maduro y alentar una oposición unificada.
El referéndum de la oposición, llamado consulta pública, pregunta a los votantes si exigen el fin de la “usurpación” de Maduro; pedir elecciones libres, justas y verificables; y ordenar la cooperación y asistencia necesarias para “rescatar nuestra democracia, abordar la crisis humanitaria y proteger a la gente de los crímenes contra la humanidad”.
Durante un mitin esta semana, Guaidó calificó el referéndum como “una alternativa al fraude. Una opción de organización y movilización”.
