- Roy Echeverría formó parte del movimiento Resistencia Venezolana, cuando iniciaron las protestas antigubernamentales en el país en 2014. Contó en exclusiva para El Diario cómo fueron sus inicios en las artes marciales mixtas y habló sobre su estilo de combate
Convertirse en el tercer venezolano en dar el salto al Ultimate Fighting Championship (UFC), el circuito de artes marciales mixtas (MMA) más importante del mundo, es el sueño de Roy Echeverría. En el asfalto usaba piedras, botellas y escudos de cartón para defenderse de la brutal represión del régimen de Nicolás Maduro, ahora pelea en el octágono para representar a Venezuela en la MMA.
El pasado mes de septiembre, Royberth debutó como profesional con nocaut técnico (TKO) en el primer round del Titan FC-64, disputado en las instalaciones del Hotel InterContinental de Miami, Florida. Esto lo perfila como una joya del Titan Fighting Championship (TFC), franquicia considerada como una de las canteras de la UFC.
Aquella victoria la celebró mientras lucía una máscara tricolor de Anonymous, como dedicatoria a la llamada Resistencia Venezolana. El muchacho de peso mosca perteneció a este movimiento desde 2014, cuando el país estaba sumido en protestas antigubernamentales.
El oriundo de Maturín, estado Monagas, fue testigo de la cantidad de jóvenes que resultaron heridos o asesinados durante la época de protestas. En varias oportunidades viajó para sumarse a las manifestaciones antigubernamentales que se organizaron en la capital del país, como la llamada Toma de Caracas del 1° de septiembre de 2016.
“Por eso dediqué el triunfo de mi debut a aquellos compañeros heridos y fallecidos. Es algo de lo que no todo el mundo habla o recuerda. Fueron momentos de mucha incertidumbre e impotencia. Es algo que viví y siempre tengo en mente”, destaca con cierta melancolía.
Inicios de Roy Echeverría
El fajador de 25 años de edad estuvo vinculado al deporte desde su infancia. Practicó fútbol, karate y judo. Sus primeros pasos en la MMA los dio bajo la influencia de su padre, Edgard Echeverría, quien era el entrenador principal de la academia de jiu-jitsu y artes marciales en Maturín y organizador del evento Gladiadores de Venezuela, donde Roy tuvo la oportunidad de pelear un par de veces.
“Yo comencé las artes marciales con el judo. Cuando el jiu-jitsu empezó en Venezuela yo estaba muy pequeño; tenía como siete años y no había categorías ni tantos niños practicando eso. Yo hacía judo en la tarde y jiu-jitsu en la noche con mi papá. Cuando cumplí 12 años fue cuando empecé a entrenar con niños de mi edad y a ver categorías en las competencias”, recuerda el competidor de TFC.
Mientras empezaban a desarrollarse los eventos o promociones de la MMA, el joven oriental ya estaba involucrado en ese mundo. Relata que fueron momentos en los que comenzu00f3 a ver esta disciplina como una carrera profesional y no como un hobby. u201cLuego hice un buen papel y terminu00e9 mi primera pelea con TKO. Asu00ed comenzu00f3 esta hermosa historiau201d, au00f1ade.
En esa época también se hicieron populares las peleas del UFC en Venezuela. Echeverría cuenta que las veía con su familia y sus compañeros del gimnasio. “Obviamente, entré en fanatismo con ciertos peleadores, como Tito Ortiz, Chuck Liddell y Georges St-Pierre. Fueron muchos los atletas que me motivaron a ser como ellos”, comenta con su atenuado acento oriental.
Mientras llevaba a cabo su carrera deportiva, Royberth estudiaba odontología en la Universidad Gran Mariscal de Ayacucho, en Anzoátegui. “Fue una experiencia muy bonita”, sostiene. En la universidad hizo cuatro años de carrera teórico-práctica, pero no pudo recibir su título debido a que le faltó culminar sus pasantías.
Estilo de combate en la MMA
A Roy Echeverría lo conocen en la MMA como The Unbroken, que traducido al español significa inquebrantable. De esta forma se cataloga física y mentalmente en cada entrenamiento y combate. “No importa la situación que esté pasando, ni qué tan duro golpee mi oponente, me siento inquebrantable y eso es algo muy importante en este deporte”, afirma.
Echeverría se considera un peleador integral en todos los aspectos, tanto de pie como en el piso. Las artes marciales que lo han complementado como atleta son jiu-jitsu, que es su base desde pequeño; lucha, muay thai, boxeo y kickboxing. “Esto es lo bonito de este deporte: mientras mejor sepas combinar las artes marciales, mejores resultados vas a obtener en cada pelea”, complementa.
El muchacho de cabello teñido ha tenido la oportunidad de compartir escenarios con varios fajadores venezolanos. Uno de ellos es Adolfo Suárez, quien tuvo una temporada satisfactoria en el jiu-jitsu brasileño. En julio reinó en el Fight To Win 146, mientras que en noviembre se quedó con la medalla de bronce en el Torneo Panamericano No-Gi, realizado en Atlanta, Georgia.
“Adolfo Suárez fue uno de los peleadores que empezó conmigo. Cuando no había jiu-jitsu para niños nosotros ya estábamos metidos en este deporte. Yo siempre viajaba a Caracas cada dos o tres meses para entrenar con él. A pesar de que él era de una categoría más grande que yo, compartimos en varias competencias. Hoy en día él solo se dedica al jiu-jitsu y yo a la MMA, pero siempre estamos entrenando juntos. Es un hermano que me regaló el deporte”, comenta.
Omar Morales, segundo venezolano en dar el salto al UFC, es otro de los gladiadores que han formado parte de la carrera de Royberth. “Omar Morales es un amigo bastante cercano, también entrenamos juntos. Es como un hermano, y a la vez un ejemplo a seguir. Él logró lo que todo artista marcial quiere: llegar al UFC. Siempre me guía y me aconseja. Estamos en constante evolución todas las semanas”, confiesa.
El pru00f3ximo reto de The Unbroken (1-0) seru00e1 este 17 de diciembre en Miami, Florida, cuando enfrente al estadounidense Jon Arce (1-1-0) en la categoru00eda mosca (flyweight) del Titan FC-66. Piensa que solo es cuestiu00f3n de tiempo y trabajo para dar a conocer su nombre, y asu00ed convertirse en el segundo venezolano que compite en la mayor empresa de artes marciales mixtas en el mundo.
“Obviamente, estoy empezando mi carrera como profesional; pero creo que tengo todo para estar en la UFC. He peleado contra atletas que ya están en ese nivel y no lo he hecho nada mal. Dios mediante, en un par de años voy a estar allí. Podría estar en la UFC a finales de 2021 o en 2022”, pronostica Echeverría, quien desea volver a entonar el grito de victoria en el octágono con la bandera de Venezuela en sus hombros y la máscara de Anonymous cubriendo su rostro.
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