• La esperanza es universal y esto es lo que resume el espíritu de la Navidad. Esta fiesta cristiana es celebrada en distintas partes del mundo y cada región tiene su tradición particular

“La Navidad no es una fecha, es un estado mental” decía la educadora estadounidense Mary Ellen Chase. Los preparativos para esta fiesta cristiana que celebra el nacimiento de Jesucristo en la noche entre el 24 y el 25 de diciembre comienzan prácticamente 24 días antes en muchas partes del mundo.

La época navideña se extiende desde el primer domingo de Adviento, entre el 27 de noviembre y el 3 de diciembre, hasta El Bautismo de Jesús el domingo posterior a la Epifanía, entre el 9 y 13 de enero. Y estos días se caracterizan por el espíritu navideño, uno de esperanza y convivencia familiar.

Gabriel Gutiérrez, profesor de filosofía y religión en la Universidad Monteávila, aseguró para El Diario que este espíritu puede sentirse entre creyentes y no creyentes que celebren esta fiesta. 

El espíritu navideño se resume en la esperanza. Esa necesidad de ver a la familia, dar regalos, esté o no vinculada a lo que ocurrió en Belén, es consecuencia de esa primera Navidad porque Dios se hizo hombre no solo para los cristianos, sino para toda la humanidad”, explicó.

Sin dejar a un lado el componente religioso, esta celebración ha sido popularizada por la mercadotecnia a través de los años. Esto lo confirma para El Diario María Gabriela López Miota, asesora de mercadeo que cuenta con más de 10 años en este campo. “Todas las épocas festivas generan algo en los consumidores. Se busca construir emociones positivas. Es entender que, si bien aún no es Navidad, 24 días antes yo estoy brindándole una emoción extra a ese consumidor”.

Esta festividad tiene un gran alcance global. Por esa razón, cada país la adapta para celebrarla a su manera. Existen distintos personajes y tradiciones que destacan. Muchas se comparten entre regiones, otras no, pero todas se celebran en la época en torno a esta misma fiesta.

“…El niño Jesús sería un niño Venezolano…” 

“¿Tradiciones navideñas? Te tengo una exclusivamente venezolana”, dijo Gutiérrez con emoción. “¿Conoces las Misas de Aguinaldo? Estas se celebran solo en Venezuela”. 

Las Misas de Aguinaldo son festejos litúrgicos propios de la época navideña venezolana. Se celebran entre el 16 y el 24 de diciembre, una misa cada día en la mañana. En estas, los feligreses cantan los llamados “aguinaldos” o villancicos para venerar el nacimiento de Jesucristo.

“Estas misas son una novedad porque en Adviento no se permiten los cantos alegres. El tono es de penitencia porque hay que prepararse para que nazca Dios en el corazón de cada persona. Todavía no es fiesta, hay que purificarse primero”, reveló el catedrático.

Misas de aguinaldos
Foto: El Visitante de Puerto Rico
Sin embargo, como esta tradición está tan arraigada en nosotros desde hace muchos años, Roma (la Iglesia Católica) tuvo que hacer una excepción con Venezuela y reconocer nuestra costumbre”, agregó.

Señaló, además, que los bonos económicos, también llamados “aguinaldos”, que se le pagan a los empleados en esta época, guardan una relación directa con esta celebración.

En Venezuela, nueve días antes de la Navidad ya se puede celebrar. Gutiérrez sonrió al relatarlo: “No ha llegado la Navidad, pero me alegro por adelantado. Es una dulce espera. Es como dice El Zorro en El Principito: Si vienes a las cuatro, desde las tres yo empezaría a estar feliz”.

Armar el pesebre y esperar a los Reyes Magos

Ya sean de madera, arcilla o cualquier otro material, las figuras de los protagonistas de la historia de la Navidad han sido reproducidas en centenares de formas con el mismo objetivo: recrear la escena del nacimiento del Niño Jesús en la comodidad del hogar, templos y demás.

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Estas representaciones existen en todos los tamaños y extensiones posibles. Incluso, algunas son “vivientes”, porque los personajes son representados por personas. 

Se les denomina “pesebre” para conmemorar el pequeño establo donde la Virgen María dio a luz a Jesucristo, acompañada por San José, un buey y la mula que la cargó desde Nazaret hasta Belén. 

Entre los otros elementos que adornan a los pesebres está la Estrella de Belén. Este es el nombre que se le da a la conjunción planetaria de Júpiter y Saturno, la cual no se ha visto en 800 años pero será visible en el cielo vespertino durante el 21 de diciembre de este año. 

Si bien no hay una fecha fija para colocar el pesebre en el hogar, algunos recomiendan el día 8 de diciembre, el Día de la Inmaculada Concepción. Según el dogma cristiano, es la fecha en la que fue concebida la Virgen María, celebrada nueve meses antes del natalicio de la misma, el 8 de septiembre. 

Tampoco hay un momento específico para desmontarlo, pero los países de tradición hispana suelen dejarlo hasta el día de la Llegada de los Reyes Magos. 

A los Reyes Magos, llamados Melchor, Gaspar y Baltazar, se les atribuyen estos títulos puesto que en la antigüedad, se llamaba “magos” a las personas eruditas. Además, los cristianos han asumido siempre que eran “reyes” o personas pudientes por la iconografía que los representa y por tener los recursos para viajar hasta Belén a darle regalos al Niño Jesús: oro, incienso y mirra. Y es España la nación que festeja por todo lo alto su llegada, incluso más que la Navidad. 

Reyes Magos, otra tradición de Navidad
Foto: EP

Durante el siglo XIX se inició la tradición española de dejar regalos a los niños durante la noche de Reyes, imitando la tradición de Navidad de otras naciones. La primera cabalgata de Reyes Magos sucedió en Alcoy en el año 1866, para luego extenderse al resto del país.

Sin embargo, a raíz de la pandemia por covid-19, el líder de la Iglesia Católica, el papa Francisco, dirigió unas palabras el pasado 16 de diciembre a los feligreses rememorando esta escena bíblica.

“Este año nos esperan restricciones. Recordemos la Navidad de la Virgen María y de San José: no fueron rosas ni flores. ¡Cuántas dificultades!, que estas nos ayuden a purificar la forma de vivir la Navidad, de festejar saliendo del consumismo, que sea más religiosa y auténtica. Dediquemos más tiempo a la oración: recemos pidiendo los unos por otros, en particular por los que más sufren”. 

En Italia vive la Bruja Befana

Cuando los Reyes Magos viajaron para conseguir al Niño Jesús, se cruzaron con varias personas en el camino. Según la tradición italiana, una de estas fue la Befana o la Strega (bruja en italiano) Befana. 

Descrita como una anciana que vuela en una escoba, de rostro arrugado, con verrugas y que usa el clásico sombrero puntiagudo más característico de Noche de Brujas que de Navidad, la Bruja Befana se diferencia de las villanas de los cuentos de hadas por que siempre está sonriente y llevar un saco lleno de dulces pero también de carbón.

Bruja Befana
Foto: Fragance Tour

Según el folclore italiano, cuando los Reyes Magos iban hacia Belén, se perdieron. Buscando el camino, le pidieron ayuda a una anciana que los atendió y les regaló dulces. Ellos le pidieron a la señora, la Bruja Befana, que los acompañara a buscar al Niño Jesús, pero ella se negó. 

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Cuando los Reyes se marcharon, la Befana se arrepintió. Preparó un saco con dulces y salió a buscarlos, pero no los consiguió. Así, la anciana se paró en cada casa, dándole golosinas a los niños que encontraba, esperando que alguno de ellos fuera el Niño Jesús.

Desde entonces, para redimirse, viaja entregando regalos y dulces o carbón para los niños malos. Estos los deja en los calcetines de los niños italianos durante la noche del 6 de enero.

Entre los dichos populares, está el que dice “en Navidad, dichoso quien en su casa está”, y así pasarán los italianos estas fechas. Francesco Boccia, ministro de Asuntos Regionales de Italia, aseguró que el toque de queda nacional se mantendrá durante todo el mes y que ni siquiera se levantará para Navidad o Año Nuevo. “¿Hay que celebrar la Navidad? La celebraremos en casa”, sostuvo en una entrevista en el canal televisivo Rai News.

Es importante recordar que no estamos a merced de la pandemia. Dios sabe lo que está pasando, pero Él no es injusto y no nos va a mandar algo que no podamos superar”, resaltó Gutiérrez.

El profesor universitario propone que en esta Navidad durante la pandemia, hay que “dejar de pensar en uno mismo”. Señaló que si alguien se siente mal por estar encerrado, seguramente alguien más se debe sentir peor.

“La Navidad me recuerda que tengo que pensar en los demás. Buscar la manera de cómo hacer más llevadero, no mi encierro, sino el de los que están encerrados conmigo. Hay que hacer que la Navidad crezca en nuestras casas”, invitó.

Un consejo que sugiere Gutiérrez es buscar qué cosas “alivian a nuestras almas”. Por ejemplo, si una persona cuenta con una sensibilidad artística que le permite pasar todo un día leyendo una novela y así escapar de la realidad que lo agobia, debería intentar guiar a los que lo rodean para encontrar qué cosas los ayudarán a hacer la cuarentena más fácil de enfrentar, sobre todo en estas fechas. 

“Me busco unas buenas películas y decreto en mi casa que todos los días vamos a ver una. Ponernos en el camino para hacer mejor la estadía de todos en ese espacio, nos saca del encierro”, aseguró. 

San Nicolás y su contraparte malvada: El Krampus 

Sin duda, ver películas de Navidad es parte de la tradición de estas fiestas. Y el gran protagonista es el señor bonachón de barba blanca y traje rojo llamado San Nicolás, Papá Noel o Santa Claus. 

“En las épocas festivas, las empresas nos trazamos metas, una de ellas es posicionar la marca”, explicó López Miota, al señalar que Navidad es una ocasión perfecta para el mercadeo, generando estrategias que hagan a la marca destacar.

Un caso clásico de este concepto sería el hecho de que, si bien el traje de San Nicolás es rojo desde sus orígenes, no se parece en absoluto al que las personas hoy se imaginan en sus cabezas. Ese característico traje lo diseñó Coca-Cola en 1931 durante una campaña navideña y desde entonces, se grabó a fuego en la memoria colectiva.

Pero el santo al que se le brinda homenaje en estas fechas, sobre todo en países de la Europa Oriental como Alemania, no es el señor que vive en el Polo Norte con una fábrica llena de duendes. 

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San Nicolás era un Obispo durante el siglo IV y es uno de los más venerados por la Iglesia Católica. Su indumentaria eclesiástica era roja, por eso se asocia a este personaje con este color. 

Su relación con los niños también da pie a la leyenda entorno a su figura. Unos dicen que rezó por unos niños que fueron atacados brutalmente y sanaron de inmediato. 

Otros cuentan que le dio, en secreto, una bolsa llena de monedas a unas niñas que iban a ser condenadas a no casarse por no tener una dote. Narran que entró durante la noche por la ventana y metió las monedas en unos calcetines que guindaban sobre la chimenea para secarlos. Por esto se dice que San Nicolás entrega regalos.

Antes de ser Santa Claus, se llamaba Papá Navidad. Se ha popularizado llamarle Papá Noel por la palabra francesa “Nöel”, que significa Navidad. Pero según los germanos, San Nicolás no actúa solo. Si bien se alegran por su llegada, también le temen a que aparezca otro personaje: El Krampus.

Este espantoso ser es un demonio. Se le representa con cachos, una lengua larga, cabellera negra, patas de cabra y pelaje tupido, con un saco en la espalda. Su nombre viene de la palabra “krampen” que significa “garra”. 

Krampus, garra
Foto: B.H. Photography

Esta contraparte malvada de San Nicolás secuestra a los niños malos, los mete en su saco y se los lleva al Inframundo. Lo que hace con los niños varía según la versión. Algunos aseguran que los azota hasta que se vuelven buenos, también dicen que se los come, otros explican que los coloca dentro de unas esferas y los colecciona, dejándolos allí durante siglos.

La noche entre el 5 y el 6 de diciembre se celebra la Krampusnacht o la Noche del Krampus. Dicen que a solas o junto a San Nicolás, el demonio llega haciendo sonar cencerros y cadenas para alertar a todos de su presencia. 

Durante esta noche, particularmente en Austria, los hombres jóvenes se disfrazan del terrible demonio y deambulan por las calles asustando a los niños.

Decorar el arbolito 

Pocos se han preguntado de dónde sale la tradición de decorar un árbol en Navidad. Los orígenes de esta costumbre vienen de los países nórdicos, una que los cristianos se apropiaron de los paganos.

Los creyentes en la mitología nórdica celebran el nacimiento de Frey, dios del Sol y la fertilidad, en una fecha próxima a la Navidad cristiana. 

La tradición es decorar un árbol que representa el Yggdrasil, el árbol del Universo. Cada capa del árbol es un mundo distinto, siendo la copa el reino de Odín y el Valhalla (la morada de los dioses) mientras que las raíces son el Inframundo. 

Se narra que San Bonifacio, el evangelizador de Alemania, fue uno de los precursores de apropiarse esta tradición. Un día, cortó el árbol que representaba al Yggdrasil y plantó un pino. La razón es que, como los pinos no se marchitan en todo el año, son perennes como el amor de Dios por los hombres.

Entonces, lo adornó con manzanas que representaban el pecado original y con velas, representando la luz de Jesucristo que ilumina al mundo. Hoy por hoy, las manzanas son esferas y bambalinas navideñas, mientras que las velas son lucecitas eléctricas.

Decorar el árbol de Navidad
Foto cortesía

Jólabókaflód: la inundación de libros decembrina

“En Navidad, nos planteamos campañas que, a través de contar historias, vayan hacia la personalización. No solo contamos relatos, queremos que nuestros consumidores formen parte de estas”, expuso López Miota, hablando de la importancia que tiene el hecho de que el cliente se sienta protagonista de esta festividad. 

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Es un hecho que la Navidad está caracterizada por dar regalos. Todos quieren que le den el presente de sus sueños, el que más se parezca a ellos. Y la tradición de Islandia donde el regalo más popular es un libro va justamente por esa línea.

Libros
Foto cortesía

Jólabókaflóð (del islandés “inundación de libros del Yule”) es una práctica de Islandia, referida a la publicación de nuevos libros en las semanas previas a la Navidad. En esta época se concentra la mayor compra y venta de libros en ese país desde hace 80 años. 

Durante la Segunda Guerra Mundial, las importaciones tenían severas restricciones, pero el papel no tenía tantas limitaciones. Así, los libros se convirtieron en un regalo accesible para todos durante la Navidad. 

Es desde esta época que las editoriales concentran sus lanzamientos en estas fechas. A cada hogar del país llega un catálogo de libros producido por la Asociación de Editores Islandeses para que el público conozca las novedades de ese año. El 60% del total anual de ventas editoriales suele ocurrir en la época navideña. 

“La Navidad es una época ideal para el mercadeo porque, a través de distintas acciones, generamos en el consumidor una decisión de compra”, explicó López Miota. Y es que, escoger un libro como regalo no es fácil, tiene que parecerse a la persona que va a recibirlo. Por esto hay que pensar como un especialista en mercadeo y conocer los gustos de ese ser querido.

Navidad, pandemia y familia

Más allá de escoger el libro indicado, celebrar las Misas de Aguinaldo, esperar por San Nicolás y temerle al Krampus, intentar ver a la Bruja Befana cuando llegue o a los Reyes Magos y armar el pesebre, la Navidad no se trata de qué hay debajo del árbol decorado sino de quiénes están a su alrededor.

Yo que celebro la familia en Navidad, este año que no podré verlos, los voy a celebrar aún más porque estoy más consciente de lo que la familia significa”, manifestó Gutiérrez.

López Miota está de acuerdo al señalar que “durante estas fechas, siempre queremos ganar nuevos consumidores”. Es decir, añadirlos a la familia de clientes de una marca en particular. “Esto lo conseguimos con distintas estrategias para lograr el engagement o enganche”, agrega. 

Ambos coinciden que se trata de cómo hacerle llegar un detalle a las demás personas durante esta Navidad. “Editoriales que dejan sus libros gratis, páginas web que ofrecen cursos sin pagarlos, podrá tener algo de marketing por detrás, pero es una manera de hacer que el encierro de otros sea más fácil de llevar por mi gesto solidario”, opinó Gutiérrez. 

“El consumidor se emociona porque recibe algo por parte de la marca”, concluyó López Miota. 

La Navidad es una época que involucra a todos de una u otra manera. Cada tradición es bienvenida porque en el fondo, todos celebran lo mismo: la convivencia familiar, el amor y la esperanza por el año nuevo que vendrá.

Se trata de recordar lo que decía la novelista estadounidense Taylor Caldwell “el mensaje de la Navidad es que nunca estamos solos”. Luego de un año de pandemia, el mundo necesita una vacuna para el virus y una inyección de ese espíritu navideño, cuya receta es esperanza concentrada. 

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