- Las fiestas navideñas, pero especialmente las de Fin de Año, son las fechas en las que las personas suelen generar más pensamientos en torno a las pérdidas que sufrieron recientemente
El año 2020 mantuvo a flor de piel las emociones de la humanidad. La pandemia por covid-19, las muertes de millones de personas por la enfermedad y las restricciones para evitar los contagios fueron algunos de los sucesos que avivan los pensamientos de pérdida en las personas.
Carlos Tineo, médico psiquiatra, explicó en entrevista para El Diario que esta situación suele recrudecer en el último mes del año, pues es el momento en el que las personas, especialmente los de origen latinoamericano, se aferran a lo que han perdido.
Síndrome depresivo de Navidad
Esta tristeza decembrina tiene una calificación en el ámbito de la psiquiatría: síndrome depresivo navideño y comprende aquellos pensamientos que hacen que la tristeza se prolongue y traiga consigo otros síntomas o consecuencias.
Este síndrome puede venir acompañado de cuadros de melancolía, decaimiento del ánimo, ganas de llorar, pérdida de interés por las cosas cotidianas, trastornos en el sueño, en el apetito, en la sexualidad y enfermedades físicas. Esto último se debe a que la depresión emocional también debilita el sistema inmunológico.
Tineo insistió en que durante la celebración de este Año Nuevo podrían aumentar los casos de este síndrome, debido a que estará presente el duelo por personas que fallecieron tras contraer covid-19.
Además, la falta de algunas tradiciones como reunirse en grupos familiares producirán aún más melancolía u otros síntomas asociados a la depresión.
¿Qué es el duelo?
El psiquiatra detalló que el duelo es la construcción de pensamientos referidos a pérdidas. Aclaró que los recuerdos no solo pueden estar relacionados con personas que fallecieron, sino con quienes están lejos geográficamente o a objetos o tradiciones que se perdieron. nn“Los venezolanos experimentamos durante todo el año ese sentimiento de pérdida constante; de calidad de vida, servicios, de personas que emigraron, de poder adquisitivo e incluso de bienes o alimentos que ya no pueden adquirir”, indicó Tineo. n
Identificar y redirigir pensamientos
Carlos Tineo dijo que la forma más efectiva de evitar los sentimiento de duelo. y sus consecuencias, es identificar los pensamientos que generan sufrimiento, modificarlos o redirigirlos hacia cosas positivas.
En su consulta, Tineo trabaja con sus pacientes este tema durante noviembre y diciembre y los prepara para codificar sus pensamientos hacia lo positivo y a practicar el agradecimiento.
En el caso de las pérdidas de amigos y familiares, el psiquiatra recomienda recordarlos de buena forma, agradecer por el tiempo que lograron compartir en vida y por el legado que dejan.
“Lo mismo debe hacerse con las tradiciones u otras costumbres. Si este año la persona solo puede tener un pan con mantequilla no se lo puede comer pensando en el churrasco que comió el año anterior porque, además de que le va a saber mal, va a estar triste. Lo ideal sería comerlo dando gracias porque tiene ese pan y esa mantequilla para ese momento”, añadió.
Evitar el rechazo al recuerdo del año 2020
Un hábito que se ha vuelto común en los últimos meses es compartir pensamientos y deseos de olvidar y rechazar lo que sucedió en el año 2020. Usuarios en las redes sociales, por ejemplo, han calificado los últimos 12 meses como “negativos”, “horribles”, o “los peores” que han vivido.
El psiquiatra explicó que la manifestación de estos pensamientos no solo produce tristeza, rabia y sufrimiento sino que predispone a las personas a iniciar el año 2021 en malas condiciones emocionales.

A su juicio, los ciudadanos deben recordar el 2020 como un año de aprendizajes y crecimiento personal, en el que gran parte de la población mundial sobrevivió a una crisis inesperada.
El especialista considera que la pandemia le permitió a las personas y a la sociedad crecer y adquirir recursos mentales para superar crisis.
Pese a los efectos devastadores de la pandemia, 2020 también fue un año en el que muchas personas tomaron el impulso que necesitaban para aprender un oficio, un idioma o un pasatiempo. También le dio motivación a quienes iniciaron proyectos o emprendimientos que habían dejado de lado antes de que el covid-19 apareciera en escena.
“Creo que sin duda 2020 nos servirá para crecer como sociedad y como personas porque hemos aprendido muchísimas cosas”, concluyó.