• Lirys Coromoto Palm reside en Estados Unidos desde 2016. Se define como una artista tradicional, que no emplea pegamentos ni tijeras, sino “una buena técnica” para que las piezas encajen 

El encuentro con una cultura distinta llenó a la arquitecta y urbanista Lirys Coromoto Palm amigos inolvidables y un hobby que luego se transformó en su gran pasión hace más de 10 años: el origami.

La profesional, egresada de la Universidad Simón Bolívar (USB) en 1983, viajó a Japón para acompañar a su hermana menor, quien estaba embarazada. Se fascinó con el arte, costumbres y vivencias de este país, pero fue la representación de figuras elaboradas en papel la que se llevó toda su atención.

Arte en papel artista venezolana
Foto: Lirys Coromoto Palm

En el idioma tuvo una barrera, aunque eso no fue impedimento. Aprendió la técnica por imitación y observación de los origamistas, que luego mejoró al aplicar sus conocimientos de arquitectura.

Las escuadras le han servido para lograr los dobleces exactos que requiere el papel cuadrado, de cualquier material, cuyos lados midan igual y con ángulos de 90 grados. De hecho, a veces utiliza planos y maquetas para darle forma a sus creaciones.

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“Más de una vez las he utilizado -las escuadras- para resolver un origami. Ha sido de gran utilidad conocer de geometría y trigonometría”, precisó en conversación con El Diario.

Origami artista venezolana
Foto: Lirys Coromoto Palm

Mientras vivió en Caracas fue invitada fija a los eventos organizados por la embajada japonesa. “El último al que asistí se hizo en los hermosos jardines de Topotepuy, un momento muy bonito, inolvidable, que llevo en mi corazón”, subrayó.

Para esta venezolana, radicada en Weston, Florida (Estados Unidos), desde 2016, al igual que la arquitectura, el origami es “la búsqueda de la perfección”. 

Figuras y colores como inspiración

Este tipo de arte es sumamente antiguo en la nación nipona, pero se ha hecho más popular y lo han perfeccionado desde la década de 1960. Se usa para representar la flora, fauna, animales, especies mitológicas y todo aquello que tenga una imagen.

Palm, madre de dos hijos, divide su tiempo entre su trabajo en un campo petrolero y esta representación de la papiroflexia. Sus creaciones abarcan cajas de regalos, sobres, bouquet de flores, muñecas, nacimientos, grullas y cualquier objeto que se le ocurra al cliente. 

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Nacimiento en papel
Foto: Lirys Coromoto Palm
Con la pandemia y al pasar más tiempo en casa, comencé a experimentar con figuras geométricas, colores vivos y composiciones. El origami es mi compañero de vida, me sirve para expresar emociones. Cuando tengo una hoja de papel en mis manos comienza el reto. A veces estoy trabajando y me vienen ideas a las que después le doy forma”, dijo.
Origami
Foto: Lirys Coromoto Palm

Desde su cuenta de Instagram comparte con otros colegas e intercambia experiencias. En el negocio digital encontró una oportunidad para mostrar su arte. “Con Orinoko Design he tenido buenas experiencias, los clientes aprovechan y piden que las piezas sean personalizadas. Hace poco hice una lámpara y le adecúe la base de la luz. En Navidad, Día de los Enamorados, he recibido pedidos. Ahora me preparo para la Pascua”, contó.

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Agregó que desde hace unos meses su desafío es elaborar piezas que den sensación de movimiento. “Hago, por ejemplo, cubos que abran y cierren, que cada vez sean más complejos de elaborar”.

Aclaró que los gustos de hombres y mujeres a la hora de adquirir un origami son completamente distintos. “Las mujeres optan por cajas hexagonales, perfectas para ponerles bombones, también buscan tarjetas bonitas para decorar. Se busca no solo la belleza externa, sino la interna. Los hombres los prefieren inspirados en  figuras geométricas”.

Sobre el traslado de estas esculturas de papel, bien sea de acción o modular, enfatizó que el embalaje se realiza con cajas y sobres adaptados, de manera que llegue en perfectas condiciones.

Apuntó que elaborar origamis estimula la creatividad de quien lo elabora y mencionó que en Japón esta práctica la enseñan desde el jardín de infancia. 

“Los alumnos desarrollan la motricidad, la imaginación. Si la técnica es usada en casa permite momentos familiares únicos. Un niño valora más aquel juguete o elemento que hace con sus manos. Hace poco me reuní con unos vecinitos e hicimos dinosaurios y tiranosaurios. Ellos se divirtieron mucho”, resaltó.

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Arte arquitecta venezolana
Foto: Lirys Coromoto Palm

“Ni goma ni tijera”

Palm se autodefine como una origamista tradicional, que solo requiere de un buen papel, preferiblemente importado por su calidad, diseño y consistencia. “Mis piezas no son intervenidas. No uso ni tijeras y mucho menos pegamento. Una vez hice una esfera y una persona me dijo que era imposible que no tuviera pega. En su presencia desarmé la pieza y comprobó que cada parte encajó porque estaba elaborada con rigurosidad y buena técnica”, exaltó.

Origami
Foto: Lirys Coromoto Palm

El origami la acompaña hasta en sus recepciones familiares. Los tradicionales “recuerditos” de primera comunión, bautizos y quince años, que en su interior contienen caramelos o almendras, llevan su sello…solo sustituye las telas y cintas. “Es infinita la cantidad de cosas que se pueden hacer solo con un papel cuadrado”, concluyó.

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