• Si bien la pandemia ha sido uno de los momentos más complicados para el mundo en el siglo XXI, las personas podrían estar de acuerdo en que estas son las lecciones aprendidas durante estos 12 meses

Hace un año, muchos creyeron que lo que estaba llegando era el fin del mundo. Un escenario atemorizante se avecinaba. ¿Una pandemia? La última vez que se habló de un evento de esta magnitud fue con la Gripe Española, en 1918. Más de cien años después, el mundo se enfrentaba otra vez contra una nueva amenaza invisible, un enemigo común para todos: el covid-19.

Calles desiertas, negocios cerrados, familias enteras dentro de sus casas las veinticuatro horas del día. Así se mostraba el mundo; Venezuela no era la excepción. Todo estaba completamente paralizado. Lo peor era la incertidumbre respecto a cuánto duraría esta situación. Ya ha transcurrido un año.

Fue algo impactante. No podía imaginarme cómo algo que yo estaba viviendo aquí en Venezuela lo podían estar viviendo también personas en Nueva Zelanda, Chile, Rusia o cualquier otro país del mundo”, explicó la periodista Gretta Gil en entrevista para El Diario.

Pero ella no fue la única que se sintió así. 

Pandemia de covid-19
Foto cortesía

“Uno oye sobre las guerras, las pandemias y todo parece tan lejano, hasta que te toca vivirlo”. Así lo aseguró Verónica Contreras*, experta en comunicación estratégica y profesora universitaria, en entrevista para El Diario.

Pero para Carmen Luisa Herrera, madre de dos hijos a los que ha cuidado en la seguridad de su hogar durante toda la cuarentena, los venezolanos tenían algún tipo de “entrenamiento” previo con el cual hacerle frente a esta situación.

Herrera, caraqueña que reside en la Isla de Margarita (Nueva Esparta), opinó en entrevista para El Diario que “en este país hemos vivido cosas muy fuertes. Por lo que parece que los venezolanos nos estábamos preparando para esto de manera inconsciente”. 

Aclara que no es que los ciudadanos sabían que llegaría una pandemia, pero una vez se que se anunciaron los primeros casos y las medidas de seguridad el 13 de marzo de 2020, considera que los venezolanos las asumieron mejor que en otros países. 

Sin embargo, Alejandro Vargas disiente. Este gerente de finanzas sostuvo en entrevista para El Diario que “es muy complicado vivir la pandemia en Venezuela. A diferencia de otros países, las malas condiciones del sector salud y del sector económico han hecho que la subsistencia del venezolano sea mucho más difícil”. 

Todo puede cambiar

Al principio de la pandemia, parecía que el mundo tomó una pausa. Los primeros meses, donde todos los días parecían ser iguales y el paso del tiempo era tan extraño, el futuro parecía inalcanzable. Muchos viajes se cancelaron, las clases en todos los niveles migraron a lo virtual y oficinas tuvieron que cerrar.

Leer más  Metro de Caracas habilitó una vía única temporal por cierre de la estación Colegio de Ingenieros

Tanto Gretta Gil como Verónica Contreras lo recuerdan con claridad.

“Me arrancaron muchas cosas en mi vida, desde la raíz”, contó Gil. Dejó de ir a clases presenciales y la despidieron del trabajo por recorte personal debido a la pandemia. “Fue un giro de 180 grados”, señaló. “Pero creo que, siendo sincera, no volvería al estilo de vida que tenía antes de la pandemia”.

La periodista sostiene que ahora ha aprendido a vivir en el presente, porque nunca se sabe lo que pueda ocurrir mañana. Contreras, por su parte, ahora sabe que nada está escrito en piedra. “Uno realmente no tiene mucho control sobre lo que sucede, pero debemos agradecer lo que tenemos y fluir con lo que pasa y con lo que no”, señaló. 

Cuarentena radical
Foto: Víctor Salazar

Para Alejandro Vargas, su vida cambió en todo sentido. “Pasé de saludar a mis amigos, familiares y conocidos con un abrazo a saludarlos a través de videollamadas”, pero al menos podía seguir viéndolos. 

Carmen Luisa Herrera aseguró que si bien inicialmente “era una paranoia total, una incertidumbre muy grande”, ella siempre supo que su dinámica familiar cambiaría por no poder mandar a los niños al colegio. Pero ahora disfruta tenerlos en casa las veinticuatro horas del día.

La importancia de la salud mental: aprender a estar solo con uno mismo

“Si me preguntas, siento ahora que toda mi vida ha sido así porque ya tenemos un año en esto y yo nunca he sido de salir mucho”, explicó Contreras; hablando de que ya está acostumbrada a su estilo de vida hogareño. Sin embargo, reconoció que al comienzo fue muy difícil para ella. 

Si bien había logrado trasladar con facilidad su trabajo de la oficina a la casa, a veces tenía “encontronazos” con sus familiares por estar encerrados todos en el mismo espacio durante tantos días. Contreras relató lo cansada, triste y estancada que se sentía. 

Recordó como su graduación de la universidad había sido pospuesta tantas veces que ni ella ni sus amigos sabían si se graduarían ese año. “Pero llega un momento en el que uno toca fondo. Y para mí era necesario tocarlo”, confesó. 

El mundo paralizado la estaba afectando demasiado. “Hasta que tomé una de las mejores decisiones de mi vida que fue buscar a un psicólogo”, contó. La joven profesora universitaria afirmó que “esta pandemia ha sido uno de los momentos en los que más he crecido como persona”. 

Leer más  Aprobaron juicio en contra de Luis Rubiales por el beso a Jenni Hermoso

Para ella, ha sido clave aprender a quererse y valorar su propia compañía. La convivencia familiar también ha mejorado de manera notoria a partir de la terapia. “Para ser una persona que necesita tener todo bajo control, he aprendido a dejarlo ir”, explicó con cierto orgullo. Y Gretta Gil concuerda con ella. 

“Yo era una persona adicta al trabajo. No me importaba estar hasta muy tarde trabajando y me encantaba tener la agenda llena para sentirme productiva”, expresó con sinceridad, reconociendo que tener un momento del día donde no hacía nada la hacía sentirse ociosa y lo detestaba. Pero Gil no se había dado cuenta lo cansada que estaba. 

Hasta que el yoga -disciplina que ya tenía en su vida antes de marzo de 2020 pero hoy mantiene e incluso ha aumentado su práctica- y la pandemia “me enseñaron a bajar las revoluciones”.

Todo este año he estado aprendiendo a entenderme, a escucharme, a no ser tan dura conmigo misma y no presionarme tanto”, detalló. Agregando que sus expectativas la estaban “carcomiendo” y que de haber seguido como iba “hubiera terminado con una gastritis o una cura del sueño”, añadió con una carcajada.

Pero hoy se siente ligera. En sus palabras, el proceso de liberarse, que le ha tomado un año, ahora la ha ayudado a tomar mejores decisiones y cuidar sus relaciones, pensando siempre en ella y en su bienestar. 

El teletrabajo y la construcción de hábitos saludables

Por eso, Gil afirmó que hay que encontrar un balance. En un mundo angustiado por una pandemia, tiene sentido que la salud física sea la prioridad de todos, pero la salud mental también importa. 

“Así como nos preocupamos de nuestra salud física, hay que cuidar también nuestra salud mental. Cuando nos estamos sintiendo mal emocionalmente, somatizamos. Entonces es muy importante escuchar los mensajes sutiles que nos da nuestro cuerpo y estar pendientes de lo que está ocurriendo en nuestra cabeza para así encontrar el equilibrio”, manifestó la periodista. 

Aunque muchos pensaron que la salud física simplemente se trataba de mantenerse alejado del covid-19 y ya, esto no es del todo cierto. “Hay gente que le dio jet-lag durante la cuarentena”, aseguró Herrera, refiriéndose a las personas cuyas rutinas se vieron tan trastocadas que se levantaba “a las 2:00 pm y se acostaban a las 5:00 am”. “Aquí nosotros nos pusimos horarios”, expresó la madre. 

Contó que despierta a sus hijos como lo hacía todos los días para ir el colegio, -solo que ahora las clases son en casa-. Desayunan los cuatro juntos, ella, su esposo y sus dos hijos, a la misma hora. Al mediodía se van a hacer ejercicio en la colina que queda junto a su casa y luego vuelven para hacer tareas y disfrutar todos juntos en casa. 

Leer más  #TeExplicamosLaSemana | Domingo 21 de abril
Clases desde casa por la pandemia
Foto cortesía

“Yo asumí que esto era para rato y tenía que seguir adelante. Tenemos horarios para todo en la casa. Yo intenté que los niños no se sintieran afectados, quería darles cierta normalidad, para que ellos no estuviesen en estado de alerta”, expuso. Para ella, incluso llegó a implementar rutinas mejores de las que tenía antes. “Lo único que no extraño es hacer loncheras”, confesó riendo con ganas. 

Todos los entrevistados están de acuerdo en que las rutinas saludables son necesarias para poder incluir el teletrabajo en la casa.

“Ese acercamiento que antes teníamos en la oficina desapareció con la pandemia y lo hemos sustituido con el trabajo a distancia. Esto aceleró el cambio de lo que era presencial-híbrido a un método completamente digital y algunos no estaban preparados para eso”, explicó Vargas. 

Para él, que vivió la primera mitad de la cuarentena en casa de sus padres y la segunda la está viviendo con su novia, ha sido fundamental la comunicación y “hay que procurar el bienestar y la salud de todos”. 

Pero para el gerente en finanzas, las medidas de bioseguridad, desde lavarse las manos regularmente, hasta desinfectarse él y todas las cosas que lleva cuando regresa a cada después de hacer diligencias en la calle, “ya se han vuelto parte de la rutina”.

“Estoy seguro de que la diferencia entre marzo de 2020 y marzo de 2021, si hay una nueva cuarentena radical como la que hubo, por esta nueva cepa proveniente de Brasil, es que ahora todos tenemos rutinas y conocimientos necesarios para estar preparados para enfrentar esta situación”. Esa la conclusión de Vargas.

Apreciar a la familia, amigos y parejas

“La gente había dejado de tener prioridades bien claras, o estaban mal organizadas. No le daban el valor a las cosas y ahora sí. La familia es fundamental y la habían dejado a un lado por cosas como la moda, las rumbas o el trabajo”, declaró Herrera. 

Para ella, la pandemia ha ayudado a las personas a darse cuenta del valor que tienen los seres queridos. Y tanto Herrera como Vargas lo que más extrañan es abrazar a la gente sin preocuparse por los contagios. 

Contreras echa de menos estar con todas sus compañeras en la misma oficina y Gil convivir con las personas y no tener un límite de a cuántas puede ver en una u otra ocasión especial. Todos agradecen poder vivir la pandemia en compañía de sus seres queridos, presencialmente en sus casas o a través de redes sociales con esas personas que no pueden ver cara a cara.

Leer más  ¿Cuánto cuesta comprar un tocadiscos en Venezuela?
Coronavirus
Foto cortesía

Se han dado cuenta de que, como expresó Vargas, “un abrazo entre amigos o sentarse con todos nuestros familiares en la misma mesa, son las cosas que se tienen que disfrutar realmente. La vida es muy corta y muchas veces le pasamos por encima a los pequeños detalles que realmente son los que valen.”

Gil observó que es una persona afortunada y privilegiada de poder sentirse tranquila dentro de su hogar. Aseguró que la comunicación ha sido clave para poder convivir en paz en su casa. Contreras confesó que ha logrado acercarse a su familia. “He aprendido a entenderlos, lo que hacen, por qué lo hacen y cómo piensan, porque no somos para nada iguales”, expresó.

Una palabra: Valorar

Herrera describió que “antes de la pandemia uno juraba que era todopoderoso y luchaba para siempre alcanzar más. Antes nos exigíamos demasiado y teníamos que ser los más fuertes y a lo mejor no era eso lo que nos hacía felices. Pero tuvimos un cambio total de nuestros esquemas mentales”. 

Todos los entrevistados resumen esta experiencia pandémica en aprender a valorar. Familia, amigos, parejas, salud mental y física, trabajo, hogar, valorarlo todo. En este año de pandemia personas, se unieron para repartir comida gratis a los hospitales. En diversas partes del mundo las personas que se asomaron en los balcones a aplaudirle a los trabajadores de la salud. 

Se hicieron miles de videos de canciones de esperanza. Se dio el auge de redes sociales como TikTok y plataformas como Zoom, entre muchas otras cosas. La tecnología permitió que las personas se mantuviesen conectadas a pesar de la distancia física.

Por primera vez, no visitar a los seres queridos, en especial a los mayores, era un acto de amor. No reunirse era protegerse. Y después de un año en pandemia, el deseo de volver a los espacios que antes se ocupaban con regularidad es más fuerte que nunca. 

El hombre es un animal social por naturaleza, lo dice Aristóteles y si algo sucederá -y ya está sucediendo- es que eventualmente volverá el reencuentro. La humanidad ha sobrevivido guerras, desastres naturales y varias pandemias.

Pero para eso, como expresó Herrera “la gente tiene que cuidarse, a veces los venezolanos somos muy dejados, decimos mucho pero hacemos poco y no nos cuidamos. Si no tienes salud, no tienes nada. A todos les digo: hay que cuidarse y hay que ser conscientes”.

*El nombre fue sustituido porque la entrevistada solicitó el anonimato.

Noticias relacionadas