• En los últimos años se ha evidenciado un aumento de mala praxis a mascotas por personas no capacitadas y estas prácticas clandestinas –cada vez más frecuentes- son denunciadas y remediadas por médicos veterinarios

El ejercicio empírico de la medicina veterinaria en Táchira ha aumentado su auge en los últimos años. El doctor Pablo Meneses, médico veterinario de la entidad andina, asegura que al menos uno de cada 10 pacientes llega al consultorio por mala praxis. Esto debido a que los atendieron personas que ejercen esta profesión de manera ilegal.

La principal complicación que llega a su consultorio como consecuencia de la negligencia médica es la evisceración por mala técnica o mala aplicación de puntos al momento de abrir una cavidad. También influye la falta de orientación y recomendaciones posoperatorias que “una persona sin preparación no hace porque no tiene los conocimientos para ello; el empírico simplemente hace la jornada, opera y se va”.

Otro problema común es la mala aplicación de fármacos que derivan en choques anafilácticos (reacción alérgica grave a un químico que se produce en todo el cuerpo) e intoxicaciones por sobredosis. 

“Por ejemplo, con la ivermectina se debe tener mucho cuidado. Es un producto que en algunas razas de perros no se puede aplicar y esta gente como no sabe igual lo usa”, explicó Pablo en exclusiva para El Diario.

Los animales deben ser atendidos por veterinarios con credenciales
Foto cortesía

La falta de preparación y el desconocimiento lleva a estas personas a cometer errores graves en la medicina veterinaria en Táchira. Incluso pueden causarle la muerte a un mascota.

La dosis correcta para ese medicamento es de un mililitro por cada 50 kilogramos y a veces le aplican un mililitro a un animal de dos kilogramos y lo intoxican, al animal a veces no le da chance de llegar al consultorio, muere”.

La desparasitación incorrecta y la mala prescripción para curar una herida en la mascota también pueden comprometer su estado de salud.

En la región Comité de Vigilancia, Información y Divulgación en la Sanidad Animal (Covidsa), adscrito al Colegio de Médicos Veterinarios del estado Táchira, tiene identificadas a las personas que ejercen como veterinarios.

Covidsa ha citado a estas personas para que definan su estatus laboral. Y así velar por el correcto funcionamiento de sus establecimientos y el bienestar de las mascotas, siendo éste último su principal objetivo.

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“Algunos dueños de empresas agropecuarias sí acuden a los llamados sin problema; pero otros hacen caso omiso y eso nos da a entender que estas personas están haciendo algo fuera del marco legal. Aplicando medicina veterinaria empírica y poniendo en riesgo a la población de mascotas”.

Prácticamente en los 29 municipios existen personas que aplican la medicina veterinaria en Táchira de manera ilegal. Algunos con un conocimiento básico producto de ejercer previamente funciones en algún consultorio veterinario con médicos graduados y otros sin conocimiento; aun así hacen prácticas de ese tipo.

“Son personas no tituladas en medicina veterinaria. Personas que tal vez toda su vida se dedicaron a la venta de medicinas y tienen cierto conocimiento en venta de fármacos. Sobre todo en la prescripción o estilistas veterinarios que de la mano de algún colega aprendieron algo pero de cualquier forma ejercen de manera ilegal”.

Si bien el Colegio de Médicos Veterinarios del estado Táchira no tiene cifras oficiales de las personas que atienden, chequean y operan animales al margen de la ley, sí tiene conocimiento de esos casos en San Cristóbal y otros municipios.

Lo que se quiere lograr es que esos individuos se sujeten bajo una orden gremial, es decir, que tengan un médico veterinario en sus negocios o establecimientos que los oriente, asesore, ayude y represente”, dijo Pablo.
Muchos veterinarios deben atender mascotas que no fueron tratados correctamente
Foto: Cortesía

No obstante, el problema radica en que muchas de las personas afectadas no denuncian a esos prácticos empíricos. Desde el Colegio de Médicos Veterinarios insisten en que esas acusaciones pueden pasar a Fiscalía y proceder legalmente.

La gente tiene que entender que se puede dirigir a la sede del Colegio ubicada en el Centro Comercial El Tamá, segundo nivel y se puede procesar la denuncia, armar expediente como los que ya se tienen y pasarlos a Fiscalía. Nosotros como médicos lo que podemos hacer es canalizar con los entes de seguridad”, explicó.

Desde esa institución gremial se está fomentando una campaña que busca crear mayor seguridad para los dueños de mascotas y el animal en sí. Exigen a los médicos veterinarios que estén plenamente identificados en sus consultorios con documentos que los certifiquen como tal; es decir, título universitario y carnet otorgado por el Colegio de Médicos Veterinarios. 

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“El cliente tiene el derecho y obligación de pedir esa información porque no todo aquel que dice ser veterinario realmente lo es. Igual si la persona observa algo raro en el trato a su mascota, la técnica aplicada, puede hacer su denuncia y proceder desde el punto de vista penal”.

Consecuencias cada vez más graves

Las complicaciones en la salud de una mascota tratada por prácticos ilegales tiene dos responsables. El dueño del animal, por no ahondar en la formación profesional de quien imparte la medicina veterinaria en Táchira; y la persona tratante por no sincerarse respecto a ausencia de conocimientos y profesionalización en el área veterinaria. 

“El asunto está en que el cliente, sabiendo que no es un profesional, acepte; Y luego termine gastando más dinero cuando llegan las complicaciones y el deterioro de la salud de la mascota. Ahí si brinca con el que sabe que es médico veterinario para que le soluciones los errores”.

Esas personas empíricas se atribuyen funciones que no les competen. Ofreciendo desde consultas hasta cirugías de todo tipo y aún peor, se promocionan y hacen publicidad sobre jornadas de esterilización a un costo inferior al que presupuesta un consultorio o clínica veterinaria.

“Hacen cirugías como rajar un sapo en una clase de biología de bachillerato, sin la más mínima asepsia. Sin los más mínimos conocimientos de una anatomía integral. Sin hacer uso correcto de algunos insumos veterinarios como suturas, anestésicos, fármacos, técnicas quirúrgicas; aspectos para los cuales el médico veterinario sí se prepara”, enfatizó Pablo.

Estos individuos que ejercen ilegalmente la medicina veterinaria en Táchira y cualquier lado, atacan directamente el bolsillo de la población. Lo hacen al ofrecer servicios a precios que resultan atractivos y casi imposibles de rechazar.

“Se valen de la situación económica. Cobran muy por debajo que un profesional y lo hacen porque ellos saben que no son médicos veterinarios y que están haciendo algo que no deben”, indicó.

Las consecuencias son cada vez peores. Esas personas son promocionadas por dueños de perros y gatos que -afortunadamente- salieron airosos de sus respectivas cirugías.

“El problema es que ellos aplican el mismo patrón para casi todos los casos y si logran hacerlo bien con un animal, lo promocionan para ganar fama. A raíz de eso agarran más poder y se creen mejor que un médico veterinario. El detalle es cuando les llega un caso complejo, del cual no tienen ni el más mínimo conocimiento, y aplican lo mismo. Allí arriesgan su vida”.

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Veterinarios hacen denuncias en redes sociales de mala praxis
Foto: Cortesía

De hecho, a través de las redes sociales de la Fundación Cat Dog, se difundió un video en el que alertaron sobre la importancia de asesorarse bien. Esto antes de llevar a las mascotas a jornadas de esterilización fantasma o clandestinas que son promocionadas por personas no calificadas.

“En ese video al doctor le llegó una perra con piómetra (enfermedad originada por una infección en el útero). Cuando se procedió a intervenirla quirúrgicamente, el médico se encontró con la sorpresa de que el cuello uterino de la mascota estaba ligado con un simple tirraje de ferretería. Obviamente es un cuerpo extraño que con el tiempo se encapsula, forma fibroma y causa una patología adicional”, detalló Meneses.

Un veterinario muestra la evidencia de una mala práctica en una mascota
Foto: Cortesía

Tomar conciencia es lo primero 

Adquirir una mascota conlleva una gran responsabilidad. No es solo darle amor y juegos al nuevo integrante de la familia; también es para brindarle cuidados a su salud, así como una óptima calidad de vida. 

“Hay personas que están dispuestas a invertir en un servicio de calidad con profesionales; mientras otros prefieren ahorrarse el dinero y exponer a sus mascotas. Hay quienes quieren tener un animal de raza y no cuidarlo como se debe y eso es un gran error”.

Los individuos deben sincerarse al momento de tomar la decisión de comprar o adoptar un perro o gato. Es indispensable saber con qué presupuesto cuenta; si puede o no mantener un animal y si su estilo de vida le permite compartir tiempo de calidad con la mascota.

No puedes tener una mascota por gusto, por moda. Las personas adoptan animales y luego no saben cómo cuidarlos y tampoco tienen el poder económico para hacerlo”, expresó.

En San Cristóbal se ha popularizado la cultura de la tenencia responsable de mascotas. Personas que desde el día que adoptan deciden acercarse a un consultorio médico veterinario en busca de orientación y chequeo clínico para observar en qué estado se encuentra el animal.

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Los animales deben ser chequeados para conocer su estado de salud
Foto: Cortesía

“La gente debe entender que el chequeo clínico es la primera alcabala con las mascotas. Que deben acudir con veterinarios y profesionales para salvaguardar a su nuevo amigo. Aquí están totalmente contraindicadas las consultas online vía WhatsApp porque no son efectivas, no se ve igual y puede darse un diagnóstico errado”.

Pero, ¿qué hace un veterinario?

Los médicos veterinarios, al igual que los médicos cirujanos para humanos, tienen un juramento hipocrático. Que si bien varía de un país a otro, engloba una misma misión; la Asociación Mundial Veterinaria decidió resumirlo así: prevenir, diagnosticar, tratar y controlar el dolor y la enfermedad en todas las especies animales de la mejor manera posible, de acuerdo con los principios de la ética veterinaria y las leyes pertinentes.

“Un médico veterinario se encarga de la salud pública. Eso quiere decir que cada alimento que llega a la mesa de las personas en el mundo pasa por las manos de un veterinario. También evita que enfermedades llamadas zoonóticas (transmisibles entre animales y humanos) pasen la barrera de contagio animal-humano”.

Los médicos veterinarios también tienen especializaciones. Al graduarse su título es “médico veterinario integral”, posteriormente pueden decidir si especializarse en fauna silvestre, cardiología u oftalmología, por citar algunas.

La misión del médico veterinario es la sanidad y el bienestar animal; pero no solo se debe acudir al veterinario en caso de enfermedades, también se puede trabajar con base en la prevención.

A nosotros nos gusta trabajar con la medicina preventiva, controlar al cachorro desde que es bebé, sus vacunas, baños, alimentación. Eso nos garantiza la salud completa de esa mascota desde un principio y se disminuye más de un 60% las probabilidades de llegar al consultorio por una enfermedad que se pudo evitar”, alertó.

La realidad es que si bien estas personas que deciden ejercer como veterinarios sin ningún tipo de preparación o formación académica previa siguen promocionando sus servicios, es tarea y responsabilidad de cada dueño de mascotas asesorarse y verificar. De esta manera puede saber si el individuo a quien va a confiar la salud de su animal sea realmente un médico veterinario. 

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