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- El economista Manuel Sutherland y la socióloga Yonaide Sánchez conversaron sobre las consecuencias del desvío de fondos públicos
Desde la llegada del chavismo al poder la corrupción en Venezuela se multiplicó hasta cotas nunca antes vistas en el país. Esa fue una de las conclusiones del “sexto encuentro de contraloría ciudadana en la gestión pública” que se realizó este miércoles 7 de abril vía web.
El evento contó con la participación del economista Manuel Sutherland y la socióloga Yonaide Sánchez. En él se abordaron los efectos nocivos de la corrupción en el país y se revelaron cifras de los fondos públicos robados durante los últimos 20 años.
Durante su participación el economista y director del Centro de Investigación y Formación Obrera (CIFO) comentó que uno de los factores que han contribuido con este flagelo es la dependencia al petróleo del Estado venezolano. A su juicio, esta situación ha supuesto la implantación de un modelo rentista que puso a la disposición del gobierno chavista grandes cantidades de recursos que “lamentablemente fueron dilapidados”.
Afirmó que esto permitió que se produjeran hechos de corrupción tanto en las empresas públicas como en ámbitos más reducidos, como el uso fraudulento de los cupos de la extinta Comisión Nacional de Administración de Divisas (Cadivi).
“Todo esto es derivado de los males rentísticos y de la creación de una red de corrupción gigante que ha destruido la moral y la ética de empresarios y trabajadores”, aseguró.
Sutherland también planteó que en muchos casos la ciudadanía no correlaciona la corrupción con los problemas que viven diariamente como las fallas en los servicios básicos.
Puso como ejemplo las continuas interrupciones del servicio eléctrico en contraposición con los miles de millones de recursos aprobados para la construcción de instalaciones eléctricas que nunca se construyeron.
“Lo mismo pasa con el tema del agua. Hubo varios millardos de dólares que se gastaron en instalaciones hídricas que nunca sirvieron para nada, igual en el tema de vialidad con las carreteras. El tema de la gasolina es similar porque hubo inversiones asociadas con mantenimiento de refinerías que debían realizarse y no se dieron”, señaló.
El economista aseguró que muchos de los problemas que se viven actualmente en Venezuela tienen su origen en la corrupción vivida durante los últimos años. Especialmente durante la bonanza petrolera cuando el barril de crudo llegó a cotizarse en más de 100 dólares.
En este sentido fue tajante al afirmar que, sin lugar a dudas, la corrupción causa muertes cuando se desvían recursos que tienen que invertirse en sectores como la salud o la vialidad.
Corrupción institucional
Por su parte, la socióloga y miembro de la ONG Transparencia Venezuela Yonaide Sánchez apuntó que la corrupción que se ha registrado en el país posee algunos elementos que la diferencian de las ocurridas en otras naciones.
Argumentó que en el caso venezolano se ha implantado un modelo de lo que denomina como “gran corrupción”, la cual ha permitido que se comentan actos de latrocinio de forma sistemática durante años.
“La gran corrupción tiene que ver con elementos como la centralización de la toma de decisiones, la suspensión de la publicación de información oficial y de todos los procesos de rendición de cuentas”, explicó.
Aseveró que actos como el intentar gobernar a través de leyes habilitantes o de decretos de emergencia, tal y como hizo Hugo Chávez y posteriormente Nicolás Maduro, solo sirven para aumentar la discrecionalidad del Estado en la toma de decisiones. Al mismo tiempo que suprime los mecanismos de contraloría.
Sánchez indicó que la ingente cantidad de recursos, provenientes de la renta petrolera, robados en hechos de corrupción, fue posible debido a que se creó una compleja red para dificultar su seguimiento.
“Esta no es una corrupción cualquiera. Esta es probablemente la expresión más acabada de lo que se conoce como una gran corrupción, que involucra redes internacionales de muy difícil detección y seguimiento, que es impune y coopta los órganos de justicia”, afirmó.
Antes del chavismo
Durante el evento de contraloría ciudadana en la gestión pública, Manuel Sutherland reconoció que la corrupción no es un fenómeno que apareció con la llegada del chavismo al poder. Comentó que la evidencia de ello es que el descontento social debido a la corrupción que imperaba en Venezuela previo a 1998 fue justamente uno de los elementos que contribuyeron con la elección de Chávez.
No obstante, aclaró que en esta época exacerbó el rentismo petrolero lo que se tradujo a su vez en un incremento de la corrupción.
Señaló que una diferencia fundamental entre la corrupción registrada en estos dos momentos, además del incremento de los montos, es que las formas de cometer estos actos ilícitos fueron más evidentes.
Con el objetivo de dar una dimensión al dinero desviado por hechos de corrupción, Sutherland planteó que durante el Plan Marshall, para reconstruir Europa luego de la Segunda Guerra Mundial, se destinaron recursos equivalentes a 100 millardos de dólares. Esta cifra representa solo una décima parte de los ingresos registrados entre 1999 y 2005 por concepto de exportaciones petroleras.
“Nosotros ingresos 10 veces esa cantidad y lamentablemente de ese monto un 60% u 80% se fue del país mediante fuga de capitales gracias a la corrupción. Con ese dinero podríamos haber construido cinco Venezuelas nuevas”, lamentó.
Añadió que el robo de estos recursos tuvo como consecuencia que el país quedase descapitalizado y “creó las bases para la hiperinflación que destruyó el salario mínimo que para el año 2001 era de 400 dólares”.
Recuperar lo robado
Sánchez explicó que el proceso para intentar recuperar el dinero desviado por la corrupción es un trabajo difícil que precisa la colaboración de todos los países a los que enviaron los fondos.
“Recuperar los activos es un proceso extremadamente complejo, es muy difícil. Es necesario que exista cooperación y articulación entre los distintos países que pueden estar involucrados en casos concretos”, detalló.
Esta visión la comparte Sutherland, quien añadió que existen aspectos que dificultan este proceso. Como por ejemplo que se desconoce con exactitud el total de los recursos sustraídos a la nación.
A esto se suma el hecho de que gran parte del dinero robado fue escondido en paraísos fiscales mediante empresas fantasma y testaferros.
Por este motivo el economista planteó que considera que la mejor vía para que esos capitales retornen al país es a través de la inversión. Para ello afirmó que es imprescindible que se brinden beneficios tributarios que hagan de Venezuela un país atractivo.
“Hay muchas personas que están en desacuerdo con esto porque exigen justicia, cosa con la que estoy de acuerdo, pero es extremadamente complicado recuperar esos capitales que están depositados en paraísos fiscales o en fondos de cobertura, esa es una telaraña realmente monstruosa”, aseguró.
Ante esta realidad Sánchez afirmó que es necesario generar capacidades que permitan desarrollar una justicia anticorrupción para la transición. Al mismo tiempo indicó que deben crearse instancias como tribunales especiales que se ocupen exclusivamente de casos de este tipo.
Si bien no existen cifras exactas de cuánto dinero perdió Venezuela a manos de la corrupción, una verdad irrefutable es que el país se encontraría en una mejor posición económica si esos recursos hubiesen sido destinados correctamente.
