• El contraste de ideas marca la categoría de actuaciones secundarias en la 93° edición de los Premios de la Academia, incluso entre géneros, al abarcar desde el más intenso drama histórico hasta la comedia más irreverente. En El Diario proponemos una mirada a través de estos personajes y, los actores y actrices que les dan vida para explicar las razones por las que podrían llevarse el galardón. Diseño: José Daniel Ramos @danielj2511

Múltiples voces e historias de vida recoge la 93° entrega de los Premios Oscar. La gala organizada por la Academia de Artes y Ciencias Cinematográficas de Estados Unidos para el próximo 25 de abril estará marcada por una amplia gama de caras nuevas y conocidas que competirán no solo en las ramas de protagónicos, sino también en sus categorías de Mejor Actor y Actriz de reparto.

Los miembros del elenco reconocidos en esta premiación brillan por interpretaciones que, en muchos casos, complementan e impulsan los de sus pares principales, mientras que en otros se labran su propio espacio haciendo figurar a cintas que quedaron fuera del cuadro de Mejor Película, como es el caso de Hillbily Elegy, One Night in Miami o Borat Subsequent Moviefilm.

En el caso de la categoría de Mejor Actriz de Reparto, hay una competencia reñida, con papeles variopintos principalmente centrados en la familia y sus desventuras. Mientras Mank busca una reivindicación histórica, Borat deja colar una comedia ácida entre tantos dramas. Por otro lado, Hillbily Elegy y Minari retratan la importancia del rol que ocupan las abuelas en el hogar, y The Father pone la otra cara de la moneda, desde la perspectiva de una hija con un dilema.

El rubro de Mejor Actor de Reparto apuesta más por personajes de no ficción, con la excepción de Sound of Metal. Del mismo modo, hay una tendencia hacia los roles que sirven para exponer las contraposiciones entre personajes con visiones opuestas. Un ejemplo es Judas and the Black Messiah, que tiene a sus dos actores antagónicos compitiendo por la misma estatuilla.

El Diario presenta un repaso por las interpretaciones de los nominados a las categoría de actores secundarios.

Categoría Mejor Actriz de Reparto

Olivia Colman (The Father)

Aunque es una fuerte competidora por la estatuilla, viene de ganar no hace mucho como Mejor Actriz Principal por su rol como la reina Ana de Gran Bretaña en La favorita, en 2019. Para The Father (El padre), la actriz se sumerge en un papel más doméstico y contemporáneo, aunque sin perder el enfoque dramático.

Colman interpreta a Anne, una mujer que asume el cuidado de su padre de edad avanzada y que progresivamente muestra claros signos de deterioro de sus facultades mentales. Su personaje busca superar un pasado doloroso (del que algunos fragmentos se asoman referencialmente), pero vive en el dilema entre reconstruir su vida con un nuevo amor, o mantenerse anclada a uno de sus seres más queridos. Incluso si a veces pierde la capacidad de reconocerla. 

Ella trata de ser paciente, incluso optimista, pero la relación con su padre no es nada sencilla. Aquí la dinámica entre Colman y el veterano actor Anthony Hopkins se convierte en el eje que mueve toda la cinta, con roles que mantienen el característico temple británico, pero a su vez toda la carga dramática que tiene atravesar una situación familiar tan compleja. La actriz aporta un personaje fuerte, pero lleno de emociones. Humano, en pocas palabras.

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Amanda Seyfried (Mank)

La actriz, conocida por sus papeles en películas como Mamma Mia, Chicas pesadas y Los Miserables, debuta en la temporada de premios de este año, donde ha recibido elogios de la crítica especializada por su interpretación de la estrella de cine mudo Marion Davies.

Davies durante muchas décadas fue una figura gris en Hollywood, eclipsada por la relación que tuvo con el magnate William Randolph Hearst (34 años mayor que ella). El empresario usó su influencia en la prensa y estudios para consolidar la carrera de la actriz, que lejos de ayudarla, solo la estancaron al quedar su reputación manchada como una supuesta trepadora. Sin embargo, en Mank se explora la verdadera cara de la artista, como una mujer brillante e independiente, que incluso logró salvar a Hearst de la bancarrota y probar que su amor hacia él era genuino. 

En una constante referencia al personaje de Dulcinea de Don Quijote, la imagen de Marion como una doncella cándida existe solo en la mente de Hearst y la farándula hollywoodense, mientras que la auténtica se revela como una persona inteligente, graciosa, y con un encanto que fue capaz de cautivar al propio Mank. Buena parte de ese carisma es aporte de Seyfried, quien investigó a fondo la vida de Davies para sumergirse de lleno en el papel y darle a la antigua celebridad olvidada una oportunidad de redención ante la historia.

Glenn Close (Hillbily Elegy)

Esta es la octava nominación de la actriz al Oscar, un galardón que la ha eludido a pesar de poseer otros reconocimientos como el tres Globos de Oro, un Premio de la Crítica Cinematográfica y dos del Sindicato de Actores. Su última candidatura en la Academia fue en 2019 por su protagónico en The Wife, donde perdió precisamente frente a Olivia Colman.

Close interpreta a Bonnie “Mamaw” Vance, la matriarca de una familia proveniente de la cordillera de los Apalaches, en Estados Unidos. Su personaje carga con la historia común de muchas mujeres de su tiempo, que debió lidiar con el embarazo adolescente, la migración del campo en búsqueda de una vida mejor y un matrimonio atropellado. Ahora, en su avanzada edad, enfrenta la disfuncionalidad de su familia e intenta asumir el reto de criar a su nieto en medio de una situación económica complicada.

“Mamaw” es un personaje que resulta familiar, pues es la viva representación de una abuela rural: de carácter duro e implacable, pero también amorosa y sabia cuando le toca dar a sus nietos las lecciones y valores que quizás le faltaron a sus hijas. Close da una actuación comedida, que captura la naturaleza de su rol sin victimizaciones. Una mujer con sus luces y sombras, aciertos y errores, que usa la experiencia de su vida para ayudar al protagonista a romper el ciclo de violencia de su familia.

María Bakalova (Borat, siguiente película documental)

Una de las revelaciones de la gala de los Oscar. Con 24 años de edad, la actriz búlgara debuta en la gran pantalla fuera de su país con reseñas positivas y reconocimiento en esta temporada. Si bien la Academia rara vez suele premiar comedias, su papel en el falso documental de Sacha Baron Cohen le valió este año un Premio Satellite del International Press Academy (IPA) y otro de la Crítica Cinematográfica.

Bakalova personifica a Tutar, hija de 15 años de edad de Borat, quien siguiendo las costumbres de su pueblo desea casarse y acepta ser entregada como ofrenda al entonces vicepresidente de Estados Unidos, Mike Pence (una muestra de lo políticamente incorrecta que es la película). Es una chica rústica, infantil y de pocas luces, pero para cumplir su objetivo poco a poco se va transformando en lo que los medios de comunicación proyectan como una mujer occidental ideal: voluptuosa, rubia, maquillada y vestida a la moda, a la vez de sumisa y sexualizada. Se adapta tan bien a la cultura estadounidense que pronto descubre que los paradigmas con los que creció eran mentira, y se convierte en una versión (quizás un poco distorsionada) de lo que considera una mujer empoderada e independiente.

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La actuación de Bakalova destaca principalmente por dos puntos: el primero, la química que tiene en escena con el personaje de Baron Cohen, capaz de seguirle el ritmo en cada una de sus locuras, una dinámica que asemeja la de un dúo cómico. El segundo punto tiene que ver con el propio formato de la cinta como falso documental. La actriz constantemente estuvo expuesta a situaciones reales en las que debió convencer no solo al público tras la pantalla, sino también a las víctimas de sus bromas, entre ellas mujeres activistas del Partido Republicano, o el exalcalde de Nueva York, Rudy Giuliani, con quien protagonizó un escándalo que quedó enteramente registrado en el metraje.

Yuh-Jung Youn (Minari)

Aunque su nombre sea desconocido por muchos en Occidente, la actriz de 73 años posee una extensa y galardonada trayectoria en Corea del Sur. En su haber tiene 26 reconocimientos de diferentes premios de su país, además de dos estatuillas del Festival de Sitges. Con Minari ganó este año el premio a Mejor Actriz de Reparto en los Premios del Sindicato de Actores.

En la cinta, Youn interpreta también a una abuela, aunque de manera bastante particular. Su personaje de Soon-ja reconoce varias veces en la historia que no es la típica anciana que teje y hornea galletas. Ella apuesta, dice groserías y le divierte la lucha libre, además de resultar un alivio cómico en los momentos de tensión. Aún así, también es una matriarca con un profundo cariño por sus nietos y que se convierte en el motor que impulsa el desarrollo de los demás miembros de su familia, especialmente del niño más pequeño, David.

Youn se caracterizó por años en el cine surcoreano por encarnar personajes despreocupados y carismáticos, lo cual traspola a Soon-ja para dotarla de una personalidad entrañable. Del mismo modo, a diferencia de los otros miembros de la familia que se debaten entre abrazar la cultura estadounidense o preservar su herencia asiática, la abuela mantiene un balance entre la adaptación a la nueva tierra y el arraigo a sus raíces.

Categoría Mejor Actor de Reparto

Sacha Baron Cohen (The Trial of the Chicago 7)

El comediante británico, reconocido por su personificación como Borat, participa en esta ocasión en un drama donde explota al máximo su capacidad actoral, con una interpretación sobria y alejada del histrionismo y la parodia que caracterizan su humor.

Le toca ponerse en el papel de Abbie Hoffman, justamente un comediante, pero que también fue un destacado activista político y cofundador del Partido Internacional de la Juventud. Aunque en un principio Abbie puede parecer un personaje de alivio cómico, o un hippie cínico y antisistema, en la medida que se desarrolla la historia es revelado como uno de los miembros más brillantes y fiel a sus convicciones del grupo de los Siete de Chicago.

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Indistintamente del parecido físico, Baron Cohen captura el espíritu libre e irreverente de Hoffman, representando a una persona que usa el humor como arma para transmitir un mensaje, y que encarna los ideales de la contracultura que vivió Estados Unidos durante las décadas de los 60’s y 70’s. El contraste entre su personaje y el de Tom Hayden (interpretado por Eddie Redmayne) muestran las diferentes caras que tuvo la lucha contra la Guerra de Vietnam en su tiempo.

Paul Raci (Sound of Metal)

Ser veterano de guerra, rockero e hijo de personas sordas hizo que Raci encajara perfectamente para el papel de Joe, a pesar de no tener una trayectoria fílmica destacable. A sus 73 años, es su primer semiprotagónico y además su debut en los Oscar y la mayoría de las premiaciones de cine independiente de la temporada.

Como Joe, su rol consiste en servir como guía para Ruben (interpretado por Riz Ahmed) en su camino para aceptar su recién adquirida discapacidad. Como un personaje de pasado alcohólico, Joe comprende la situación del protagonista y le enseña no solo a convivir con el silencio, sino también a lidiar con la ansiedad y llevar una vida más pausada. Es una persona serena, imperturbable, y aunque no siempre quedan claros sus métodos, su propósito es enseñar a Ruben que a veces lo mejor es dejar ir los apegos, bien sean personas o sentidos como la audición.

El perfil de Raci le permite desenvolverse bien en su papel, sobre todo al dominar desde mucho antes el lenguaje de señas y ser activista por los derechos de las personas con discapacidad. Aunque su participación en la cinta en perspectiva es más bien corta, su peso incide al final en el desarrollo del personaje de Ahmed, quien también está nominado, pero en la categoría de Actor Principal.

Daniel Kaluuya (Judas and the Black Messiah)

El actor británico ya había coqueteado con el Oscar en 2018, cuando fue nominado en la categoría de Mejor Actor por Get Out. Ahora comparte el cuadro de actores de reparto con su compañero de elenco Lakeith Stanfield, por un drama histórico y con tintes biográficos en el que da vida al emblemático activista por los derechos civiles Fred Hampton, quien fue el vicepresidente del partido Panteras Negras durante la década de los años 60’s.

Resulta curioso que otra cinta nominada al Oscar, El juicio de los 7 de Chicago, se desarrolla al mismo tiempo que Judas y el mesías negro, y en ambas aparece el personaje de Hampton, interpretado en la primera por Kelvin Harrison Jr. Sin embargo, el papel de Kaluuya tiene un peso casi protagónico en la película, profundizando en sus ideas, su lucha, y, por supuesto, su asesinato a manos del Buró Federal de Investigaciones (FBI) el 4 de diciembre de 1969, a los 21 años.

Hampton resulta en un soldado de su causa, un militante por los derechos de los afroestadounidenses entregado en cuerpo y alma a su gente, aunque sus ideas radicales lo llevan a simpatizar con la extrema izquierda y soñar con una revolución socialista en Estados Unidos. Aún así, no deja de ser una persona apasionada y convencida de lo que cree. Líder natural capaz de inspirar y movilizar a la gente, este “mesías negro” traza sus paralelismos en el sacrificio, casi predestinado, que realiza por su pueblo.

Lakeith Stanfield (Judas and the Black Messiah)

Junto a Kaluuya, comparte la categoría por la misma película, aunque por el perfil de su personaje, le correspondía más optar al cuadro de Mejor Actor Principal. Si bien ha participado en importantes cintas como Get Out, Uncut Gems y Knives Out, esta es su primera nominación a los Oscars.

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En la cinta, Stanfield es la cara opuesta al personaje de Kaluuya. Todo mesías tiene un judas. Aquí, el actor interpreta a William O’Neal, un informante del FBI que se introduce en el partido de los Panteras Negras para reportar potenciales actividades ilegales, y que acaba contribuyendo indirectamente con el asesinato de Fred Hampton. La confianza que compromiso que “Bill” mostró al movimiento hicieron que escalara rápidamente para convertirse en chófer personal de Hampton y jefe de Seguridad de su sede en Chicago. Aunque luego descubre que no fue el único infiltrado en la organización nacionalista negra.

Habría sido bastante fácil dibujar al personaje de O’Neal como un villano despreciable, al fin y al cabo, a nadie le gustan los traidores. Sin embargo, el colocar la historia desde su perspectiva da un matiz diferente a un hecho tan controversial. Stanfield logra presentar a William como un ser humano en medio de un dilema, pues genuinamente simpatiza con sus camaradas, pero a su vez desea salvar su pellejo del fuego cruzado entre ambas facciones. Hacer sentir empatía por Judas, incluso en sus momentos más oscuros, es el principal punto a favor de su actuación.

Leslie Odom Jr. (One night in Miami)

El actor y cantante posee una notable carrera en el campo de los musicales teatrales, donde ganó en 2016 tanto un Premio Tony como un Grammy por su papel en la obra Hamilton, en Broadway. Para esta cinta, combina sus dos talentos al interpretar al reconocido músico Sam Cooke, considerado “el rey del Soul”.

Una noche en Miami parte de una premisa bastante curiosa: una reunión que nunca ocurrió. Una habitación de hotel en la que coincide Cooke con otras importantes figuras de la comunidad afroamericana de su tiempo como el futbolista y actor Jim Brown, el mítico boxeador Muhammad Ali (para entonces aún llamado Cassius Clay) y el activista por los derechos civiles Malcolm X. Cuatro íconos de sus respectivos campos que tras bambalinas poseen una estrecha amistad y se encuentran para debatir sobre temas como la religión, sus carreras y el racismo, todo enmarcado en decenas de referencias a la cultura popular como The Beatles, Bob Dylan, el asesinato de John F. Kennedy, o el libro verde de establecimientos permitidos para personas negras en el sur de Estados Unidos.

Gran parte de la trama gira alrededor de las discusiones entre sus personajes, sobre todo Cooke y Malcolm X, quienes tienen visiones diametralmente opuestas sobre la lucha de las personas de color y su papel en una sociedad que los reconoce solo por ser talentosos. Mientras el músico tiene una postura integracionista y basada en la máxima capitalista del trabajo duro y generación de empleos para su pueblo, Malcolm objeta sus argumentos con sus opiniones radicales sobre la opresión del hombre blanco y la necesidad de una revolución. Al final, ambos encontrarán no solo el punto de convergencia de sus posiciones, sino una inspiración mutua (según la cinta) para sus proyectos futuros. En el caso de Cooke, una de sus canciones más famosas y emotivas: A change is gonna come.

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