• Las redes sociales forman parte de la cotidianidad, ya sea como una herramienta para el trabajo o de entretenimiento. Pero, ¿qué pasa cuando el consumo excesivo de esas plataformas afecta a las personas emocional y físicamente?

Cualquier información que se necesite está al alcance de un clic, así como la posibilidad de comunicarse con cualquier persona del mundo. Pero en la era de la globalización digital no todo es de color rosa.

Según un informe de DataReportal, los usuarios del Internet de todo el mundo pasan diariamente 6 horas y 54 minutos navegando, y parte de ese tiempo lo invierten en las redes sociales. Allí pueden pasar alrededor de 2 horas y 25 minutos al día.

Diariamente está disponible contenido de cualquier índole desde las redes sociales. La psicóloga Blanca Siso en entrevista para  El Diario indicó que las personas pueden sentirse abrumadas por varias razones:

La primera es el exceso de estimulación que genera la sobrecarga neuronal, aunada a la carga emocional asociada a la información que irá provocando una excesiva producción de bioquímicos que probablemente no serán drenados, generando sensación de malestar como ansiedad, miedo y frustración”, señaló.

¿Cómo surge la adicción por las redes sociales?

Hay personas que revisan constantemente las notificaciones de las redes sociales
Foto: Cortesía

Con el paso del tiempo, muchas personas han  experimentado un miedo irracional de estar alejado por un intervalo de tiempo sin el celular, de estar revisando constantemente las notificaciones de las redes sociales o de las plataformas de mensajería por temor de perderse alguna información nueva o una tendencia.

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La especialista explicó que el ser humano produce hormonas como la adrenalina y puede generarlo ante la presencia de un estímulo concreto que ocasione miedo o como respuesta a un pensamiento que percibe como amenazante.

Apuntó que si se mantiene constante o aumenta la producción de los mismos, el cuerpo comenzará a necesitar mantener esos niveles altos, ocasionando una adicción sin sustancia externa que lo estimule.

Por eso, al  incrementarse las horas de navegación en las redes sociales, aunado al tipo de información y la respuesta que genera en el cuerpo, se va produciendo una adicción sin sustancia externa, una adicción a los bioquímicos naturales,  los cuales el cuerpo busca mantener en los niveles necesarios según lo vivido”, expuso.

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Entonces en el momento de estar ingresando sin control a las redes sociales, se puede comenzar a recibir información no verificada, hallar información contradictoria, alarmista, inquietante, frustrante e incluso contenido que genere rabia e impotencia.

Siso sostuvo que “una cosa es estar informado y otra sobrecargarse, de lo cual se derivaría a una adicción”.

La psicóloga afirmó que el uso desmedido de estas plataformas y el consumo centrado en noticias puede generar ansiedad y estrés aunado con la pandemia por covid-19. Agregó que también las fallas de conexión de Internet, que ocasiona que muchos no puedan trabajar y la incertidumbre de no poder informarse pueden hacer que surjan esas emociones aflictivas.

Mencionó que si el uso de las redes sociales está dirigido al consumo de noticias, sobre todo en aquellas que puedan generar ansiedad, miedo, frustración podría debilitar las defensas del cuerpo.

Sin embargo, resaltó que si estas plataformas se utiliza como una fuente para recrearse, de relacionarse de manera armoniosa, sentirse reconfortado y disfrutar de la actividad, puede reforzar el sistema inmunológico.

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¿Cómo identificar la dependencia por las redes sociales y cómo disminuir el consumo?

Hay personas adictas a las redes sociales
Foto: Cortesía

La tendencia de revisar compulsivamente las notificaciones de las redes sociales se debe a la sensación de sentirse en contacto, informado y de buscar inconscientemente, mantener los niveles bioquímicos que comentó anteriormente la psicóloga Blanca Siso.

La especialista le dijo a El Diario los síntomas que puede tener una persona que tiene dependencia por las redes sociales:

–       Buscar en todo momento información.

–       Sentir ansiedad por no acceder a las redes.

–       Dejar de comer o hacerlo mientras se está conectado.

–   Disminuir las interacciones sociales en casa, incluso poder llegar a perder el contacto visual al momento de conversar por estar viendo la pantalla del celular.

–       Dormir pocas horas.

–       Descuidar su aspecto personal y sus actividades por estar conectado.

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La utilización del teléfono y el consumo de las redes sociales es un hábito que se implementa ya sea de forma consciente o inconsciente, el objetivo es tratar de disminuir su uso.

Siso recomendó “establecer rutinas diarias que incluyan  alimentación, horas de sueño y ejercitación, recreación, trabajo, uso de las redes tanto por razones laborales como recreativas  e informativas”.

Dijo que son límites que permiten, en un mismo ambiente, cambiar de actividad de manera sana, cumpliendo un horario como se haría en una rutina preconfinamiento.

Uno de los síntomas que aqueja a las personas es la dificultad de dormir. El brillo del teléfono inhibe la melatonina, hormona que se encarga de regular el ciclo del sueño.

La psicólogo advirtió que se debe incluir en la rutina nocturna actividades como: dejar de usar artefactos tecnológicos como celular, computadora, televisión una hora antes de dormir, tomar un baño antes de acostarse, realizar ejercicios de relajación y respiración, apagar la luces del cuarto para tener el espacio oscuro que garanticen el descanso.

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