• Los empleados de la red pública sortean obstáculos como la falta de efectivo, la escasez de insumos y de medicamentos. Solicitan un plan de vacunas despolitizado y dirigido a todos los ciudadanos

La crisis económica, falta de insumos y la caótica situación del sector salud obliga a médicos y enfermeros a emprender y ofrecer servicios privados para paliar la falta de ingresos en medio de la peor crisis sanitaria de Venezuela.

Consultas privadas, venta de comida y servicios de mototaxis, son algunas de las labores adicionales que cumplen estos profesionales ante la pérdida del valor de su salario y la imposibilidad de costear sus gastos.

La mayoría del personal de primera línea de atención es graduado y cuenta con estudios de cuarto nivel, pero la remuneración en los hospitales y dispensarios públicos oscila entre uno y cuatro dólares, en el caso de las enfermeras, y entre cinco y nueve dólares para los galenos, indicaron fuentes consultadas por El Diario.

A esto se suma la falta de medicamentos e insumos para poder prestar un buen servicio a la población. Los centros de salud carecen de distribución de agua y los elementos de bioseguridad mínimos (mascarillas, alcohol, antibacterial).

La escasez de bolívares efectivo también afecta significativamente al personal. Algunos optan por caminar hasta su sitio de trabajo y cumplir con sus funciones.

“Los médicos sacrifican el tiempo en familia”

El presidente de la Federación Médica Venezolana (FMV), Douglas León Natera, enfatizó que el sector salud “atraviesa un holocausto por el mal estado de los hospitales y la falta de insumos y medicinas. Otro problema grave es el salario paupérrimo. Nadie puede vivir con un salario de cinco dólares mensuales, eso no alcanza ni para la movilización”.

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En entrevista para El Diario, agregó que muchos de sus colegas trabajan en varias clínicas para obtener más ingresos.

Nuestros médicos sacrifican el tiempo en familia en varios sitios porque la remuneración en los hospitales y centros de la red pública no alcanzan”, dijo.

La muerte de médicos producto de las complicaciones por covid-19 y cómo ayudar a quienes se contagian es el “pan nuestro de cada día”, según León Natera. “Tiene que esperar por cupo en el hospital y allí solo tiene la cama, entonces los familiares tienen que cubrir con los gastos del tratamiento. Algunos no poseen recursos y antes esto se han organizado rifas, donaciones en moneda extranjera y aportes de ciudadanos”.

Añadió que la red pública solo cuenta con 3% de insumos para prestarle atención a quienes presenten síntomas de coronavirus y otras patologías.

Exigió a la Administración de Nicolás Maduro acelerar el proceso de vacunación para todos los venezolanos, sin sesgo político. Agregó que, a la fecha, solo habrían sido inmunizados 0.16% de los ciudadanos. 

Estamos en el último puesto en la vacunación de toda la región, mientras que el primer lugar le corresponde a Chile. En Venezuela no se le dio prioridad al sector salud ni a los ancianos, porque los primeros en vacunarse fueron los políticos, gobernadores, diputados y militares”, advirtió.

“El sector salud está en pobreza extrema”

Cursos de peluquería, manicure, pedicure y hasta trabajos de mecánica desempeñan de forma alternativa algunos de los empleados del sector salud.

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La presidenta del Colegio de Enfermeras del Distrito Capital, Ana Rosario Contreras, aseveró que a la falta de poder adquisitivo se suma un sistema de salud colapsado.

“La ONU y el Banco Mundial establecen que quienes ganen menos de 1,9 dólares por día están en extrema pobreza y así estamos. Nuestro salario mensual es de 1 millón 800 mil bolívares, algunos tienen suerte y reciben el bono de protectores de la salud y reciben 24 millones de bolívares, que serían 11 dólares al cambio actual. Para quienes no perciben ese bono, la jornada diaria se resume a 0.37 centavos de dólar”, dijo.

Subrayó la falta de equipos de bioseguridad, cloro y agua para evitar más contagios por covid-19. “No hay protección alguna, hay directores que pretenden que usemos la misma mascarilla hasta por 15 días. Ante estas carencias, muchos de nuestros compañeros renunciaron porque el salario es insuficiente y no quieren arriesgar su vida y la de sus familiares”.

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Indicó que otro de los dramas que les toca de cerca es la muerte de sus colegas y la dificultad económica para sepultarlos. Puntualizó que desde 2017, no cuentan con servicio funerario y la remuneración que perciben no les alcanza para adquirir una póliza particular.

“Siempre apelamos a la solidaridad. Por ejemplo, eso hicimos cuando murió nuestra compañera Tibisay Ramírez, una enfermera con más de 20 años de servicio. Lamentablemente, murió y su cuerpo casi termina en una fosa común porque sus familiares no disponían de 300 dólares. Afortunadamente, se recolectó el dinero con apoyo de compañeras que están fuera del país nos ayudaron, al igual que el señor Pablo Zambrano, de Fetrasalud”, recordó.

La presidenta del Colegio de Enfermeras del Distrito Capital, Ana Rosario Contreras, aseveró que a la falta de poder adquisitivo se suma un sistema de salud colapsado.

“En mi puesto de Catia hago hasta 50 dólares semanales”

Francis Guillén es licenciada en enfermería, con experiencia en quirófano. Laboró durante 8 años en el Hospital Pérez Carreño, ubicado en Caracas, pero se retiró. Su salario se iba en el pago del transporte.

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Se asoció con su esposo, quien perteneció a los Bomberos de Caracas, y montó un puesto de venta de productos para el cabello. Ofrece maquillaje, cremas corporales, fijadores, champú, acondicionador y todo lo relacionado con el cuidado capilar.

Trabajadores de la salud emprenden y ofrecen servicios privados para sobrevivir

“Los trabajadores de la salud nos dedicamos a oras funciones, muchas de ellas de la economía informal. Algunos venden café, otros optaron por la peluquería, otros por la repostería todo para sobrevivir. En el hospital, yo ganaba 4 dólares mensuales, mientras que en mi puesto, una semana buena pueden ser 50 o 60 dólares.

Precisó que de vez en cuando ejercer su profesión pero a destajo.

Estoy esperando para ser contratada en una clínica privada . Cuando me llaman para atender pacientes, mato mis tigritos (…) Me dolió irme de mi hospital pero puse en una balanza mi salario frente a lo que gastaba en pasaje. Yo estaba en el área quirúrgica y era luchar para tener todo en orden, que se pudiera hacer la cirugía como es. A veces llegaba y no había aire y eso me cansó”, relató.

Se desconoce si el Ejecutivo decretará un aumento salarial acorde a la realidad del país y que permita al personal de salud cubrir algunas necesidades. La discusión del contrato colectivo está paralizada desde hace varios años, tampoco pareciera estar entre las prioridades del oficialismo.

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