• El nuevo sueldo de Bs. 7.000.000 y bono de alimentación de Bs. 3.000.000 no son suficientes para adquirir las vitaminas básicas que necesitan las mujeres embarazadas- Foto:  Free-Photos en Pixabay

Con el mes de mayo llegó el tradicional aumento de sueldo mínimo en Venezuela, decretado por la Administración de Nicolás Maduro. Pasó de 1.800.000 a 7.000.000 bolívares. El kit de hierro, ácido fólico y calcio costó Bs. 55.400.000 bolívares en la última semana de abril, de acuerdo con el seguimiento mensual que realiza El Diario a los precios de suplementos vitamínicos básicos para embarazadas.

Para adquirirlo, se requieren 7,9 salarios de Bs. 7.000.000. En dólares, el costo total del grupo de medicamentos fue de $20,36. 

La subida de la moneda estadounidense hizo que se repitiera un hecho previamente acontecido en febrero, y es que la suma de las tres vitaminas subió un 21,5 % si se calcula en bolívares, pero bajó 18,7% en dólares. Un fenómeno que se da en este y otros rubros gracias a la rapidez con que aumentan los productos y servicios en el país en comparación con la cotización diaria de las divisas, típico de procesos hiperinflacionarios como el que padece el venezolano desde octubre de 2017.

Embarazadas necesitan 7,9 salarios mínimos para comprar suplementos vitamínicos

Salud cada vez menos asequible

En el último informe del Observatorio Venezolano de Finanzas (OVF), publicado el pasado 28 de abril, se reveló que la variación porcentual del sector salud en marzo de 2021 fue de 37,4 %. 

De este estudio se desprenden algunos datos de interés tanto para las embarazadas como para quienes ya dieron a luz.

El primero de ellos es sobre el costo de la cesárea, que va desde $4.692 hasta $6.702. Por su parte, una consulta pediátrica se cotizó en 85.076.733,56, unos $44.

Una embarazada no invierte solamente en vitaminas, sino también en alimentos, exámenes y consultas médicas durante el periodo de gestación. Este aspecto lo cuenta de primera mano María Mendoza, una joven residente de Cabudare, estado Lara, y que tiene 13 semanas de embarazo.

Su doctor le recetó una dieta estricta en la que proteínas y frutas son las principales protagonistas. “A media mañana debo ingerir frutas o una ensalada de frutas. Para el almuerzo como pollo, pescado o hasta carne, siempre tiene que estar presente la proteína. A mitad de la tarde repito la ensalada de frutas, y en la noche como atún o una ensalada”, relató para El Diario.

Mendoza sostiene que comprar pescado o latas de atún es costoso para ella y su familia. “Uno gasta mucho dinero. No solamente en pastillas o en consultas sino en la alimentación, porque también es sumamente importante (para la salud del bebé)”.

Pero no son sus únicos gastos. Cada consulta con el ginecólogo sale en 20 dólares al mes. También toma la vitamina L-Carnitina desde el principio del embarazo, que le cuesta aproximadamente 12 millones de bolívares, un poco más del salario mínimo más bono de alimentación decretado por Maduro el 1° de mayo.

Adicionalmente, el médico que supervisa su gestación le recomendó unas pastillas importadas llamadas Prenatal. Trae 100 tabletas y su precio es de unos 20 dólares. Mendoza dijo que si bien es cierto no es algo necesario, son vitaminas que ayudan al crecimiento y el desarrollo del niño. Por eso hará el sacrificio de adquirirlas.

Entre todos sus gastos, Mendoza estimó el total entre 150 y 160 dólares mensuales. “Ese monto es solamente para mí y mis medicinas. El sacrificio es inmenso porque nuestros ingresos son menores a lo que se gasta en el mes”, manifestó.

Sin embargo, ella y su familia se las ingenian. Se apoyan en el comercio diario y en unos ahorros que habían juntado previo al embarazo para hacer frente a los crecientes gastos. Es consciente que, de no haber ahorrado, su situación sería más complicada.

Pese a que el incremento del sueldo base fue de 288,9%, el nuevo salario mínimo apenas llega a  2,5 dólares mensuales -calculado con la tasa del Banco Central de Venezuela al 3 de mayo-, monto que no permite afrontar con solvencia los retos diarios de una Venezuela cada vez más costosa, mucho menos los de un embarazo.

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