- La vida de Franci Valderrama cambió el día que decidió realizarse una liposucción. Durante la intervención quirúrgica, el cirujano le perforó el intestino delgado, lo cual le generó una infección interna, una parálisis corporal; y actualmente, una serie de secuelas
Aviones, aeropuertos y muchos viajes eran tres cosas que siempre estaban presentes en la vida de Franci Valderrama, una aeromoza venezolana que viajó por más de 40 países. Su itinerario siempre marcaba un continente diferente.
Su trabajo principal era garantizar la seguridad y la comodidad de los pasajeros durante un vuelo. Por más de 15 años lo hizo. Hasta que un día sufrió una de las mayores turbulencias en su vida.
A pesar de que Franci era delgada, sentía un complejo por su abdomen. Durante sus tiempos libres practicaba natación y se realizaba masajes reductores para lograr un cambio, sin embargo, los resultados no eran los que ella anhelaba.
En septiembre de 2014 se realizó una liposucción con el objetivo de encajar en su traje de azafata. Ella eligió a un cirujano que previamente le había practicado una mamoplastia. Solo sería esa “ligera modificación”, repetía ella, que sin duda alteraría su vida por completo.
Luego de la cirugía, debía realizarse los masajes postoperatorios, pero debido al malestar y los fuertes dolores que presentó a los tres días decidió junto a su madre acudir a Emergencias.
Durante la intervención quirúrgica, el cirujano le había perforado el intestino delgado a Franci. Eso le generó una infección interna, una parálisis corporal y, actualmente, una serie de secuelas.
“Después de los exámenes de laboratorio, a mi mamá le dijeron ese día: ‘Prepárese porque su hija está grave y está muy contaminada. Lo que recuerdo es que estuve tres meses en coma y un mes de recuperación”, detalló Franci.
Todo empeoró
Esa noche Franci fue llevada al quirófano para ser operada de nuevo, mientras que su familia se ponía en contacto con el médico que le hizo la liposucción; sin embargo, este no contestó porque estaba de viaje en Cancún (México).
Franci narró que desde ese día no recuerda qué sucedió hasta diciembre de ese año. Confesó que los altos gastos fueron cubiertos por sus ahorros y con ayuda de su hermano que vive en el exterior.
Los especialistas que atendieron el caso de Franci determinaron que ella moriría, esto debido a las múltiples complicaciones que presentó. El mensaje que le transmitían a la familia era que debían despedirse de ella.
Durante el proceso en terapia intensiva el doctor que le hizo la mala praxis a Franci llegó a visitarla y costeó los gastos de la hospitalización.
10 cirugías
“Mi hermana puso la demanda en la Fiscalía, pero no lo denuncié porque le tenía mucho aprecio a él (el doctor que la operó) y habíamos hecho una amistad. Después tuve enfermeras, cuidadoras que me bañaban, alimentaban porque mi mamá era una mujer de la tercera edad y no podía; y mis hermanos viven en el exterior. Yo era totalmente un vegetal y estuve meses dependiendo de ese personal y los tanques de oxígeno. Todos los gastos (pañales, medicamentos, terapias, etc) los costeaba ese doctor”, describió Franci.
Durante los meses siguientes (2015) la afectada -para ese entonces de 35 años de edad- había perdido el habla y no asimilaba lo que otras personas le decían. Aseguró que durante ese año se deprimió, pues al verse las heridas de su cuerpo y la frustración de no poder emitir un sonido, solo quería llorar.
También realizó terapias por tres meses en el Hospital Pérez Carreño, pero con ciertas dificultades, debido a que fue víctima de robos. Sin embargo, logró terminarlas para continuar con su recuperación.
“Lo tenía que hacer. Esos meses eran para independizarme, bañarme sola, ponerme los zapatos. Antes no tenía suficiente fuerza en mis manos, no podía cepillarme ni peinarme. Entonces con ese tratamiento, logré hacer todo eso y me recuperé bastante”, indicó.
Otra cirugía que casi le cuesta la vida
“En 2016 se realizó otra cirugía para remover una hernia en el abdomen, que, en lugar de causarle un bien, le ocasionó otra desgracia. “Me llevaron una noche a cuidados intensivos y me inyectaron Bipasmin, un medicamento que me causó una reacción muy fuerte y que empecé a convulsionar más de ocho veces. La cirugía se perdió completamente al igual que los tres meses de terapia”, relató Franci.
Este hecho le generó una parálisis facial del lado izquierdo, por lo que debió iniciar nuevamente con terapias que la ayudaran, una vez más, a restaurar su movilidad corporal.
“Dos meses después me vuelvo a levantar. Aprendí a bañarme otra vez, a vestirme, y hacer mis cosas”, agregó.
La denuncia aún sigue en proceso
La aeromoza ya no podía trabajar debido a su condición física. “Me quedé sin empleo. Quedé jubilada y mi vida cambió, ya no puedo ejercer más”, añadió.
El cirujano que le realizó la lipoescultura a Franci le aconsejó que debía buscar un trabajo, porque él ya no quería seguir pagando los gastos. Ante su comentario ella se sintió ofendida, y decidió acudir a la Sociedad Venezolana de Cirujanos Plásticos para contar su caso. La respuesta del comité fue que buscara un abogado.
Previamente su hermana había hecho una denuncia en la Fiscalía en el 2014, pero Franci no ratificó la acusación. Luego en 2018 emitió otra denuncia y encontró a la abogada Gloria Pinho, quien la invitó a su programa de televisión “Palabra final” a contar toda su historia. Actualmente, la abogada lleva su caso y están en espera de una decisión legal.
Por su parte, el cirujano le suspendió el servicio de las cuidadoras, terapistas y enfermeras al enterarse que Franci lo demandó. “Ahorita solo me ayuda con las medicinas y cuando vio que también salí en el programa de televisión, me insultó y me faltó el respeto. Me dijo cosas horribles. No entendía cómo un médico por vocación me decía eso”, agregó Franci.
Una visión clínica
La cirujano plástico Georgina Ritz en entrevista para El Diario explicó que la liposucción es un procedimiento quirúrgico que necesita de entrenamiento y mucha concentración a la hora de realizarse.
Una cánula de liposucción es un pequeño tubo de acero inoxidable que se inserta en la piel y remueve la grasa abdominal. La grasa es succionada por la cánula, y luego pasa por otro tubo de plástico largo y flexible que conecta a la cánula a una aspiradora.
Riesgos de la liposucción
El riesgo que se debe tomar en cuenta es la técnica quirúrgica, es decir, la manera en la que trabaja el cirujano a la hora de realizar la incisión. En el caso de Franci, hubo una perforación no solo en el abdomen, también en el tórax.
Ritz señaló que una consecuencia de estos procedimientos puede ser quemaduras en la piel, cuando se usa alguna tecnología que requiera calor y no se aplique adecuadamente. La anemia y la trombosis podrían ser otros efectos.
La doctora recomienda prepararse (dietas, cuidados) previo a la cirugía, así como las indicaciones postoperatorias; siempre haciendo énfasis en que la liposucción es una técnica quirúrgica para el moldeado corporal y no para bajar de peso.
“Tengo fe en recuperarme”
Franci amaba su profesión como tripulante de cabina, comentó que disfrutaba mucho viajar, conocer nuevos lugares y culturas. No obstante, la vida de Franci, de 42 años de edad, es ahora muy distinta.
Con su fe puesta en Dios, afirmó sentirse agradecida a pesar de las circunstancias y por las personas que la apoyan. Actualmente, asiste a terapias ocupacionales y de lenguaje; también toma medicamentos para las convulsiones; y debido a su falta de equilibrio, camina con bastón o andadera.
“Me falta fuerza y equilibrio. Tengo fe en que si me recupero con eso puedo volver a estar bien”, finalizó.