• Alicia trabaja en la industria del entretenimiento para adultos desde hace tres años motivada por la situación económica que atravesaba en ese momento en Medellín, Colombia. 

Alicia Camacho es oriunda de Barquisimeto, estado Lara, tiene 25 años de edad y desde 2019 trabaja como modelo webcam en Medellín, Colombia. El desempleo y la necesidad de ayudar a su familia la llevaron a probar suerte en el modelaje sexual a través de Internet. 

Es la menor de cinco hermanos. Su padre murió cuando tenía tan solo 6 años de edad. Fue la primera en irse de casa en busca de estabilidad económica para ella y sus seres queridos.

En Barquisimeto, Alicia trabajó durante dos años en una tienda del centro donde vendían artículos al mayor. Lo que ganaba en ese establecimiento le alcanzaba para costear parte de su semestre en el Colegio Universitario Fermín Toro, donde estudiaba Administración de Recursos Humanos.

Luego, emprendió por su cuenta y viajaba con frecuencia a Cúcuta, Norte de Santander. Allí compraba productos para vender en Barquisimeto y con ese negocio logró sostenerse por varios meses, sin embargo, no era suficiente para vivir cómodamente y ahorrar.

La historia de una venezolana que trabaja como modelo webcam en Colombia
Alicia Camacho, modelo webcam

“En 2018 decidí venirme a Colombia. A mí me salió el pasaporte, le dije a mi mamá que tenía una plata ahorrada y que una amiga podía recibirme en Bogotá, así que eso hice”, dijo Alicia en exclusiva para El Diario.

Los primeros meses en Colombia

Cuando llegó a Bogotá, Colombia, Alicia consiguió trabajo en una panadería y luego en otra. Solo estuvo un mes en esos establecimientos, pues asegura que las jornadas laborales eran demandantes y existía mucha discriminación hacia los venezolanos.

“Todo eso me causó vértigo, por varios días no me pude levantar ni nada. Luego mi mamá me contó que mi prima se había ido a Medellín y decidí contactarla para preguntarle si me podía recibir porque la estaba pasando muy mal, sin trabajo y viviendo sola en un cuarto”, relató Alicia.

Leer más  La venezolana Luisa Rojas y su inquebrantable camino entre la violencia y su enfermedad  

Una vez en Medellín empezó a trabajar en una tasca pero duró poco tiempo, pues el trato con las personas en estado de ebriedad le causaba incomodidad. Con el dinero obtenido en ese empleo compró dos termos para vender café en la Central Mayorista de Antioquia, el principal centro de abastecimiento de Medellín, donde trabajó por unos dos meses.

“Luego trabajé en un arenero infantil (parque) en un centro comercial por un año, me encantaba el trabajo ahí pero caí en depresión, extrañaba a mi familia y me despidieron porque empecé a faltar, me daban ataques de ansiedad, así que me quedé sin trabajo, terminé una relación que tenía aquí y estaba pasando por un momento crítico”, recordó.

“Nunca había hecho esto”

El desempleo y la depresión en la que estaba sumida llevaron a Alicia a plantearse la posibilidad de ser modelo webcam. A través de redes sociales, principalmente Facebook, recibía ofertas y observaba anuncios relacionados con esa industria, no obstante, hizo caso omiso, hasta que estuvo desempleada por dos meses y lo vio como una opción para generar ingresos en un momento difícil de su vida.

La primera vez contacté a un estudio por un anuncio en redes sociales, les dije que no tenía experiencia, que estaba interesada y que era venezolana. Me dieron fecha para la entrevista y fui”, explicó Alicia.

El día antes de la reunión le dijo a su mamá lo que haría y le envió la ubicación del sitio pautado para el encuentro a fin de que ella estuviera informada y atenta por si algo le sucedía. 

“Yo le expliqué que nadie me iba a tocar en ese trabajo. En la entrevista me dicen cuáles son las reglas, plataformas que se trabajan, lo que se debe hacer y lo que no”.

Las personas del estudio webcam tomaron fotografías de su documentación y le hicieron una prueba de imagen para apreciar cómo se veía en pantalla. También le pidieron que se quitara la camisa delante de la cámara y ella lo hizo, aunque asegura que luego investigó y no es algo que se deba hacer.

Leer más  La venezolana Luisa Rojas y su inquebrantable camino entre la violencia y su enfermedad  
La historia de una venezolana que trabaja como modelo webcam en Colombia
Alicia Camacho, modelo webcam

Alicia pasó el casting y desde el 4 de febrero de 2019 se dedica al modelaje webcam

Cuando le preguntan si alguna vez imaginó trabajar en la industria del entretenimiento para adultos, su respuesta es un rotundo no. De hecho asegura que no fue sino hasta que llegó a Colombia que conoció ese oficio. 

“En Venezuela nunca hice nada de esto, nunca llegué a estar con nadie por dinero, fue la necesidad de ese momento, no tenía trabajo, fue por salir del hueco en el que estaba”, contó Alicia.

¿Cómo es el trabajo en un estudio?

El trabajo se hace a través de distintas plataformas, públicas o privadas, donde los usuarios ingresan, ven a todas las modelos que están disponibles allí y escogen el show de su preferencia. 

Las páginas tienen una moneda virtual llamada token. Mientras más token tenga una modelo, más dinero podrá ganar (por ejemplo, 20 token equivalen a un dólar).

Los estudios que contratan a mujeres manejan un 60% de ganancia para la modelo y un 40% para ellos como contratistas. Según cuenta Alicia, el estudio debe suministrarle a la modelo el diseño de su página, equipos, habitación, capacitación, ropa y juguetes. Todo lo necesario para desarrollar su trabajo. 

“En mi primer día de trabajo logré 1.500 tokens. Estaba sola en la habitación y si tenía una duda me comunicaba con el servidor y me respondían, también me ayudaban a traducir”, indicó Alicia.

Cada día ella llega al estudio, entra en la habitación, enciende las luces, se cambia de ropa y paralelo a ello, el servidor la conecta a su página para empezar a interactuar con los usuarios online. Explica que cada día debe interpretar un personaje diferente para que las personas “no se aburran” ni entren en monotonía. Asimismo, es importante interactuar con ellos para generar mayores ingresos. 

Leer más  La venezolana Luisa Rojas y su inquebrantable camino entre la violencia y su enfermedad  

“En la página hay un menú que muestra todo lo que yo hago y cada cosa tiene su precio. Claro, si ellos me piden algo que yo no quiero hacer, no lo hago; hay muchos que dicen que atente contra mi vida y obviamente uno pone los límites”.

Diferentes estudios, distintas experiencias

En casi tres años como modelo webcam ha trabajado en cuatro estudios diferentes. En algunos la experiencia ha sido mejor que en otros. Asegura que al principio todos los estudios cumplen las expectativas pero al cabo de un tiempo dejan de preocuparse por la integridad y el bienestar  de la modelo y solo se enfocan en los ingresos que ésta genera.

He cambiado de estudios por distintas causas. El primero me quedaba muy lejos de la casa, yo trabajaba en horario de 6:00 am a 2:00 pm y me iba en bicicleta. Luego a mitad de mes me cambié al turno de la noche y me daba miedo porque pasaba por un barrio peligroso para llegar”, puntualizó Alicia.

Se cambió a un estudio que califica como “de los mejores de Medellín”. Su objetivo era recibir más atención y ayuda para lograr más token y por ende, más dinero. 

Asegura que allí aprendió más cosas, pero no les prestaban suficiente atención a las modelos. Finalmente tuvo inconvenientes con la contadora del estudio y renunció. 

En esos dos primeros lugares logró generar ingresos quincenales de hasta 1.500.000 pesos (unos 428 dólares). Luego en el tercer estudio logró facturar hasta tres millones de pesos.

“De ese estudio me voy porque era muy chiquito, las modelos eran groseras, hacían lo que les daba la gana, se drogaban, bebían y la verdad yo ya estaba más enfocada, ya sabía lo que quería y no me gustó seguir ahí”, dijo.

Leer más  La venezolana Luisa Rojas y su inquebrantable camino entre la violencia y su enfermedad  

Ya en el cuarto estudio la situación mejoró. Alicia asegura que le iba muy bien y su página contaba con más de 27 mil seguidores, aspecto que influía directamente en la cantidad de dinero que devengaba cada mes. 

Mientras trabajaba en ese estudio llegaron las restricciones por la pandemia del coronavirus e incluso tuvo que vivir durante algún tiempo allí, pues estaba prohibido salir y las multas eran costosas en caso de incumplir con las normas impuestas.

“Llegué a ganarme nueve millones de pesos en un mes, eso me ayudó mucho en la pandemia, pero ya luego la sociedad de ese estudio empezó a caer, llegaron los problemas, no nos prestaban atención. Yo me acabo de independizar como modelo webcam”.

La historia de una venezolana que trabaja como modelo webcam en Colombia
Alicia Camacho, modelo webcam

Planes a futuro

Ahora que se ha independizado, Alicia tiene planes de invertir su dinero, le gustaría montar su propio estudio con varias habitaciones y dos o tres turnos de modelos. 

“Quiero crecer, invertir, así ya no tendría que trabajar más en esto. Tengo una amiga que también se va a independizar para ganar el 100% del dinero y no  dejarle comisión a nadie”, compartió Alicia.

Pero más allá de eso, le gustaría volver a la universidad. Actualmente está haciendo la gestión para sacar la visa colombiana y luego obtener la cédula de extranjería. De esa manera podría estudiar la carrera que quiere: Psicología.

“Ya me da el tiempo para estudiar. Yo nunca pensé llegar a trabajar en esto, en Venezuela ni sabía que existía pero como modelo webcam he podido equipar mi casa, ayudar a mi familia.”, precisó.

Alicia deja claro que si bien entró al mundo del modelaje webcam por necesidad y porque no estaba atravesando por una buena situación económica, esta práctica no debe verse como prostitución porque “nadie te toca”. Insiste en que es un trabajo repleto de constancia y al que agradece por los beneficios que le ha dejado.

Noticias relacionadas