• La nacionalidad venezolana se convirtió en una etiqueta que lo condenó al rechazo en diferentes oportunidades. Sin embargo, no se rindió y su talento lo ha llevado a retratar a reconocidas personalidades y ser parte de importantes proyectos en Perú y en el extranjero

Edwin Becerra es artista plástico y tiene 35 años de edad. Es oriundo de Palo Negro (estado Aragua), región centro-norte de Venezuela. Llegó en 2018 a Perú, con el fin de mejorar su calidad de vida y ayudar económicamente a su familia que no pudo migrar.

Estudió Mecánica Industrial e Ingeniería en Sistemas, pero se dedicó al mundo del arte desde muy joven. Y es que su vocación y amor por las expresiones artísticas la heredó de su padre, quien toda su vida ha trabajado en la elaboración de esculturas, dibujos y pinturas. Es por ello que recuerda su infancia jugando en un taller rodeado de madera, metales, pinceles, bronce, fibra de vidrio y otros materiales.

Artista venezolano que pinta con chimó en Perú
Foto cortesía

Debido a la crisis socioeconómica del país, vivir del arte ya no era viable para Franko Gercegg, como se hace llamar Edwin en el mundo artístico en honor a su pequeño hijo a quien no pudo llevar a Perú. Para él, en Venezuela el arte pasó a un segundo plano y cubrir las necesidades de alimentación y salud se convirtieron en las principales prioridades de muchos venezolanos.

En Lima pasó por diversos trabajos a los que se tuvo que adaptar para lograr conseguir dinero, pero en ninguno sentía que podía potenciar el talento artístico con el que había nacido y que desarrolló durante años. Sin embargo, con esfuerzo y determinación logró conectar nuevamente con el arte.

Franko empezó a hacer dibujos de mascotas y retratos; cobraba cinco dólares aproximadamente por cada uno. Su situación iba mejorando cada día, pero todavía sentía que debía hacer algo más: quería innovar, hacer algo diferente y, en especial, quería difundir la cultura venezolana a través de su trabajo.

Siempre hay una forma diferente de hacer las cosas. Ese tiempo que le dedicas a innovar, a hacer lo cotidiano de otra manera, es el que te va a garantizar que cuando se presente la oportunidad, tú seas el mejor”, comentó Franko Gercegg en entrevista para El Diario.

Arte con chimó

En su constante búsqueda de marcar la diferencia, a este artista se le ocurrió dibujar y pintar con chimó (pasta de tabaco). Franko traza en una cartulina un diseño a lápiz y luego lo pinta con el chimó, el cual diluye con agua, también lo mezcla con cacao de Chuao (uno de los más cotizado a nivel mundial). Esto le da un tono sepia a cada obra que realiza.

Artista que pinta con chimó en Perú
Foto cortesía

Con más de un millón de venezolanos en Perú, conseguir chimó no es difícil. La migración ha permitido que miles de personas accedan a productos  como la harina de maíz para hacer arepas, chocolates y bebidas como el ponche crema o la malta, esta pasta de tabaco también se consigue en algunos mercados de la capital peruana.

Uno no es profeta en su tierra. Me han conocido más en Perú haciendo trabajos con el chimó, que estando en Venezuela. Me han escrito futbolistas peruanos para hacerle retratos, nunca pensé hablar con ellos y esa conexión se dio gracias al arte y a las cosas que hago aquí”, contó Franko Gercegg.

Franko utiliza sus conocimientos y habilidades para difundir la cultura venezolana desde otras fronteras. Este artista ha usado el chimó para retratar e inmortalizado la esencia de destacadas personalidades venezolanas. Edgar Ramírez,  Luis Chataing, Lorenzo Mendoza, Miguelito Díaz, Miguel Cabrera, Rafael “Pollo” Brito, Nacho, y muchas más.

Durante su estadía en Lima, su talento lo ha hecho merecedor de premios. En un concurso de dibujo sobre la cultura peruana y en el que empleó la técnica del chimó, obtuvo el segundo lugar. También quedó de octavo entre 256 participantes en un concurso organizado por el Centro Cultural Británico en Perú.

Artista venezolano en Perú
Foto cortesía

Hoy forma parte de diferentes proyectos en Perú y en el extranjero, con sus retratos y obras artísticas inmortaliza la esencia de los invitados del programa Desde cero, conducido por Juan Rangel (@juancitovenezuela) desde Estados Unidos.

Quiero dedicarme al arte con chimó. Quiero que se conozca la cultura venezolana por medio de lo que vengo desarrollando y quiero ser uno de los mejores artistas que difunda la cultura de mi país. También quiero que este tipo de artes se retome en Venezuela, porque tenemos muchos artistas talentosos de alto nivel”, dijo Franko.
Pintura con chimó de Édgar Ramírez
Foto cortesía

Todo comienzo es difícil

Además de ser un artista que trabaja con chimó, Franko se dedica desde hace dos años a la confección de artículos de pieles. Fabrica alpacas de peluche tipo realista en una de las principales industrias que es referente de la peletería (oficio de adobar y componer las pieles finas o de hacer con ellas prendas de abrigo, y también de emplearlas como forros y adornos en ciertos trajes) peruana a nivel internacional.

Este artista del chimó recuerda que llegó a la capital peruana durante el desarrollo del Mundial de Fútbol Rusia 2018, después de haber vivido en Colombia. Describe esos días como festivos y de muchas celebraciones en las calles de Lima, y es que después de 36 años Perú había clasificado nuevamente a un mundial, y cuando de fútbol se trata el país se paraliza.

En su recorrido de conocer la ciudad y buscar empleo, le llamó la atención las máscaras de los futbolistas peruanos que usaban los hinchas. Él sabía que podía hacer ese tipo de máscaras, incluso era capaz de perfeccionar otros detalles para marcar la diferencia con las que ya existían en el mercado.

Con el apoyo de su cuñado compró arcilla y realizó dos máscaras que ofreció en diferentes tiendas. Los encargados estaban asombrados con lo que había realizado y en un lugar le hicieron un pedido de 200 piezas, querían máscaras de futbolistas peruanos y de los jugadores de los demás países que también habían clasificado para el Mundial Rusia 2018, pero la falta de dinero no le permitió cumplir ese trabajo con el que pensó, volvería a dedicarse a lo que más le gusta: el arte.

Innovando en el mundo de la peletería

Recorriendo las calles del distrito de Miraflores, uno de los más turísticos de la capital,  descubrió el mundo de la confección, un mercado abarcado por peruanos. Le llamó la atención las piezas y empezó a hacer diseños, perfeccionando detalles e innovando. Visitó diferentes locales ofreciendo lo que había creado, pero fue víctima de malos tratos y unos cuantos rechazos por su nacionalidad. Le decían que por ser venezolano no tenía los conocimientos para trabajar peletería en Perú.

Sin embargo, semanas después otros venezolanos que trabajaban en una empresa de fabricación de alpacas lo contactaron. Querían que realizara los moldes y patrones de unas piezas para confeccionar animales de peluche en gran escala. En especial aquellos que habitan en el territorio peruano, como la alpaca de los Andes.

A Jesús Villalobos, dueño de la empresa, le gustó el trabajo que había realizado y le dio la oportunidad de formar parte del equipo. Recibió capacitación por más de cinco meses, periodo en el que aprendió todo lo relacionado al mundo de la peletería en Perú. Incluso pudo aportar desde su talento e innovar en las piezas que creaba.

Ahora fabrica alpacas de grandes proporciones y explicó que primero elabora una escultura en fibra de vidrios desarmables en seis partes. Luego la reviste con las pieles y perfecciona cada detalle, de tal forma que cientos de personas dudan si utiliza la técnica de taxidermia (arte de disecar los animales para conservarlos con apariencia de vivos). Las piezas que fabrica parecen reales.

Peletería en Perú
Foto cortesía

Hoy su trabajo es exhibido en diferentes ferias artesanales en Perú, y las alpacas que fabrica se exportan a países como Estados Unidos y Alemania. Su nombre ya es conocido entre destacados maestros de la peletería en el territorio peruano.

Franko contó que la peletería le ha regalado grandes amigos y que le llena de orgullo que una pieza de arte tan reconocida en Perú sea elaborada por un venezolano. “Siento que es una forma de agradecer por todas las bendiciones que he recibido. A pesar de las cosas malas que pueden existir, es una enseñanza estar aquí” expresó.

Venezolano con alpacas de peluche
Foto cortesía

Actualmente ha recibido importantes propuestas laborales de empresarios de Bolivia y Chile; sin embargo, decidió continuar con quien confió en él y le brindó una mano amiga cuando otros le cerraron las puertas y lo rechazaron.

Desde Perú aseguró que seguirá difundiendo la cultura venezolana como artista que trabaja con chimó; también aprovechará las oportunidades que se le presentan en Lima, para seguir innovando y creciendo profesionalmente. Siempre dejando en alto el nombre de Venezuela.

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