• El escritor, autor de la serie de libros Los Imposibles y de telenovelas como Cosita Rica, La mujer perfecta o Si nos dejan, conversó con El Diario sobre su último proyecto profesional con Netflix. Gracias a la libertad creativa que le brindó la plataforma y lo orgánico del proceso, Pálpito llegará a Latinoamérica próximamente | Foto: Cortesía / Leonardo Padrón.

Hace poco más de un año el escritor venezolano Leonardo Padrón se topó de nuevo con unas cuantas páginas en blanco. “¿Lo podré lograr otra vez?”, fue la pregunta que pasó por su mente. En esa ocasión no escribiría una telenovela o un libro, sino el proyecto más importante para él hasta la fecha. Tenía en una gaveta al menos tres ideas, pero buscó hacer algo distinto. Ante una nueva oportunidad que surgía echó rienda suelta a la imaginación. Nacía así Pálpito, la primera serie original para Netflix Latinoamérica escrita por un venezolano.

Con la voz y sobriedad que lo caracteriza, narró de primera mano para El Diario su experiencia trabajando con la plataforma de streaming más importante del mundo, desde el sitio donde todo comenzó, en Miami, Florida (Estados Unidos). 35 años de experiencia profesional, más de 10 telenovelas, y otros trabajos que incluyen libros, poemarios, crónicas y guiones, no bastaron para contener la emoción de Padrón, quien tomó la oportunidad sin dudarlo.

“Empecé a interpelarme sobre qué historia quería contar. Fue un ejercicio muy sano porque hizo que tanto lo que yo escribiera, como lo que entregara, fuera muy bien recibido. Fue escrita con genuinas ganas de hacerlo”, expresa sobre el génesis de Pálpito el escritor egresado en Letras de la Universidad Católica Andrés Bello (UCAB).

Seríe escrita por Leonardo Padrón
Detrás de cámara del rodaje de Pálpito. Foto: vía Instagram del director Camilo Vega (@vega.camilo).

El primer contacto

Netflix hizo el primer contacto y le pidió a Padrón una reunión para hacerle una propuesta. Un ejecutivo de la plataforma viajó de Los Ángeles a Miami y le comentó que había interés en tener una historia original suya para Netflix Latinoamérica. Tras varios meses, envió la idea de la historia y la sinopsis. Señaló que al presentarla a los ejecutivos, les encantó y lo demás fluyó de manera orgánica.

A diferencia de otros de sus proyectos televisivos, el proceso fue rápido. Los canales de televisión clásicos son, a su juicio, engorrosos y burocráticos o paquidérmicos en su proceso de contratación. La empresa estadounidense tiene una política más fluida y, rápidamente, estaría escribiendo el primer capítulo de la historia.

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“Ellos ofrecen otras circunstancias, que son realmente maravillosas para el escritor: la posibilidad de tejer tu historia sin ser víctima de las urgencias, que por ejemplo tiene la televisión clásica abierta”, relató Leonardo Padrón.

“Todo éxito comienza en el guion”

Netflix le brindó la oportunidad y el tiempo necesario para desarrollar los capítulos, para que fueran revisados y corregidos. Incluso pudo tener influencia sobre el reparto, el vestuario, los sets y las locaciones. “Hay un énfasis, que me parece de absoluta lucidez, en que todo éxito comienza en el guion. Es una premisa que funciona para el cine y la televisión”, expresa.

Cuando ves en Netflix el created by, que es un cru00e9dito muy importante, eso no solo quiere decir que uno la escribiu00f3, sino que tambiu00e9n la creaciu00f3n tiene mucho el criterio del creador de la historiau201d, agrega.

Para él, se pueden tener millones de dólares, actores destacados, grandes valores de producción, pero si no funciona la historia, si es inverosímil, desarticulada, si narrativamente no tiene herramientas de solución, no va a servir de nada las otras bondades. Subraya: “La historia es el epicentro de cualquier éxito”.

El pálpito que llevó a Leonardo Padrón a Netflix
El director de Pálpito, Camilo Vega. Clara Maria Ochoa y Ana Piñeres son las productoras del proyecto. Foto: vía Instagram de Camilo Vega (@vega.camilo).

Un thriller de amor universal

Con la libertad creativa que recibió quiso contar algo nuevo, porque se trataba de escribir por primera vez en código de serie. Eso exigió un lenguaje narrativo distinto que le permitió crear, a partir de la idea de la corazonada o presentimiento sobre algo, Pálpito, que define el escritor como “una historia de amor en clave de thriller”.

El 11 de julio de 2021 Padrón anunció en sus redes sociales la noticia sobre su trabajo con Netflix, el cierre de las grabaciones de la serie y el inicio de la posproducción. Sin ofrecer mayores detalles, afirmó que una vez la plataforma inicie la promoción se podrá saber más sobre el proyecto. Hasta ahora, se conoce que se rodó en Colombia y el director es el joven colombiano Camilo Vega.

Lo que sí dejó claro es que la historia no tiene relación con Venezuela. “Quise tratar algo que fuera, de entrada, universal. Que pudiera ocurrir en Manhattan, Río de Janeiro, en Caracas o Madrid. Ya llegará el momento en el que uno pueda sumergirse como quisiera en los laberintos turbios de la realidad nacional. Ya llegará el momento de contar esto -la crisis venezolana- con toda la dimensión que amerita”, resalta.

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En el reparto solo hay un venezolano, pero tiene un rol menor en la historia. De resto, no hay más involucrados en el proceso, más allá del equipo de escritores que le acompañan en sus proyectos, que asegura es de mucha confianza. Los actores principales son de otras nacionalidades y el reparto incluye a figuras como Michell Brown, Ana Brenda Contreras y Sebastián Martínez.

El pálpito que llevó a Leonardo Padrón a Netflix
Ana Brenda Contreras, actriz mexicana de telenovelas como Corazón indomable y Por amar sin ley, será parte del elenco de la serie. Foto: vía Instagram de Ana Brenda Contreras (@anabreco).

“Los que conocen mi obra van a ver mi sello allí, pero en otro cauce narrativo”, confirma. Para la preparación del proyecto, además de leer y escribir mucho, destacó el papel que tuvo el ser consumidor cautivo de series de las distintas plataformas de streaming existentes. La exploración para él es permanente y lo nutre.

“La humildad es clave en este asunto. Puedo tener no menos de 35 años contando historias, pero jamás voy a decir que me sé todos los secretos para que una historia sea exitosa. Cada vez que empieza, me asomo a una página en blanco, es mi momento de estremecimiento interior, de susto, de nuevos desafíos, de probarme otra vez”, subraya.

Sobre el proceso: “Los escritores habitamos el confinamiento”

Mientras Leonardo Padrón escribía Si nos dejan, telenovela de Univisión y Televisa, trabajaba en secreto en Pálpito. En medio del confinamiento producto de la pandemia por covid-19, encontró el momento idóneo para llenar las páginas en blanco con las que se topó al momento de recibir la propuesta de Netflix.

“Hay un furor de la gente por consumir historias en código de serie. El confinamiento nos obligó a replegarnos en nuestras casas y a buscar el entretenimiento, no solo en libros, sino en las plataformas de streaming”. Para los escritores representa una oportunidad pues la soledad les da la oportunidad de crear universos únicos.

Los escritores habitamos el confinamiento. Es parte de nuestro oficio. La escritura es uno de los oficios mu00e1s solitarios. Eres tu00fa con la pu00e1gina en blanco y nadie mu00e1s. Eso necesita una importante dosis de soledad. Cuando el mundo estaba perplejo, tratando de entender cu00f3mo sobrellevar la vida en cuatro paredes, yo de alguna manera sonreu00eda de medio lado porque, no solo yo, sino todos los escritores, estamos habituados a ese confinamiento. No fue traumu00e1tico. Me hizo aprovechar au00fan mu00e1s el tiempo, porque a veces hay obligaciones que tienen que ver con la vida social que hace que salgas de tu burbuja creativau201d, narra el creador de Cosita Rica, Ciudad bendita y La mujer perfecta.

Las telenovelas y las series, destinadas a mutar y convivir

Padrón asegura que las series, a diferencia de las telenovelas, tienen un lenguaje narrativo distinto. Más que desaparecer, a la telenovela le tocará mutar y tomar nuevos argumentos, mucho más modernos, con temas más contemporáneos o controversiales. En el streaming en código de serie se utiliza de manera similar al de la literatura o al del cine. Para el escritor, en el siglo XXI pasan muchas cosas que ameritan ser contadas en ambos formatos.

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“Son narraciones distintas. Pero con las series desfragmentas el relato, construyes a través de flashbacks, códigos símbolos e imágenes. Hay un comportamiento más lúdico, eso para un escritor es una fiesta. Y más para uno que quiere asumir esos experimentos”, afirma.

A diferencia de las telenovelas en las que trabajó, tuvo el reto de contar Pálpito en mucho menos tiempo. “Uno que viene habituado a escribir historias de 120 y 150 capítulos, en Venezuela, en México, escribir de 80 capítulos en promedio. La adaptación del clásico mexicano, Rubí, me la pidieron en una franja de tiempo mucho menor, 27 capítulos. Escribir en código de serie te obliga a que el discurso de los acontecimientos esté signado por el vértigo, por la velocidad”, comenta Leonardo Padrón.

En Venezuela, aunque en la televisiu00f3n nacional se transmitan productos audiovisuales antiguos, comu00fanmente conocidos como u201cenlatadosu201d, todavu00eda hay mucha nostalgia en consumir contenidos externos y propios. u201cLa televisiu00f3n entru00f3 en coma, y pareciera que falta mucho tiempo para despertar. Se apagaron los estudios, los actores tuvieron que migrar, dedicarse a otros oficios. Al hacer un paneo en cu00e1mara a la industria del entretenimiento en Latinoamu00e9rica te vas a dar cuenta de que hay directores, productores, ejecutivos, actores, camaru00f3grafos y tu00e9cnicos venezolanos que estu00e1n en todas partes. En Venezuela a la imaginaciu00f3n la apagaronu201d, dice.

Padrón espera que su entrada a Netflix le permita más adelante poder convocar al talento venezolano. Esto para que la industria del entretenimiento internacional tenga más presencia venezolana en las plazas más destacadas.

La nostalgia venezolana

La plataforma de streaming tiene tres grandes centros de producción en Latinoamérica: México, Colombia y Argentina. Para el escritor de Los Imposibles, si en Venezuela reinara la democracia, el país fuera una plaza importante de desarrollo de contenidos para Netflix. Así como el país tuvo influencia sobre la industria de las telenovelas en décadas pasadas.

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“Una de las cosas que más extraño es la posibilidad de contar historias a mi público natural, a mi gente. Es muy gratificante escribir historias para otros países y que hayan funcionado, como en México, pero yo tengo mucha nostalgia de lo que es contar sobre la piel de mi país. Si todo se reactiva, seré uno de los primeros que estará allí”, afirma Padrón.

A quienes quieren llegar a donde él está, recomienda ser tercos con su pasión. También ser rigurosos y que nunca olviden que la soberbia es una pésima consejera. “Hay que estar siempre en la silla del aprendiz, hay que tocar todas las puertas y borronear página tras página. Hay que exprimir a la imaginación y retarla. Ese es el camino de todo creador”, dice.

Leonardo Padrón a Netflix
En 2020, Leonardo Padrón estrenó su audiolibro Fuera de serie. Foto: Cortesía / Leonardo Padrón.

Por ahora, próximamente

Leonardo Padrón escribe de día y vive de noche. Su dinámica no cambió con la serie que escribió para Netflix. Hace muchas cosas a la vez, sin dejar a un lado su vida privada. El tiempo para él es vital y lo sistematiza para poder cumplir con todos los compromisos profesionales y personales.

En pro de que el resultado sea óptimo, de calidad en el producto final, la plataforma aún no anuncia la fecha de estreno de Pálpito. Padrón comenta que la empresa está muy feliz con los libretos y, en general, el resultado de la historia. Agrega que es una de las experiencias más gratificantes que ha tenido en su vida como escritor, y le permitirá visibilizar masivamente, aún más, su trabajo.

Ahora las páginas blancas con las que se topó al momento de escribir Pálpito están llenas, e incluso necesitó unas cuantas más. Padrón tiene proyectos a futuro de los que no puede hablar. No tiene miedo a toparse de nuevo con ellas, las páginas, pues allí, en esa incertidumbre previa a la creación, habita su verdadera pasión.

“Es como el miedo escénico que tiene el actor cuando sale a un escenario teatral. Si no tuvieras esa duda de quién va a vencer, si el blanco de la página o tú, creo que todo esto perdería mucho sentido”, finaliza.

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