• Golpeados pero fortalecidos, con esas palabras resumen los gerentes de posadas en Los Roques la reactivación intermitente de las operaciones turísticas en el archipiélago, tras 11 meses en los que el parque nacional estuvo cerrado por la pandemia del covid-19

Desde marzo de 2020 el Estado venezolano anunciaba el comienzo de las restricciones en todo el país para la prevención de la propagación del coronavirus en Venezuela. Días después, en contacto telefónico con el canal del estado VTV, Nicolás Maduro aseguraba que un grupo de personas que fueron a una fiesta en Los Roques resultaron positivo en la prueba para la detección del virus. Desde ese momento el paraíso turístico estuvo en el centro de la polémica, acusados por la opinión pública de haber servido de puerta de entrada del covid-19 a territorio venezolano. 

“El hecho de ser un lugar turístico nos exponía. En esos días hubo muchos extranjeros, hasta españoles habían visitado Los Roques; pero en Venezuela seguíamos tranquilos y confiados de que el virus no tocaría nuestra puerta. Mi esposo, abrumado por las noticias de Italia, ya había comprado guantes, gel, y tapabocas. Hizo una reunión y le dio instrucciones de prevención al personal. Todos lo veíamos exagerado para aquel entonces. Afortunadamente, dos semanas después del cierre del parque, a todos los trabajadores de la posada se nos hizo la prueba PCR y salimos negativo “comenta Paola Aguilar, propietaria y gerente general de Posada Galápagos, en entrevista para El Diario.

Las posadas de Los Roques aprovecharon la pandemia para remodelar e innovar
Foto: Cortesía

Mantenerse pese a la incertidumbre 

“Todos los días se trabajaba en la posada. Se entraba a las 7:00 am, obviamente ya no era necesario madrugar a las 5:30 am como es el ritmo cuando hay huéspedes, y terminábamos a las 12 del mediodía. A veces incluso volvíamos de 3:00 a 5:00 pm. Trabajamos todos los días, porque si no la estructura se deteriora. Cuando te descuidas la posada se viene abajo“ relata Paola Aguilar, al ser consultada acerca del ritmo de trabajo durante los meses de pandemia. 

Otros hospedajes decidieron cerrar por completo y esperar un panorama más claro. África Guerrero, gerente de la posada Piano y Papaya, recuerda que el momento más duro fue despedir a los huéspedes europeos que acababan de llegar a Los Roques cuando se decretó la pandemia en Venezuela en marzo de 2020.

Teníamos gente de todos lados, y tuvimos que decirles que íbamos a cerrar. Nos pasó con un francés que había llegado a penas el 12 de marzo y el 14 se marchó llorando, porque ya eran los últimos vuelos antes del cierre internacional. La posada estuvo 8 meses cerrada, cumpliendo con los compromisos de la nómina que era la prioridad. Ahora en las semanas radicales estamos haciendo mantenimiento, limpieza y adecuación de los espacios “, agrega.

Al quinto mes los empleados decidieron dejar Los Roques e irse a Caracas 

Pocos se imaginan lo que significa mantener una vida en Los Roques, donde alimentos ni medicinas, y hasta el agua potable llega en barco desde el puerto de La Guaira.  Cuando ya la situación se alargaba, y no había un panorama claro, muchos empleados querían abandonar y buscar otras opciones en la capital. 

“Hicimos una reunión y consultamos quienes querían agarrar una lancha a Caracas y quienes querían quedarse. Solo 7 de 20 empleados decidieron seguir la cuarentena en Gran Roque, el resto se fue de la isla“, cuenta Aguilar, quien lleva las riendas de la también conocida como “ Posada de las estrellas“, por ser un hospedaje de lujo, predilecto por personalidades del espectáculo y los deportes.

Posada en Los Roques
Foto: Cortesía

También era momento de reinventarse con alguna propuesta que permitiese generar ingresos y oxigenar el flujo de caja, tras más de 20 semanas sin percibir ningún ingreso. Así nació Galápagos Fish Los Roques; propuesta de negocio en el que se le compraba a los pescadores y se comercializaba la pesca vía delivery hasta la puerta de los consumidores en Caracas. Haciendo énfasis en el Pez león, un espécimen exótico cuya pesca es necesaria para preservar el ecosistema marino de Los Roques.

Las posadas de Los Roques aprovecharon la pandemia para remodelar e innovar
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 “Ya forzados a estar cerrados, algo que nunca nos había ocurrido desde que arrancamos operaciones, nos lo tomamos como un cierre temporal por remodelaciones. Tumbamos media posada y la volvimos a armar; desde limpiar el cuarto de lencería, pasando por hacer una nueva cocina, remodelar jardineras y el área del bar. Cambiamos el equipamento de playa, y hasta logramos ponerle el porcelanato a los baños. Lo extendido de la cuarentena dio para mucho. Aunque los ingresos estaban estancados y hubo que invertir en la remodelación“, manifesta quien lleva las riendas de la operación de Galápagos desde hace más de una década. 

Listos para recibir al turista 

El pasado mes de junio, el jefe de gobierno del Territorio Insular Francisco de Miranda, Almirante Eladio Jiménez Rattia, aseguró ante medios nacionales que al menos 30% de la población de Los Roques ya se encuentra vacunada. Lo que va encaminando al archipiélago a una reactivación paulatina de sus actividades. Se estima que en el Gran Roque hay una capacidad de 600 camas, pero se desconoce si actualmente están todas las posadas operativas.

Los Roques
Foto: Cortesía

Airan Quiaro, habitante de Los Roques, comenta a El Diario que en estos momentos hay mucha disponibilidad de camas.  Desde marzo 2020 su casa no ha recibido ningún turista; una vivienda familiar en la que da posada a aquellos visitantes que van de mochileros, en busca de una opción a menor costo.

Yo nunca he hecho publicidad, no tengo Instagram, los turistas llegan a mi puerta por referencias; buscando donde pasar la noche ¡Nada ostentoso! Me esmero en que las tres habitaciones estén acomodadas, en que el aire acondicionado funcione y en tener la despensa lista para cocinarles “ expresa Quiaro, quien tiene 49 años viviendo en Gran Roque.

Por su parte, Posada Galápagos, ya completamente operativa y remozada, cuenta con 16 habitaciones y una capacidad máxima de 40 personas. Los operadores turísticos de este alojamiento confían en que pronto podrán abrir plenamente y se encuentran preparados para ello; aunque dependen de la reactivación de los vuelos desde Europa a Venezuela, para que vuelvan los españoles e italianos que conforman su principal mercado. 

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