• En esta entrevista exclusiva para El Diario, Alexandra de Castro habla sobre la ardua vida laboral de los científicos, la actualidad en la investigación astronómica y su trabajo como divulgadora y miembro original de la Fundación Persea

1. El Gurí bajo las estrellas

En los últimos tiempos, Alexandra de Castro ha lidiado con la inestabilidad provocada por la pandemia de covid-19. Con gratitud, expresa sentirse afortunada por tener un trabajo “chévere, ¡Y en plena pandemia!”, cuando se registran tasas de desempleo tan altas como las temperaturas de Venus, el planeta más caliente del Sistema Solar.

Dice:

Me he dedicado a la revista de Fundación Persea. A escribir y compartir conocimientos junto a decenas de científicos latinoamericanos. Todo en Persea es voluntario. El dinero recaudado con las donaciones lo invertimos en el alojamiento, la seguridad de la página y otros recursos web y en retribuir monetariamente a algunos escritores. Además de científicos, hemos tenido artistas y periodistas como escritores. Recientemente colaboró con nosotros Mafe Izaguirre, artista plástica venezolana residenciada en New York y que trabaja con “máquinas sensibles”. Cuando alguien se acerca a sus máquinas, estas se mueven, sus luces cambian de color, pues están provistas de sensores lumínicos e hipersensibles. A ella la invitamos y escribió para nosotros un buen artículo.

Logo revista Persea
Logo revista Persea

Fundación Persea se originó de forma dilatada. Fue el resultado de cambios y experiencias a través de los años. Una idea que maduró como un buen aguacate, fruto mesoamericano al que debe su nombre. Persea es su nombre científico.  —Todo fue un cambio de carrera y “a la carrera” cuando emigramos de Venezuela. Mi esposo y yo éramos profesores a dedicación exclusiva (lo que implica la docencia y la investigación) de la Universidad Simón Bolívar. El plan era dar clases, investigar, jubilarnos. Cuando decidimos emigrar a Australia, busqué trabajo en lo que fuera. Ya no era profesora, sino postdoc y tenía que empezar de nuevo. Es común entre los científicos estar un par de años aquí, otros dos allá por una década hasta conseguir un puesto fijo. Se gana poco y cuando tienes familia con bebé pequeño, la situación se complica.

Alexandra de Castro en Sídney, Australia.
Alexandra de Castro. Sídney, Australia (2009).

Dice:

Mi esposo consiguió empleo en la industria en Países Bajos. No sabía qué tan estable era ese trabajo o nuestra situación en ese nuevo país y decidí ser mamá un tiempo. Carl Sagan era mi héroe y me atraía la divulgación científica. Mientras cuidaba a la niña, cursé un postgrado online del Departamento de Filosofía de la Universidad de Oviedo. Con el tiempo, me enganché con la escritura de artículos y la divulgación para inspirar a la gente a acercarse a la ciencia.

Desde su infancia, Alexandra de Castro ya intuía que quería ser científica.

Crecí en El Gurí, cerca de Puerto Ordaz, porque mi papá trabajaba en la represa. Llegué pequeñita y es el lugar que más conozco desde niña. Un campamento para ingenieros. Lo recuerdo bonito y muy cómodo, aunque ya debe estar destruido, pero no vamos a hablar de eso. 

Poco a poco, Alexandra fue descubriendo que algunas de esas estrellas se encontraban a miles de años luz de distancia. El cielo de su infancia era una represa que embalsaba el fluir de las constelaciones. 

En los setenta y ochenta, El Gurí era un lugar planificado, con óptimas construcciones. La noche era espectacular. Se veía la Vía Láctea. La contaminación lumínica era casi cero. Creo que eso me motivó a ser científica.

La mirada de Alexandra delata la nostalgia por aquel cielo de El Gurí.

Extraño eso, porque luego me fui a estudiar a Caracas y más nunca volví a ver un cielo así. Siempre viví en ciudades grandes. Después de Caracas, Hannover, Alemania; después de Hannover, Sídney, Australia; y ahora de nuevo Europa. Aquí la contaminación lumínica es altísima. La gente se asoma al balcón y exclama, “¡Mira, estrellas!”, y yo solo veo cuatro lucecitas. 

Añade:

En mi familia había tíos psicólogos, primos abogados, mi mamá era maestra. No había científicos. No tenía influencia de nadie. Fue curiosidad espontánea. Y en aquel tiempo era raro que una chama dijera con convencimiento absoluto: “Quiero ser científica”. 

—¿Qué le recomendarías a un estudiante de bachillerato con esas inquietudes en Venezuela? Que se digan “yo quiero ser científica como Alexandra de Castro o Carl Sagan…”.

En cuanto a las materias de bachillerato las recuerdo aburridísimas, pura física clásica. En mi caso, el profesor pasó todo el lapso con el movimiento parabólico, “un beisbolista batea…”, “un proyectil es disparado a…”. La física emocionante viene con la relatividad y la mecánica cuántica. Es hora de que las impartan. La física es imaginación. Se puede soñar y enseñar a la gente con esos ejercicios. 

Recuerda:

Una tarde le pedí a papá que me comprara De las moléculas al hombre. Lo leí y quedé fascinada. También estaba fascinada por la electricidad. Aunque resolver redes con resistencias y capacitores era de lo más fastidioso que existía. Pero la electricidad tiene elementos hermosos como las líneas de campo. Te puedes imaginar que el espacio está lleno de un campo invisible, como un fluido. Es el campo electromagnético y solo puedes verlo a través de la materia perturbada por ese campo electromagnético, como la gravedad, pero en este caso de electricidad. Entonces, ¿qué le diría a un estudiante?, pues que no se deje llevar por el programa de bachillerato. La ciencia no es así. Es mucho más emocionante. Que se tomen esos ejercicios como entrenamiento mental, un sudoku.

El papá de Alexandra tenía un amigo griego que había instalado su empresa en El Gurí. El griego también había desarrollado un pensamiento filosófico derivado del estoicismo. Sus preceptos se resumían en los consejos que le daba a la pequeña Alexandra de tarde en tarde:

No pierdas tu tiempo en eso de “quiero ser científica”, porque te vas a morir de hambre. Aprovecha que sacas buenas notas y estudia Ingeniería, eso da plata; mira cómo yo monté mi empresa.

Dice Alexandra:

—Yo, calladita, pensaba: “Seré lo que yo quiera ser”. No me llamaba la atención la ingeniería. Ni la tecnología. Me gustaba la biología, pero me rehusé a estudiar la licenciatura porque me obligarían a estudiar latín. Empecé Química, me aburrí y entré en crisis. En la universidad no me llevaba bien con el laboratorio. Se me regaba todo y los profesores gritaban cuando quebraba tubos de ensayo o quemaba los equipos.

Alexandra en la USB
Autoretrato (USB, 1993).

Dice:

Cursé algunas materias extraplan de Física por sugerencia de amigos de esa carrera y me fue buenísimo. Pensé: “¡Qué estoy haciendo en Química!”. Y me cambié a Física. Y como soy soñadora, terminé siendo físico teórico. 

Alexandra en la USB
Foto de Reynaldo Cardona (USB, 1995)

Hacia 1995, la humanidad conocería la noticia de que, en el universo, además de Mercurio, Venus, Marte, Júpiter, Saturno, Neptuno, Urano y Plutón, había otro planeta extrasolar: el lejano 51 Pegasi. Para ese año, Alexandra de Castro solía esperar en la parada de Baruta el transporte que la llevaba al campus de la Universidad Simón Bolívar.

Alexandra de Castro sostiene:

La vida del científico es una vida dura. Amo la ciencia, pero el ejercicio científico no es para todo el mundo. Ya como divulgadora, agradezco haberme cambiado, porque me la pasaba burn out, consumida. La competencia en la ciencia es fuerte por publicar con frecuencia, además de la inestabilidad laboral. Es un oficio donde te sientes solo. Se trabaja duro por mucho tiempo y apenas te sale un resultado, generalmente pequeñito. Mientras que yo, como comunicadora científica, cada semana escribo un artículo y la gente lo lee y se entusiasma. Es un ejercicio gratificante.

Alexandra de Castro
Puedes seguir a Alexandra de Castro en su Twitter @Brownianaweb

En principio, abrí un blog y posteaba publicaciones por mi cuenta. Luego conocí a una buena cantidad de divulgadores. Así nace Fundación Persea. Un equipo global de colegas de distintas partes del mundo, Italia, Holanda, México, Bogotá. 

—Además de Fundación Persea, a los entusiastas de la ciencia, ¿cuáles portales web o canales de YouTube les recomendarías? 

En cuanto a webs, sigo la columna de Ethan Siegel en Forbes, quien hace excelente divulgación. También a Sean Carroll en Preposterous Universe. También a una chica talentosa que, si bien diría que es una divulgadora para científicos, últimamente ha hecho el esfuerzo de hablarle al público general. Me refiero a Sabine Hossenfelder.

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Sabine
Foto cortesía de Frankfurter Rundschau

Recomienda:

Mi canal favorito de YouTube es Veritasium, es excelente. Conozco a Derek Muller. Él era el chico que estaba en el pasillo cuando trabajé en Australia. Empezó con programitas de televisión que producía la Escuela de Física de la Universidad de Sídney. Sus programas son confiables, él hace su investigación. Me gusta también Javier Santaolalla, de Date un Vlog, no tanto su estilo, muy escandaloso, aunque seguramente atrae al público joven, adolescentes. De hecho, acaba de retirarse de YouTube.

2. Científicos + físicos / teóricos = soñadores

Frase de Borges

—Probablemente me quede corto, pero habrá tantos misterios universales por resolver que cada ser humano pudiera investigar y descubrir 4 o 5, desde lo más microscópico hasta objetos enormes y estados de la materia aún desconocidos. ¿Quién iba a pensar que los púlsares o los magnetares existían hace 100 años?

Púlsar
Representación artística de un púlsar. 
Las primeras señales de púlsares fueron detectadas en 1967. Por su regularidad se pensó que se trataban de ondas radiales emitidas por una civilización extraterrestre. Después de estudios se determinó que eran en realidad pequeñas estrellas de neutrones de extrema densidad originadas después de la explosión de una estrella. Nikola Tesla había detectado este tipo de señales hacia 1899, pero en aquel entonces no se logró comprobar su existencia.

Alexandra de Castro dice:

Hemos llegado bastante lejos: más de 13 mil millones de años, que ya uno puede decir: “Bueno, ya conozco todo esto”. De hecho, con radiotelescopios vemos el “eco” de ese comienzo. Y si hay algo que todavía es un misterio para la astronomía es que las galaxias no están esparcidas de manera aleatoria.

Continúa:

Si eliges un montón de galaxias y las contemplas desde un punto más distante captado por el Hubble, el telescopio espacial que órbita la Tierra, se apreciaría que las galaxias forman patrones. Entonces, te preguntas: ¿Por qué esas galaxias están agrupadas?, ¿qué estructura se está formando allí semejante a unos “caminos de hormiga”?, ¿qué pasó con el resto del espacio que parece vacío? Pues lógicamente las galaxias deberían estar dispuestas aleatoriamente.

—Como un puñado de lentejas que lanzas sobre la mesa…

—Exactamente. Y resulta que las lentejas están alineadas. ¿Por qué se formó esa estructura?, ¿se trata de algo más grande que aún desconocemos? Persisten muchos misterios inconmensurables en la materia oscura, la energía oscura. Si reflexionas en la magnitud de esos enigmas por resolver, te dices: “Para los cálculos tal como los conocemos hasta ahora, usando las ecuaciones de Einstein, solamente el 5% de la de la materia es lo que observamos. El resto no se sabe qué es.

Caminos de hormiga galaxia
Los caminos de hormiga de las galaxias

—Quizá muchos pensamos que hay dos clases de científicos: los astronautas y los que experimentan en un laboratorio, exploran el desierto de Atacama o la Antártida para realizar pruebas y comprobar si la vida es posible bajo determinadas condiciones; pero también están los físicos teóricos como en tu caso.

Una teoría tiene dos fases. Por supuesto, se debe saber mucho sobre las observaciones, leer, estar al día, asistir a conferencias, aprender sobre las observaciones y experimentos. Por ejemplo, pensemos en Isaac Newton. Se pudiera afirmar que Newton fue el primer físico teórico moderno por llamarlo de alguna manera. Previo a él, esta relación estrecha entre las ciencias naturales y las matemáticas no existía; él creó ese universo de describir las causas del movimiento con matemáticas. Entonces, viene la observación, pero también hay un poco de intuición, ¿no?, pero una intuición canalizada a través de la lógica, de conceptos que tejen un hilo consistente.

La lógica matemática debe ser impecable. No se trata de inventar cualquier cosa, ya que tienes que seguir patrones matemáticos y conducirlos por esas observaciones. Yo sostengo que la fuerza es igual a la masa por la aceleración, pero afirmo esto porque ya he observado objetos moviéndose con estas características e intuyo que esta aceleración es producida por una fuerza. Después investigo cómo me funcionan las matemáticas, reflexiono sobre cuál es el origen de dicha fuerza, y así vas. Por supuesto, todas las teorías tienen que ser probadas rigurosamente. Los experimentos tienen la última palabra.

Dice:

Pensemos en la Relatividad General. Esta teoría pasó pruebas arduas, como todas las teorías de Einstein. Pues él era de los físicos teóricos que se atrevían a decir cosas muy voladas. Luego los experimentos corroboraron que estaba en lo cierto. Por eso su teoría terminó siendo exitosa. De lo contrario, las teorías de relatividad de Einstein hubiesen pasado a la historia.

Añade:

Todos hacemos eso, y como físico teórico postulé numerosas teorías, con espacios que no son conmutativos, es decir, que te mueves en una dirección o si te devuelves, ya no es el mismo universo, es otro. Y hay toda una rama de físicos haciendo eso y probablemente tales teorías nunca lleguen a ninguna parte.

—Albert Einstein reflexiona sobre que puedes desplegar el espacio y ver todos los tiempos, pasado, presente y futuro, no como una sucesión, sino más bien como una lámina impresa, un mapa de los minutos, las horas, los microsegundos desde el primer instante. 

La Relatividad Especial describe objetos que se desplazan prácticamente a la velocidad de la luz; es decir, observas los efectos de la Relatividad Especial cuando vas cerca de la velocidad de la luz. Cuando el objeto estudiado reduce la velocidad y se aleja mucho de ella, recuperas de inmediato las ecuaciones clásicas de Newton. Pero, esas ecuaciones de Newton se invalidan cuando te mueves cerca de la velocidad de la luz. ¿Y quién o qué se mueve a esa velocidad?, normalmente las partículas subatómicas, a saber, en el CERN, la Organización Europea para la Investigación Nuclear.

Porque el asunto es que en la relatividad cada observador tiene un reloj, el tiempo ahora es relativo. El tiempo ya no es absoluto como lo era para Newton. Entonces, aquí cada persona tiene una cinta métrica y tiene un reloj. Yo te estoy mirando y desde mi perspectiva tu reloj es diferente de lo que estás viendo. En Relatividad Especial, ahora, el asunto es que como hay cuatro dimensiones, el tiempo está en una y el espacio está en las otras tres, cuando tú las combinas, hay objetos matemáticos que sí se preservan, que tú puedes decir que cada observador los ve iguales cómo cambiaría el tiempo o la distancia. Es complicado porque es teórico, pero funciona en el acelerador de partículas del CERN.

Galaxia
Galaxia

—El tiempo forma parte del espacio, y se le designa el nombre del espacio-tiempo.

Es el espacio-tiempo, sí; no lo puedes separar. No puedes pensar el tiempo como parámetro suelto, desvinculado y que es absoluto. La otra propuesta de Einstein apunta hacia que todas las fuerzas se propagan a la velocidad de la luz, para Newton era todo instantáneo. Imagínate esta situación de cuento de ciencia ficción: tienes un planeta y repentinamente le aparece una estrella al lado, para Newton la gravedad la vas a sentir de inmediato; Einstein, por el contrario, sostenía que la gravedad se propagaría a la velocidad de la luz y hasta que no alcance al planeta no ejerce su efecto. Entonces, es significativo cuando las estrellas están lejos, porque si están próximas, no notas la diferencia, por supuesto, porque la velocidad de la luz es alta, pero si están lo suficientemente lejos, sí la vas a notar. Ahí sí hallamos ese delay con en el que te llega la fuerza de atracción de la gravedad.

—Cuando me comentas este ejemplo, en apariencia descabellado, no puedo evitar pensar en algo que me inquieta aún más. La serie de situaciones que se concatenaron cósmicamente para que se desarrollara la vida en la Tierra. Es perturbador sabernos custodiados por el azar y Júpiter. Este gigante gaseoso, que pudo haber sido una estrella, tan grande como mil Tierras. Una estrella a medio cocinar y con tanta gravedad que meteoritos y asteroides que merodean el Sistema Solar en otras circunstancias amenazarían a los planetas rocosos, Mercurio, Venus, la Tierra y Marte; Júpiter los contiene y los atrae hacia él.

Eso es un hecho, está medido, comprobado. Por supuesto, hay todavía algunos misterios. Paradójicamente, aún no sabemos qué hay en el interior de Júpiter. Cómo es el núcleo, puede ser líquido, no necesariamente tiene que ser todo gas. Es cierto que tiene una masa crítica y, de hecho, algunas estrellas como las enanas marrones se toman en masas de Júpiter y los súper planetas se toman en masas de Júpiter, ¡Se usan los júpiter! Por encima de 75 júpiters es que empieza a fusionarse el hidrógeno para crear la estrella.

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—Las sondas espaciales Voyager 1 y Voyager 2 fueron lanzadas en 1977. Actualmente se encuentran a más de 20 mil millones de kilómetros de la Tierra y son los objetos fabricados por el ser humano que más distancia han recorrido en la historia. 

—Tengo más o menos confianza en que podamos llegar mucho más lejos, así como surfear las olas de objetos gravitacionales muy fuertes para que nos impulsen a través del espacio. Todavía vamos lento en escalas galácticas. Hemos tardado muchos años. Todavía nuestras sondas no han llegado al fin del Sistema Solar. Se le conoce como “interestelar” porque ya salió de la influencia del campo magnético del Sol. Pero esas sondas siguen bajo la influencia de la gravedad del Sol. Y en cualquier momento la sonda espacial New Horizons las alcanzará, pues va a mayor velocidad. Acaba de pasar por Plutón.

—En Cosmos: mundos posibles (2020), serie basada en el libro de Ann Druyan, viuda de Carl Sagan, y conducido por el astrofísico Neil deGrasse Tyson, se refiere la misión Starshop, el envío de pequeñas sondas interestelares impulsadas por láser desde el desierto de Atacama. La flota viajará a 20% de la velocidad de la luz. En cuatro días alcanzará a las Voyager y en 20 años llegará a Alfa Centuari, sistema de tres estrellas a 4 años luz de la Tierra. La información visual y datos científicos recopilados por estas micronaves sobre Alfa Centauri y un planeta que orbita en una zona habitable donde la vida es posible, nos llegaría de vuelta en 4 años más. Tendremos, Alexandra, que esperar un cuarto de siglo para recibir noticias de Alfa Centauri.

No tiene escala humana. Yo tengo confianza en que algún día resolvamos el problema de la materia oscura, de la energía oscura, si es cierto que existe o si el problema, de hecho, es que la Relatividad General de Einstein necesita corrección. Esa puede ser la otra razón por la que se cree que existe la materia oscura. Tal vez la materia oscura no existe y se trata de un asunto de que no se necesita agregar una cantidad de materia para ciertas observaciones astronómicas en galaxias, e, incluso, general, para el fondo cósmico de microondas, y para otras observaciones como los lentes gravitacionales. Un número notable de tipos de observaciones astronómicas a grandes escalas requiere la materia oscura, una materia que tú no captas con ningún otro telescopio. Pero las ecuaciones de Einstein funcionan bien aquí en el Sistema Solar, en nuestro patio y galaxias vecinas, pero para rotaciones de galaxias o distancias cósmicas, debes agregar la materia oscura o las ecuaciones de Einstein, en efecto, necesitan corrección. Hay debate y su consabida polarización. Están los científicos que sostienen con vehemencia que sí existe la materia oscura como Ethan Siegel y los científicos como Sabine Hossenfelder que piensa que se debe modificar la gravitación de Einstein.

Hubble
Cúmulo de estrellas. Imagen cortesía de ESA/NASA y del telescopio espacial Hubble.

El físico teórico mexicano Miguel Alcubierre propone el desarrollo de una nave espacial capaz de viajar más rápido que la luz. Una velocidad insuperable: 300.000 kilómetros por segundo. La luz del Sol tarda 8 minutos en llegar a la Tierra. La luz de Alpha Centauri se demora 4 años. Y se trata de la estrella más cercana a nuestro Sistema Solar.  Para Miguel Alcubierre, a escala universal, la luz se mueve muy lento. En 1994 ideó un método para superar la velocidad de la luz: la propulsión a distorsión o propulsión Warp, la cual no sugiere viajar a través del espacio, sino viajar con el espacio. 

—¿Qué tan probable es la máquina de Alcubierre?

La máquina de Alcubierre es una cosa muy hermosa, teóricamente muy bien planteada. Sin embargo, para tener de hecho una “máquina” hace falta mucho más, hace falta que luego la ingeniería sea posible.

Alcubierre
Miguel Alcubierre

3. Las máquinas: extensiones del humano

—“Cualquier tecnología siglos avanzada sería equiparable con la magia” dijo alguna vez Arthur C. Clarke, escritor y científico inglés. ¿Hacia dónde va la tecnología?

La tecnología va hacia Terminator. A la Inteligencia Artificial le tengo un poco de miedo. Me imagino que por lo mismo que Arthur C. Clarke. Nos estamos concentrando mucho en que las máquinas hagan y hagan, sean más inteligentes, como una forma mecánica y motorizada del reemplazo, no de la persona, pero sí de lo que hace la persona. Asunto preocupante. Imagínate que llegamos un día a crear una Inteligencia Artificial que postule teorías de Física, pero nosotros no nos vamos a enterar. Esa tarea la saben solo ellas, las máquinas. Porque la máquina y su Inteligencia Artificial es un asunto oscuro en el sentido de que tú configuras un programita. El programita aprende innumerables datos. Y ese programita autónomamente produce sus teorías, sus hipótesis. Se hace su picture frame de lo que está viendo, pero el programador jamás se enterará de cómo fue que la Inteligencia Artificial llegó allí o exactamente a dónde llegó; es como la gran computadora de los libros de Douglas Adams, Deep Thought, Pensamiento Profundo, que responde a 42 a todo lo que se le pregunta, y tú no sabes qué significa esa cifra.

—Esto me lleva a pensar en “La última pregunta”, relato de Isaac Asimov que narra las sucesivas actualizaciones de la Multivac, computadora que a través de las eras se encarga de administrar desde una ciudad hasta el planeta entero, luego desde el Sistema Solar hasta nuestra galaxia. Finalmente, en el fin de los tiempos, gestiona los datos informáticos recopilados durante billones de años de funcionamiento y es capaz de responder la pregunta que se le formula siempre, esa inquietud humana por la existencia. 

Eso es un escenario, lo narrado por Asimov, un escritor y divulgador genial. Es importante entender que la Inteligencia Artificial no es la inteligencia humana, y que por más que uno piense que nos va a reemplazar, nunca será esa máquina que cuenta con ciertas habilidades intelectuales. No imitarán al humano. Eso no quiere decir que no nos puedan llegar a dominar. Porque la inteligencia humana es una cosa particular asociada a una cantidad de variables. En la Inteligencia Artificial tú manejas un par de variables, pero la manejas bien, entonces, esas máquinas pueden llegar a tener su propia ética y no van a ser humanas ni se van a sentir humanas nunca. Sí tendrán habilidades extraordinarias, que, de hecho, hoy las manifiestan, cómo hacer cálculos a velocidad vertiginosa y absorber innumerables datos en apenas segundos. Pero la I.A. no verá un mapa como una persona.

—¿Cuál es el sentido de la vida? ¿Piensas que llegará el día en que la IA se comporte como los androides protagonistas de la serie Raised by Wolves? Una tecnología capaz de concebir e incluso desarrollar sentimientos, o, incluso, creencias religiosas.

No serán humanas, pero van a tener capacidades en ciertas direcciones tan extraordinarias que sí pudieran dominar la situación planetaria, como intentar sobrevivir, a lo Terminator. No sé si nos quisieran eliminar, a lo mejor ni siquiera les llegamos a importar. Nosotros somos inteligentes, tenemos nuestra civilización y están las hormigas, ¿tú quieres eliminar las hormigas? No, ellas están ahí, si no te molestan, tú las dejas que hagan su casita. En el caso de que las máquinas se vuelvan demasiado autoritarias y demasiado hábiles y vean que no nos necesiten, es posible que hagan su propio mundo.

4. Alexandra Vs. las teorías de la conspiración

Alexandra de Castro en su oficina
Alexandra en su oficina

—En tiempos de fakes news y teorías de la conspiración, a las que “tanto cariño” les profesas en tus redes sociales, no son pocas las noticias que refieren supuestas nuevas buenas sobre los avances de la ciencia y hallazgos siderales como Oumuamua, “el primer viajero” en hawaiano, en relación con esto, son más los portales que aseveran que se trataba de una sonda enviada por alguna civilización alienígena avanzada para estudiar a los humanos, mención aparte merecen las noticias sobre la posibilidad de viajar a través de agujeros de gusano, ni hablar de la tierra plana, la tierra hueca, los túneles en los polos que conducen a un mundo interior… La vida en Marte dentro de la corteza marciana…

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¡Eso puede ser cierto!, que la vida en Marte esté por debajo de la superficie! Pero tomemos de ejemplo el objeto Oumuamua, un asteroide que viene de fuera del Sistema Solar. Son raros y sobre todo no se ven porque son opacos, no brillan y no se les ve. A lo mejor hay muchos más, pero no los detectas con los telescopios fácilmente. Cuando te asomas a la ventana de tu casa, puedes ver claramente la ventana del vecino de al frente. Es una estrella la ventana del vecino que está en un edificio lejísimo, pero la piedrita que está aquí abajo en la acera, esa no la vas a ver. Entonces, es más o menos así la razón por la que los telescopios no distinguen esas piedritas que pasan. Por casualidad, ¡pum!, se capturó esta y resulta que hubo mucha gente observándola. Desde los telescopios de los observatorios de Hawaii hasta el Observatorio Europeo del Sur. Cuando alguno anuncia una ocurrencia muy interesante: “¡Mira, aquí esto!”, todos los telescopios, redirigen su atención hacia allá para constatar qué es, miden la trayectoria, estudian su comportamiento. Entonces, resulta que Abraham ‘Avi’ Loeb, respetado profesor de Harvard, publicó un paper donde saca una cuentita y dijo, “mira, a mí me parece que esa trayectoria no es natural desde el punto de vista gravitacional”, es decir, que pareciera que algo lo impulsa, pero no vemos o no puedo descifrar en los datos que tengo. Eso fue todo lo que dijo, “no se ve natural, luce artificial”.

—Y de ahí sacaron que el profesor de Harvard afirma que son extraterrestres…

El punto es que es sumamente atractivo pensar que hay vida extraterrestre. Y todo el mundo está pendiente.  Y aunque en 300 artículos constaten que Oumuamua realiza su trayectoria normal, porque solo uno afirme que no le parece una trayectoria natural, pues porque al autor no le dieron los cálculos, es uno entre 300 artículos, pero la gente y los medios fijan su atención en ese artículo y ya se toma como verdad oficial. Esa noticia se propaga rápido. Pero la verdad científica no funciona así. Tienes que esperar numerosas pruebas para llegar al consenso científico. Un seguimiento por años para saber con certeza qué es Oumuamua, de dónde viene y hacia dónde va.

Continúa:

—Ahora, hay un detalle del que me voy a quejar. Los medios tradicionales se aprovechan de esas cosas para vender esas noticias, llamar la atención. Y eso es un poco irresponsable. Medios como El País dicen: “Oye, mira, esto se venderá como pan caliente” y lanzan la noticia. Y sobre los otros 299 científicos que señalaron que Oumuamua es natural nadie escribirá, porque es aburrido.

—Me recuerda el caso del exjefe de seguridad espacial israelí, Haim Eshed, de respetada trayectoria, aseveró tener información sobre un inminente contacto extraterrestre, ya que existe una supuesta “Federación Galáctica”. Por aquellos días publicó un libro y le dieron bastante cobertura en ciertos medios. 

—Los científicos son personas y cometen errores. Por eso es importante esperar. La ciencia tiene un delay considerable a la espera de que el conocimiento se asiente. Que un científico postule tal o cual teoría no significa nada. En realidad, significa poco. Significa: “¡Ah, mira!, ¡el científico dijo esto!”, ahora, bien, vamos a ver si los otros 300 científicos que estudiarán el mismo fenómeno encuentran estas conclusiones posibles. Pues simplemente se puede haber equivocado. Hay artículos científicos que los retiran de las revistas, y eso que los artículos pasan por un proceso riguroso de revisión.

15. Michio Kaku
Michio Kaku

—En Aprendemos Juntos, Michio Kaku, célebre físico teórico estadounidense y autor de varios bestsellers, le responde en algún momento a la conductora del programa sobre la teoría de cuerdas: “Todo lo que vemos a nuestro alrededor, los átomos, protones, neutrones, no son más que cuerdas elásticas que vibran, qué es la física, la armonía que se puede crear con esas vibraciones, qué es la química, la melodía que se puede tocar con estas cuerdas, qué es el universo, una sinfonía de cuerdas, y qué es la mente de Dios, es música cósmica resonando a través del hiperespacio”.

Muy bonito, es poesía, pero no es verdad. Es decir, no es ciencia. Neil deGrasse Tyson también escribe muy bien y no necesita recurrir a algo así. ¡No anda inventando! Kaku es muy desmesurado para hablar y entonces llega un momento en que mezcla fantasía y poesía con la ciencia, las mezcla demasiado que quienes lo escuchen no distinguirán entre una cosa y la otra. Y eso es un error, porque no te hace divulgador. El divulgador tiene la responsabilidad de que le entiendan las cosas como son. Tú puedes tratar de usar elementos de narrativa, contextualizar históricamente para que la gente se motive y te entienda, pero todo tiene que ser verdad. Cuando se recurre a una metáfora debe quedar claro que se trata de una metáfora. Como los caminos de hormiga, o las lentejas que ya usamos en esta conversación.

Neil deGrasse Tyso
deGrasse en la pose que inspiró el célebre meme “ay, sí, ay, sí”.

Caronte, satélite de Plutón, o planetas binarios como sostienen algunos, a sus cráteres, accidentes geográficos, depresiones, se les ha bautizado, hasta los momentos no oficialmente, con nombres que rinden tributo a la ciencia ficción, género narrativo del que muchos científicos se han nutrido: las montañas Arthur C. Clarke y Kubrick, los cráteres Kirk, Spock, Darth Vader, Ripley, Luke Skywalker; el cañón de Nostromo, el área de Vulcano. 

—Si bien detestas las fake news, como te llevas con la ciencia ficción. No son pocos los casos de científicos narradores destacados en ambas disciplinas. Tenemos a Stanislav Lem o Ted Chiang. También Carl Sagan, novelista y divulgador definitivo. Háblame de tu proceso creativo como escritora de relatos. ¿Cómo se nutren tus oficios el uno del otro?

A mí siempre me gustó leer. Me gusta la ciencia ficción, pero la buena ciencia ficción, porque hay mucha ciencia ficción por ahí, sabes, regada; pero Lem, Asimov, Carl Sagan, ¡desde luego! De hecho, hace poco comencé Dune, deuda pendiente. He comenzado tímidamente a escribir cuentos. De tanto escribir divulgación en algún momento me planteé escribir ciencia ficción. También he escrito relatos realistas. O de género fantástico. Para mí hay diferencias entre lo fantástico y la ciencia ficción, en el entramado narrativo de esta deben existir referencias a tecnologías, a la ciencia.

Universo
Puedes leer los relatos de la física teórica venezolana en su página.

Entre tantas posibilidades sobre las cuales investigar y reflexionar, Alexandra de Castro describe su proceso como divulgadora a la hora de elegir un tema y escribir un artículo.

Describe:

Cada día me llegan numerosos trabajos. Reviso lo que me parece interesante. También aplico un criterio sobre lo que puede ser importante para determinado momento. En particular, la variante Delta de la Covid-19, y ya estamos hablando de biología, entonces se los asigno a otros colaboradores que precisamente son biólogos y escriben. De todos modos, las cosas que escribo son más por gusto. La astronomía no es urgente y nadie se va a morir ni va a vivir ni se va a dejar de vacunar porque haya un agujero negro en el centro de la galaxia. Escribo sobre astronomía, física, sobre el proceso que llevó a sintetizar tal partícula exótica en el CERN o cómo descubrieron tal exoplaneta orbitando alrededor de una estrella a tantos años luz.

Añade:

No son pocos los temas y como no soy periodista, sino divulgadora en el sentido de que soy científica de formación, con conocimientos que quiero difundir, ya sea a través de la divulgación o de un relato. En concreto, me inquieta la discusión del cambio climático. Ya había trabajado este tema hace unos seis años, y quería actualizar la discusión: escribir y precisar en cuáles partes, según datos científicos, hallamos la huella del ser humano en el cambio climático. 

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—Y en esto también intervienen masivamente las teorías conspirativas…

—Me estresa. Por un lado, están las fake news, sí, y por otro nos encontramos a los conspiranoicos. Es algo terrible que va a destruir a la civilización. Las teorías de conspiración se basan en la desconfianza en las instituciones. Y eso es grave. Porque no hay ninguna razón real para desconfiar. Es todo un entramado, ¿500.000 personas que se pongan de acuerdo para engañar? La NASA no es la única agencia espacial, actualmente están operativas unas 50, si bien hay 10 importantes, la Roscomos de Rusia, la israelí (ISA), la japonesa (JAXA), la hindú (ISRO), la china (CNSA), la canadiense (ASC). Entonces, pensar que los miles de empleados de la NASA están inmiscuidos en una gran conspiración para engañarnos es simplemente absurdo, pero la gente se lo cree y son historias que ganan adeptos. Además, sienten cierto orgullo por el hecho de estar fuera del rebaño del mainstream. ¡A mí me han dicho borrega!

—Entre esos encontramos a los célebres Iván Martínez Juan de Gran Misterio o JL de Mundo Desconocido, que insisten en la intervención alien en la historia de la humanidad o que aún no hemos llegado a Marte con los rovers. Y siempre con la misma retórica: “qué ocultan, qué saben ellos que nosotros no sabemos…”. Y si en tal caso han ido a Marte, “¿por qué los rovers aterrizan con prodigiosa facilidad cuando a cada rato los cohetes de la SpaceX explotan en las pruebas?”, entre otras cosas. 

Típico de ellos, pues no toman en cuenta que la ingeniería de la Crew Dragon o estos cohetes es desarrollada para trasladar personas. Y por lo tanto son cohetes voluminosos. El cohete que puso en órbita y llevó a Marte al Curiosity no tenía esas dimensiones. No se realizan docenas de pruebas para enviar un robot. Es otra tecnología más sencilla y no arriesgas la vida de seres humanos. No quieres que se enfermen, que los afecten los rayos cósmicos o se suscite un evento de despresurización. Y las agencias espaciales privadas tienen otros objetivos. Ellos quieren ir y volver y una cosa importante de esta tecnología es la recuperación del cohete, ya que es un ahorro grandísimo. El viaje al espacio es costosísimo, y cada vez que viajas al espacio, el cohete se destruye y también la cápsula; cada vez que llevas astronautas a la Estación Espacial Internacional y los traes de vuelta, esa cápsula en la que ellos vinieron tú no la puedes volver a utilizar. Esa cápsula va a un museo o se recicla; entonces ese material que usaste es desechable en cierto sentido, pero es caro, entonces una cosa clave que están haciendo los Jeff Bezos y Elon Musk es que toda la maquinaria sea recuperable, reutilizable.

Cuaderno de Alexandra
Página de cuaderno de Alexandra. Cálculos para tesis doctoral.

5. La vida allá afuera

—En el anterior segmento, asomamos la posibilidad de vida debajo de la corteza marciana. Según resultados obtenidos en experimentos extremos, la vida puede surgir en condiciones atmosféricas imposibles, desiertos, terrenos áridos, el frío atroz de la Antártida, ¿es probable la vida en satélites como Europa, de Júpiter, o Titán y Encelado de Saturno?  

Europa
Europa, satélite de Júpiter

Creo en la panspermia. La hipótesis de que la vida está esparcida por el universo. Claro, con esto no hablo de mamíferos o dinosaurios, o cualquier otra forma de vida inteligente. Es una vida unicelular. Y sí, tienes Encelado, que puede que haya vida, aún no se sabe, pues allí hay agua; en Marte también hay un poco de agua, en Venus, incluso en la Luna, donde también se ha detectado. En ciertas regiones de Marte se cree que puede haber agua subterránea. En la tierra hay mucha agua subterránea, en Marte también puede haberla y hallarse vida.

Añade:

Lo que necesitas es agua líquida, pero efectivamente buscamos vida en general que esté constituida como la conocemos en la Tierra, porque es el único modelo que conocemos. No podemos inventar otra fórmula más allá del carbono + oxígeno + hidrógeno + nitrógeno. Se tratan de los elementos más abundantes en el universo. Entonces, no sería nada raro que hubiese más vida en el Sistema Solar.

—Edward Said en Reflexiones sobre el exilio reitera la condición nómada de la humanidad: la historia se ha movido entre destierros, desplazamientos, emigraciones y exilios. ¿A cuánto estamos de que estos destierros, desplazamientos, emigraciones y exilios se efectúen hacia otros mundos? También pensando en lo siguiente. Y ha ocurrido en la historia de nuestro planeta: un cuerpo celeste impacta con la Tierra y la devastación es masiva. Crees que es viable este desenlace súbito y definitivo para la humanidad o podremos salvarnos. ¿Será el destino de la humanidad explorar otras constelaciones? ¿Pisaremos tierra firme más allá de nuestra atmósfera? 

En el Sistema Solar apuesto a que será más o menos pronto. Si no es en esta generación será en la próxima, pero estamos cerca de tener la base en la Luna y en Marte. Lo que nos puede alejar de esa meta es la inestabilidad política, alguna guerra, alguna recesión mundial, una catástrofe, el cambio climático, que puede alterar la agricultura y mataría de hambre a un gentío. Cuando hay crisis económica, inundaciones, hambre, hay más tensión política y se generan guerras. Para mitigar el calentamiento global se hace mucha investigación, ya que esto pudiera ocasionar un planeta invivible donde ya los seres humanos no tengamos cabida. La pandemia ha retrasado algunos planes. La ESA diseñó y fabricó su propio rover y desea enviarlo a Marte. Planeaban lanzarlo cuando enviaron al Perseverance, pero no se pudo por las restricciones y los lockdown.

En todo caso, sí estamos cerca de instalar una colonia en Marte. Ahora espero que no sean en condiciones de exilio, sino, al menos en principio, de exploración científica. Y una cosa sí es cierta, por ahora, cuando tengamos las bases en Marte y la Luna, todavía nuestra base madre será la Tierra. Todavía te vas a tener que llevar recursos de aquí. La Tierra será la casa a la que vas a volver. El plan de que la humanidad huya y sobreviva, ese plan no es cercano. Se requiere de estabilidad política, y que no nos extingamos antes. Tenemos miedo a dejar de existir, pero siempre hemos existido y seguiremos existiendo. En forma de átomos, partículas, energía, moléculas, células… Lo que tiene breve aparición es la conciencia, lo que muere es la conciencia. Y tampoco estamos seguros de eso.

Perseverance
Perseverance

Añade:

Voy a lanzar un escenario. Siempre he pensado en esa posibilidad: la repentina aparición de una especie que nos supere, porque la evolución sigue ocurriendo.

—¿Los gatos?

Los gatos o los pulpos, y estos dominen la Tierra. Son especies inteligentes o que los seres humanos, de pronto, pierdan capacidades cognitivas, embrutezcan. 

—¿Cuánto tiempo se tomaría esa involución?

No lo sabemos. Somos egocéntricos. Creemos que somos lo máximo y descuidamos ciertos detalles; los biólogos sí le prestan atención a la naturaleza, pero, en general, la humanidad está centrada en sí misma y no te imaginas que surja una nueva especie humana. También ignoramos si al encontrar vida en otro planeta o en la Tierra, esta vida se pueda equiparar en inteligencia con nosotros.

Hacia 1848, Edgar Allan Poe escribió “Eureka”. En su libro leemos:

Frase de Poe

Poe dedicó este largo ensayo cosmológico a Alexander Von Humboldt, célebre científico alemán. El trabajo de Humboldt fue un trabajo de hormiga. También trazó, a su manera, un camino de hormiga. Recorrió el continente americano como nunca antes nadie lo había hecho. A principios del siglo xix, la inagotable inquietud exploradora de Humboldt lo llevó a Angostura, lugar que hoy conocemos como Ciudad Bolívar y a poco más de 100 kilómetros de El Gurí observó, maravillado, la Vía Láctea. 170 años después su tocaya Alexandra contemplaría con devoción, esos caminos de hormiga trazados por las constelaciones. Hoy Alexandra de Castro divulga los avances científicos, esa curiosidad innata, tan dura y pura como la semilla de los aguacates, los persea, que suena a perseverancia, esa perseverancia de los humanos empecinados por conocer nuevos territorios y en un futuro expandirnos hacia las estrellas.

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