• El arzobispo emérito de Caracas murió este jueves 23 de septiembre después de estar varios días hospitalizado por complicaciones asociadas al covid-19. En su legado deja una extensa trayectoria en seminarios y el esfuerzo de lograr la beatificación de tres venezolanos. Su temple democrático lo llevó a denunciar desde la Iglesia los atropellos de los regímenes de Hugo Chávez y Nicolás Maduro

El cardenal y arzobispo emérito de Caracas, Jorge Urosa Savino, falleció este jueves 23 de septiembre de 2021, debido a complicaciones asociadas al covid-19. La Arquidiócesis de Caracas confirmó la información a través de un comunicado.

Urosa Savino ingresó el 27 de agosto de 2021 en la Policlínica Metropolitana de Caracas luego de manifestar malestar y síntomas de coronavirus. A pesar de ser inmunizado con la primera dosis de la vacuna Sputnik V, el domingo 29 pasó a la Unidad de Cuidados Intensivos (UCI).

Una vida clerical

Jorge Liberato Urosa Savino nació en Caracas el 28 de agosto de 1942. De joven estudió en el colegio La Salle de Tienda Honda, en el centro de la capital. Posteriormente comenzó la carrera de Filosofía en el Seminario Santa Rosa de Lima y luego de Teología en el Seminario St. Augustine´s de Toronto, Canadá.

A los 24 años de edad se ordenó como sacerdote, el 15 de agosto de 1967. Allí se dedicó principalmente al ámbito académico, obteniendo en 1971 un doctorado en Teología Dogmática en la Pontificia Universidad Gregoriana, en Roma, Italia. Entre 1971 y 1976 fue vicerrector del Seminario San José de El Hatillo y luego rector del Seminario Interdiocesano de Caracas.

El 3 de julio de 1982 el papa Juan Pablo II lo nombró obispo auxiliar de Caracas y obispo titular de la Diócesis de Vegesela di Bizacena, en Túnez. Se  consagró el 22 de septiembre. Posteriormente, en 1990, fue elevado a arzobispo de Valencia (Carabobo).

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Cardenal Jorge Urosa Savino: del camino pastoral a la promoción de tres beatos venezolanos
Foto: Cortesía Guardian Catholic

Luego de la muerte en el año 2003 del cardenal Antonio Ignacio Velasco, el Vaticano nuevamente llamó a Urosa Savino el 19 de septiembre de 2005 para convertirse en el arzobispo de Caracas. Poco después, en marzo de 2006, fue elevado a cardenal por el papa Benedicto XVI.

Urosa Savino es el quinto cardenal en la historia de Venezuela y el segundo en asistir a un cónclave, luego de José Humberto Quintero, quien estuvo en los procesos de 1963 y 1978. Por su parte, Urosa Savino participó en el cónclave de 2013, luego de la muerte de Juan Pablo II, donde resultó proclamado papa Francisco.

Protocolo fúnebre

De acuerdo con el decreto Christus Dominus del Concilio Vaticano II, Urosa Savino concluyó su misión episcopal el 28 de agosto de 2018, día en el que cumplió 75 años de edad. A pesar de su retiro, continuó como arzobispo emérito y cardenal. En el año 2022 habría vencido su derecho de participar en los cónclaves y ser elegido papa, al alcanzar los 80 años de edad.

Desde su renuncia como arzobispo, la Arquidiócesis de Caracas pasó a estar bajo jurisdicción del cardenal Baltazar Porras, quien funge como administrador apostólico. La muerte de Urosa Savino no obliga a la Santa Sede a elegir de inmediato a su sucesor. Porras podrá seguir al frente de la arquidiócesis con plenas facultades hasta que se haga el nombramiento desde Roma. A diferencia de los obispos y arzobispos, el cargo de administrador apostólico no posee límite de edad, por lo que se puede ejercer por tiempo indefinido.

En cuanto al Urosa Savino, el protocolo dicta que recibirá exequias de rango papal, con una capilla ardiente en la Catedral de Caracas. En esa misma iglesia serán enterrados sus restos, al igual que todos sus antecesores. El acto estará dirigido por los obispos y arzobispos de la Conferencia Episcopal Venezolana (CEV).

Es posible que la capilla ardiente pueda ser omitida, siempre que el purpurado lo haya dejado por escrito como última voluntad. Tal fue el caso de monseñor Lucas Castillo Hernández, quien fue arzobispo de Caracas desde 1946 hasta su muerte, el 9 de septiembre de 1955. Al ser un deceso a causa del coronavirus, existe la probabilidad de que la homilía de Urosa Savino se lleve a cabo a puerta cerrada y sin público.

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Promotor de beatos

Cardenal Jorge Urosa Savino: del camino pastoral a la promoción de tres beatos venezolanos
Beatificación de la madre Carmen Rendiles en 2018. Foto: Cortesía Hermanas Agustinas Recoletas

Durante su paso por la Arquidiócesis de Caracas, y como una de las máximas autoridades de la Iglesia Católica en el país, Urosa Savino fue un impulsor de las causas de todos los candidatos a santos venezolanos. Antes solo se contaba con una sola beata, la madre María de San José, quien fue beatificada el 7 de mayo de 1995 en la plaza San Pedro del Vaticano. Durante el purpurado de Urosa, tres nuevos beatos se incorporaron al santoral nacional.

La primera fue la madre Candelaria de San José, fundadora de las Hermanas Carmelitas. Benedicto XVI la reconoció el 24 de abril de 2008 y proclamada cuatro días después en un acto frente a 50.000 personas en el estadio de beisbol de la Universidad Central de Venezuela (UCV). La homilía estuvo presidida por el cardenal portugués José Saraiva Martins, de la Congregación para las Causas de los Santos. Urosa fue el encargado de leer la solicitud de incorporación de la madre Candelaria en el Catálogo de los beatos.

El 18 de diciembre de 2017, el arzobispo recibió la noticia de la aprobación de la beatificación de la madre Carmen Rendiles, ahora por el papa Francisco. La causa de la fundadora de la Congregación de Siervas de Jesús se investigó en 2014 en un Tribunal Eclesiástico hasta el 18 de septiembre, Urosa ofició una sesión solemne en la reconoció un presunto milagro atribuido a la religiosa caraqueña y envió su informe al Vaticano. Al igual que Candelaria de San José, la ceremonia se realizó en la UCV, el 16 de junio de 2018.

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Devoto del médico de los pobres

Cardenal Jorge Urosa Savino: del camino pastoral a la promoción de tres beatos venezolanos
Beatificación de José Gregorio Hernández. Foto: Cortesía

El cuarto y más reciente beato venezolano fue uno de los más esperados por la feligresía. La beatificación de José Gregorio Hernández fue un logro que Urosa Savino pudo contemplar ya desde la jubilación. Su papel dentro del proceso se remonta a 34 años atrás.

El camino a la santidad de José Gregorio Hérnandez inició en 1946, cuando el arzobispo Lucas Guillermo Castillo propuso al papa Pío XII investigar los presuntos milagros de sanación atribuidos al denominado médico de los pobres. En junio de 1984 Urosa Savino se convierte en vicepostulador de la causa y logra que el 16 de enero de 1986 Juan Pablo II reconozca las virtudes del científico laico, declarándolo con el título de Venerable. El obispo auxiliar de Caracas permaneció a cargo de la postulación hasta 1990.

Ya como cardenal y arzobispo, Urosa siguió promoviendo la beatificación de José Gregorio Hernández y su aceptación dentro de la cultura popular venezolana. Junto al cardenal Porras y el obispo Tulio Ramírez, vicepostulador de la causa desde 2015, trabajó en la investigación sobre el presunta intervención del médico en la recuperación de Yaxury Solórzano Ortega. La niña de 10 años recibió en 2017 un disparo en la cabeza del que no se esperaba que sobreviviera. Contra todo pronóstico médico, mejoró sin ninguna secuela luego de que sus padres supuestamente rezaran a José Gregorio Hernández.

El 18 de junio de 2020 se cumplió el otro milagro. Ese día Francisco aprobó la beatificación del médico de los pobres luego de 74 años de gestiones. Debido a la pandemia de coronavirus, el acto se realizó modestamente en el colegio La Salle de La Colina, presidido por el nuncio apostólico Aldo Giordano y el cardenal Porras.

“En medio de esta noche oscura que estamos atravesando los venezolanos, tenemos la luz de la beatificación del doctor José Gregorio Hernández. Además, se trata de un acto de justicia”, declaró en su momento Urosa.

Luchador por la democracia

Cardenal Jorge Urosa Savino: del camino pastoral a la promoción de tres beatos venezolanos
Foto: Cortesía Info Vaticano

Con la llegada al poder de Hugo Chávez en 1998, las relaciones entre el gobierno venezolano  y la Iglesia se volvieron prácticamente inexistentes, e incluso hostiles. Durante el purpurado de Antonio Ignacio Velasco, el arzobispo fue acusado de golpista tras los hechos del 11 de abril de 2002, y su funeral meses después fue saboteado por adeptos al oficialismo. Con la elevación de Urosa Savino la situación no mejoró.

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En múltiples ocasiones el cardenal se pronunció sobre la situación política del país, con severas críticas al difunto expresidente. Desde su época como arzobispo de Valencia, Urosa cuestionó el lenguaje violento del líder socialsita y rechazó la Asamblea Constituyente de 1999, lo que hizo que Chávez desde un principio lo considerara una amenaza.

En una entrevista ofrecida al portal Aleteia, Urosa reveló que su nombramiento como arzobispo de Caracas tuvo un retraso de dos años debido a la oposición en Miraflores. En 2003 Chávez utilizó una potestad concedida por un convenio suscrito entre Venezuela y el Vaticano en 1963 para vetar el decreto hecho por Juan Pablo II. “Ha sido la única vez en 57 años de vigencia del convenio hasta hoy que se procedía de esa manera abusiva”. señaló. Benedicto XVI lo ratificó en 2004, razón por la que el gobierno levantó su bloqueo un año después.

La relación con Nicolás Maduro tampoco fue positiva. Como vocero de la Iglesia, Urosa denunció los atropellos y violaciones de derechos humanos cometidos por el oficialismo, así como la falta de independencia de los Poderes Públicos y de garantías electorales. En febrero de 2017 también acusó al régimen de burlarse del papel que fungía el Vaticano como mediador en el diálogo entre el oficialismo y la oposición, al no cumplir su palabra y seguir persiguiendo a la Asamblea Nacional y a la disidencia.

“Me quedaré trabajando en la medida de mis fuerzas y desde mi nueva condición de jubilado al servicio de Jesuscristo, de la Iglesia y en la defensa de los derechos del pueblo venezolano”, declaró el arzobispo emérito tras anunciar su renuncia.

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