• Luego de varios intentos y de querer participar en el certamen gastronómico más antiguo de ese país, los venezolanos lograron cocinar la mejor paella y compitieron con los mejores representantes en todo el mundo

Gabriel Camacho y Roselba Ramírez, una pareja de venezolanos, entregaron su plato, una típica paella valenciana. Todas las preparaciones tenían los mismos ingredientes, con el arroz en su punto, además de ser cocinadas a fuego de leña. Ambos se sentaron al final de la sala para esperar los resultados de la premiación y las expectativas, aunque siempre estuvieron altas, no eran suficientes para figurar en el primer lugar en el Concurso Internacional de Paella Valenciana de Sueca 2021 en España. 

Gabriel dice que tardó mucho tiempo en poder llegar a la tarima y mientras lo hacía recuerda que le hicieron la siguiente pregunta:

— “¿De dónde sois?”, preguntó una mujer.

— “De Venezuela”, respondió el chef oriundo de Caracas.

De cocinar a domicilio en Caracas a ganar el reconocimiento a la mejor paella de España: la historia de dos venezolanos

Gabriel y Roselba empezaron con la idea de cocinar paellas en Caracas. Las hacían a domicilio. Los contrataban y ellos las preparaban en vivo. Estas sí eran venezolanas. Pero ambos, cada vez que cumplían con un pedido y trabajaban para este negocio, coincidían en que no les generaba suficientes ingresos económicos. De ahí surgió el deseo de migrar. Pensaron que lo mejor era España, pues la familia de Gabriel es de las Islas Canarias. A ese país llegaron con la idea de empezar trabajando en lo que fuese y así lo hicieron.


Gabriel laboró como ayudante en un restaurante orgánico y de comida vegana, además tenía un trabajo como chef privado. Rosalba consiguió empleó como camarera y así estuvieron durante siete meses. Luego de varias conversaciones, decidieron que lo mejor era tener su propio negocio. Así nació El Trato Gastrobar, en Madrid. 

Pero adaptarse a la mítica paella española no fue una tarea fácil. A Gabriel, en una de sus primeras versiones de este plato, le dijeron que lo que él hacía era “un arroz con cosas”. El venezolano cuenta que los españoles, respecto a la preparación de la paella, se dividen entre quienes no están de acuerdo con el menor intento de cambiarle un solo grano de arroz y los que lo admiten todo. Él decidió cocinarle a los voceros del auténtico plato. 

Mucho más que arroz

En lo que divergen los ciudadanos españoles con el resto del mundo, sin duda, es en ver cómo toda persona llama “paella” a cosas que no son propiamente una paella, sino un arroz “con cosas”. Fue de allí de donde surgió la primera crítica que tuvo que superar Gabriel. 

Por ello, para diferenciar la auténtica paella de las distintas paellas existentes en la actualidad, el venezolano afirmó que hay que recurrir al adjetivo valenciana para saber que se trata de la paella auténtica que lleva el arroz de sueco, con conejo, pollo, judía y garrafó. 

De cocinar a domicilio en Caracas a ganar el reconocimiento a la mejor paella de España: la historia de dos venezolanos

Gabriel relata que pasó mucho tiempo estudiando las preparaciones de un plato tan refinado y que vive de su identidad. Por ejemplo, comenta que a muchos españoles que visitan su restaurante no les gusta que el arroz lleve camarones y jerez; tampoco aceite de oliva. Poco a poco fue aprendiendo hasta que un amigo lo motivó para que se inscribiera en un concurso de arroces en Madrid.

El arroz venezolano participó junto a otras 1.100 recetas. Gabriel y su esposa, Rosalba, comenzaron en el puesto 90 y, cuando revisaron, en cuestión de horas ya estaban en la posición 14. Desde ese momento se animaron y pidieron a los comensales que se acercaran a su puesto para votar por su arroz. Así terminaron con una mención en el puesto número 6 en España y el primero de Madrid en 2018.

Más de 40 chefs

La pareja de venezolanos quería participar en el Concurso Internacional de Paella de Sueca desde hace 12 años, pero para obtener un cupo es necesario cumplir una serie de requisitos que van desde reseñas positivas del restaurante hasta ser una referencia de las versiones de la paella en la ciudad. 

De cientos de platos presentados solo clasificaron 40 chefs, muchos de ellos de países como México, Italia, Perú y Estados Unidos, pero siempre la mayor competencia es la local: y que va desde Andalucía hasta el País Vasco, pasando por Madrid. Gabriel dice que cuando le tocó el turno de hacer su preparación las personas, ajenas o no al concurso, paseaban por los alrededores de cada estación.

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En una de esas ocasiones se acercó un señor para hacerle algunas recomendaciones. Le dijo que el fuego no era lo suficientemente fuerte y que la manera en la que hacía las cosas no era la tradicional. Finalmente, recuerda Gabriel, le dijo que no veía muchas oportunidades de ganar. El hombre se alejó y no lo vio más durante la competencia. 

El proceso de selección para elegir al ganador se hizo con una votación a ciegas. Los participantes tampoco conocen quiénes eran los críticos de sus paellas. Cuando entraron a la sala donde anunciaron los premios, Gabriel comenta que justo detrás del micrófono se encontraba el señor que le había hecho los comentarios. A él le agradece lo que hizo ese día, aunque confiesa que siempre mantuvo la confianza puesta en lo que sería el plato ganador en el certamen gastronómico más antiguo de España. 

De cocinar a domicilio en Caracas a ganar el reconocimiento a la mejor paella de España: la historia de dos venezolanos
Foto: @eltratogastrobar

Ahora, dice con mucho orgullo, la mejor paella del mundo se hace en Madrid y más concretamente en un restaurante que sirve la versión venezolana como también la valenciana. El Trato Gastrobar, ubicado en la calle Fernando El Católico de Madrid, bajo banderitas de colores y un bar que hace alusión a lo que una vez fue una tasca en La Candelaria (Caracas), es un sitio que se ha transformado para ofrecer una experiencia tanto cultural como gastronómica. 

Pero la mayoría de los platos se convierten en familiares para cualquiera que visite su restaurante, ya que en realidad, como en todo lo demás, los fogones venezolanos y los españoles tienen similitudes. Es ahí donde Gabriel y su familia han querido ofrecer un equilibrio para sus comensales. 

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