- Tres miembros de la comunidad gremial y estudiantil conversaron en exclusiva para El Diario sobre la juramentación de las autoridades interinas de la Universidad Simón Bolívar. Temen que, aunque posean trayectoria académica, sus acciones vulneren la libertad de pensamiento y la autonomía universitaria | Foto: FCE-USB.
La Universidad Simón Bolívar (USB) iniciará en octubre un nuevo periodo académico y administrativo con tres autoridades interinas recién juramentadas. Según los gremios de profesores y estudiantes, aunque posean las credenciales académicas, sus acciones podrían poner en riesgo el prestigio de la casa de estudio por la manera en que fueron seleccionadas y por su relación con el régimen de Nicolás Maduro.
Jorge Stephany como rector, Víctor Theoktisto como vicerrector académico y José Hernández como vicerrector administrativo, asumirán la dirección interina de la universidad de las ciencias. El reglamento interno y de universidades, establece que su gestión debe promover la continuidad del funcionamiento de la USB y la organización de unas elecciones de las que resulten nuevas autoridades.
“La sustitución de las tres autoridades más importantes de la USB tiene una intencionalidad dirigida a la toma de la universidad, con una función ideológica. Lo podemos ver por el contexto, se puede evaluar por la Convención Colectiva que tiene una línea en función del socialismo en las universidades y la necesidad del régimen de transformarlas en comunales”, señala para El Diario William Anseume, presidente de la Asociación de Profesores (AP) de la USB.
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La selección y las irregularidades
Para los gremios universitarios, las irregularidades en la selección de las autoridades interinas estuvieron presentes desde un principio en las sesiones del Consejo Nacional de Universidades (CNU) dirigido por el ministro de Educación Superior del régimen, César Trompiz, en las cuales no se tomó en cuenta las opiniones de los rectores, profesores y se obviaron procedimientos.
Luego de la muerte del rector Enrique Planchard el 27 de julio, el Consejo Directivo de la USB seleccionó a Luis Holder, vicerrector académico desde 2017, para ocupar la rectoría interina desde el 28 de julio. El consejo envió una comunicación al ministerio, esperando respuesta para proceder a realizar elecciones universitarias y sustituir ese cargo vacante.
Sin embargo, al iniciar un periodo vacacional, Holder no tuvo margen de acción relevante y tampoco hubo respuesta inmediata del ministerio. Con el reinicio de actividades, el 16 de septiembre durante una sesión con votos salvados de las principales universidades del país, el CNU juramentó a los profesores Stephany, Hernández y Theoktisto como las tres nuevas autoridades encargadas de la USB.
Previo a la sesión, el CNU tenía en sus haber los currículos propuestos para el cargo. El Consejo Directivo propuso dos, los representantes profesorales 10 y el ministerio del régimen ocho. Anseume explica que durante la sesión del 16 de septiembre se debió crear una comisión para estudiar las hojas de vida de los postulados; luego seleccionar quien sería el nuevo rector.
Pero no ocurrió, y lo que siguió fue un acto protocolar de juramento de las nuevas autoridades encargadas, nombres que salían en la lista de propuestas. Otras de las irregularidades incluyen el seleccionar a dos personas en cargos sin vacancia, pues el propio CNU había designado en 2015 a los vicerrectores académico y administrativo.
“Todas las irregularidades nos hacen dudar de la legitimidad de estas designaciones. Nos alertan sobre las intenciones por parte del Ministerio para designar tres autoridades en una misma sesión”, comenta Cedeño. Agrega que, si no se llevan a cabo los procesos de forma adecuada, esto apuesta a vulnerar la autonomía universitaria.
Un patrón de larga data
Para Lourdes Ramírez, presidenta de la Federación de Asociaciones de Profesores de Venezuela (Fapuv), la designación de cualquier autoridad no corresponde al CNU; pues este es solo un espacio de encuentro entre las universidades del país, para discutir y crear planes a favor de la academia nacional. “Están jugando a que las universidades se cansen”, expresa para El Diario. Asegura que la acción tendrá un efecto dominó en otras universidades.
El régimen, desde hace más de 10 años, prohibió las elecciones en las universidades con la ayuda de recursos impuestos en el Tribunal Supremo de Justicia (TSJ), lo que ha evitado que las universidades autónomas del país renueven sus autoridades. En algunos casos, como el de la rectora de la Universidad Central de Venezuela (UCV) Cecilia García Arocha, superan los 13 años en el cargo.
Anseume agrega que la gestión de las nuevas autoridades traerá una reorientación política y un sesgo que incidirá sobre el prestigio de la USB. Implicará entonces un cambio radical en la orientación de la universidad. Para él, la intención de las designaciones tiene que ver con una politización de la USB.
Lo que ocurrió en la USB es el caso hasta ahora más destacado, al ser una de las universidades más importantes del país, dentro de un patrón de control que el régimen pretende imponer sobre las universidades nacionales autónomas para expandir su narrativa revolucionaria y socialista.
En este sentido, Ramírez menciona los ejemplos de la Universidad Francisco de Miranda, Universidad Simón Rodríguez, Universidad Ezequiel Zamora y la Universidad Rómulo Gallegos. Las cuatro fueron intervenidas y se les asignaron equipos de trabajo que no formaban parte de las universidades.
Lurdes Ramírez aseguró que el hecho de que los profesores Stephany, Hernández y Theoktisto se hayan prestado para el procedimiento del CNU, pone en juego su trayectoria académica. Así, la Fapuv rechaza las designaciones. Insta a las nuevas autoridades a poner a la orden sus puestos, llamar elecciones y permitir que la USB elija a su propio cogobierno.
Con la designación y destitución de autoridades y la desatención de la planta física, César Trompiz promueve políticas antiuniverisitarias, señala Ramírez. Igualmente, el ministro del régimen aprovecha la situación de la pandemia para accionar pues ya existe un Proyecto de Ley de Educación Superior y de la universidad comunal o comunitaria, que contraviene la esencia de la universidad: la pluralidad de pensamiento.
Las exigencias de los estudiantes y profesores de la USB
De cara al inicio de un nuevo periodo académico y administrativo, la USB continúa bajo las medidas generadas por la pandemia por el covid-19, las cuales incluyen actividades principalmente a distancia. Además, según denuncian Anseume y Cedeño, se suman las deficiencias propias de la casa de estudios en su sede de Sartenejas.
Estas incluyen salarios insuficientes para profesores y personal obrero, los estudiantes que deben rebuscarse para poder costearse la vida universitaria, y también es visible el descuido físico en la universidad con la falta de agua, mantenimiento a las instalaciones y el transporte.
Así, la atención integral a la universidad, y el respeto a la autonomía para escoger a las autoridades, y libertad para que ejerzan su rol, son las principales exigencias. Tras la muerte de Planchard, deben realizarse elecciones en 180 días, según lo estipulado en la normativa interna y nacional.
Cedeño asegura que todas las condiciones en la USB están dadas para que se lleven a cabo. “En la medida en la cual el Estado siga sin cumplir con sus funciones y obligaciones, la universidad venezolana seguirá sin poder salir de la profunda crisis a la que nos ha llevado en la última década”, dice el presidente de la FCE-USB para El Diario.
Un futuro incierto
Aunque la comunidad estudiantil y profesoral rechacen que los vicerrectores académicos hayan participado de proyectos del régimen de Nicolás Maduro y del Partido Socialista Unido de Venezuela (PSUV), por la vía de los hechos son los rectores y deben hacerle frente a las responsabilidades que sus cargos conllevan, sin asumir posturas políticas. Esto incluye el manejo del presupuesto, bienes, institucionalidad y funcionamiento.
Jorge Stephany, Víctor Theoktisto y José Hernández asumirán una gestión llena de retos y oportunidades. Si pretenden cambiar la naturaleza de la universidad, comentan Cedeño y Anseume, enfrentarán un rechazo por parte de la comunidad universitaria. A poco más de una semana de su juramentación, el nuevo tren rectoral no se ha comunicado con los gremios.
Independientemente de lo que suceda una vez se reanuden las clases, ya sea a distancia, bajo la modalidad semipresencial o presencial, hay una necesidad urgente de reiniciar las actividades académicas, comentan los gremios de profesores y estudiantes. Mientras eso pasa, continúan avocando sus esfuerzos bajo el lema “¡Defendamos la Simón!”.
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