- La cobertura de vacunación contra la fiebre amarilla en Venezuela es de 75 % según el Ministerio de Salud, lo que representa una cifra baja para un país donde circula constantemente la enfermedad. Foto: EFE
Durante los primeros días de octubre, las autoridades regionales de salud confirmaron casos positivos de fiebre amarilla selvática en siete humanos en el estado Monagas. Además, se registró la muerte de varios monos araguatos en ese estado y en Anzoátegui por esta enfermedad, lo que significa que se presentó un brote en la región. Esto fue confirmado posteriormente por la Organización Mundial de la Salud (OMS).
La detección de estos casos consistió en una vigilancia epidemiológica no convencional. En estos procesos se encienden las señales de alerta cuando se hallan animales muertos, especialmente monos araguatos.
El especialista señaló que hasta el momento todos los casos reportaron que no se habían vacunado contra la fiebre amarilla, por lo que insistió en que es necesario ampliar la cobertura de inmunización. Agregó que actualmente hay jornadas de vacunación en el estado Monagas para proteger a la mayor población en el menor tiempo posible.
Echezuría explicó que los síntomas de fiebre amarilla leve en humanos son similares a los causados por otros virus: malestar general, fiebre, cefalea, dolores en el cuerpo. No obstante, existe un alto riesgo de que el cuadro empeore y sea letal.
Andrés Barreto, epidemiólogo y vocero de Médicos Unidos de Venezuela, explicó que los casos severos de fiebre amarilla cursan con fiebres, ictericia, sangrado en la nariz, hemorragias en la boca, rectal y en las vías digestivas. Este sintoma termina en lo que se conoce como vómito negro, una de las caracteristicas principales con las que se identifica la fiebre amarilla.
Cómo es la vigilancia epidemiológica
Barreto recalcó que la fiebre amarilla es común en Venezuela y se debe mantener una constante vigilancia epidemiológica para su control. Es una enfermedad selvática que entra en la clasificación de zoonosis porque se da entre animales.
Los brotes enzoóticos y epizoóticos (equivalente a endémicos y epidémicos) son recurrentes en zonas de selva en los estados Amazonas y Bolívar, pero también se registran en la Región de Los Llanos.
Para vigilar esta enfermedad, los equipos epidemiológicos deben acudir a las selvas de las zonas de riesgo para verificar si hay casos de animales muertos. Asimismo, en esas regiones se le debe instruir a la población indígena para que reporte cualquier muerte sospechosa de un primate.
Otro aspecto es vigilar cuadros clínicos en humanos con síntomas de fiebre amarilla, especialmente aquellos catalogados como febriles ictéricos hemorrágicos. Estos casos deberían atenderse en puestos centinela.
Si existe riesgo en alguna población rural o urbana (no selvática) se recomienda iniciar un proceso de fumigación, debido a que el mosquito aedes aegypti es el principal vector de transmisión de la enfermedad.
Cuáles son las zonas de riesgo de fiebre amarilla
Barreto detalló que existen varias rutas de transmisión de la enfermedad, la mayoría de ellas inician en zonas fronterizas con Colombia y Brasil. Estas rutas se trazaron con los estudios de los primeros casos en Venezuela, pero continúan vigentes.
“La onda sur entraba desde Roraima, seguía por el estado Bolívar, pasa por Amazonas, el sur de Monagas y Anzoátegui, Delta Amacuro, luego a Sucre y culminaba en Caripito (Monagas)”, señaló.
Otra onda es la del Sur del Lago de Maracaibo, que va desde la frontera con Colombia en el estado Zulia, atraviesa la Sierra de Perijá, avanza por el Sur del Lago y llega hasta el estado Lara.
La última ruta es la de Los Llanos, que inicia en el Norte de Santander en Colombia, pasa por el estado Táchira, luego por Apure, Barinas, Guárico y termina en Aragua.
Algunos brotes y epidemias de fiebre amarilla en los últimos años
Desde el año 1998 hasta el 2019 se registraron en el país 71 casos de fiebre amarilla en humanos. Además, se documentaron varias epizootias con decesos de animales.
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En 1998 se confirmaron 15 casos en humanos en La Esmeralda, estado Amazonas, y cuatro muertes. Para 1999 un turista estadounidense se contagió con fiebre amarilla en Canaima, estado Bolívar, pero falleció mientras estaba hospitalizado en su país de origen.
Entre los años 2002 y 2005 hubo una epidemia de gran alcance en los estados Zulia, Táchira, Mérida, Portuguesa, Apure, Bolívar y Amazonas. Se presentaron 55 casos y 27 fallecidos.
En 2019, un indígena pemón del parque Canaima contrajo la enfermedad y la superó seis meses después.
Vacunación
Un aspecto fundamental en el control epidemiológico es la vacunación contra la fiebre amarilla. El epidemiólogo Luis Echezuría comentó que esta vacuna se aplica a partir del primer año hasta los 59 años de edad.
En sectores con actividad de fiebre amarilla, agregó, se activan campañas para vacunación que pueden bajar el límite de edad a nueve meses, también se vacuna a adultos que deben ir a zonas selváticas. Reiteró que esta enfermedad es de difícil tratamiento y alta letalidad, por lo que su control es más efectivo con la vacunación universal.
En algunos países que intentan evitar los brotes rurales y urbanos es un requisito de ingreso un certificado de vacunación contra la fiebre amarilla. En Venezuela, la vacuna está incluida en el esquema de inmunización nacional, por lo que debería estar disponible en cualquier puesto de vacunación del Ministerio de la Salud o del Instituto Venezolano de los Seguros Sociales (IVSS).
Barreto añadió que recibir una sola dosis es suficiente para tener un alto nivel de inmunidad por más de 30 años, así que no es necesario un refuerzo.
Explicó que si alguna persona carece de tarjeta de vacunación y no sabe si fue vacunado anteriormente igual puede ir a un centro para ser inmunizado sin mayores inconvenientes. Alegó que esta medida es esencial si la persona debe viajar a una zona con actividad de fiebre amarilla selvática.