• Eddy Mejía jamás imaginó lo que le iba a ocurrir. Ingresó al Hospital Central de San Cristóbal por miomas uterinos y, tras una caída mientras estaba recluida, quedó sin visión. Ella relata cómo vivió esa experiencia

La madrugada del 3 de enero de 2021 Eddy Mejía, de 44 años de edad, llegó al Hospital Central de San Cristóbal, en el estado Táchira, con fibromatosis múltiple. Ese mismo día, al intentar moverse sola de una camilla a otra se cayó y golpeó en la cabeza, lo que trajo como consecuencia que –posteriormente- perdiera la visión y le practicaran una cirugía craneal. Relata para El Diario cómo se complicó su salud tras ese accidente y denunció lo que tuvo que vivir en el centro médico.

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Foto: Eddy Mejía

Eddy tenía seis miomas en su cuello uterino que fueron detectados por su ginecólogo privado. El 26 de diciembre de 2020 tuvo una hemorragia severa y, en vista de que pasaban los días y el dolor se agudizó, acudió al centro de salud en busca de atención médica. 

La recibieron y subieron al área de ginecología en el piso 7. Recuerda que estando hospitalizada tuvo un aborto de mioma. Los médicos decidieron dejarla recluida por la hemorragia severa que intentarían controlar para practicarle una histerectomía. Sin embargo, Eddy menciona que nunca trataron los miomas.

“Supuestamente primero me iban a parar la hemorragia para poder operarme, pero eso no pasó y no me hicieron la histerectomía que estaba requiriendo”, dijo Mejía para El Diario

Precisó que a su familia le pidieron medicamentos que ella nunca tomó. La dejaron en una camilla sin tratamiento y no había especialistas, solo residentes, quienes no le hicieron saber realmente cuál era su diagnóstico. Estuvo en sala de parto desde el 3 de enero hasta la madrugada del día siguiente, cuando la trasladaron a otra área. 

“Yo no había comido y a mi familia nunca le participaron algo para que pudieran cambiarme o colocarme una sábana para arroparme. Ellos (los médicos) estaban abajo hasta con comida pero eso no me lo dieron, o se lo comían ellos o se lo daban a alguien más”, afirma.

El accidente

El día que Eddy ingresó al Hospital Central (3 de enero) la llevaron en una camilla al cuarto ginecológico para hacerle una biopsia de endometrio porque los médicos creían que tenía cáncer. Antes le realizaron la biopsia de cuello uterino. 

La trasladaron a la habitación donde le practicaron el procedimiento y la dejaron sola. Eddy estaba débil, tenía la hemoglobina en 5, la hemorragia persistía y no había comido nada. No podía moverse sin ayuda de alguien más.

Una enfermera le pidió que se cambiara a otra camilla que tenía al lado, a lo que Mejía se negó alegando que no tenía las fuerzas suficientes. Acto seguido –recuerda- la enfermera le dijo “pues bájese, porque no puedo seguir perdiendo el tiempo” y salió de la habitación.

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“Yo traté de bajarme y cuando me fui hacia la parte de abajo de la camilla se me levantó desde atrás y me pegó en el lado izquierdo de la cabeza, por detrás. Me golpeó un divisor de metal en el lado derecho frontal”, relató. 

Eddy estaba sola en el momento en que ocurrió el accidente. El estruendo fue fuerte. Se golpeó, cayó y se llevó consigo varios equipos que estaban cerca. En ningún momento perdió el conocimiento pese a la contusión.

De inmediato varias personas ingresaron al cuarto y la tomaron del brazo para levantarla.

Los que entraron me dijeron ‘Señora, ¿usted sabe cuánto cuestan todos estos equipos?’, luego me pidieron que me acostara en la camilla para el estudio, pero finalmente no me lo hicieron”, indicó Mejía.

En lugar de la biopsia le practicaron un eco pélvico. El sexto del día, ella pidió que no repitieran ese examen porque sus partes íntimas ya estaban inflamadas y adoloridas, pero le insistieron que era necesario. 

Tras el eco y pese al golpe que sufrió antes le dijeron que se fuera sola a su habitación y, apoyándose en las paredes, logró llegar a la cama. 

Un par de horas después empecé con dolor de cabeza fuerte y se lo dije a los médicos pero ellos decían que era normal por el golpe. A mí no me dieron nada para el dolor, lo que recuerdo es que por la noche ya no lo soportaba, me pusieron algo intravenoso y me quedé dormida”, recordó Mejía.

A la mañana siguiente llegó la visita médica. Eddy abrió los ojos y no veía nada. Lo único que lograba divisar eran unos parches de color rojo oscuro. Eran coágulos de sangre que tenía en su visión.

Les comunicó a los médicos que no veía y, tras conversar entre ellos mismos, salieron de la habitación. En la tarde la visitó un oftalmólogo, le hizo algunos exámenes, pero no pasó de allí. 

“Mi hijo mayor pudo subir a verme, le conté que me había caído y que no veía nada. Luego él salió y tomó foto de la cartelera donde se ve mi nombre y mi patología de miomas, anemia y un traumatismo craneoencefálico leve. Después no le permitieron entrar más”, expuso Eddy.

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Foto: Eddy Mejía

Traslado a neurología

El 5 de enero a Mejía la trasladaron a neurología en el piso 6 del Hospital Central por el golpe en su cabeza. Estando allí le hicieron una tomografía y detectaron  que tenía un coágulo en el lado derecho frontal del cráneo. 

“Hubo mucha controversia porque me enviaron a piso 6 y me devolvieron porque no había una referencia donde dijera qué era lo que estaba pasando conmigo. Después sí me recibieron”, contó.

Los médicos dijeron que no era necesario someterla a una cirugía. Le sugirieron esperar un año, tiempo en el cual el coágulo presente en su cabeza desaparecería progresivamente.

Su familia se enteró de lo que estaba sucediendo y uno de ellos reclamó y exigió que la operaran, pues se negaban a dejar a Eddy a su suerte durante un año completo sin saber si realmente mejoraría o no. 

“Gracias a eso me hicieron la cirugía de cráneo. Ahí sí empezaron a hidratarme, a colocarme tratamiento para la parte ginecológica y todo para que mi hemoglobina subiera. Me operaron el 11 de enero y necesité 14 donantes de sangre”, expuso Mejía.

Respecto a su visión, el diagnóstico fue hemorragia vítreo bilateral, desprendimiento de retina bilateral en ambos ojos y desprendimiento de córnea del ojo derecho. Para tratar el daño requería de un retinólogo que la evaluara y determinara el procedimiento a seguir para intentar recuperar su vista. 

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Foto: Eddy Mejía

Esfuerzos en familia

Sus seres queridos se vieron obligados a acudir a la buena voluntad de amigos, allegados y desconocidos para recolectar el dinero necesario que les permitiera costear todos los insumos que les pedía el hospital. Tuvieron que llevar desde inyectadoras hasta la sierra que usaron para abrir el cráneo de Eddy. 

“Yo no tengo los recursos para cubrir una operación de esa magnitud. Mi familia hizo muchos esfuerzos porque todos los insumos salieron en 1.500 dólares. Pedimos ayuda a familiares fuera del país y hasta hicimos vendimias para lograr esa meta”, detalla.

Tras su aparatosa estancia en el Hospital Central el 14 de enero la dieron de alta. 20 % de sus neuronas se quemaron producto del golpe que sufrió allí dentro y parte de su cráneo está muerto. La patología ginecológica por la que ingresó no fue atendida. 

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Foto: Eddy Mejía

“El segundo esfuerzo que hizo mi familia fue costear la histerectomía parcial del 31 de marzo en un centro privado. Mis miomas pesaron 143 gramos, o sea, lo que pesa un feto de tres meses”, añadió Mejía.

¿Qué dice el Hospital Central sobre la denuncia?

Freddy Galvis, director del Hospital Central de San Cristóbal, precisó que actualmente el caso de Eddy Mejía está en investigación por parte de la fiscalía; no obstante, desconocen si hay una denuncia formal hecha por alguna persona respecto a ese suceso.

“Es la fiscalía quien llega al centro asistencial y hace la solicitud formal para investigar (…) sin embargo, eso nos hace suponer que hay una denuncia”, dijo Galvis para El Diario.

Hasta ahora el Hospital Central no ha emitido un comunicado oficial respecto a lo ocurrido con Eddy Mejía. Indicaron que lo harán en el momento oportuno, mientras tanto deben esperar lineamientos a seguir por parte de fiscalía, que les impide dar mayores detalles sobre ello. 

Al preguntarle sobre el diagnóstico de la paciente el día que ingresó al centro de salud, aseguró que presentaba una hemorragia uterina anormal y una miomatosis no diagnosticada. Galvis dejó claro que se le dio atención oportuna en ese momento para controlar la patología que presentaba Eddy. 

“No la he examinado desde el punto de vista médico (desde entonces); sin embargo, si vemos la evolución de la patología por miomatosis uterina y si hubiese sido ese el desencadenante ella todavía tendría alteraciones desde el punto de vista hemodinámico, así que fue algo que aparentemente resolvió”, explicó.

En cuanto a la caída que la dejó sin visión, Galvis dijo que sufrió un traumatismo craneoencefálico leve, como está descrito en la historia médica que actualmente está en manos de fiscalía. 

“Hay una controversia porque (ella) dice que estaba sola, que el médico o la enfermera que estaba ahí no le prestó la ayuda y son elementos que, desde el punto de vista investigativo, caen en sesgo”, acotó Freddy.

Sala de parto, área donde estaba Eddy al momento de caerse, es una zona de emergencia –reseñó Galvis- y por ende, hay personal médico permanentemente.

“Siempre hay escaso personal, a veces hay una enfermera y el grupo de residentes también es bastante limitado para dar atención 100 % garantizada como establece la ley, sin embargo, siempre hay personal en el área”.

Tras la caída, a Eddy le diagnosticaron hipertensión como uno de los factores que ocasionó su problema de visión. Ante ello, el doctor Freddy Galvis indicó que existen patologías que el paciente presenta pero desconoce por ausencia de chequeo o por pasar desapercibidos síntomas claves. 

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Hasta el momento la fiscalía no se ha pronunciado respecto al caso de Eddy Mejía. 

“Jamás he sufrido de tensión”

Según Eddy, en el Hospital Central alegan que sufrió de una subida de tensión que le ocasionó un derrame cerebral y por ello apareció el coágulo en su cabeza. No obstante, ella indica que nunca le dieron alguna pastilla para la tensión y no ha sufrido nunca de ello. 

“Jamás pidieron nada por hipertensión, así que lo mío no fue por eso”, puntualizó. 

Su único objetivo ahora es ser escuchada y denunciar lo que vivió dentro del hospital, no espera nada de parte de la institución. Expone que muchas cosas no funcionan como deberían ahí dentro, especialmente en cuanto al trato del personal de salud con los pacientes. 

Visión en proceso

Desde el 9 de enero de este año un retinólogo se ha encargado de su visión. No ha sido fácil. Cada consulta con el especialista tiene un costo de 30 dólares y su familia debe hacer grandes esfuerzos para hacer ese gasto.

El 6 de octubre Eddy recibió su primera cirugía en el ojo izquierdo con la que lograron extraer cantidades importantes de sangre y, gracias a ello, recuperó la visión en un 40 %, aunque debe esperar un tiempo prudente (dos meses aproximadamente) para que aclare.

Durante la cirugía tuve un desgarre de retina que no se esperaba. Duró tres horas y media y hubo que extraer mucha concha de sangre de mi ojo. Me queda el derecho que es el más afectado porque tiene desprendimiento de retina y estoy esperando esa operación”, señaló.

Anhela recuperar parte de la vista en su otro ojo para rescatar su independencia. Quiere salir sola a la calle de nuevo, llevar a su hija al colegio e ir a cualquier parte sin requerir la compañía de otros para cruzar la calle.

Pese a la experiencia negativa que vivió, Eddy es una mujer optimista, creyente en Dios y agradecida con su familia por tomarla de la mano a lo largo de este camino. Se siente bendecida por tener una nueva oportunidad de vida e invita a aquellas personas que atraviesan momentos difíciles a no desistir y tener la tenacidad para sobrellevarlo.

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