• Se puso en marcha la Red sudamericana de Migraperiodistas, un proyecto para difundir historias, facilitar capacitaciones y buscar nuevos enfoques para un nicho que afecta a toda la región, especialmente a los venezolanos

Indistintamente de si tienen gobiernos de izquierda o derecha, liberales o conservadores, o si sus índices de inflación permanecen estables o la pobreza está al alza, una crisis migratoria afecta a los países de la región prácticamente de manera simultánea. El pronóstico proviene de la oficina en el Cono Sur de la Organización Internacional para las Migraciones (OIM), que si bien apuntó que la responsabilidad recae en los gobiernos, otro tanto corresponde al manejo de la información y la cobertura de los medios de comunicación.

En ese contexto no exento de adversidades nació la Red Sudamericana de Migraperiodistas, una plataforma en la cual la OIM espera agrupar a periodistas de distintos países que documenten, con datos verificados y un enfoque más humano, historias, experiencias y repercusiones de migrantes por toda Suramérica.

“Como periodistas tenemos el deber de desmontar discursos de odio que tanto daño nos ha hecho a los migrantes, sobre todo a los venezolanos por ser el movimiento más grande de la región”, expresó María José Vargas, periodista venezolana radicada en Perú y que participó como panelista en el lanzamiento del espacio, en un evento virtual que congregó a medios y profesionales de la comunicación social, entre los que estuvo El Diario.

Vargas reside en Lima y es redactora de La República, un periódico de alcance nacional. Allí publicó un micro sobre emprendedores venezolanos que le valió para convertirse en una de las ganadoras de la segunda edición del Premio de periodismo sobre migración, certamen promovido por la OIM. 

Entre otras cosas, alertó sobre la vulnerabilidad de sus compatriotas no solo al momento de llegar a tierras desconocidas, sino por las consecuencias que pueden generarse por desinformación u otras situaciones que interfieran en cómo son percibidos por la gente local.

“Muchas personas migran porque se les han violado sus derechos. Pero ahora otros intentan irse de los lugares a los que llegaron por discursos de odio o que se les impida integrarse en sus lugares de acogida”, agregó Vargas.

Uno de los lugares en los que se da esa situación es Iquique, una ciudad al norte de Chile en la que una marcha a finales de septiembre contra la migración “ilegal” derivó en disturbios luego de que un grupo de participantes atacara un campamento e incendiara pertenencias de venezolanos, en su mayoría indocumentados y sin posibilidades de pagar un alquiler. En imágenes captadas por la prensa se vio un coche de bebé y juguetes consumidos por las llamas.

Uso correcto del lenguaje como herramienta para informar

Al momento de cubrir o reseñar situaciones como las de Iquique es fundamental utilizar términos correctos para no confundir a la audiencia, según Felipe Vergara, periodista chileno de Meganoticias.

“Que les quemaran sus pertenencias a niños y pelearan con gente es muy complejo, pero en parte pasa por desinformación. Decirle ilegal a una persona es atribuirle un delito, sea venezolano, boliviano o de cualquier país. Al hablar despectivamente se puede generar una reacción violenta”, analizó Vergara sobre la cobertura que se le dio a la revuelta en Iquique.

En esa misma línea, repudió la propuesta de crear una zanja de tres metros de profundidad en el norte de Chile para “mitigar la migración”, tal como propone José Antonio Kast, candidato presidencial que competirá en las elecciones pautadas para el 21 de noviembre. También rechazó que deslizara su intención de sacar a su país de la Organización de Naciones Unidas (ONU).

Como contrapartida a enfoques negativos, Jaime Abello Banfi, director general de la Fundación Gabo, exhortó a mostrar la otra cara de la moneda, que a veces pasa desapercibida: los que llegan y aportan positivamente.

Para lograrlo recomienda evitar caer en la “deshumanización”, a la que se es proclive cuando no se va más allá de  estadísticas frías. “La migración es una gran oportunidad. Es un fenómeno que llegó para quedare. Esta es una época de grandes facilidades de comunicación y de transporte, por lo que hay que combatir estigmatizaciones con hechos, con datos”, añadió.

Exhortó, asimismo, a que los dirigentes políticos, especialmente durante campañas electorales, se aboquen a “desmontar mitos” en lugar de cultivar prejuicios con tal de aumentar puntos en las encuestas.

“Hay que mantener la formación y capacitación. Es un tema que permanentemente se actualiza y complejiza”, redondeó.

Una fuente más

Al igual que temáticas como la política, la economía o los deportes, la migración también puede ser abordada como una fuente más en los medios de comunicación, coincidieron panelistas.

Para Jaime Abello Banfi se trata de un tema que permanentemente se actualiza y complejiza, por lo cual los periodistas requieren formación, talleres y charlas como las que se van a dictar desde la red.  

Cómo postularse

u003cpu003ePara optar a pertenecer al espacio basta con llenar un formulario con nombre y apellido, lugar de nacimiento, país de residencia y al menos dos trabajos periodísticos relacionados con el temau003c/pu003enu003c!u002du002d /wp:paragraph u002du002du003ennu003c!u002du002d wp:paragraph u002du002du003enu003cpu003eu003ca href=u0022https://innovamigracion.iom.int/red-suramericana-de-migraperiodistasu0022u003eInnova[Migra]ciónu003c/au003eu003c/pu003enu003c!u002du002d /wp:paragraph u002du002du003e

Marcelo Pisani, director general de la OIM para América del Sur, recalcó que en muchas ocasiones las historias de personas migrantes son escritas por los propios migrantes, sus comunidades receptoras o instituciones, pero suelen ser difundidas o contadas por periodistas.

De ahí que desde la Red Sudamericana de Migraperiodistas se persiga la meta de brindar capacitaciones, organizar concursos y sobre todo, insistir en la difusión de historias sobre los distintos conflictos y situaciones de migrantes en la región, como ocurre con millones de venezolanos.. Y por supuesto, que también puedan ser los comunicadores sociales oriundos de Venezuela los que, desde su tierra o como migrantes, también sean los protagonistas a la hora de difundir la infinidad de vertientes que este nicho puede abarcar.

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