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Hace unos días un amigo me increpaba por lanzarme a la Alcaldía de Sucre en este momento. “¿Por qué no esperas un momento mejor, por qué lanzarte en un momento tan difícil, en un municipio colapsado de problemas? Esto podría quemarte”.
Y yo le contestaba que todo lo que me estaba diciendo era verdad. Pero que también es cierto que los vecinos no podemos seguir esperando, ver cómo nuestra calidad de vida se va perdiendo cada día mientras nos quedamos de brazos cruzados.
La principal razón que me llevó a dar este paso político tiene que ver con buscar recuperar nuestra calidad de vida, porque aunque hemos sido claros en que no tenemos una varita mágica para resolver todos los problemas de un plumazo, tenemos la voluntad de recuperar la alcaldía para empezar a dar los pasos necesarios para recuperar nuestra calidad de vida.
Mi candidatura y mi decisión de votar es un acto de responsabilidad como vecino, un compromiso que tengo con todos los vecinos que he conocido tras más de 12 años trabajando en el municipio; con todos los amigos que como yo no estamos dispuestos a rendirnos ni a quedarnos de brazos cruzados; a no hacer nada.
La elección nos permite organizarnos y demostrar que hay una mayoría que resiste que quiere un cambio, que sueña y trabaja por un municipio y un país mejor. Tiene que ver con recuperar una ruta política que hemos perdido cuando la mayoría de los venezolanos decidimos no votar. Yo fui uno de ellos.
Cuando decidí no votar lo hice convencido de que lograríamos una cambio con esa estrategia política y lamentablemente no lo logramos. Hoy les digo que lo peor que podríamos hacer es quedarnos atrapados en una ruta política que no tiene la posibilidad de generar ese cambio. Debemos rectificar, aprender de los errores.
Yo no quiero irme del país, sino trabajar para que Venezuela vuelva a ser un país de oportunidades que reciba a la gente. Que producto de mi trabajo diario, junto a miles de venezolanos, mis hermanas y amigos que se han ido puedan regresar.
El 21 de noviembre tiene que ver con recuperar el municipio, recuperar nuestra calidad política pero también con recuperar esa ruta que nos permita pensar en elecciones presidenciales con esperanza.
A diario siento en las calles la necesidad de cambio. Y aunque es un momento difícil en el que muchos están de brazos caídos yo siento el deber, el compromiso y la responsabilidad de hacer algo.
Tenemos una gran oportunidad de hacer la diferencia, de recuperar los espacios perdidos, renovar el liderazgo y pensar en un futuro con esperanza pero trabajando desde el presente con acciones concretas que nos permita recuperar nuestra calidad de vida.
Los invito a aprovechar los días que quedan hasta el 21 de noviembre hasta convencer a todos de unirse a esta lucha para lograr ese cambio por el que tanto hemos trabajado desde todos los espacios que hemos encontrado.
¡Hoy les digo que cuenten conmigo. Estoy comprometido a lograrlo!
