• Un proyecto busca recuperar y sembrar árboles en aquellos sitios donde muchos ejemplares han sido talados. Para ello, utilizan material reciclable y la madera de los árboles podados para empezar a plantar la nueva generación de especies que sustituyan a los que ya no están 

Franco Micucci, miembro de la organización ambientalista Fundación Espacio, paseaba todos los días por las calles del municipio Chacao (Miranda), viendo cómo, de manera sistemática, han talado muchos árboles en la zona, sin que exista una reposición en esos lugares.

Hacía tiempo que él, junto con arquitectos y paisajistas, se habían cuestionado qué hacer para que la situación fuera distinta, pues, de acuerdo con la legislación ambiental, por cada árbol talado se deberían sembrar entre 8 y 10 ejemplares en Caracas.

Fue así como surgió la idea de un vivero municipal para plantar y recuperar las especies que se han perdido en los últimos meses. Este fue el plan principal del proyecto Reframing Green Spaces Caracas, que ameritó el trabajo en conjunto de estudiantes de la Universidad Simón Bolívar (USB) y arquitectos británicos y venezolanos del British Council. 

Foto: Victor Salazar | @vaskdc

Los jóvenes y miembros del equipo dijeron que sí de inmediato: la idea de empezar a plantar la próxima generación de árboles en Caracas los cautivó. El proyecto también marca un precedente sobre cómo aprovechar la madera de los árboles que fueron talados últimamente.

A partir de la madera de los troncos demolidos, se obtienen los residuos orgánicos necesarios para plantar nuevas especies. De esta forma se evita que toda esa materia termine en la basura. 

Foto: Victor Salazar | @vaskdc

Además, como buscaban un proyecto sostenible en el tiempo, también pensaron en las limitantes económicas para conseguir macetas o los depósitos necesarios para una gran cantidad de especies de árboles.

Para ello, el equipo solicitó a la Alcaldía de Chacao los restos de las lámparas luminarias que fueron sustituidas en las avenidas, pues la carcasa de plástico puede ser utilizada como un matero.

Allí es donde se están plantando las semillas de árboles como el caobo, el mijao, el cedro, entre otros. 

Foto: Victor Salazar | @vaskdc

De esta manera, en las antiguas instalaciones de la unidad canina de Chacao, existe un vivero en el que se recibe una gran cantidad de tierra que se usa para sembrar especies de árboles que cumplan con las características para crecer en espacios públicos y que no afecten las calles y avenidas a largo plazo.

El proyecto lleva tres meses sembrando y recolectando especies de árboles que puedan servir de reposición. Actualmente, hay 1.000 ejemplares en crecimiento para poblar las zonas de la capital que han quedado sin árboles, incluidos los espacios de la Universidad Central de Venezuela (UCV).

Una alternativa a largo plazo

En el vivero municipal se están plantando especies de árboles grandes y cualquier alcadía, representante de una institución o persona común puede acceder a ellos con la finalidad de reponer los espacios verdes en Caracas. 

El proyecto no solo cuenta con un vivero, sino que recientemente también fue inaugurado un pabellón ecológico para prever el agua que necesitan estas plantas.

Foto: Victor Salazar | @vaskdc

El pabellón ecológico es una estructura en forma de paraguas construida con palos de bambú para recolectar el agua de lluvia. Se encuentra en el parque Aruflo, que está ubicado en la Urbanización La Floresta y actualmente está a cargo de la asociación de vecinos en el lugar. 

La iniciativa también se enfoca en estrechar los vínculos de la sociedad con el objetivo de fortalecer el carácter verde de la ciudad.

Por esa razón, el vivero municipal y el pabellón ecológico funcionarán en conjunto para ser ambientalmente sustentables.

El primero como un repositorio de especies arbóreas y el segundo para complementar su viabilidad en el tiempo. Con ello, se inicia un plan de remediación ecológica con el cual esperan que, progresivamente, pueda ser replicado en todos los municipios de Caracas.

Franco Micucci, de la Fundación Espacio, explicó para El Diario que el proyecto conlleva tres componentes fundamentales para atender las distintas problemáticas que afectan los espacios verdes en la capital.

Principalmente está la poda y la tala de árboles, luego el desaprovechamiento de las quebradas y la recolección de agua de lluvia, además de la falta de vínculos en la participación comunitaria por el rescate de estos lugares.

El primer reto para ellos fue generar una estructura que pudiera ser fácilmente absorbida por las alcaldías en Caracas. Pensaban que lo mejor era ofrecer una ruta ecológica que permitiera la participación ciudadana para su sostenibilidad en el futuro. 

Foto: Victor Salazar | @vaskdc

Además, el proyecto también se basa en orientar a la ciudadanía para una siembra consciente que no conlleve a la tala cuando el ejemplar cumple ciertos años de vida.

De hecho, en el vivero hay una división de aquellos ejemplares que serán ubicados en la vía pública y los que tienen que ser sembrados en zonas de gran tamaño.

Uno de los problemas que tiene Caracas es que los ejemplares crecen solos porque la semilla vuela y cae en sitios no recomendables para su crecimiento. O que los ciudadanos siembran sin saber en realidad las dimensiones del árbol. Es un error muy común que por buena voluntad sucede, pero que a largo plazo no brinda los resultados esperados”, comentó.

¿Por qué árboles y no palmeras?

La idea de reforestar gran parte de las zonas emblemáticas de Caracas es promover la siembra de especies autóctonas y que son características de la ciudad desde hace muchos años. 

Actualmente, en las principales autopistas de la ciudad, el régimen de Nicolás Maduro ha impulsado la plantación de palmeras en estas zonas. Esta acción fue criticada por diferentes grupos ambientalistas que consideran que la medida es ineficaz al intentar sustituir la pérdida de los árboles. 

Foto: Victor Salazar | @vaskdc

De acuerdo con Micucci, el plantar palmeras datileras es una alternativa netamente vistosa y decorativa, que no contribuye en la necesidad de producir oxígeno, reducir el impacto sonoro del exterior, dar sombra, así como la atracción de la fauna y mejorar la calidad del aire. 

La siembra de palmeras no garantiza la calidad ambiental que puede ofrecer un árbol. Tampoco resuelve la sustitución de las especies de árboles que habían. También es importante entender que los espacios verdes no son elementos decorativos que adornan a la arquitectura de una ciudad. Creemos que la siembra de ejemplares de árboles en autopistas, parques y zonas urbanas es muy importante para el ecosistema. Las palmeras pueden formar parte de ciertos lugares, pero también es fundamental que se siembren árboles para garantizar una mayor calidad ambiental no solo en Caracas, sino en todo el país”, explicó el arquitecto venezolano. 

Teniendo en cuenta estas consideraciones, el proyecto está contribuyendo con 1.200 ejemplares que están creciendo en el vivero municipal. La labor de la organización no gubernamental ha rendido frutos y esperan que estas especies que están en proceso de crecer puedan ser ubicados en la Universidad Central de Venezuela (UCV), así como parques y zonas públicas. 

Un vivero busca subsanar, aunque sea de a poco, la deforestación que se lleva a cabo en varios municipios.

Es un proceso de recuperación lento, pero que debe ser atendido lo antes posible para así llegar a reponer los árboles altísimos que envidien los edificios de la ciudad. El proyecto, con solo tres meses, busca implementar el desarrollo ambiental y sustentable en un ciclo que perdure en el tiempo por un solo objetivo: rescatar el verde de Caracas.

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