• Los hermanos fundaron Judibana Studios VFX, que ya cuenta con cuatro oficinas en México y Estados Unidos. Su trabajo ha llegado a la industria de Hollywood y a las principales plataformas de streaming 

La legión de “gustamigos” constituye la evidencia del significado que tiene el apellido Pierral en el medio artístico venezolano. Décadas de presencia en radio y televisión lo han hecho familiar para distintas generaciones de las que forman parte dos hermanos que están redimensionando la seña paterna, en una industria encabezada hasta ahora por el talento sajón: los efectos visuales. 

Daniel (35) y Adrián (31), los hijos menores de Gustavo, han consolidado el nombre de Judibana Studios VFX, hasta el punto convertirlo en una valiosa alternativa de contratación por parte de productoras de Argentina, México, Estados Unidos, Canadá, Reino Unido y Asia, sus principales mercados. La historia es tan curiosa como inspiradora. 

Contra pronósticos 

Lejos de lo que podría pensarse, los chiquillos nunca sintieron una atracción especial por las películas de acción. No hubo afiches de La guerra de las galaxias, Terminator o de Rápido y furioso pegados en las paredes de la habitación. Lo que evidenciaban las distracciones juveniles era la vocación por el espectáculo: el introvertido Daniel prefería mantenerse detrás de las cámaras, mientras el extrovertido Adrián era el protagonista de las grabaciones caseras. 

Con el tiempo, ambos incursionaron en el mundo de los videoclips. El mayor se decantó por la animación y los efectos visuales, mientras que el menor se graduó en Comunicación Social y se desempeñó como director de fotografía, ampliando el radio de acción a los cortometrajes y la publicidad.

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Los hermanos Daniel y Adrián dotan de efectos visuales al apellido Pierral
Los videoclips fueron claves en la formación de los hermanos. Foto cortesía Adrián Pierr

La vinculación con la gran industria surgió como consecuencia de otras inquietudes. “Inicialmente, fue una oportunidad de negocios, quería emprender algo, para encontrar una manera estable de vivir”, afirma Adrián, quien lleva 10 años fuera de Venezuela. “Sufrí un secuestro que me dejó con ataques de ansiedad y sentí la necesidad de irme”. 

Una propuesta lo llevó a Panamá para encargarse de temas relacionados con producción. “Estuve dos o tres años dando coñazos hasta que unos panas me dijeron: ‘Vente para México’”. Después de tres comerciales para Volkswagen, la suerte sonrió y terminó trabajando con cuatro agencias de publicidad.

Los hermanos Daniel y Adrián dotan de efectos visuales al apellido Pierral
Tres comerciales para la marca de automóviles alemana abrieron el mercado mexicano. Foto cortesía Adrián Pierral 

La experiencia acumulada le permitió detectar las necesidades digitales de los clientes y, en el interín, fue armando un equipo de posproducción. Primero con una persona, después dos, tres… Ya para ese momento, Daniel estaba instalado entre Florida y Nueva York. “Él se fue abriendo paso con Marlon Peña, Pablo Croce y Nuno Gomes, con quien yo me formé”. 

El encuentro comercial de los hermanos se concretó gracias a un proyecto del productor, director y actor puertorriqueño Bruno Irizarri, que requirió un mes casi de dedicación exclusiva por parte de Adrián. El volumen de trabajo y el monto de los honorarios percibidos le dio la tranquilidad económica que hasta entonces desconocía. Y surgió la alianza. 

Tributo materno 

“Vamos a triangular”, le propuso Adrián a Daniel, para aprovechar los recursos con que ambos contaban en México y Estados Unidos. Era menester, no obstante, desarrollar una estructura que facilitara la facturación, la organización y la delegación de funciones. Hay que registrarla. 

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Conscientes de que la pronunciación en inglés podría resultar algo engorrosa, igual acordaron bautizar la empresa como Judibana Studios VFX. La decisión fue emocional. “Allá (campo petrolero falconiano) se crió mi mamá (Milagros) y ella nos contaba una infancia de ensueño en los años sesenta. Como un poema, como un tributo dedicado a ella, escogimos ese nombre”.

Los hermanos Daniel y Adrián dotan de efectos visuales al apellido Pierral
El menor de la familia espera ponerse frente a la cámara. Foto cortesía Adrián Pierral 

El crecimiento fue acelerado con el desarrollo de proyectos que han llegado a la gran pantalla, a Netflix, a Sony Pictures y a Amazon Prime, entre otras plataformas. Al cabo de siete años, cuentan con una nómina de 15 personas y cuatro oficinas en distintas ciudades, incluyendo una de 200 metros cuadrados en la capital azteca. 

Algunos de los productos que contienen sus créditos son: Jumanji: siguiente nivel, Nine Days, Absentia, Good Joe Bell, Plaza Catedral, See, Luis Miguel: la serie, Tall Girl 2 y Erax. Pendientes de estreno: The Bubble, Surrounded, Trigger Warning, Dog Gone, Solitary, Blackout y 23 horas

“El contacto con Netflix nunca ha sido directo”, relata Adrián. “Por los estándares que manejan, ponen a oferta los servicios para blindar el tema legal, porque son millones y millones de dólares que están en juego, en relación con la confidencialidad. Somos intermediarios ante estudios muchísimo más grandes, hecho que nos ofrece ventajas con el objetivo de capitalizar. Una es que absorbemos conocimientos de lo que hacen en distintos mercados y otra es que detectamos los errores que cometen otros artistas para no repetirlos”. 

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La dinámica de trabajo es sencilla: el estudio principal distribuye por reductos. “A mí me llega por un tubo. Me mandan un lote de 100 shots y los pongo en mi calendario para cumplir a tiempo, porque en los procesos gringos no hay ‘ni tu tía ni tu prima’. Eso tiene que funcionar como un reloj suizo y, además, es la forma de obtener el máximo rendimiento de mi empresa”. 

Allí radica gran parte del éxito: ganarse la confianza de las grandes productoras. “Cómo entrar a la rosca depende de personas, no hay máquinas que lo hagan. Hay que ir comiéndose las verdes, para después recoger la cosecha. Además, debes tener claro hacia dónde enfocar los esfuerzos. Por eso, al cierre de cada proyecto, hacemos una evaluación”, asegura el menor de los Pierral. 

Judibana STUDIOS™ VFX: Showreel (2020) from Judibana VFX Studios™ on Vimeo.

Presente y futuro

Más allá de las consecuencias derivadas de la pandemia por covid-19 en distintos ámbitos, hay un aspecto positivo relacionado con la industria de los efectos visuales. “Se ha producido un fenómeno impresionante: hay más trabajo para los artistas de VFX, porque no hace falta estar en una oficina para trabajar. Se mantienen los protocolos de seguridad, pero en la nube”. 

“La industria no puede parar y se ha demostrado que la gente ahora consume más en las plataformas. Por eso, los grandes estudios del norte y Asia buscan talentos en Latinoamérica que dan muy buenos resultados, los contratan en moneda extranjera y los dotan de un Internet ‘puyuísimo’, abriendo un espectro que permite reclutar en todos lados y ha desatado una competencia salvaje. A las células latinas las buscan debajo de las piedras”. 

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Con tal relato, Adrián aclara que actualmente no hay discriminación racial en su área de desempeño, aunque, en lo personal, no se siente muy cómodo hablando en inglés, por lo cual esa tarea suele cumplirla su hermano Daniel. “Guapeo cuando me toca, pero prefiero que lo haga él”. 

¿Cuál es el siguiente paso? ¿Ganar un Oscar? “Nuestros objetivos actuales responden más a lograr la facturación de un millón de dólares en los próximos dos años, porque por primera vez veo la luz al final del túnel. El Oscar tal vez en 10 años”. 

Tampoco ha descartado retomar su pasión adolescente. “Tengo que encontrar el tiempo apropiado. Hace cinco años no tenía ni idea de cómo canalizar ciertos desafíos, pero he aprendido a hacerlo. Ahora más que nunca quiero estar frente a la cámara y si lo hago será con un guion que tengo guardado, aunque he escrito varios. También quiero dirigir mi propia película”. 

Mientras llega el momento, Adrián celebra una década unido a María Andreina Ulloa, la novia que decidió acompañarlo en su aventura de emigrar, cuando solo tenían tres meses de relación. Hoy es su esposa. Y Daniel tiene a la familia enloquecida a la espera del primer nieto varón que alumbrará Julimar Rodríguez. 

“Hay quienes se preguntan cómo los hermanos Pierral logramos el éxito en una industria tan cerrada, tan cuadrada como la de los VFX, pero la clave es la perseverancia, no hay otra”, sentencia el menor del clan.

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