• En entrevista para El Diario, el comediante Leo Rojas analiza el éxito de EDN, uno de los podcast más populares de Internet y repasa sus próximos proyectos, que incluyen una nueva gira. ¿Presentarse en Venezuela? De momento solo es un sueño

Para considerarse todavía tímido, Leo Rojas habla con un desparpajo que por momentos roza la desfachatez. No es casualidad ni parece preocuparle. Aunque no guste a todo el mundo, es acaso esa una de las claves del éxito de Escuela de Nada (EDN), el podcast de humor que dirige junto a los comediantes Christopher Andrade e Ignacio “Nacho” Redondo –y Daniel García “Nancy” (productor), reclamarán algunos de sus seguidores-. Con 210.000 suscriptores en YouTube, sold out en sus giras por América o Europa, e incluso merchandising, EDN es ya un fenómeno de Internet. ¿Ver Escuela de Nada? Si le preguntan a algún chamo en estos días, la respuesta puede que sea: “Sí lo hagan”. Quizás agreguen que son del “parasistema” y saquen su “ropita”.

En entrevista para El Diario, Leo Rojas repasa el motivo del éxito de Escuela de Nada, el –no- encuentro con Dross en Buenos Aires, Argentina, las ventajas del Internet frente a los medios tradicionales y su visión de la comedia en las nuevas generaciones. “De que hay comediantes de mierda, los hay. Eso siempre va a existir, al igual que su audiencia. Tampoco es que tengo muchas ganas de convencer a un viejo de 64 años de que no se ría de un chiste que ha disfrutado por 50 años”, dice.

—Escuela de Nada es ya todo un fenómeno que trasciende el Internet. ¿Cómo explicas este éxito?

—Yo creo que principalmente la gente disfruta muchísimo la honestidad. Somos tres tipos que a pesar de ser unos llorones y odiar que irrespeten nuestros espacios personales, mostramos nuestra vida y opinamos sobre cualquier cosa sin ningún tipo de filtro como si confiáramos con los ojos cerrados en la gente que nos sigue. Por eso cada episodio es como si estuviésemos tú y nosotros tres bebiéndonos algo en una cocina a las 4:00 am.

El nexo entre esa comunidad que construimos y nosotros es demasiado fuerte, porque por lo general son personas que se sienten acompañadas por lo que somos. A eso se le suman cosas como lo constante que hemos sido desde hace cuatro años, en los que nunca hemos fallado con un episodio y la inversión de tiempo y dinero que nos ha traído una evolución bastante notable de la que cada persona se siente parte y culpable. Es muy loco explicarlo porque es mucho más que eso, pero es una relación bellísima de la que estamos muy orgullosos.

—Para las nuevas generaciones ser youtuber, podcaster o streamer es una meta. Ibai Llanos, probablemente el streamer más popular del mundo en este momento, ha dicho a sus seguidores más jóvenes que no hay que tomarse Twitch como un trabajo, que lo importante es estudiar y que su éxito no es lo habitual. ¿Crees que lo mismo aplica para YouTube y tomar como ejemplo el éxito de Escuela de Nada o de otros canales más vistos? Es decir, ¿estos éxitos son la regla o una excepción?

—En una industria tan saturada como esta, en la que cualquier persona con acceso a Internet puede intentarlo, es super difícil hablar de fórmulas y predicciones. Definitivamente hay que tener un poco de suerte y meterle mucho esfuerzo de por medio, pero creo que subestimar el ejercicio de levantar una comunidad que vaya contigo hasta la muerte es lo que ha enterrado a gente talentosa que viene de los medios tradicionales que creía saberselas todas.

Lo que nosotros vivimos no es habitual, pero tampoco es para toda la vida. Yo no sé si el año que viene la gente se olvida de Escuela de Nada y a mí me toca volver a trabajar de copy en una agencia como lo hice cuando llegué a México, por ejemplo. A veces, desde un ángulo pesimista, pienso que así como Lord Internet nos dio algo demasiado grande de forma repentina, nos lo puede quitar de la noche a la mañana, y por eso es que hay que estar moviéndose constantemente. Antes de pensar que el éxito de algo que me gusta es la excepción de la regla, preferiría intentar entender a detalle el camino por el que ha pasado. Casi siempre hay un detrás de cámara que contextualiza la causa de esa grandeza.

Leo Rojas: lo de Dross fue para sacarnos las telarañas y ahora viene una gira muy grande de Escuela de Nada
De izquierda a derecha: Leo Rojas, Chris Andrade y Nacho Redondo.

—Precisamente el año pasado crearon la Academia EDN, una masterclass para orientar a las personas a crear y desarrollar su propio podcast. ¿Qué cosas enseñan allí y cómo evolucionará ese proyecto para 2022?

—Es tal cual un curso en el que compartimos un poco de ese detrás de cámara que menciono. Hay gente que no se anima a hacer su propio proyecto porque piensa que necesita mucho dinero o que no tiene los skills necesarios para desarrollarlo, y al menos lo segundo es algo que no sabes hasta que lo intentas. Academia EDN es una pequeña guía de casi cuatro horas en la que te llevamos de la mano explicándote, a partir de la experiencia de Escuela de Nada, cómo lograrlo y que además puedas vivir de ello. Desde lo técnico hasta lo editorial, pasando por el estímulo mental que te frena a intentarlo. Está buenísimo. Todo el mundo que lo cursa sale feliz. Al que le interese, lo puede conseguir en academiaedn.com 

—A pesar de que para algunos son casi una celebridad, a muchos otros les cuesta entender lo que hacen. Y si bien es normal que haya personas a las que pueda simplemente no gustarle su contenido o ignorarlo por completo, en ocasiones el fondo del asunto es otro: creen que lo que ustedes hacen no es un trabajo, que es para cualquiera o que no tiene tanto mérito. Parece ser esa incluso la perspectiva dentro de los medios de comunicación tradicionales. ¿Sientes que los ninguneen? De ser así, ¿te (les) molesta?

—A nosotros no nos ha pasado. O por lo menos no a mí. Sí hay una sensación obvia de que los medios tradicionales se quedaron atrás con algunos formatos, pero creo que es algo que todo el mundo ha notado desde hace 20 años. Hace poco fui a Caracas por primera vez desde 2017 y estando en el hotel me lancé un paseo por los canales nacionales. No sé ni por qué me sorprendí con algo tan predecible, pero el nivel de decadencia es muy fuerte. Desde lo visual hasta lo editorial. ¿Quién se va a ofender porque esa gente no voltee a ver lo que estás haciendo? Y en caso de que no fuese así, esa tampoco es nuestra audiencia. Y esto no es algo que solo pasa en Venezuela, también se ve acá en México. Internet es el prime de todo lo que conocimos a principios de siglo. Yo prefiero un tuit tuyo compartiendo nuestro último episodio, a salir reseñado en un programa de farándula de cualquier canal local.

—Muchas de las personas que los siguen a ustedes ven a la “vieja guardia” de los comediantes venezolanos como pasados de moda, clichés, boomers. ¿Cuál es tu percepción sobre eso? Por otra parte, aunque ustedes no hablen mucho de Venezuela en el podcast, ¿esa cultura de la comedia en Venezuela de alguna forma moldeó la manera en la que hacen humor?

—Yo ahí mantengo mucho la diplomacia porque sí creo que hay humor para todo el mundo. Con no consumirlo estoy bien. Es un tema generacional y tiene mucho que ver con la burbuja a la que pertenecemos en redes sociales. Es un poco egoísta creer que solo puede existir lo que a mí me gusta. Ahora, de que hay comediantes de mierda, los hay. Eso siempre va a existir, al igual que su audiencia. Tampoco es que tengo muchas ganas de convencer a un viejo de 64 años de que no se ría de un chiste que ha disfrutado por 50 años. Preferiría enfocarme en que las nuevas generaciones vean las cosas de otra forma a pesar de que la historia no se pueda cambiar. Yo crecí con ese humor que hoy no consumimos.Radio Rochela”, “Bienvenidos”, “Qué Locura”, todo eso formó parte de mi hogar en los noventa. Tampoco es que puedo omitirlo solo porque hoy soy otra persona.

Leo Rojas: lo de Dross fue para sacarnos las telarañas y ahora viene una gira muy grande de Escuela de Nada
EDN grabó episodios con Er Conde del Guácharo.

—Aunque no fue así desde sus inicios, en muchos de los episodios hablan de temas serios e importantes, como la salud mental, por poner un ejemplo, pero no dejan de hacerlo con humor. ¿De qué manera deben ser tratados estos temas desde el humor para que se diluyan esos límites?

—Ya no es tan raro, pero hubo una época en la que hablar de eso destapaba sentimientos en mucha gente que se apenaba por su condición mental. La gente pensaría que no, pero yo soy una persona super introvertida. No me gusta estar en lugares públicos y solo me siento cómodo estando con los míos. El podcast me ha ayudado a llevar eso con más normalidad porque descubrí que es algo súper común (hablando muy por encima de cómo está mi cabeza).

Creo que nuestra manera de exteriorizar ese tipo de sentimientos ha hecho que la honestidad de la que te hablé antes tenga mucho más valor. Muchos de los que nos ven son personas que emigraron solas y hoy nosotros somos los que los acompañamos. Que además de eso se sientan identificados con nuestra filosofía sobre la salud mental hace mucho más lindo todo esto. Muy dentro de la premisa del podcast hay algo terapéutico que todos disfrutamos.

El impulso de Dross

Cuando Chris, Nacho y Leo aparecieron en la tarima del repleto Teatro Broadway, en Buenos Aires (Argentina), el 4 de febrero, la multitud se enloqueció. Otros miles lo seguían por streaming desde cualquier parte del mundo. Pero esta vez el atractivo no eran solo ellos o Nancy, sino Dross, el youtuber venezolano con más proyección internacional, y de los más seguidos de Internet. De la presencia de este último, sin embargo, no se sabía nada. Simultáneamente y desde su casa en esa misma ciudad, él mismo se encargó de disipar las dudas: “No, no voy a ir, gente. Por favor, basta”, empezó en una transmisión de Twitch. “Vayan a ese podcast”, ni siquiera los mencionó. “Déjenme en paz, porque estoy conversando con mi audiencia”.

Tan solo unos días antes, Escuela de Nada había puesto en marcha toda una maquinaria para tratar de convencer a Dross de ir al teatro y conversar con ellos. Lo llamaron “¿Dónde está Plin?”. A pesar de que advirtieron hasta el hartazgo que no era así, al evento le cayó la etiqueta de “marketing”: decían que todo estaba preparado. Pero no era así. De hecho, desde un principio tenían la certeza de que Dross no aparecería. En cualquier caso, sabían que era la carnada ideal para alimentar a fans y a los haters. De tal manera que lejos de ser un fracaso, Dross fue más bien el inicio de algo todavía más grande. Escuela de Nada ya calienta motores para otra gira, después del éxito de la primera, “Last Domination”.

Leo Rojas: lo de Dross fue para sacarnos las telarañas y ahora viene una gira muy grande de Escuela de Nada
EDN en Buenos Aires. Foto: @leorojas1

—Finalmente Dross no fue al evento que organizaron en Argentina. ¿No sintieron en algún momento que toda la campaña que hicieron en lugar de atraerlo, precisamente podía tener el efecto contrario? Ustedes mismos habían dicho que EDN no es el estilo de Dross.

—Al momento de conceptualizar todo, ya sabíamos que Dross no iba a ir. Fue más ponernos un casco y lanzarnos a la olla de opinión pública sin ver hacia atrás solo para sacarnos las telarañas de lo que somos en vivo. Viene una gira muy grande y esto fue perfecto como warm up. Todo salió muy bien. Los que vieron el show disfrutaron un montón y eso no es ni el 10 % de lo que verán en la gira.

—Más allá de ese éxito mediático y económico (llenaron el teatro que alquilaron) que tuvieron y que era perfectamente posible que todo se diera de esa forma, ¿no sientes que de alguna forma fallaron? ¿Se decepcionaron? Muchos de los seguidores de EDN daban por hecho que él asistiría y que incluso era “marketing”…

—Cero decepción. Honestamente, fue una noche increíble. El cariño de la gente en Buenos Aires entre show y fiesta valió más que cualquier expectativa fallida. Para nosotros es importantísimo que con esto nuestra palabra tome valor, porque vamos a inventar más cosas así de espontáneas en el futuro y no queremos que piensen que todo está cuadrado como lo de Big Soto y Lasso (que claramente sí estaba cuadrado).

Hagas lo que hagas, la gente siempre va a preferir no creer porque es la mejor gasolina para generar conversación en Internet. Querían que Dross apareciera para decir que estaba cuadrado, pero si no aparecía iban a decir que EDN fracasó, y solo los que estaban en el teatro vieron la verdadera cara del invento. Cuando intentas hacer algo diferente que no tiene mucha certeza de cómo va a resultar, no solo estás alimentando a tu comunidad sino a todos los que están con un bate en la mano esperando a que te resbales. 

—Ustedes han remarcado siempre una distinción entre los episodios de EDN y las giras que hacen. ¿Cómo lograr esa dualidad sin agotar el formato del podcast, que al final es su producto principal a través de YouTube y de Patreon? ¿Qué hacen diferente en los shows?

—En la primera gira que hicimos entre finales de 2019 y principios de 2020 (Suramérica y Europa), se trataba de un episodio improvisado en vivo por ciudad. A eso se le sumó material audiovisual que contextualizaba algunas preguntas acerca de los inicios de Escuela de Nada. También teníamos una sección de preguntas y respuestas en las que interactuábamos con la gente. Fue muy lindo todo, pero absurdamente agotador porque como te dije es un show diferente improvisado por ciudad. Y en cada ciudad nos íbamos de fiesta. Además de eso, armábamos estaciones de venta de merch en bares en los que nosotros mismos vendíamos nuestra Ropita, y grabábamos episodios en las habitaciones de los hoteles. Más o menos imagínate cómo estábamos al final de todo.

Este año será un poco diferente.

Leo Rojas Escuela de NAda
La “ropita”, merchandising de Escuela de Nada, también está disponible para Venezuela. Foto: @escueladenada

—Ya sus seguidores piden la segunda gira. A grandes rasgos, ¿qué tendrá de novedoso la próxima gira en comparación con la primera?

—Solo puedo decirte que nunca en mi vida había hecho algo así. Será una puta locura. Pendiente de nuestras redes en estos días.

—¿Qué significa para ustedes no poder haber hecho un show en Venezuela? Tú has venido recientemente, no así Chris ni Nacho. ¿Hay posibilidades de verlos acá en 2022?

—Es un tema bastante triste porque estamos seguros de que un show en Caracas sería gigante y súper emocionante. Lamentablemente no podemos ir porque Ignacio tuvo algunos problemas con el gobierno (de Nicolás Maduro), en su momento. No tenemos idea de cuál es el estatus de eso, pero para lo incierto que puede ser, preferimos no arriesgarnos. Pero sí, es un sueño.

—A riesgo de que arruguen la cara y pongan voz de periodista cliché, lanzo una pregunta común, pero acaso necesaria para quienes los siguen o quieren seguir: ¿Qué nuevos proyectos tienen en mente los chicos de Escuela de La Nada?

—Jajajajaja. Yo acá en Ciudad de México tengo una agencia llamada Volkan, en la que desarrollamos estrategias digitales para músicos. Hace ya seis meses construimos un mini complejo deportivo de fútbol 5 llamado La Jaula (vengan a visitarme) y estamos por lanzar Artie Data, una app de charts de la música latina en la que los artistas podrán ver el estatus de sus lanzamientos y su posicionamiento. Al mismo tiempo, Escuela de Nada tiene su propia productora, EDN Media House, que es la que desarrolla Escuela de Series, el podcast spinoff de EDN y Warner Channel y otros contenidos que muy pronto van a poder ver por ahí.

Abre cancha

Aunque suene a paradoja, fuera de las tarimas puede que Leo Rojas odie a los comediantes. “Hay mucha borrachera de poder, mucha envidia y mucho ego”. No es su vibra, dice, y allí la explicación que por ahora lo mantiene alejado del stand up. Quizás algún día se anime y lo tache de la lista. De momento abre cancha hacia otros terrenos donde se siente más cómodo. Literalmente: se llama La Jaula, queda en Ciudad de México, y además de ser un espacio para fútbol 5, dan clases no De Nada, sino de varias disciplinas deportivas. Es la forma de explotar el mini empresario que también es, a pesar de que para algunos siga siendo solo el de El Test Incómodo (webshow que presentó en 2011). Ya aprendió a lidiar con eso.

Leo Rojas: lo de Dross fue para sacarnos las telarañas y ahora viene una gira muy grande de Escuela de Nada
La Jaula, en Ciudad de México. Foto: @leo

—Para muchas personas Leo Rojas sigue siendo el de El Test Incómodo. ¿Te molesta que mucha gente se quede en esa etapa y no vea o no le dé importancia a tu evolución?

—Antes me cansaba un poco porque sentía que profundizaba el hecho de que  no lograba hacer nada más grande que eso, pero la verdad es que con los años he aprendido a apreciar mucho esa etapa de mi vida.

Han pasado demasiados años y hoy hay gente que se me acerca en la calle y me dice que sus papás eran demasiado fans del show. Eso me ha hecho verlo con otros ojos. Por ejemplo, qué locura la diferencia generacional entre los que vieron eso y los que hoy ven EDN. A pesar de que eso me haga sentir de 189 años cuando realmente tengo 35, es muy muy fino.

A veces a uno se le olvida la importancia de algunas cosas. En mi caso, El Test Incómodo fue de los primeros webshows que se hizo en Internet en Latinoamérica. Imagínate lograr, qué se yo, 100 millones de views en tan solo 11 episodios. La verdad es que estoy muy feliz de haber hecho algo así y hoy tener lo que tengo.

—¿Es posible que te veamos en otro formato haciendo humor, más allá de EDN? De momento no has explorado el stand up.

—Cada vez me gusta más el stand up. Lo que no me gusta y que me ha alejado un poco de la idea de intentarlo, es toda la vibra que hay alrededor de eso. Creo que secretamente odio a los comediantes fuera de sus tarimas. Hay mucha borrachera de poder, mucha envidia y mucho ego. Todos tenemos nuestras vainas, pero para lo bicho que soy yo, creo que ese mundo es lo que menos necesito en mi vida. Yo tengo una rutina escrita desde hace par de años que sigue muy vigente. Creo que cuando me pique el culo, algún día lo intentaré en secreto solo para tener el check, pase lo que pase.

—Abriste una cancha de fútbol en México. ¿Cómo se salta de la comunicación a construir un complejo deportivo? 

—La verdad es que mi pasión real, muy por encima de cualquier otra cosa, además de la música, es el fútbol. Fui futbolista federado hasta la adolescencia y siempre quedó el chip de que algo tenía que pasar en ese mundo. En cuanto a la cancha, había cerrado por una mala gestión. Estaba muy abandonada. La rescatamos y prácticamente la hicimos desde cero. Ahorita le va muy bien. Además de ser un espacio de fútbol 5, damos clases de otras disciplinas (yoga, ejercicios funcionales, próximamente boxeo, etc). Es mi manera de explorar como miniempresario, supongo. Vamos a ver cómo le va este año. Si vienen a CDMX, pasen por allá y visítenme. En Instagram estamos como @lajaulasoccer.

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