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  • Jeberson Rojas, de 17 años de edad, y Milán Montilla, de 4, murieron en el mes de marzo esperando un trasplante de riñón en el centro de salud pediátrico. A pesar de las medidas cautelares de la CIDH y el clamor de varias organizaciones, el Ministerio de Salud mantiene el servicio suspendido al no poder garantizar inmunosupresores para su tratamiento

La suspensión por parte del régimen de Nicolás Maduro del Programa de Procura de Órganos y Trasplantes en Venezuela sigue cobrando vidas. La madrugada del martes 22 de marzo de 2022, falleció Jeberson Rojas, de 17 años de edad. Era paciente del área de Nefrología del Hospital de Niños José Manuel de los Ríos, en Caracas.

La organización no gubernamental (ONG) Prepara Familia se encargó de informar sobre el deceso en sus redes sociales. Apenas unos días antes, el 16 de marzo de 2022, anunciaron también la muerte de Milán Montilla, de cuatro años de edad.

Con ambos, van cuatro menores de edad que han fallecido en ese centro de salud en lo que va del año 2022. Específicamente un niño y tres adolescentes, todos del servicio de Nefrología. Cada uno contando con la esperanza de un trasplante de riñón para poder llevar una vida normal, pero que resultó imposible, pues ese tipo de operaciones no se realiza desde hace cinco años en Venezuela.

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Solo en el año 2021 murieron 38 pacientes del J.M. de los Ríos. En una entrevista a Radio Fe y Alegría, la directora de Prepara Familia, Katherine Martínez, informó que, con 22 casos, la mayoría fueron en el servicio de Hematología, mientras 16 ocurrieron en Nefrología. Además de la falta de trasplantes, a las condiciones médicas de los pacientes se suma el propio deterioro del hospital. La constante falta de agua, indispensable para las unidades de diálisis, así como la cantidad de máquinas inoperativas afecta gravemente su tratamiento. También la escasez de medicamentos e insumos médicos, debido a la todavía latente emergencia humanitaria compleja.

La lista que no se debió escribir

Cuatro jóvenes han muerto en el hospital J. M. de los Ríos en el primer trimestre de 2022 por la paralización del programa de trasplantes
Funeral de Ángel Céspedes, el segundo paciente del J.M. de los Ríos en fallecer en 2022. Foto: Cortesía El Estímulo

Así como en 2021 y en años anteriores, el año 2022 ya comienza a tejer su lista de jóvenes muertos por la crisis sanitaria. De acuerdo con una nota de El Estímulo, Rojas era oriundo de Los Teques, pero hacía tiempo que vivía en el hospital debido a una hipoplasia renal bilateral. En junio iba a cumplir la mayoría de edad, por lo que habría tenido que acudir a un hospital general, al dejar de ser prioridad en los tratamientos.

La primera víctima de este año fue Juan Morales. También tenía 17 años de edad, y falleció el 7 de enero. Formaba parte del grupo de 27 niños que recibió una medida cautelar de protección por parte de la Corte Interamericana de Derechos Humanos, el 21 de febrero de 2018. En ese momento tenía 13 años de edad, y requería un trasplante de riñón por su enfermedad. Aunque la orden comprometía al Estado venezolano a garantizar su salud y tratamiento, nunca lo recibió.

Un mes después, el 8 de febrero, falleció Ángel Céspedes, de 15 años de edad. Vivía en los Valles del Tuy, Miranda, y desde hacía cuatro años estaba bajo tratamiento de hemodiálisis. Todas las semanas viajaba a Caracas para depurar su sangre en el J.M. de los Ríos o en la Unidad de Diálisis Juan Pablo II, en la avenida Victoria. En agosto de 2021, el joven había declarado a El Diario en una entrevista que esperaba recibir un trasplante para regresar a la escuela y estudiar Medicina.

En un limbo

Paciente en diálisis en Maracaibo, en 2018. Foto: Referencial

Antes del año 2014, todos los trasplantes que se practicaban en el J.M. de los Ríos y otros hospitales de Venezuela eran administrados por la Organización Nacional de Trasplantes (ONTV). Como representante del Sistema de Procura de Órganos para Trasplante (SPOT), recibía apoyo internacional para el suministro de inmunosupresores, medicamento necesario para evitar que el cuerpo rechace el nuevo órgano.

Ese año el Programa de Procura de Órganos fue asumido por completo por el Ministerio de Salud. Le retiró sus competencias la ONTV, y creó la Fundación Venezolana de Donaciones y Trasplantes de Órganos, Tejidos y Células (Fundavene), para encargarse de todo el proceso. Desde ese momento, familiares de pacientes denunciaron que comenzaron a presentarse problemas en la dotación de inmunosupresores. La entrega irregular de medicinas, así como otros problemas propios de la crisis hospitalaria venezolana, llevaron a que muchos niños tuvieran un rechazo biológico del riñón donado, volviendo otra vez al problema.

El punto crítico vino el 1° de junio de 2017, cuando Fundavene anunció la suspensión indefinida del programa. Esto al no poder garantizar el suministro de inmunosupresores por la agudización de la emergencia humanitaria. Algunos funcionarios del régimen, entre ellos el propio Nicolás Maduro, han culpado a las sanciones económicas emitidas por el Departamento del Tesoro de Estados Unidos. Afirman que al quedar congelados los activos de la estatal Petróleos de Venezuela (PDVSA), no disponen de los recursos para adquirir medicinas del extranjero. Sin embargo, PDVSA no fue sancionada sino hasta diciembre de 2019. Al momento del comunicado de Fundavene, las medidas solo aplicaban individualmente a funcionarios del chavismo vinculados con casos de corrupción. Igualmente, los problemas de escasez de inmunosupresores eran incluso anteriores a la llegada de Donald Trump a la Casa Blanca en 2015.

Cuatro años y nueves meses después, los pacientes renales siguen en un limbo. Conectados a las máquinas de diálisis, en franco deterioro de su calidad de vida en un país que ni siquiera puede garantizar un flujo estable de agua y electricidad para su tratamiento. En el cuarto aniversario de su suspensión, 92 organizaciones firmaron un manifiesto para exigir al Ministerio de Salud reanudar el Programa de Procura de Órganos. Hasta ahora no han obtenido una respuesta, y decenas de jóvenes y niños han perdido la vida en medio de ese silencio.

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