• La actriz venezolana visitó el país. Recordada por distintas generaciones por sus papeles en telenovelas, películas u obras de teatro, conversó en exclusiva con el equipo de El Diario acerca de su historia, su trayectoria profesional, sus proyectos en Venezuela y otras de sus facetas personales y profesionales | Foto: José Daniel Ramos (@danielj2511).

Termina de cantar “Mi Querencia”, de Simón Díaz. Otro ensayo termina para ella. Uno de tantos en su carrera, que inició cuando se montó sobre las tablas por primera vez hace al menos 50 años. Es Elba Escobar, quien ahora se retoca el maquillaje y sale al patio trasero de una casona en la urbanización Prados del Este, en Caracas. Sentada en un banco de madera, con el sonido de la ciudad y las guacamayas de fondo, pasadas las 5:30 pm, habla sobre su vida.

Con su voz pausada y su sentido del humor que la caracterizan, relata parte de su historia personal y profesional, de la que millones de personas han sido testigos. Distintas generaciones crecieron viéndola actuar en televisión, teatro o cine. Su rostro es reconocible en cualquier tribuna. Estuvo cuatro años fuera de Venezuela. Comenta que, en su retorno al país, hace algunas semanas, se reencontró con una nación distinta, que la ha recibido, como siempre, entre abrazos, aplausos y el cariño de su familia, sus amigos y su público.

Tras dejar sus maletas en una casa que le prestó una amiga en Chuao, al este de la ciudad, visitó a su familia en San Antonio de Los Altos para ponerse al día. “Yo creo que la familia es lo que más uno extraña cuando vive fuera”, relata para El Diario Elba Escobar, quien está radicada en Puerto Rico. En esas visitas conoció a su sobrina, a quien solo había visto por videollamada. Luego se reunió en la casa de su colega actriz Amanda Gutiérrez, con un grupo representativo de amigos. “Todo ha salido muy bien y no hacen más que conmoverme”, resalta.

Luego de que se agotaran las tres funciones previstas de Relatos borrachos, de Enrique Salas, se prepara para presentar Este cuerpo que ama, inspirado en un libro que escribió Escobar durante la pandemia por covid-19, también en el Centro Cultural BOD. Anuncia en exclusiva que próximamente recorrerá distintas ciudades de Venezuela con las piezas teatrales, de comedia y música.

Caracas está amable, tranquila. Me he dado cuenta de que la última vez que vine había mucha queja y ahora no, hay menos. No siento que la gente esté enfocada en eso, sino en salir adelante, ver como resuelven, en aceptación. Están tratando de construir desde lo que hay y desde lo que cada quien tiene para dar, en lugar de destruir. Están haciendo el verdadero trabajo de oposición ante la destrucción. Veo mucha gente construyendo, muchos emprendimientos, mucha gente creando, haciendo teatro, inventando desde el arte u otros oficios. Eso me tiene conmovida y feliz”, resalta la actriz, quien agrega que una de las cosas que más extrañó del país fue ver el Ávila todas las mañanas a sus pies.
Actriz Elba Escobar ensayando obra teatro Venezuela El Diario by José Daniel Ramos
Foto: José Daniel Ramos (@danielj2511).

Para Elba Escobar volver siempre estará en sus planes

Las motivaciones para retornar a Venezuela, por lo menos durante unos meses, se deben principalmente a un proyecto laboral. “Yo necesito ser productiva, porque tengo cuentas que pagar”, subraya. En Caracas se está produciendo una obra de teatro que contará con las participaciones de distintos actores venezolanos, una pieza de la dramaturgia universal que contará también con la participación de Escobar y que se estrenará en junio de 2022.

Mientras se prepara para esa obra de teatro, sobre la que no ofreció mayores detalles, Elba comenta que no podía estar al menos tres meses sin trabajar, lo que dura el montaje, pues no le era rentable. Por lo que tomó la oportunidad de regresar a las tablas venezolanas con Relatos Borrachos y Este cuerpo que me ama. La segunda pieza de comedia y musical, de su autoría, ahonda en las vivencias de las personas luego de pasar los 60 años de edad.

Si no planteo la productividad, no puedo salir adelante. Esa es una de las cosas que yo planteo en el stand up. Una de las cosas que te mantiene joven, independientemente de las señales de tu cuerpo, es mantenerte productivo”, subraya.

La también escritora señala que siempre ha estado entre sus planes volver. Ella considera que tiene arraigada la venezolanidad, esté o no en el país. “Yo ando repartiendo a Venezuela por el mundo”, agrega Escobar. En el momento que deje de ser productiva, dice, o que piense en retirarse, sin la necesidad de trabajar mucho, espera hacerlo en su tierra.

2014, un año que la marcó

Elba Escobar se mudó a Miami, Estados Unidos, en el año 2014, cuando el país atravesaba distintos conflictos sociopolíticos. Para ella fue una época de agresividad, pelea, violencia, delincuencia y miedo. Su principal temor era la seguridad de su hijo Simón, en aquel entonces, de 19 años de edad, a quien secuestraron dos veces. Mientras narra esas vivencias, por momentos, se distrae con los sonidos que la rodean, pero sigue pensando con nostalgia sobre aquellos años.

Pasaban cosas terribles en esa época, entraban a los edificios. Todo muy duro. Dije ok, me voy a ir, no a California, donde él estudiaba, sino a Miami, porque allá están todos mis amigos. La televisión es latina, tengo más opciones de trabajo, aunque nunca he trabajado en producciones de televisión allá –se ríe-. Estuve siete años en Miami, hice muchos castings y nunca quedé en nada, pero hice mucho teatro. Los amigos que no estaban fueron llegando, entonces continué y viví de ello. Incluso tengo ya varios años de mi vida viviendo del teatro”, resalta Escobar.

Además del teatro, su trayectoria reúne distintos títulos reconocidos en la televisión y el cine nacional e internacional, siendo más de 120 producciones en las que ha participado en su carrera profesional. Sobre las tablas actuó en piezas como El jardín de los cerezos (1977), Casas muertas (1991) o Los monólogos de la vagina (2001). Escobar participó, entre otras, en las telenovelas Cosita rica (2003), Voltea pa’ que te enamores (2006) y Válgame Dios (2012).

En el cine, por su parte, se le vio en Secuestro Express (2005) y Azul y no tan rosa (2012). Elba Escobar canta, escribe y se define como una persona versátil que actúa con entusiasmo, amor, alegría y humor. En 1984 se inició en el canto durante un espectáculo de boleros. Además, escribió los libros Reconciliandome con Afrodita (2004), Ni doña, ni doñita (2010) y Este cuerpo que no me deja (2019).

Actriz Elba Escobar ensayando obra teatro Venezuela El Diario by José Daniel Ramos
Foto: José Daniel Ramos (@danielj2511).

El año de la reinvención

“Ser inmigrante no es distinto a estar en un país donde sientes que ya no es el mismo en donde tú creciste. La gente que se quedó en Venezuela también se siente inmigrante, porque sienten que este no es el país donde crecimos. O sea que, aún viviendo allí, extrañas a tu país”, continúa relatando Elba Escobar, quien cree que las circunstancias en el mundo han cambiado para todos durante los últimos años.

En 2020, cuando inició la pandemia por covid-19, y cerró la mayoría de los teatros y espacios donde trabajaba Elba Escobar, ella recibió la oportunidad de trabajar como presentadora de televisión, en un magazine de un canal venezolano en Miami. Meses después, su hijo se mudó a Puerto Rico, y ella le siguió los pasos luego.

“En lo que llegué a Puerto Rico me sentí más cerca de Venezuela. Es una isla del Caribe. Somos nosotros mismos, somos tan parecidos. Cuando vi que en Puerto Rico hay parrandas navideñas, igual que aquí, yo dije ‘me siento en casa’. Fue una buena idea migrar para allá”, dice la actriz.

Los aspectos positivos de vivir en la isla mejoraron la calidad de vida de Escobar, ante el funcionamiento adecuado del sistema político y social que allí rige. “Todos nos hacemos mejores cuando migramos, espero que cuando volvamos, todos los que vamos a volver -a Venezuela-, ese ‘ser mejores’ sirva para reconstruir las cosas que están deterioradas aquí, en especial esos detalles ciudadanos, que la gente puede pensar que no son prioritarios. Esos detalles construyen a un país”, completa.

Entre risas y memorias señala que ha sido “hermosa” su experiencia laboral fuera del país. Como otras personalidades venezolanas en distintas partes del mundo, su trabajo es aplaudido y visto principalmente por la diáspora venezolana. Sus proyectos la han llevado, entre otros países, a Alemania, Reino Unido, Portugal, España, Estados Unidos, Chile, Uruguay, Perú, Panamá y Colombia; donde los criollos también invitan a los locales a visitar sus espectáculos, la mayoría, señala, de teatro.

En Los Ángeles, hizo un casting en inglés y quedó seleccionada para participar en un seriado de cuatro capítulos de una fundación enfocada en concientizar sobre el alzhéimer, en los que personificaba a una señora latina que va perdiendo la memoria. En diciembre de 2021 grabó otros cuatro capítulos más, que se estrenarán en los próximos meses de 2022. Elba considera que la realización de proyectos sobre series para plataformas de streaming le ha brindado más oportunidades a gente como ella, que vienen de trabajar por años en las tablas o en televisión.

Actriz Elba Escobar ensayando obra teatro Venezuela El Diario by José Daniel Ramos
Foto: José Daniel Ramos (@danielj2511)

La constancia y la disciplina la definen

Al momento de hablar sobre su experiencia profesional, señala que asiste a audiciones por “disciplina”. “La oportunidad se va a dar el día que haya un personaje que no necesite tener identificada su nacionalidad. O que tenga la bendición de ser un personaje venezolano. Una mamá venezolana, me encantaría hacer ese personaje”, revela Escobar.

En ese explorar, comenzó a crear desde hace pocos años contenido para su canal de YouTube y cuenta de Instagram, donde publica entrevistas y otro tipo de contenidos. Pese a que se ha reinventado y ha hecho distintas cosas en varios ámbitos, siempre está el temor de no poder costearse la vida cuando bajan los números de sus cuentas y le toca pagar servicios o impuestos. “A mí Dios nunca me ha abandonado. Cuando eso pasa, me sale algún trabajo y hago algo de dinero. Siempre he pagado mis cuentas”, dice agradecida la actriz y escritora venezolana.

Todos sus momentos buenos están asociados con la profesión y el éxito, resalta, así como “darle alegría” a la gente, viajar por el mundo y encontrar a venezolanos, que la reciben con cariño a donde llegue. “Cuando te abrazan dicen que es como si estuvieran abrazando a su mamá o abuela. Soy como una especie de madre venezolana express, porque donde quiera que me presento siempre hay alguien que me quiere abrazar. Me hacen llorar mucho, pero es llanto de satisfacción, alegría. Un buen abrazo puede darle un poquito de alivio en el alma a la”, comenta entre risas.

Por otro lado, entre los momentos más tristes explica que está la muerte de su hermano mayor, a quien no pudo despedir personalmente. Su familia tampoco pudo ir a verlo porque estaban cerradas las vías debido a las restricciones por el covid-19. Ni siquiera pudieron ir a Tacarigua de La Laguna, en Miranda, para estar con él. Elba señala que él murió solo. “Fue triste porque quieres estar con él, tomarlo de la mano, saber que lo acompañaste hasta último momento”, expresa.

“Ser” y no actuar

Elba no tiene personajes favoritos, todos han conectado con ella de alguna forma y se ha sentido cómoda interpretándolos, todos le han gustado en su momento. “Yo nunca he sentido incomodidad con ningún personaje, por muy difícil que sea, diferente a mí que fuera, es mi trabajo, algo que amo hacer. Hago un personaje de una mala, maluca, y cuando leo las escenas digo: ¡tengo unas escenas buenísimas! Y si tengo escenas donde tengo que llorar y sufrir digo lo mismo. ¡Esta escena es terrible, pero qué buena es! Mientras más difícil y dura es la escena uno más goza porque uno tiene una buena escena para disfrutarla”, completa Escobar.

Ese disfrute lo desarrolló con el teatro, que la enamoró cuando empezó a estudiar esa materia electiva en el Instituto Pedagógico de Caracas durante su juventud. Su pasión por la actuación inició allí. Antes de salir a escena, pide luz. Sobre su proceso de trabajo para interpretar cualquier personaje, dice que debe ser algo orgánico, que se dé poco a poco. Ella no se aprende el texto antes de que el personaje le hable y se genere una conversación.

El teatro es como el alma máter, la casa matriz de las artes escénicas. Es como la casa de la abuela, donde uno se siente bien y se va a tomar una sopa, es tu casa. Allí uno aprende la ética, a caminar, a hablar, todo; es para siempre. La televisión es como un ejercicio actoral, que te mantiene afinado la técnica. Si yo tuviera que elegir, sería el cine, pues es como una aventura. Allí no se actúa, porque se nota si estás actuando, eres el personaje. El proceso de entrega más profundo, más valiente, del actor, es el hacer cine”, explica Elba Escobar.
Actriz Elba Escobar ensayando obra teatro Venezuela El Diario by José Daniel Ramos
Foto: José Daniel Ramos (@danielj2511).

El sueño de trabajar en Netflix

La actriz no ha pensado en dejar su profesión por vivir de las redes sociales, como lo hacen otros de sus colegas. Para ella, estas plataformas son una ventana para interactuar con su público y promocionar sus espectáculos. Su extensa trayectoria a lo largo de los años no ha disipado sus ganas de participar en nuevos proyectos.

“Me gustaría hacer el personaje de una mamá venezolana en una serie de Netflix. Tener la oportunidad de mostrarle al mundo cómo son las madres venezolanas. Eso me encantaría”, destaca Escobar, quien en la actualidad está escribiendo su cuarto libro, relacionado a la espiritualidad. Ese ámbito de su vida lo ha estudiado con empedernida curiosidad desde hace 30 años. “Es muy rico estudiar sobre el alma. Es rico hacerlo cuando el objeto de estudio eres tú mismo”, resalta.

Mientras el sol se esconde en el cielo caraqueño, y luego de hablar sobre distintas facetas de su vida, Elba Escobar se retira, no sin antes decir que para regresar a los años “dorados” en los que ella trabajó tendría que “rescatarse la industria, la libertad, el país”. Durante su paso por Venezuela se ha encontrado con gente joven, a quienes considera talentosos, y de quienes espera que sean el futuro del teatro, el cine o la televisión.

Al preguntarle cómo se ve en el futuro, ella responde con su tajante sentido del humor y entre risas: “vieja”. No piensa en exceso si sale trabajo o no en los próximos años. “Mi futuro no está proyectado hacia mi profesión, la actuación. Mi profesión es el 10 % de lo que soy. Hay algo mucho más grande, enorme, que en ese aspecto puedo creer, y es mi camino espiritual”, aseveró Elba Escobar.

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